lunes, 27 de septiembre de 2021

Pobreza extrema y delincuencia imperan en Haití

 

Pobreza extrema y delincuencia imperan en Haití

Por Adán Salgado Andrade

 

Los haitianos que están buscando refugio, ya sea en México o en Estados Unidos, son ya miles (ver: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20210924-migrantes-haitianos-crisis-mexico-deportaciones).

Estados Unidos, ha optado por repatriar a muchos de ellos, o simplemente enviarlos a México, usando incluso la fuerza policial para hacerlo (ver: https://www.usatoday.com/story/news/politics/2021/09/20/white-house-horrific-see-horseback-cpb-agents-chasing-haitians/5785870001/).

Pero sólo hay que ver el estado tan deplorable y triste en que se encuentra Haití, para comprender porqué, esos miles de refugiados, mujeres y hombres de todas las edades, están abandonando eso que es su “país”. Nación pobre, azotada por enfermedades, terremotos, huracanes, quizá esté al borde del colapso.

Un artículo de la agencia Associated Press, titulado “Los haitianos están regresando a un Haití que no los recibe con los brazos abiertos”, firmado por Alberto Arce y Rodrigo Abd, da cuenta de esa lastimera, desastrosa, violenta situación (ver: https://apnews.com/article/haiti-port-au-prince-texas-border-immigration-5cc131fe86e3b5953df0ae70d1f9913d/gallery/d7471745e77748c880cfafa96d3ee629).

Varias fotos abren el artículo. En una, se aprecia una barricada, levantada en el barrio Bel Air, en la capital Port-au-Prince, hecha con costales de arena y tabiques. Es para “delimitar” el territorio de una de las pandillas que controlan esa área. “Más que una ciudad, Port-au-Prince es un archipiélago de islas controladas por pandillas. Algunos barrios, están abandonados. Otros, han levantado barricadas de fuego, carros destruidos y montañas de basura, que vigilan hombres fuertemente armados”, anotan los reporteros.

En otra imagen, se puede ver a un miembro de una de esa pandillas, encapuchado y luciendo una pistola en su mano derecha. Está en medio de una construcción incompleta. Otra imagen, muestra a gente desplazada por la violencia de las pandillas, a la que se ha dado refugio en una escuela. Se les ve viviendo precariamente, alumbrados con velas y durmiendo en improvisados lechos. Se nota que es gente muy pobre, de triste mirar y sin expectativas futuras, languideciendo en ese improvisado “refugio”.

Una más, muestra un “palacio de justicia” vacío, en donde, en una pared, está grafiteada la frase “Abajo la inseguridad”. El “gobierno” es débil, casi inexistente, sobre todo, desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, un verdadero acto de barbarie, en julio del 2021. En otra foto, se ve una cámara del senado vacía, sin funciones.

Otra imagen, muestra a una mujer en un “mercado”, con su puesto de verduras, esperando a algún ocasional cliente. El “mercado”, más bien parece un tiradero de basura de todo tipo, que se ve que lleva meses de no recogerse, denotando la falta total de servicios públicos de limpieza o algo que busque ordenar ese anárquico caos. La mujer se ve resignada, inmune, por lo visto, a la miseria que la rodea.

En otra foto, un matrimonio le describe al reportero cómo su comunidad, La Piste, fue incendiada por un ataque policiaco que buscaba “pandilleros”, pero como éstos estaban escondidos entre la gente del barrio, decidió, para mayor “eficiencia” quemarlo todo. “Nos dejaron sin nuestra casa”, dicen la mujer y el hombre, muy tristes.

Otra imagen, muestra a varios refugiados en una especie de instalación deportiva, durmiendo sobre mantas. Un hombre joven, de mirada inquisitiva, mira a la cámara.

