domingo, 22 de noviembre de 2020

Estudio forénsico demostró que la explosión de Beirut fue un desastre anunciado

 

Estudio forénsico demostró que la explosión de Beirut fue un desastre anunciado

por Adán Salgado Andrade

 

Existen “accidentes” que pudieron ser evitados y, más bien, son involuntarias acciones criminales, dada la negligencia de no haber corregido los problemas que originaron tales “accidentes”.

En edificios mal planeados, en cuanto a seguridad de incendios, los han consumido las llamas, dejando decenas de muertos, como en la torre Grenfell, en Londres. O puentes que por no ser revisados, debidamente, en sus estructuras, han colapsado, como sucedió en Italia, con el puente Morandi, ubicado en Génova, que su alma de hierro, estaba corroída. Ocasionó 45 decesos y decenas de camiones y autos, destruidos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/cuando-el-mezquino-egoista-interes.html).

La explosión de gas, ocurrida en 1984, en San Juanico, a las afueras de la ciudad de México, dejó demasiadas víctimas, debido a que mucha gente estuvo ocupando, irregularmente, terrenos aledaños a los largos tanques de almacenamiento de gaseras. Bastó alguna fuga, un chispazo, para que estallaran tales tanques, lo que ocasionó cientos de muertos, miles de heridos y cientos de casas destruidas (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/San_Juanico_disaster).

También, son frecuentes los estallidos de polvorines en Tultepec, en donde se fabrican fuegos artificiales, los cotidianamente llamados cohetes, justo por el mal manejo de tanta pólvora en lugares cerrados. Y no se aprende de los que han ocurrido, pues, siempre, nos enteramos de nuevos “accidentes” cada año (ver: https://www.xataka.com.mx/especiales/50-explosiones-20-anos-tultepec-sigue-siendo-capital-pirotecnia-no-parece-que-vaya-cambiar).

O cuando una tubería que transportaba combustible, que había sido saboteada por ladrones de gasolina (los llamados huachicoleros), se rompió y mucha gente, imprudentemente, se acercó con recipientes al alto chorro de gasolina, para recoger lo más que pudieran del inflamable combustible. Bastó una chispa, quizá hecha a propósito, para que se produjera un tremendo estallido, que ocasionó, al menos, 66 muertos y decenas de heridos. Si hubieran tenido precaución y, sobre todo, sentido común, toda esa gente que se reunió en ese peligroso sitio, no lo habría hecho (ver: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46930014).

Una explosión, que ocasionó más de 2,000 muertos y 9000 heridos, además de decenas de edificaciones destruidas en su totalidad, fue la del carguero francés SS Mont Blanc, sucedida el seis de diciembre de 1917, el cual iba cargado con 2600 toneladas de TNT y ácido pícrico, otro explosivo. Llegaba al puerto de Halifax, en Nueva Escocia, Canadá, cuando chocó con otro carguero, el noruego SS IMO. Allí, se trató de un claro error humano, por parte de las tripulaciones de ambos barcos, las cuales, muy tarde, se dieron cuenta de que iban en ruta de colisión, lo que, finalmente, sucedió. Pero, podría pensarse, ¿por qué transportar tantos explosivos en un solo barco? (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Halifax_Explosion).

Todos esos incidentes, puede decirse, son tragedias anunciadas.

Así, como la que justamente sucedió el 4 de agosto del presente 2020, que expone el artículo del portal digital Gizmodo, titulado “Expertos forénsicos, usaron las redes sociales, para reconstruir la causa exacta de la trágica explosión de Beirut”, firmado por Andrew Liszewski, en el que expone cómo, gracias a tantos videos y fotos que se captaron del terrible evento, usando software muy especializado, lograron realizar los expertos, un video, que combina filmaciones reales y fotos de antes, durante y después del tremendo estallido (ver: https://gizmodo.com/forensics-experts-used-social-media-to-reconstruct-exac-1845724423).

Comparado con el sucedido en el mencionado puerto de Halifax, tanto la fuerza explosiva, así como las muertes, heridos y daños ocasionados, fueron menores, pero pudieron haberse evitado, como señalan los expertos del grupo de investigación Forensic Architecture, perteneciente a la Universidad de Londres.

Todos los archivos fotográficos y fílmicos, fueron combinados con muy específicos conocimientos, con lo que se llegó a esa conclusión, que fue una tragedia anunciada.

La explosión, tuvo la fuerza equivalente a 1,500 toneladas de TNT, menor a la de Halifax, pero, obviamente, igual de destructiva. Basta ver el video, que recorrió el planeta entero, del fuerte estallido, seguido de una ola expansiva, acompañada de una creciente, densa capa de humo blanco, que tomó la forma de hongo, como una detonación nuclear, que cubrió una extensión de casi 1,800 metros en décimas de segundo (ver: https://www.youtube.com/watch?v=LNDhIGR-83w).

