lunes, 30 de noviembre de 2020

Guerra en Etiopía, por conflicto entre mafias en el poder

 

Guerra en Etiopía, por conflicto entre mafias en el poder

Por Adán Salgado Andrade

 

Las guerras son promovidas por intereses económicos, disfrazados de todo tipo de “excusas”, como soberanía territorial, superioridad racial, enemistades, feudos de poder… y toda clase de situaciones. Muchas de ellas, absurdas. Y quien paga al final esas guerras, hasta con sus vidas, involuntariamente, es la población civil. Ahora, en las guerras, el 90 por ciento de víctimas, son indefensos habitantes, en tanto que 10 por ciento, son militares (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2007/11/video-de-adn-salgado-en-tv-de-mente-con.html).

Y a esos muertos, les llaman “daños colaterales”, pues son, desafortunadamente, inevitables.

Por ejemplo, Yemen, es un país árabe, asediado desde hace años por un movimiento separatista, liderado por el movimiento Houthi. La guerra civil, se da entre las tropas del “gobierno legítimo”, reconocido internacionalmente y los rebeldes Houthis (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Houthi_movement).

Pues bien, Estado Unidos, intervencionista, como siempre, ha atacado con drones a supuestos “grupos rebeldes” de Houthis, que han matado, no a separatistas, sino a civiles inocentes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/05/estados-unidos-asesina-civiles.html).

Y así sucede con las guerras actuales, las que se hacen a “control remoto”, con drones, que son aviones robots, no tripulados, equipados con ametralladoras y misiles. Las batallas, por tanto, se dan con mínima o ninguna intervención, cuerpo a cuerpo, de soldados.

Claro que, además, son las guerras un excelente negocio para los fabricantes de la muerte, o sea, los armeros, que hacen todo tipo de armas, desde rifles, pistolas, pasando por aviones, tanques y, el extremo, los que hacen bombas termonucleares. Esas aberraciones tecnológicas, pueden borrar del planeta toda forma de vida y su hábitats. Basta apretar botones y se activarían cientos de ojivas, las cuales, en segundos, cumplirían con su mortífera acción (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/el-sovietico-que-salvo-al-mundo-de-uno.html).

Cada año, se hacen ferias de armas, en donde se ofrece lo “último en tecnología” bélica, para que los países interesados, se armen hasta los dientes y puedan “derrotar” a otros, cuando se enfrasquen en un nuevo conflicto militar, por cualquier pretexto, pero, como señalé arriba, subyacerá lo económico (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/12/ferias-de-armas-exhibicion-de-fuerza-de.html).

Y todo el tiempo hay conflictos. Por ejemplo, recientemente, se produjo una guerra entre Armenia y Azerbaiyán, por el territorio de Nagorno-Karabakh, que está dentro de Azerbaiyán, pero que, desde hace años, ha tratado de “independizarse”, apoyado por Armenia. Son frecuentes las reactivaciones de ese viejo conflicto. Los civiles, como siempre, fueron los más afectados, pues, sin importar la presente pandemia, sus mafiosos “gobernantes” se entrecruzaron en otro aventurerismo militar contra Azerbaiyán. Y la pobre gente, buscó refugio en donde pudo, sin importar que se pudieran contagiar, debido a que se hacinaron en apretujados sótanos y otras improvisadas instalaciones. Por un “acuerdo” entre Armenia y Rusia, recientemente se puso fin al conflicto (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/guerra-y-pandemia.html).

Pero ya surgió otra guerra. Esta vez, en Etiopía, populoso país africano, cuyo principal producto de exportación es el café, pues es mayoritariamente agrícola, en un 80%. Y, por años, las distintas mafias en el poder que han ejercido el control, se han enfrentado entre sí. Y también, ha tenido enfrentamientos territoriales con Eritrea (ver: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/et.html).

En abril del 2018, Abiy Ahmed Ali, ascendió al cargo de primer ministro de Etiopía. Por haber terminado con el largo conflicto territorial histórico con Eritrea, le concedieron el Premio Nobel de la Paz en el año 2019. Pero debieron de haberse arrepentido los que se lo dieron, pues, actualmente, en otro conflicto étnico, de los tantos que ha enfrentado Ahmed Ali, se está confrontando con el TPLF (Tigray People Liberation Front), el frente muy armado, que domina al estado de Tigray, al norte de Etiopía.