En otra, mujeres rayan col, que venden en su puesto, a un lado del ya citado “mercado”, que, como dije, más parece un relleno sanitario. De verdad que es increíble la decadencia mostrada en esas imágenes. Cuando un país llega a esos niveles de desorden urbano, combinado con precariedad y pobreza extrema, debe estar a un punto de su desaparición, como formación social. Eso ocurrió, por ejemplo, con Biafra, un país africano que dejó de existir, debido a la guerra y a la hambruna, en 1970. Muy famosas fueron las imágenes de adultos y niños en los huesos, provocados por la hambruna que ocasionó la guerra entre Biafra y Nigeria, país del que se había independizado en 1967 (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Biafra). 

Podría suceder algo similar con Haití.

En otra imagen, se observa una barricada levantada por la más temible y poderosa pandilla, que controla el centro de Port-au-Prince. Es la G9, liderada por Jimmy Cherizer, nada menos que un ex policía, apodado el “Barbacoa”. Es una imagen decadente, mostrando las barricadas, hechas de basura de todo tipo, y el abandono en que se encuentra esa zona de la ciudad. Sucede en Haití lo que pasa en Somalia, en donde un grupo de “señores de la guerra” dominan a ese país, uno de los más pobres de África (ver: https://www.cigionline.org/articles/warlords-somalia/).

En otra imagen, una mujer está bañando en plena calle a un hombre. Como no puede hacerlo dentro del refugio en donde se alojan, lo debe de hacer afuera. En situaciones así, el pudor es lo de menos, supongo.

En otra foto, una mujer lleva, en una silla de ruedas, unos contenedores de agua. Camina por una “calle” vacía, llena de basura de todo tipo. Repito, es evidente la decadencia en la que ha caído Haití, al observar esas desgarradoras vistas de la ciudad.

Otra foto, muestra a un hombre que vende pedazos de madera para prender fogatas. Me imagino que la mayoría de la gente cocina en fogones y por eso se requiere de esa madera para hacerlo. Aunque debe de ser un material cada vez más escaso, pues Haití ha diezmado sus bosques (pueden verlo en imagen satelital de Google Maps).

Otra imagen, muestra a mujeres, hombres, niñas, niños, durmiendo sobre mantas y colchonetas en un refugio para los desplazados por la violencia de las pandillas. Quizá duerman para que no los asalte el hambre, pues no deben de estar bien alimentados.

En otra, una mujer muestra la fotografía de su hijo, sordomudo, del que no sabe nada, luego de un ataque policiaco al barrio en donde vivían. “Por favor, quiero que me informen de él, no sé si esté vivo o muerto. Sólo sé que los que nos atacaron eran policías”. Un drama personal dentro de un drama colectivo.

En otra foto, un hombre invidente, narra cómo fue el ataque a La Piste, por la policía, y cómo todo fue destruido. “La policía nos atacó, no se diferencian en nada de las pandillas que nos atemorizan a diario”, declara.

En otra imagen, manifestantes muestran armas de juguete, que usaron unos músicos, cuando estaban filmando un video musical. La policía, creyendo que eran reales, les disparó y mató a uno de ellos. Dicen los ciudadanos que son igualmente temibles los “policías” que los pandilleros. Sólo se ven los pies de esos manifestantes, casi todos calzando sandalias o desgastados y sucios tenis. También quemaron llantas, en protesta por la muerte del músico, como se ve en otra foto.

En otra imagen, un vendedor de plátanos fritos, los fríe, ante la mirada de inanición de varios chicos, quizá esperando una caridad del hombre. Está en el citado mercado, el que hace dos años fue parcialmente quemado por unos pandilleros. Nunca se reconstruyó, ni se hará, por lo visto.

En otra foto, una mujer embolsa carbón en costales, para irlos a vender al citado mercado. Se ve que los pocos empleos que hay son precarios, vendedores, principalmente. Pero en un país con una devastada economía, uno se pregunta, ¿quiénes son los compradores?

Una foto más, muestra a una chica, de no más de veinte años, muy delgada, que alimenta a su hijo, recién nacido. Se refugian en una escuela abandonada que les sirve de precario alojamiento. Los signos de desnutrición son evidentes en madre e hijo.

