domingo, 20 de octubre de 2024

Judíos conscientes y judíos genocidas

 

Judíos conscientes y judíos genocidas

Por Adán Salgado Andrade

 

Siempre he dicho que hay gente buena y gente mala en todo el mundo, aunque los buenos, siempre han sido los menos. Los malos, generalmente lo son por manipulación de las mafias en el poder, que los convencen de que la podredumbre humana es lo mejor, que sigan por ese camino. Son lo que llamo autómatas-consumidores, personas inconscientes, indolentes, ignorantes e insensibles, entre otras indeseables características.

Y un ejemplo de ello es que el actual genocidio cometido en Gaza por judíos asesinos, ha permitido ver las profundas diferencias entre las dos clases de personas que mencioné arriba.

Primero me refiero a los judíos conscientes, los que se dan perfectamente cuenta de que la masacre que están ocasionando los militares judíos genocidas, alentados por Netanyahu, es una barbarie en pleno siglo 21, algo que en su momento cometieron los nazis con los judíos de entonces, igualmente reprobable, pero que los actuales, toman como justificación para cometer todas las atrocidades que a diario se han documentado desde octubre del año pasado, tomando como pretexto un ataque de Hamas que dejó varios muertos y rehenes (ataque que, aclaro, no fue espontáneo, sino producto de décadas de humillaciones, asesinatos, despojos de tierras, destrucción, bombardeo y otras agresiones a los palestinos, que comenzó cuando su tierra fue dividida arbitrariamente después del fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo la complicidad de Inglaterra, Estados Unidos y otros países de la ONU. Incluso, pudo haber sido un auto ataque, para justificar la masacre. Yasser Arafat (1929-2004) se refería a Hamas como “la criatura de Israel”  Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/10/el-drama-palestino-bajo-el-yugo-judio.html).

En un video del prestigioso sitio estadounidense Democracy Now, dirigido por la reportera y escritora Amy Goodman (Nueva York, 1957), cuya temática es sobre las noticias incómodas para Estados Unidos, presentó en entrevista a la judía estadounidense Elena Stein, directora de estrategias organizativas de la ONG Jewish Voice for Peace (Voz Judía por la Paz), quien platicó muy efusivamente sobre una protesta que efectuaron los miembros de dicha organización enfrente de la Bolsa de Valores de Estados Unidos, en contra del genocidio el viernes 18 de octubre del 2024 (ver: https://www.youtube.com/watch?v=ztbvvcn0VNc).

Stein es nieta de una sobreviviente del Holocausto, que no murió en un genocidio nazi cometido contra el poblado en donde vivía, gracias a que no estuvo en ese sitio en aquél entonces.

Se refiere Stein, claramente, a que la “ayuda” a Israel por parte de Estados Unidos de 3,800 mdd cada año, que sale de los impuestos de los estadounidenses, es para financiar a las corporaciones militares como Raytheon o Lockheed Martin que se benefician de esa “ayuda” y que dan a sus accionistas jugosos dividendos.

Mencionó que unos 50 diputados estadounidenses y sus esposas, nada menos, tienen acciones en esas empresas, así que se benefician directamente del genocidio actual, ¡miserables obscenos! Y que la “ayuda que le acaba de dar Estados Unidos a Israel es de ¡18,000 mdd!, así que es un súper negocio, a costa de matar a inocentes”.

Como siempre he dicho de las guerras, que son muy lucrativas y por eso deben de existir armas y ejércitos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/12/ferias-de-armas-exhibicion-de-fuerza-de.html).  

Y ahora, con Líbano e Irán, dijo Stein, también va a seguir el negocio.

Citó la más reciente masacre en un hospital (no será la última, por desgracia), en el que gente con sondas intravenosas aparecen envueltas en fuego, como el estudiante de ingeniería Sha’ban al-Dalou, de 19 años, quien fue filmado en sus últimos momentos, sus brazos levantados, desesperado de morir de una forma tan horrible, quien se recuperaba de un bombardeo anterior, pero que fue asesinado por los monstruos, a los que nada detiene, ni conmueve. “Nadie sabe qué haya tratado de decir en esos últimos segundos de su existencia”, dice el articulista Zak Witus, él mismo, judío miembro del New Israel Fund (ver: https://www.theguardian.com/commentisfree/2024/oct/17/shaban-al-dalou-burned-alive-israel-gaza).