Tanto Ahmed Ali, así como los desafiantes líderes del TPLF, alegan ser los “verdaderos” gobernantes de Etiopía y, desde el 4 de noviembre, cuando, supuestamente, el TPLF atacó una base militar oficial, se declararon la guerra.

Y, desde ese día, el conflicto ha incidido en la población civil, la que ha debido de huir, pues Ahmed Ali ha puesto un ultimátum para que el TPLF se rinda o “el ataque será con todo”.

El drama humano, lo muestran dos artículos de la agencia Associated Press. El primero, titulado “ ’Sólo corrimos’: etíopes que huyen de la guerra, encuentran poco alivio”, firmado por Fay Abuelgasim y Nariman El-Mofty, el que comienza con dramáticas fotos de los pobladores de Tigray, que han huido, debido a la guerra (ver: https://apnews.com/article/international-news-ap-top-news-sudan-middle-east-coronavirus-pandemic-f1859f205c12a4bbd9ca63ffcca24269).

En la primera imagen, refugiados etíopes, están haciendo una larga fila para conseguir una insuficiente ración de arroz, repartida por voluntarios de Sudán, país al que huyeron, sólo con la ropa que tenían puesta. En la segunda, se ve a Lemlem Haylo, chica de 25 años, quien carga a su hijo de sólo un mes de nacido. Se ven las “viviendas” en donde habitan, improvisadas mantas, atadas a montones de carrizos secos, sin agua, sin luz, sin drenaje. La siguiente foto, ofrece una panorámica de en dónde se encuentra ese campo de refugiados, en una zona rural, árida, con improvisadas carpas levantadas en donde se hacinan los refugiados. La cuarta, muestra a Terhas Tsfa, también de 25 años, quien dio a luz en una calle, mientras huía de la guerra en Tigray. Sostiene a su recién nacido, quien tendrá un aún más incierto futuro. Su primer baño lo tuvo en un charco de agua. En la quinta foto, Blaines Alfao, refugiada amhara, con ocho meses de embarazo, muestra su rostro sin esperanza, quizá pensando en qué será de su hijo cuando nazca.

Y así ha pasado con mucha gente, más de 40,000 hasta el momento, quienes, con tal de salvar sus vidas, se salieron sin nada de Tigray. Y estarán como refugiados hasta que los conflictos amainen. Quizá, cuando regresen, sus casas estén saqueadas, destruidas.

Pero, como señalé, son los inevitables “daños colaterales”, tan frecuentes en conflictos de ese tipo.

“Tuvimos que caminar por el desierto, dormir allí, nadie nos ayudó. Yo, dormí sobre mi rebozo y me despertaba, y me volvía a dormir sobre él”, dice Blaines Alfao, la chica embarazada. No saben nada de sus familias, de sus esposos, todo es un total caos.

“Los civiles en Tigray, están atrapados en medio de lo que unos expertos describen como un conflicto bélico interestatal, las dos partes, muy bien armadas”, dicen los reporteros.

“Mucha gente, apenas si sabe porqué tuvieron que huir. Ahora, gente de todas clases, desde banqueros a campesinos, estuvieron hasta dos semanas en los llamados centros de tránsito, esperando en improvisados alojamientos, en lugares sin árboles, áridos, colocados en la frontera con Sudán. Antes, no estaban más de dos o tres días. Algunos refugiados, tienen poco con qué protegerse del sol y se cubren con objetos tan simples, como sombrillas. Los hombres han comenzado a hacer viviendas de pasto tejido. El Covid-19, pudiera estarse contagiando entre la gente, pero nadie parece darle atención. Muchos, lucen más cruces alrededor de sus cuellos, que tapabocas sobre su rostro”, señala el artículo.

Sí, pues, como en el caso de la citada guerra entre Armenia y Azerbaiyán, la gente busca refugio de las bombas, con tal de evitar que un obús o disparo, las mate. Así sucede con los refugiados de Tigray.

Los campos de refugiados en la frontera, son los más improvisados. Los mejores, están a varias horas, pero hay que caminar mucho. Y para gran cantidad de los debilitados y famélicos etíopes, es imposible.