En otra foto, un hombre corre, en medio de una calle, pues disparos ocasionales son hechos por las bandas rivales y pueden herir o matar a la gente que sea víctima de ese fuego cruzado. Irónicamente, detrás del hombre que corre, hay una especie de altar, mostrando la imagen de la Virgen María, que, por lo que se ve, ya abandonó a sus hijos, los haitianos.

Una última foto, muestra un ataúd sin terminar. La carpintería que lo está haciendo, se encuentra igualmente, en un barrio controlado por pandillas rivales que han hecho de ese sitio una muy peligrosa zona de guerra.

El artículo inicia mencionando a un repatriado, Pierre Charles, quien llegó a Port-au-Prince, y que ve a su ciudad natal “más peligrosa que cuando la dejé hace cuatro años”.

Para llegar a su barrio, trató de abordar apretujados camiones, pero no pudo. Y cuando les pidió a motociclistas que lo llevaran, no accedieron, pues le dijeron que era muy peligroso ir a Carrefour, en donde Pierre vivía y llegó de nuevo a hacerlo. Finalmente, alguien accedió a llevarlo. “Yo sé que hay barricadas y tiroteos, pero no tengo a dónde ir”, declara Pierre, resignado.

“Al menos 2,583 haitianos, deportados de Texas, han llegado aquí en la pasada semana con entre $15 y $100 dólares de efectivo y un ‘buena suerte’, de agentes migratorios estadounidenses. Muchos de esos haitianos, pisan su país por primera vez en mucho tiempo, incluso, en décadas”, dicen los reporteros.

La mayoría de la población de Port-au-Prince no tiene acceso a servicios públicos básicos, como luz, agua, o recolección de basura. Por eso, se percibe a esa ciudad tan decadente, llena por todos lados de basura, ruinas y pobreza.

Dicen los reporteros que de los más de 18,000 desplazados internamente, sólo entre 5,000 y 7,000 han podido ser ayudados por la Organización Internacional para la Migración, IOM (por sus siglas en inglés).

“Estamos negociando que podamos ayudar al resto”, dice Giuseppe Loprete, jefe de la IOM, citado por los reporteros.

Cuentan la historia de Elice Fleury, quien tenía una panadería. Una pandilla se apoderó de su barrio, Martissant, con lujo de violencia, pues es vital, porque por él pasa un camino que conecta a la capital haitiana con el sur del país, por el que circulan transportes que acarrean mercancías. Por fortuna, toda su familia logró reunirse y actualmente, viven en un refugio, habiéndolo perdido todo. “Pero tampoco queremos regresar, pues es seguro que nos matarán si lo hacemos”. Así que todo lo perdieron y ya abultan el ejército de pobres extremos que viven en esos refugios.

Todos los habitantes de Port-au-Prince, declaran miembros de Médicos sin Fronteras, “sufren en menor o mayor medida la violencia de las pandillas. Muchos, han formado autodefensas, pero cuando no pueden contener más a los pandilleros, abandonan sus barrios y éstos se convierten en territorios abandonados, azolados por esos delincuentes”.

Todo eso vuelve muy peligroso el regreso de los deportados, como es el caso de Justin Pierre, de 31 años, estudiante de leyes, quien, al llegar al aeropuerto de Port-au-Prince, siendo recibido por la IOM, protestó, con gritos, frente a otros deportados, de que “!No es este el momento adecuado para deportarnos a Haití. Haití no está listo para recibir a deportados, pues su situación es caótica. Es un país que vive una crisis económica, política, social y de inseguridad, estamos rodeados por pandillas por todos lados. Nos deberían de haber permitido solicitar asilo como refugiados!”.