Aclaró Stein que no es ser antisemita, condenar el genocidio que se comete en nombre de la “protección” a los judíos. “No, nos oponemos que en nuestro nombre, el de judíos que vemos el engaño, se diga que apoyamos ese asesinato masivo, que sólo beneficia a las corporaciones armamentistas y a sus accionistas. No es ser antisemita oponerse al genocidio, a favorecer el derecho de la gente a vivir. Por eso, bloqueamos la Bolsa de Valores, pues allí es en donde se llevan a cabo las ventas de acciones de las corporaciones, en donde se dan dividendos, para que vean de lo que están ganando, de un asesinato masivo. Contemplamos el genocidio con horror, sin palabras para expresar todo lo que estamos sintiendo ante ese exterminio, porque es un exterminio, una limpieza étnica, destinada a desaparecer a toda Gaza, si es posible, con la complicidad de Estados Unidos. Que no mientan Biden y los otros, esto es un negocio para que las armeras tengan buenas ganancias y repartan buenos dividendos a sus accionistas, a costa de los impuestos de los estadounidenses”.

A pregunta de Goodman, de si pensaba que Biden estaría viendo eso, dijo que “pienso que sí, porque lo que hicimos ayer, repercutió en todo el país y, espero, en el mundo. A mí, me encerraron nueve horas, pero no me preocupa, si con eso logramos nuestro objetivo, dejar en claro que habemos judíos que no estamos de acuerdo con ese genocidio”, concluyó.

La contraparte son los judíos genocidas.

Y aquí, retomo varios videos.

El primerio, por el influencer Owen Jones, quien presenta un libelo de “canción”, en el que varias adolescentes judías entonan una especie de “himno”, celebrando la masacre (ver: https://www.youtube.com/watch?v=RV0pEUXMz6M).

Introduce su presentación refiriendo que los “judíos dicen que destruirán todas las construcciones en Gaza, porque son escondites de Hamas, lo cual es de dudarse”. Y que se apoyan en un relato histórico, citado por Netanyahu, “en el que Amalec (supuesto héroe bíblico), comandó a todos los israelíes a matar a todos los hombres, mujeres, niños y ganados (del enemigo), como justificación para el genocidio actual”. Y presenta el libelo, que celebra el genocidio, en el minuto 2:03, en el que niñas y niños con “angelical voz”, enaltecen la masacre, acompañando su “emotivo” canto con imágenes de la destrucción, como edificios bombardeados, soldados judíos asesinando a palestinos y otras estupideces (por no referirme con una palabra más precisa).

Recojo algunas obscenas frases: “Somos los niños de la generación de la victoria… miren, el IDF (ejército judío) está cruzando la línea, para aniquilar a los que portan la suástica (absurdo, pues no son nazis los palestinos), en otro año, no quedará nada y podremos retornar a nuestros hogares, con toda seguridad y a nuestros campos, para seguir sembrando y recordaremos a todos, a los puros y a los preciosos (se refieren a los que murieron a manos de Hamas el 7 de octubre del 2024), nunca dejaremos que nuestros corazones olviden una amistad como esa, amor santificado con sangre, ustedes regresarán y florecerán entre nosotros… ya no tenemos palabras, nuestra alma aún grita, nuestra alma no sólo llora, sino lucha… una gente, no pararemos protegiendo nuestros hogares, no nos callaremos, le mostraremos al mundo, cómo hoy destruimos a nuestro enemigo y recordaremos a todos”.

Ese repugnante libelo (sentí náuseas al hacer la transcripción), fue producido por la empresa judía Rosenbaum Group, dedicada a las comunicaciones, cuestiones de salud (ayuda, supuestamente, a que las farmacéuticas realicen ensayos clínicos de nuevos productos), investigación, además de que administra una fundación, según establece en su sitio (ver: https://rosenbaum-group.com/).

Y le faltó decir que también produce estos deleznables bodrios.