Las localidades sudanesas aledañas, “hacen lo posible por ayudarlos y alimentarlos, pero son tan pobres, que muy poco pueden ofrecer”.

En pisos de edificios cercanos, los voluntarios han establecido improvisados “hospitales” para atender a los refugiados heridos, sobre todo, aquéllos que, desde siempre, han sido víctimas de los enfrentamientos étnicos. Las autoridades sudanesas han separado a los refugiados que son de la etnia tigrayan, de los de la etnia amhara, con tal de que, adicionalmente, no se peleen entre ellos. Esos enfrentamientos étnicos, son consecuencia directa del colonialismo. Esto, cuando Italia, invadió a Somalia, Eritrea y Etiopía, en 1936, obligando, con ello, a distintas etnias, a “convivir”, lo que nunca se logró, provocando conflictos cuando las diferencias entre tales etnias, se manifestaban y se siguen manifestando.

Esos refugiados, además de perderlo todo, están pasando hambre, algo que ha distinguido a Etiopía en el pasado, que por hambrunas, han muerto millones de personas. “Ya estábamos bien. Y, ahora, Abiy Ahmed nos está atacando. Y huimos, sólo con la ropa que traemos cargando”, dice Menas Hgoos, refugiada que huyó a Sudán por segunda vez.

Pero ellos tuvieron surte, “pues hay muchos que no pudieron escapar y eso es muy triste”, señala Haftoum Berba, otro refugiado, pensando en tantos seres queridos, que están atrapados en Tigray.

El segundo artículo, se titula “El primer ministro etíope, rechaza platicar con Tigray, en una reunión de la Unión Africana”, firmado por Cara Anna, en el que expone cómo la cerrazón de Ahmad Ali, puede desencadenar el conflicto en una larga, destructiva guerra (ver: https://apnews.com/article/coronavirus-pandemic-abiy-ahmed-ethiopia-united-nations-kenya-f497300cca1a6560c5e8ae48fde442b5).

También abren el artículo, dramáticas fotos, de refugiados etíopes, haciendo fila para recibir una magra ración de sopa o arroz, construyendo refugios con petates, sentados bajo “viviendas”, que no son otra cosa, que mantas, amarradas a postes que, cuando mucho, los protegen del inclemente sol. En otra imagen, se ven etíopes arribando en autobuses al campo fronterizo Umm Rakouka, el cual está llegando a su máxima capacidad rápidamente. En otra de las fotos, una vista aérea, se muestra en dónde está localizado dicho campo, en medio de una árida región, sin árboles, sin agua. Pero es que, frente a una absurda guerra, la gente decide desafiar todo, hasta pésimas condiciones de vida, con tal de conservar su existencia.

Y es un drama que caracteriza a varios de esos países, en donde las mafias en el poder, pelean entre sí, en donde grupos “guerrilleros”, han sembrado, desde siempre, el terror. Por ejemplo, en Nigeria, el grupo terrorista, que se dice guerrillero, Boko Haram, frecuentemente realiza secuestros masivos, sobre todo de mujeres adolescentes, para esclavizarlas; de niños, para obligarlos a convertirse en soldados. Perpetra matanzas, como la del sábado 28 de noviembre, del presente año, en donde, a machetazos, asesinó con demencial saña a más de cien campesinos, entre hombres y mujeres, quienes cosechaban arroz. Son matanzas irracionales, “venganzas”, que lleva a cabo contra las autoridades nigerianas, a las que, de esa forma reta, para demostrar su “poderío”. Una verdadera lacra ese grupo criminal (ver: https://www.jornada.com.mx/2020/11/30/mundo/034n1mun).

Anna señala que Ahmed Ali se niega a conversar con los separatistas de Tigray, alegando que, al hacerlo, pondría en peligro la unidad de Etiopía. Quizá tema lo mismo que Rusia, la que ha impedido, a toda costa que la república de Chechenia, se independice, pues eso implicaría una gradual desintegración del territorio ruso.

A pesar de que una delegación de África Unida, AU, representada por los expresidentes de Liberia, Mozambique y Sudáfrica, los señores Ellen Johnson Sirleaf, Joaquim Chissano y Kgalema Motlanthe, le pidió dialogar, Ahmed Ali dice que “se los agradezco, pero no estoy interesado, hasta que los rebeldes, depongan las armas”.