Eso lo dijo, porque Estados Unidos les ha negado asilo a la mayoría, prefiriendo su pronta expulsión. Mucha de la situación que vive Haití actualmente, se debe a los distintos controles colonialistas que sufrió, comenzando con los franceses. Estados Unidos, lo ocupó por casi dos décadas “y desde entonces, sufriendo golpes de Estado, terremotos, huracanes, líderes de Estados Unidos y de la comunidad internacional, han contribuido al caos y tratado, sin éxito, de reconstruir a ese país”, anotan los reporteros, acertadamente.

Fue por esa situación de nula ayuda, que el funcionario estadounidense Dan Foote, enviado especial de Estados Unidos para Haití, renunció a su cargo, pues no es posible, declaró, que “sean regresados haitianos a un país en donde los funcionarios de la embajada estadounidense deben de estar confinados en lugares seguros, por el peligro que bandas armadas representan para la vida diaria. Sólo vamos a lograr que crezca la migración en nuestras fronteras, pues estamos contribuyendo a ahondar la inaceptable miseria de Haití”.

Pues qué bien que Foote, haya tenido dignidad y haya renunciado a ese cargo, que sólo busca seguir deportando a pobres haitianos.

Se calcula que hayan unas 100 pandillas que, a diario, siembran el terror en la capital. Un residente, Jean Baptiste Nevelson, quien vive en Bel Air, dice que se han armado sus vecinos, para defenderse. “Ya no confiamos en ningún gobierno, no confiamos en la policía. Sólo nos tenemos nosotros… para ser honestos, llegamos a un punto en donde este barrio sólo puede ser defendido con nuestras armas”.

Muy fuerte, emotiva y desesperada declaración.

Aquí, en México, hay varias localidades en sitios como Guerrero o Michoacán, que han huido de la violencia ejercida por grupos de narcotraficantes, que los azuelan sin piedad. Y han optado, en efecto, por defenderse a sí mismos, como se hace en Michoacán, por ejemplo, que hasta mujeres han formado autodefensas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/01/mujeres-de-michoacan-formaron-un-grupo.html).

Es entendible lo que Nevelson declara, más, si está en juego todo, hasta la vida de sus vecinos y la de él.

Se han apoderado esas pandillas de todo. Y controlan el tráfico de mercancías, cobrando extorsiones a los transportistas que las acarrean.

En cambio, los ricos – que en todos países, por muy pobres que sean, los hay – viven en el suburbio de Petion-Ville, “en casas amuralladas, vigiladas por guardias privados, bien protegidos de la violencia y de las extorsiones”.

A los pobres, no les queda más que pedir agua, comida. Decenas de niños “descalzos, desnudos, deambulan por áreas ruinosas, cerca de bodegas y estaciones policiacas abandonadas, que han sido vandalizadas y robadas”.

Los reporteros dicen que varias calles que se cruzan, son muy peligrosas, “y hombres armados, hablan por sus celulares, mientras nos ven pasar, recelosos”.

Un guía, Andy, trató de acompañarlos a recorrer el mercado, pero, de repente, fueron detenidos por hombres que dijeron ser de la “seguridad”. Fue cuando la amabilidad de Andy se perdió y les gritó que se fueran pues “¡puede haber un ataque en cualquier momento!”.

El mencionado Jean Baptiste Nevelson dice que “El futuro será malo, caótico y violento”.

Muy bien resumido lo que le espera a Haití y a los deportados que, por la falta de coordinación y solidaridad internacional, deberán de regresar a ese caótico infierno.

 

Contacto: studillac@hotmail.com

 

 

 

 

domingo, 26 de septiembre de 2021

La crisis inmobiliaria de la empresa china Evergrande

 

La crisis inmobiliaria de la empresa china Evergrande

Por Adán Salgado Andrade

 

Desde hace varias décadas, China abrazó por completo al capitalismo salvaje, jugando sus reglas e imposiciones. No ha importado que en ese proceso, tal país, esté contaminando y depredando aceleradamente sus recursos y las de las naciones en donde filiales de sus empresas, como petroleras, generadoras de electricidad, constructoras, dragadoras, desalinizadoras o mineras, operan actualmente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/01/el-sobrevalorado-y-anarquico.html).