“Los hallazgos, son compartidos en un video de 12 minutos, que emplea filmaciones aleatorias de toda la ciudad, para reconstruir todo, desde las columnas de humo que comenzaron a salir de la bodega, hasta el estallido mismo. Desafortunadamente, sólo sirvió para confirmar lo que muchos sospechaban, que había sucedido allí. Seis años antes, en octubre del 2014, 2,750 toneladas de nitrato de amonio (un fertilizante con alto contenido de nitrógeno, que también sirve como un ingrediente en explosivos usados para la minería), fueron descargadas en los muelles de Beirut y almacenadas en una bodega cercana. Al paso de los años, muchos reportes advirtieron de los riesgos de seguridad, debidos al material allí almacenado, que incluyeron un alarmante informe de un experto forense, en febrero del 2015, quien halló que 70% de los casi 3,000 costales que contenían el nitrato de amonio, habían sido abiertos, con el cristalino material, regándose”, señala Liszewski.

Notas periodísticas y fotos, tomadas antes del estallido, reportaron que había ¡23 toneladas de fuegos artificiales, más de mil llantas y cinco rollos de mecha, para detonar explosivos para demoliciones. “La forma en que se almacenaron todos esos materiales, creó una potencial bomba, que estaba esperando solamente su estallido”.

Los expertos, pusieron al alcance público, sus modelos en 3D, que muestran todos los detalles, en la plataforma de colaboración tecnológica de softwares GitHub, para que los interesados, los analicen y obtengan sus propias conclusiones.

En efecto, el video de doce minutos explica, detalladamente, la forma en que estaban colocados los materiales más peligrosos, como el nitrato de amonio, en casi toda la bodega, los fuegos artificiales, muy cerca, las llantas y los rollos de mecha. Tal pareciera que, en efecto, alguien los habría dispuesto así, para que interactuaran entre ellos, peligrosamente, y provocaran el estallido. Muestran un incendio previo de la bodega y a gente, fuera de ella, comentando el suceso, como si nada. Supongo que no les pasaba por su cabeza, que el nitrato de amonio es una bomba, si se le combina con, por ejemplo, diésel, como hizo Timothy McVeigh, ex soldado estadounidense condecorado, cuando voló el edificio federal Alfred P. Murrah, en la ciudad de Oklahoma, el 19 de abril de 1995, “en uno de los más letales actos de terrorismo doméstico”, como es definida esa acción, que dejó 168 muertos, “incluyendo 19 niños de la guardería del lugar” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Timothy_McVeigh).

Y los distintos tipos de humo que salieron de la bodega, se debieron a los distintos materiales, como el negro, que debió de haber correspondido a las llantas y el blanco, del hongo, al estallido del nitrato de amonio (les recomiendo que vean el video en cuestión).

Por desgracia, el “accidente”, dejó en peor situación a Líbano, un país quebrado, desde antes, endeudadísimo, con alto desempleo y poco qué producir, pues exportó, en el 2017, $3,524 millones de dólares, en tanto que importó, para dicho año, $18,340 millones de dólares, o sea, más de cinco veces lo exportado. Su economía, se basa en 83 por ciento en servicios, como bancos, comercio y turismo, escasa agricultura y poca industria (ver: https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/le.html).

La gente ha hecho varias manifestaciones, exigiendo un cambio total de gobernantes, que no sean corruptos y que inviertan en necesaria infraestructura, para reactivar la maltrecha economía, más agravada, aún, por la presente pandemia, además del citado “accidente”.

Es de imaginarse, que el dueño de la bodega en donde estaba almacenado el nitrato de amonio, cobraba buen dinero por guardarlo. Y, mientras alguien le hubiera estado pagando, no hubo ningún problema.

Por desgracia, los muertos y los heridos provocados por la tragedia, quedarán como una estadística más.

Se sumarán a los que se den en otros “accidentes” alrededor del mundo, que podrían ser evitados, pero que pesan fuertes intereses económicos, más que los potenciales peligros.

En San Juanico, por ejemplo, se volvieron a instalar los enormes tanques de almacenamiento de gas y las “medidas” de prevención, quedaron en el olvido. Puede provocarse, nuevamente, una, anunciada tragedia.

En Tultepec, siguen haciendo pirotecnia, como si nada.

En Beirut, se está reconstruyendo lo afectado, muy buen negocio para las empresas constructoras que lo están haciendo y todos los negocios inmiscuidos.

Total, los muertos, se entierran, pero los jugosos negocios, ¡que sigan adelante!

 

Contacto: studillac@hotmail.com