Mientras tanto, que los refugiados sigan sufriendo o que los enfrentamientos entre las etnias principales de Tigray, los tigrayan y los amhara, se reinicien, y se maten a machetazos, como siempre han hecho.

O que cañonazos de tanques o balas de ametralladoras, maten a cientos de etíopes.

No importa, ahorita es el enfrentamiento de machos con poder, los peores, de distintos bandos. Y eso que, como señalé a Ahmed Ali, le dieron el Premio Nobel de la Paz en el 2019. Así hicieron con Barack Obama, cuando diez años antes, en el 2009, le dieron el mismo premio, igualmente inmerecido, pues Obama, en su momento, promovió más tropas a Afganistán, a Irak, apoyó el golpe de estado a Honduras, contra Manuel Zelaya y dio más presupuesto a la industria militar estadounidense, para que Estados Unidos “estuviera más protegido” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2009/11/premio-nobel-al-armamentista-de-barack.html).

Los enfrentamientos entre el ejercito de Ahmed Ali, el “bueno” y los rebeldes del TPLF, “han sido librados a las afueras de Mekele, densamente poblada ciudad de medio millón de habitantes, quienes han sido advertidos por el gobierno etíope, que no habrá ‘misericordia’, si no se distancian de los rebeldes”, dice Anna.

Por otro lado, ese conflicto, ha desatado otros problemas, puesto que Ahmad Ali ordenó un bloqueo de la región. Eso, va a generar una hambruna en la población de Tigray, además, de entre los 96,000 refugiados de Eritrea, país que también ha estado sufriendo de represión militar (es obligatorio el reclutamiento), crisis económicas y hambrunas. Dice la ONU que “los refugiados eritreos, van a sufrir hambre en pocos días, pues no hemos podido acceder a dejarles alimentos, debido a la guerra”.

Morirán de hambre, de sed, por bombas, balas, miles de personas, como aseguran varios testigos, que está ocurriendo en Tigray.

“Ni modo, daños colaterales”, ha de decir el Premio Nobel de la Paz 2019, Abiy Ahmed Ali. Y eso mismo han de pensar los otros machos armados del TLPF, que retaron su poder.

Y en tanto resuelven a balazos sus “diferencias” – si es que las resuelven –, muchas y muchos, ancianas, ancianos, mujeres, hombres, niñas, niños… dejarán de existir.

Quizá sea mejor, después de todo, para todas ellas y ellos. Ya no sufrirán más humillaciones, maltratos, hambrunas, vejaciones, guerras… en esta, cada vez, más violenta y beligerante sociedad capitalista salvaje.

 

Contacto: studillac@hotmail.com

 

 

 

 

sábado, 28 de noviembre de 2020

Los racistas supremacistas, fortalecieron su violencia, gracias a Trump

 

Los racistas supremacistas, fortalecieron su violencia, gracias a Trump

por Adán Salgado Andrade

 

El supremacismo racial está apoyado en el aberrante concepto de que la raza blanca, es superior a cualquier otra raza. Históricamente, se ha ido reforzando con acciones como la de Adolf Hitler (1889-1945), quien propagó el concepto de que la raza aria “era la mejor”, impuesto por el nazismo, que fue su método para alienar y manipular a millones de alemanes, quienes creían, firmemente, que eran superiores a cualquiera. Tan enajenados estaban, que aceptaron que Hitler iniciara un aventurerismo militar, que dejó más de 50 millones de muertos y cuantiosos daños materiales, además del tortuoso recuerdo del extremo, al que puede llegar la crueldad humana, como la que se ejerció en los abominables “laboratorios” de experimentación, que había en los campos de concentración, masivas cárceles, en donde los “sujetos de estudio” eran desafortunados seres humanos de todas edades, sexo y condición social (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/06/el-tercer-reich-el-gran-negocio-de.html).

En Estados Unidos (EU), se estableció la superioridad racial, desde que ese aberrante país, permitió la esclavitud. Como los ladrones territoriales (mal llamados colonizadores), que llegaron a apoderarse de las tierras de los nativos originarios, no querían esforzarse físicamente, se valieron de africanos para que sus tierras produjeran, que sus casas, pudieran ser construidas, y sus fortunas, se iniciaran y crecieran (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/05/estados-unidos-y-el-aberrante-legado-de.html).