Ese anárquico crecimiento, dentro de China, ha incidido en malos índices de salud para millones de chinos, los que mueren prematuramente por problemas de contaminación, la que es denunciada en el documental independiente Under the Dome (Bajo la cúpula), de la prestigiada periodista Chai Jing, quien, de acuerdo con una publicación de la BBC, empleó su propio dinero para filmar y producir tal documental, el cual tuvo un costo aproximado de 159 mil dólares, más de un millón de renminbis (ver: http://www.bbc.com/news/blogs-china-blog-31689232).

Chai concibió la idea de hacer el documental, a partir de que su recién nacida hija tuvo un tumor benigno en su útero. La niña, fue sometida a una delicada operación, siendo advertida Chai de que tenía pocas esperanzas de sobrevivir. Por fortuna, la niña sobrevivió y Chai se dio a la tarea de investigar las causas que llevaron a la pequeña a nacer con ese problema, las que ella atribuyó, de inmediato, a la contaminación. Y, desde entonces, Chai decidió convertirse en ambientalista (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/06/la-creciente-y-letal-contaminacion-china.html).

Y aunque opera capitalistamente, China sigue declarando que es un país “socialista”, en donde, supuestamente, el estado controla la economía. Y ese “socialismo”, también se justifica por la “revolución”. Y tal “revolución”, lo determina todo. Como dice el escritor Yu Hua, emprender grandes proyectos, es considerado ‘revolucionario’ y los gobiernos locales, junto con las empresas, se esfuerzan, por ejemplo, por tener la mejor ciudad, el edificio más alto, la mayor cantidad de fábricas, el mayor número de puertos, el mayor número de vías férreas… y así, aunque muchos de tales proyectos sean, incluso, inútiles. Un sinónimo de “desarrollo” es que crezcan las ciudades y para ello, los gobiernos locales expropian tierras de los campesinos que están a las afueras de dichas ciudades. Hua señala que actualmente existen cientos de kilómetros cuadrados de áreas de casas demolidas en espera de ser “urbanizadas”. Y los lanzamientos son forzosos. Comenta que una vez que a una familia campesina le llega el aviso de que su casa será expropiada, es inútil oponer resistencia, ya que las “autoridades locales” llegan al extremo de arrestar a todas las familias, darles fuertes golpizas y, mientras están encarceladas, maquinaria pesada procede a demoler las casas, sin ningún miramiento. Ha sido tan grande la desesperación de muchas de las personas a las que arbitraria e ilegalmente se desaloja, que ha habido casos dramáticos de resistencia, como el de una mujer, Tang Fuzhen, en la provincia de Chengdu, la que lanzó cocteles Molotov a las máquinas, pero como éstas continuaron con su destructiva labor, la mujer se roció gasolina, inmolándose a la vista de todos. Su caso lanzó una clara señal de hasta dónde el autoritarismo chino ha llegado y las potenciales tensiones sociales a las que dará lugar (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/09/china-autoritarismo-capitalismo-salvaje.html).

Ya hay varios ex funcionarios que han huido de China, por criticar a Xi Jinping, señalando, sin ambages, que el tipo se ha convertido en un total dictador, quien está tratando de regular y censurar todo lo que no le convenga, con tal de perpetuarse permanentemente en el poder (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/08/el-dictador-chino-xi-jinping.html).

Hasta la pandemia trató de regular inicialmente, prohibiendo que se hablara de ella. Un estudio hecho desde marzo del 2019, por científicos chinos, había advertido que, de un momento a otro, se desataría una pandemia, por la nefasta costumbre china de comer especies silvestres, como murciélagos, incluso crudos, y seguir invadiendo hábitats (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/03/cientificos-chinos-previeron-hace-un.html).