Pero, para esos esclavistas, los esclavos eran peor que bestias de carga, sólo trabajadores, quienes carecían de derechos. Y si los mataban, por “cualquier falta”, no había ningún problema, porque, además, era sus “dueños”.

Pero cuando se dio la guerra de secesión, el sur esclavista, a lo que más temió, era a que se acabara con su “cotidiano estilo de vida”, de que sus “amados esclavos”, no lo fueran más y se convirtieran en ciudadanos.

Fue lo que más predicaron “líderes” de los esclavistas, del “peligro” de perder su derecho a tener esclavos, algo “inadmisible”. Por ejemplo, el esclavista de Carolina del Sur, Langdon Cheves (1776-1857), quien estaba a favor de la separación de los estados esclavistas del resto de la Unión, advertía que “la abolición es diez veces más peligrosa que los impuestos que nos pretenden aplicar. Del esclavismo, depende no sólo nuestra prosperidad, sino todas las bendiciones bajo el cielo, de las que gozamos. Todo el sureste, moriría si se va la esclavitud, ruinas ennegrecidas quedarían, y restos de la raza africana, vagando entre ellas, y toda la desesperación y la desesperanza”. Por eso, Cheves, pugnaba por la independencia (ver: https://us5.campaign-archive.com/?e=fa90d7d342&u=6557fc90400ccd10e100a13f4&id=2679890e49).

De sus palabras, se desprende que lo que más le dolía era que africanos caminaran libremente entre las ruinas de los, antes, prósperos estados sureños.

La racista novela “Lo que el viento se llevó”, de la escritora supremacista Margaret Mitchell (1900-1949), es una oda al “gran estilo de vida de los propietarios de plantaciones y esclavos”, a los que presentaba como “muy agradecidos” de trabajar para sus amos, a quienes sumisamente obedecían en todo. Y cuando se da la guerra civil, encomia la resistencia de los sureños a perder su estilo de vida, en la figura de Scarlett O’Hara, y hasta glorifica las hazañas racistas de los “heroicos ciudadanos” que formaron a la nefasta, violenta organización racista Ku Klux Klan, en la persona de Rhett Butler, para asesinar a los “negros” libertos que “cometían toda clase de atrocidades”. Esas “atrocidades”, eran paranoias de Mitchell, quien creció muy cerca de un barrio de afroestadounidenses, a quienes temía por tanto rumor que se había soltado contra ellos, con tal de que los prejuicios raciales que justificaran golpearlos y hasta matarlos, siguieran presentes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/07/lo-que-el-viento-se-llevo-o-los.html).

Los derrotados sureños, aceptaron la paz, a cambio de la segregación, “blancos, con blancos, negros, con negros”. Y eso lo garantizaron las llamadas leyes Jim Crow, promulgadas a fines de los 1800’s y principios de los 1900’s. Hasta 1965, esas absurdas leyes, fueron suprimidas, gracias a fuertes luchas por parte de líderes afroestadounidenses, como los pastores Malcom X (1925-1965) o Martin Luther King (1929-1969), ambos, asesinados por locos henchidos de odio racial.

Bien, pues, a pesar de tantos años transcurridos, en que afroestadounidenses y estadounidenses “blancos”, han compartido un solo país, ni el odio racial, ni el supremacismo, han amainado. Al contrario, el saliente, nefasto Donald Trump, ha agitado mucho más la violencia racial y a los papanatas supremacistas, quienes se sienten “envalentonados” por todas las acciones y discursos que su red neck líder, ha hecho, para fortalecerlos, con las cuales, hasta elogia sus violentos comportamientos, y ni censura los crímenes de afroestadounidenses cometidos por varios de ellos, como cuando Kyle Rittenhouse, adolescente de 17 años, alienado de la retórica supremacista, asesinó a tres afroestadounidenses, que se manifestaban contra la brutalidad policial, en una marcha BLM (Black Lives Matter) (ver: https://www.chicagotribune.com/columns/eric-zorn/ct-column-rittenhouse-kenosha-self-defense-zorn-20200903-susvsg45yndn7pb67l42ywnzn4-story.html).

 Y, al haber perdido su nefasto líder la reelección, esos grupos de peligrosos enajenados armados, vestidos con uniformes militares, son un potencial peligro que, en el peor de los casos, podría dar inicio a una guerra civil en ese país que, desde hace tiempo, está ya muy dividido.

La inminente violencia que pueden ejercer esas hordas de alienados, la expone el artículo de la publicación tecnológica Wired, titulado ¿Qué pasará con la ultraderecha después de Trump?, firmado por Emma Grey Ellis, que es un análisis de lo que podría suceder, si esas violentas masas se desbordan (ver: https://www.wired.com/story/right-post-trump/).

Como subtítulo, Grey anota que “Al aproximarse la ascensión del presidente-electo Biden, los expertos vigilan de cerca a los grupos de extremistas”, pues, como señalé, no están dispuestos a seguir viviendo en un país que no ha “reimpuesto las Jim Crow Laws”.

Abre el artículo, una foto de varios de esos alienados, frente a una iglesia. Apertrechados con sus metralletas, rifles, cargadores, gorras, orejeras, con tapabocas algunos, luciendo una prepotente actitud, indicando que están preparados para la batalla final, para echar del país a cuanto sucio negro, latino, asiático, árabe… ose seguirlo invadiendo. Así, como hacen, cuando se ponen a, literalmente, cazar ilegales en la frontera, sean mexicanos, centroamericanos o cualquier otra “escoria” que se atreva a invadir a su “adorado país” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/03/los-enajenados-y-racistas-cazailegales.html).

Comienza Grey mencionando la marcha en la que miles se manifestaron en contra del triunfo de Biden, alegando, como ha seguido haciendo Trump, que se había cometido un “gran fraude”. Acudieron grupos como Oath Keepers, Proud Boys, 3 Percenters y otros supremacistas extremos, quienes han incrementado su discurso de odio contra cualquier otra raza “inferior”, sobre todo, la negra. Lucen símbolos nazis y su otro “gran líder espiritual” es el mencionado Adolf Hitler, en el que se apoyan estos neonazis, para extender también su odio racial hacia los judíos.

Señala Grey que la retórica racista de Trump, los ha retroalimentado. Por ejemplo, el que Trump diga que la violencia, no la han provocado sus esbirros supremacistas, sino las manifestaciones BLM, o que diga que los “antifa” (apócope de antifascistas), son “escoria”, refiriéndose a los grupos que apoyan las marchas BLM y están en contra de la violencia racial, “enciende y fortalece más a esos extremistas”.

Como a Cesar Altieri Sayoc, quien envió supuestas cartas explosivas (que, por fortuna, no funcionaron), contra demócratas que criticaban a su líder Trump (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/el-enajenado-fan-de-trump-que-envio.html).

Algunos sheriffs “incluso, han recurrido a grupos como Proud Boys, para contrarrestar marchas en favor de Biden. Y Trump, ha sido reacio en condenar las acciones de sus Proud Boys, con lo que los estimula a seguir con la violencia”.

Por el apoyo implícito de Trump a sus “muchachos”, trece individuos planearon el secuestro de la gobernadora demócrata de Michigan, la señora Gretchen Whitmer, para obligara a que abdicara. Esos alienados, pertenecían a un grupo que se hacía llamar los Wolverine Watchmen (Los Wolverines vigilantes, ¡vaya marvelesca originalidad!). Afortunadamente, su hollywoodesco plan, fue descubierto por el FBI y nada sucedió (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Gretchen_Whitmer_kidnapping_plot).

Dudo que algo hubiera sucedido, pues, generalmente, ese tipo de “planes” son tan absurdos, inspirados por tramas hollywoodescas, plagados de errores, que siempre fracasan.

No ha sido así, cuando se trata de sujetos solitarios, como el asesino de Martin Luther King, el psicópata James Earl Ray (1928-1998), quien, alienado por las campañas presidenciales, que promovió el segregacionista gobernador de Alabama, George Wallace (1919-1998), planeó el asesinato de King (https://en.wikipedia.org/wiki/James_Earl_Ray).

Wallace decía que, de ganar la presidencia, buscaría reimponer el segregacionismo. Una frase favorita de sus nefastos discursos de odio racial implícito, era que “yo estoy por el segregacionismo ahora, el segregacionismo mañana y el segregacionismo por siempre”. Da una idea de la bajeza moral de este tipo, esa frase (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/George_Wallace).   