Pero lo que China no ha podido evitar, son las consecuencias de la descontrolada sobreproducción, el monopolio y de la híper concentración capitalista de la riqueza, previstas por el economista y filósofo alemán Karl Marx (1818-1881), en su obra Das Kapital (El Capital), publicada en 1867. En tal obra, Marx señaló los efectos adversos que tales tres factores provocan, entre otros, que el capitalismo sea un enfermo crónico que se autodestruye, en el que se da una guerra salvaje entre empresas y entre países, por controlar y abarcar el declinante consumo nacional e internacional. Por tal razón, guerras como la Primera o la Segunda, del pasado silgo XX, se dieron, debido a que en crisis extremas, son la única forma que tiene el capitalismo para renovarse en algo y seguir subsistiendo (ver: https://www.monografias.com/trabajos7/crisis/crisis.shtml).

Últimamente, el dictatorial Jinping ha tratado de “regular” la concentración de la riqueza, golpeando a gigantes como Tencent, Alibaba, ByteDance (propietaria de la enajenante Tiktok) o Didi, alegando que la gran riqueza que han acumulado es peligrosa y “debe de repartirse entre el pueblo” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/08/china-y-su-hipocrita-regulacion-de-los.html).

Como esas empresas ya cotizaban en bolsas de valores extranjeras, como la de Wall Street, en Estados Unidos, con tales medidas de control, han bajado sustancialmente sus cotizaciones. A Jinping, eso no le interesa, sólo el “bienestar del pueblo”, pero es una hipócrita maniobra para, como señalé, seguirse perpetuando en el poder. Inversionistas extranjeros, han perdido parte de sus inversiones y lo que logrará el dictador chino es que, al sustraerse de las leyes financieras y crediticias internacionales, que siguen siendo reguladas por el capitalismo salvaje, a China la irán aislando, como se ha hecho con países que han tratado de jugar en contra de las imposiciones capitalistas. Y si China ha crecido a un buen ritmo en las pasadas décadas, se debe a que abrazó totalmente al capitalismo, el que sólo ha visto en ese país, una fuente de recursos naturales y mano de obra baratos, que le han ayudado a bajar los costos de producción, necesario requisito para la agresiva competencia capitalista (triunfa la empresa que ofrezca el mejor producto de su rama, al menor precio posible). Pero si China no está respetando las inversiones extranjeras, se le condenará. No puede crecer solamente por su mercado interno, como lo mostró el encierro de la pasada pandemia, que bajó brutalmente su desempeño económico, pues sus exportaciones bajaron, al no haber demanda de los países que también redujeron su demanda debido a dicho encierro.

Dentro de la división capitalista internacional, China tiene asignado el ser una gran maquiladora, para surtir al resto del mundo, pero si rompe con las leyes que debe de respetar, será en su contra.

De todos modos, se siguen dando signos de que la crisis capitalista se ha seguido apoderando de ese país. Es el caso de los problemas inmobiliarios que está enfrentando la empresa de bienes raíces Evergrande. Esa ha sido una de las empresas que han apostado al gigantismo, a seguir creciendo anárquicamente, ser “revolucionaria”, sin importar si sus propiedades eran o no vendidas. Y a pesar del gran apoyo público que ha tenido, por fin, se destapó la crisis en la que se ha envuelto. Es lo que expone el artículo de The Guardian titulado “Cómo la caída del gigante inmobiliario Evergrande, ha sacudido a toda China”, firmado por Helen Davidson y Martin Farrer, en el que agregan que “Todos los ojos están puestos en Xi Jinping, al crecer la expectativa de que el gobierno tendrá que intervenir para proteger a los pequeños inversionistas” (ver: https://www.theguardian.com/business/2021/sep/25/how-fall-of-property-giant-evergrande-sent-a-shockwave-through-china).