Hay un paralelismo en la manipulación que hacía Wallace con sus discursos de odio y la táctica de Trump, quien calificó como violentas a las manifestaciones BLM y a los grupos antifa. Su sitio favorito para difundir todas sus mentiras, mensajes de odio y otras bajezas, ha sido Twitter, plataforma que, en cierto momento, ha tenido ya cuidado de suprimir sus mensajes más cáusticos, sobre todo, los que ha estado lanzando luego de su derrota (Facebook, también ha sido acusada de promover la violencia racial, al permitir la libre expresión de grupos supremacistas. Ver: https://www.theguardian.com/technology/2019/nov/21/facebook-white-nationalists-ban-vdare-red-ice).

Aunque algunos expertos, se admiran de que todavía las cosas estén tan “tranquilas”, como Cynthia Miller-Idriss, una investigadora de la American University, quien estudia extremismo. “Pero muchos de esos tipos, están esperando sólo una señal”, dice.

La historiadora Kahtleen Belew, afirma que una vez que esos grupos extremistas, se dan cuenta que la política del momento, no satisface sus intereses, es cuando explotan violentamente. Dice Grey que “eso sucedió en 1983, cuando los supremacistas blancos, se dieron cuenta de que Ronald Reagan no iba a restaurar la ley Jim Crow”.

Sí, seguramente estarían muy felices, si Trump hubiera reimplantado el segregacionismo.

Cuando Barack Obama estuvo en la presidencia, esos supremacistas se sintieron profundamente afectados de que un “negro” fuera su presidente. Fue cuando, todavía más, se pronunciaron violentamente aquéllos, “llegando a niveles muy altos entre el 2008 y el 2009”.

Por eso, cuando Trump, un tipo racista, supremacista (aunque no tan abiertamente), como ellos, ganó la presidencia, se alegraron de que, por fin, uno de sus iguales, fuera su supremo mandatario.

Por su tolerancia, se han estado armando todavía más y los crímenes de odio, han “incrementado, sobre todo, en el 2019”.

Incluso, la brutalidad policial, de “policías” blancos, sometiendo y asesinando a negros, por cualquier pretexto, por mínimo que sea, se ha incrementado bastante, sin que haya afectado eso a Trump (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/racismo-y-brutalidad-policial-en.html).

Tanto temor tienen los afroestadounidenses por sus vidas, cuando son detenidos por la policía o atacados y asesinados por supremacistas, que, ellos mismos, ejerciendo su derecho a portar armas, han estado comprándolas a niveles nunca antes vistos, con tal de estar “a la par” de locos blancos armados (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-afroestadounidenses-compran-mas.html).  

Grey, cita a Shannon Reid, quien asegura que no es tanto la figura de Trump, la que ha dado alas a los supremacistas, sino, más bien, su tolerancia hacia ellos, gracias a la que se han ido pertrechando. “No ha sido como un Steve Bannon o Stephen Miller, políticos de ultraderecha, quienes realmente buscan un etnoestado blanco. Trump, es sólo un síntoma, no la causa”.

En efecto, el que se haya elegido, en primer lugar, a un tipo ignorante, que sigue sus impulsos, no sus ideas, racista, tramposo, machista, violento, explosivo y velado supremacista, es indicación de hasta a donde están los supremacistas dispuestos a llegar, con tal de que su poder se vea.

Y son tan peligrosos ya, que “en septiembre, el Departamento de seguridad Doméstica, declaró que los supremacistas blancos, son la ‘más persistente y letal’ amenaza a la seguridad interna de EU, más que cualquier otra amenaza de algún grupo terrorista extranjero o cualquier grupo de izquierda”, señala Grey.

Y, aunque muchos de ellos no vayan a marchas, dice la historiadora Belew, “eso no significa que no estén planeando el siguiente atentado con bomba”.

En efecto, ha sido la violencia doméstica, de las más letales, como cuando Timothy McVeigh (1968-2001), ex militar condecorado, buscando venganza por el asesinato del falso profeta David Koresh (1959-1993), por parte del FBI, voló el 19 de abril de 1995, con una bomba, hecha por él, conteniendo fertilizante y diésel, un edificio federal, el Alfred P. Murrah, que dejó 168 muertos y 684 heridos. Hasta antes de los sospechosos derribamientos de las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001, fue el más letal de todos los atentados terroristas cometidos en EU (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Timothy_McVeigh).

Miller-Idriss dice que, además, “este es un problema mundial, pues los grupos extremistas, se comunican entre sí y como las causas de ese extremismo, no han sido bien estudiadas, el problema crecerá”.

En efecto, ahí está el ataque a mezquitas árabes en Nueva Zelanda, cometido el 15 de marzo del 2019, por Brenton Harrison Tarrant, australiano, descrito como un “supremacista blanco”, que dejó 51 fallecidos y 40 heridos. “El ataque estuvo ligado con un incremento en el supremacismo blanco y el extremismo de la ultraderecha, que se ha observado desde el 2015, condenado por políticos y líderes mundiales.” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Christchurch_mosque_shootings).

Hay decenas de testimonios de familias estadounidenses, preocupadas porque sus hijos forman parte de grupos supremacistas, que los han contactado por las redes, como FB (ver: https://www.bbc.com/news/world-us-canada-49363958).

Pero, como dice Miller-Idriss, debe de estudiarse la causa de porqué tantos jóvenes y adolescentes, son tan vulnerables y caen víctimas de esos discursos de odio. Dice Grey que “El problema de EU con el extremismo de ultraderecha, va mucho más a fondo que sólo los eventos del 2020 y la forma más fácil de sacar a la gente de ese agujero digital del conejo, es que nunca se les deje ir tan lejos, para comenzar”.

En efecto, muchos padres se dan cuenta, muy tarde, de que sus hijos ya están lo suficientemente enajenados, como para ir a una manifestación, convocada por supremacistas, “para ir a matar negros”.

“A las madres, les damos consejos de cómo disuadir a un chico que aparezca en una clase de zoom, con un símbolo nazi a sus espaldas, de que no lo haga, de que eso no está bien, no de que lo ataquen, pues más se empecinará en hacerlo”, dice Miller-Idriss.

Hay algo, muy deleznablemente atractivo, que lleva a gente al extremo de, en efecto, matar a personas de “razas inferiores”, como el mencionado adolescente Kyle Rittenhouse, feliz, porque había asesinado a tres afroestadounidenses con su AK-47.

O cuando otro violento enajenado, Patrick Crusius, de 21 años, asesinó en una tienda de Walmart, el 3 de agosto de 2019, en El Paso, Texas, a 23 latinos, influenciado por un manifiesto antiinmigrante colocado en el sitio 8chan” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/2019_El_Paso_shooting).

De hecho, de ese portal, 8chan, se habían apoderado supremacistas, para promover discursos de odio y hasta matanzas, como la perpetrada por Crusius (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/08/cuando-la-libertad-de-expresarse-se.html).

Si no se les enseña a las jóvenes generaciones tolerancia racial, amor por la vida, compasión por el desvalido, practicar la igualdad, amor por la Naturaleza, proteger al medio ambiente… y sólo los siguen bombardeando con la idea de que lo material da la felicidad, que hay que practicar el individualismo, que hay que hacerse millonario antes de los 30 años, que las mujeres sólo deben de estar en casa y saciar sus deseos sexuales, el supremacismo, fácilmente, penetrará sus vulnerables y manipulables mentes.

No es posible, por ejemplo, que padres estadounidenses, enseñen a sus hijos a matar animales, en lugar de amarlos y respetarlos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/11/estadounidenses-solicitan-mas-licencias.html).

 

Y, como bien señala Miller-Idriss, el problema es mundial, pues la descomposición del tejido social impera en todas partes, prevaleciendo las actitudes materialistas y egoístas, en una buena parte de las jóvenes generaciones, más interesadas en tener un buen auto, una buena casa, buena ropa… “valores” impuestos por el capitalismo salvaje, el cual ha dictado que eso proporciona “prestigio social”.

Si los mencionados verdaderos valores, de tolerancia, amor, compasión, igualdad… no los practicamos todos los humanos, vamos directo a matarnos entre todos.

Imperará el supremacismo, no sólo racial, sino el egoísta.

 

Contacto: studillac@hotmail.com