Comienzan los reporteros citando el caso de Chen (que, aclaran, no es su verdadero nombre, con tal de que no lo persigan los autoritarios cuerpos represivos chinos) quien, en mayo del 2020, invirtió el equivalente a $46,490 dólares ($932,331 pesos), para comprar un departamento a Evergrande. “Como es una empresa segura, no pensé que saliera mal”. Pero, para su desgracia, sí le salió mal, como a muchos de sus conciudadanos, pues Evergrande no le ha entregado el departamento, por sus fuertes problemas financieros. “Evergrande – que está incluida en las 500 compañías globales de la publicación Fortune –, se ha convertido en uno de los desarrolladores chinos más endeudados, con más de $300,000 millones de dólares (mdd) en vencimientos, decenas de proyectos inmobiliarios parados y alrededor de 1.5 millones de departamentos sin terminar, que ya están pagados, sólo para que los entregue a sus inversionistas. El potencial colapso, - la consecuencia de años de endeudarse – ha enviado sacudidas a los sectores financieros y de bienes raíces, y se especula que podría afectar a todo el sistema financiero chino, incluso, en los mercados internacionales. También hay preocupación de cómo podría afectar los precios de productos como el hierro – al caer la construcción, ese factor baja su precio. Ya la calificadora Fitch Ratings – la misma que califica a México –, bajó sus previsiones de crecimiento para China, diciendo que ‘el principal factor de peso es el alentamiento del sector inmobiliario’ ”, escriben los reporteros.

La compañía ha anunciado que tiene serios problemas de endeudamiento, inclusive, que hasta tuvo problemas para pagar $83.5 mdd a inversionistas externos. También, su unidad de vehículos eléctricos tiene problemas de liquidez, pues no ha pagado deudas, ni salarios de su personal.

Expertos como Michel Löwy, ejecutivo del grupo bancario global SC Lowy, dicen que la única solución es que la empresa reestructure su deuda.

China, a través de Evergrande, está sufriendo, justamente, los problemas que desataron la profunda crisis inmobiliaria de Estados Unidos en el 2008, cuando millones de propiedades no pudieron ser pagadas por sus dueños. Fue una crisis que afectó a todo el mundo, pues se desató una cadena de falta de pagos que afectó a inmobiliarias, empresas de todo tipo, a bancos y a ciudadanos comunes. Todavía se sienten los efectos de tal crisis, aunados a las que se siguen dando, cotidianamente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/11/el-convenenciero-capitalismo-salvaje.html).

Eso, es seguro, ocurrirá con la caída de Evergrande, pues al haber pedido préstamos, no sólo a bancos chinos, sino a extranjeros, su colapso se los llevará consigo. Igualmente, los ávidos inversionistas chinos o internacionales, que metieron su dinero en aquella empresa, para ganar mucho más, perderán todo o casi todo. Así de ligado globalmente, está el capitalismo mundial. Las bolsas de valores de México, Brasil, Colombia, Perú y Chile, cayeron en septiembre del presente año, 2021, a consecuencia de las “dudas sobre la solidez financiera de una de las constructoras más grandes de China”. Como es una empresa constructora, dejaría de comprar materias primas a esos países, por lo que, como dije, ligaría su crisis (ver: https://elpais.com/america/economia/2021-09-21/el-colapso-de-evergrande-en-china-pone-en-alerta-a-latinoamerica-sobre-sus-implicaciones-en-la-region.html).

Es un efecto dominó, pues todo el planeta, sin excepciones, saldrá afectado, es inevitable.

Continúan los reporteros diciendo que “en toda China, docenas de rascacielos se erigen, repartidos en espacios de área equivalente a la de varios campos de fútbol. La premura por construir, ha ocasionado numerosos problemas, incluyendo finanzas riesgosas, mala construcción y una gran sobreoferta. Analistas dicen que unos 90 millones de personas podrían acomodarse en tanta propiedad vacía”.

¡Sólo consideren, cuántos departamentos vacíos son, para dar acomodo a 90 millones de personas! Suponiendo unas cuatro por departamento, estaríamos hablando de 22,500,000 departamentos, que no hay quien los compre. Y si cada edificio albergara unos 50 departamentos, estamos hablando de unos 450,000 edificios. ¡Demasiados! Unos,  hasta se han debido demoler por mal hechos y, otros, porque nadie los ocupará. Un dramático video, que se hizo viral, muestra el momento en que quince altos edificios, que aún estaban en construcción, fueron demolidos con explosivos. Nadie los iba a ocupar. Absurdos e inútiles gastos (ver: https://www.youtube.com/watch?v=gn1egrjMoD8).

Son, pues, gastos inútiles, cuyo dinero, seguramente, originado por créditos, se perderá, abultando las deudas de inmobiliarias como Evergrande. Y aunque la mafia china en el poder ha tratado de que las inmobiliarias se endeuden menos y disminuyan la fiebre constructiva, “la crisis de Evergrande y otras inmobiliarias era algo que se veía venir”, como dice George Magnus, asociado en el centro de estudios chinos de la Universidad de Oxford, citado por los reporteros.

Ya, desde el 2018, el banco central chino había señalado a Evergrande como una empresa que “puede ocasionar un riesgo del sistema”. Y Evergrande, se propuso como objetivo, disminuir su deuda en “$23,300 mdd durante tres años”. Pero nada de eso ha podido cumplir.

Es tan grave sus crisis, que la empresa pidió a sus propios empleados que le “prestaran” dinero o que se “olvidaran” de sus bonos extras. Pero, por la crisis, ya no les pudo pagar y “hay filas de empleados, exigiendo a la empresa que les devuelva el dinero prestado en sus oficinas centrales”.

¡Vaya imposición, que una empresa les pida préstamos a sus propios empleados, para paliar su crisis! ¿Será por el supuesto “socialismo” practicado en China? Como quiera que sea, pero es absurdo. Y, más aún, que no les regrese sus préstamos.

Magnus y Löwy creen que dinero público entrará al rescate de Evergrande, “con tal de que sus ciudadanos inversionistas, empleados y proveedores y bancos locales, estén protegidos”.

Entre esos ciudadanos inversionistas, está el mencionado Chen, quien espera que la empresa le entregue “lo antes posible” su departamento.

Pero no piensan Magnus y Löwy que el rescate abarque a los inversionistas y prestamistas foráneos, a los que se dejará a su suerte.

Y, cuando eso suceda, será el fin del concepto de la China Poderosa, a la que no le afectan las crisis económicas, pues al sustraerse de las imposiciones capitalistas, los barones internacionales del dinero, no se lo perdonarán y la castigarán con sus temibles sanciones económicas. Caerá en el concepto de país “paria”.

Quizá sea por eso que China esté mostrándose más beligerante, como el hecho de que amenaza con recobrar a Taiwán, país que, sigue insistiendo, le “pertenece” (la histórica separación de Taiwán de China, desde 1945, ha hecho a ese país totalmente independiente de China. Y así lo reconoce el mundo).

Y también amenaza con apoderarse totalmente del Mar del Sur de China, por el que se realizan operaciones comerciales por unos $3.37 billones de dólares anualmente ($3,370,000,000,000), impidiendo el paso de barcos extranjeros (ver: https://www.cfr.org/global-conflict-tracker/conflict/territorial-disputes-south-china-sea).

Ya, Estados Unidos, Inglaterra y Australia hicieron un pacto para proporcionar de submarinos de impulsión nuclear a éste último país, para que pueda vigilar esa región marina tan disputada (ver: https://www.theguardian.com/australia-news/2021/sep/15/australia-nuclear-powered-submarines-us-uk-security-partnership-aukus).

Finalmente, la crisis inmobiliaria, financiera y económica china, demuestra que no hay “milagros eternos” dentro del capitalismo. Los imperios económicos llegan a la cúspide y comienzan su decadencia.

Y la “fortaleza” china, caerá, así como han estado cayendo varios de los edificios chinos demolidos, porque nadie los habitará.

 

Contacto: studillac@hotmail.com