Se refiere también Jones a un tal Otto Rosenbaum, el típico judío supremacista, que en una entrevista dice que “no podemos aceptar que haya ayuda humanitaria porque en Gaza, no hay humanos, son animales, así que debemos de dejar de tratarlos como humanos, punto”. También menciona al periodista supremacista Hanno Hauenstein, quien se refiere a que la comunidad internacional “dice que habrá una catástrofe humanitaria en Gaza, por la hambruna y epidemias. Pero eso ayudará a que la victoria esté más cerca. No nos dejemos abrumar por eso”. Presenta las palabras que dijo ese sujeto, muy desafiante, en un video que, resumidas, advierten que “a todos mataremos, incluso, si hace falta un boicot mundial, que les quede claro, que incluso enfrentaremos a Estados Unidos, a todos. Sí, publiquen sus videos burlones, ¡pero que quede claro que a todos ustedes los destruiremos, los destruiremos, los destruiremos!”.

Y otro video, también de Democracy Now, muestra cómo los soldados judíos celebran sus victorias. Comienza mostrando cómo un inocente juego de futbol entre jóvenes palestinos, dentro de una escuela en la que se refugiaban, es sacudido por una potente bomba, en julio pasado, en donde fueron asesinadas al menos 31 personas. Las imágenes que siguen son terribles. La novelista palestino-estadounidense Susan Abulhawa (Kuwait, 1970), que es entrevistada en el video, dice que “no es posible que no supieran que allí había puros estudiantes. No hay excusa para Occidente. Si este genocidio es el primero que se transmite en vivo por los mismos militares judíos, que celebran cada matanza que hacen, eso es imposible”.

En efecto, desde el minuto 1:50, un soldado judío, celebra, sonriente, cómo una bomba destruye un edificio a lo lejos. “¡Eso me hizo estallar!”, exclama, sonriendo, junto con sus compañeros. “Sus atrocidades las celebran con música”, señala Abulhawa. En el minuto 1:56, soldadas, junto a un tanque, celebran a ritmo tecno, bailando y cantando, sus “gloriosas hazañas”. Más adelante, se ven soldados jugando pelota en ruinosos departamentos y a otros, destruyendo todo lo que quedó en pie con mazos. Algo que sólo monstruos insensibles pueden hacer (ver: https://www.youtube.com/watch?v=ucfxj-faTWI).

En efecto, esos son autómatas-consumidores enajenados en su máxima expresión.

Lo peor es que hay varias personalidades, como actores y políticos, que apoyan a los genocidas en su exterminio, como Harrison Ford, Scarlett Johansson, Emmanuel Macron, Joe Biden (por supuesto), Katy Perry, Adam Sandler, Bradley Cooper, Dwayne Johnson, Quentin Tarantino (éste, lamentablemente, me sorprendió, pues tenía muy buena opinión de ese director) y otros. Ya no veré las películas de ninguno de ellos (ver: https://www.youtube.com/watch?v=mi218RMv7dM).

He ahí, pues, como señalé, que en todos lados hay gente buena y gente mala.

Esperemos que llegue la época en que prevalezcan los buenos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com

Injusticias de la 4 T

 

Injusticias de la 4 T

Por Adán Salgado Andrade

 

La así llamada Cuarta Transformación, 4 T, dejó cosas buenas (la recuperación de Pemex, CFE, disminución de delitos como el robo de gasolina, obligar a pagar impuestos a todas las empresas, eliminación del inútil horario de verano…), pero dejó muchos pendientes e injusticias, como la atención a la salud para quienes no cuentan con IMSS o ISSSTE.

Se sustituyó ese seguro popular por lo que fue bautizado por Andrés Manuel López Obrador como  INSABI (Instituto Nacional de Salud para el Bienestar), que entró en funciones el 1 de enero de 2020.

Pero, recién me enteré, que o no está funcionando o la gente no sabe cómo debe de emplearlo, si debe de inscribirse o los trámites necesarios. Si se entra a la página oficial, no aparece alguna sección en donde se explique el trámite que deben de hacer los que no cuenten con un esquema de salud (ver: https://www.gob.mx/insabi).

Así que en una emergencia médica, la gente está en el vacío, pues no hay evidencia de que se les atienda mediante el tal INSABI, como pude comprobar.

Recientemente, me visitó a la facultad en donde laboro, la FES Aragón, un ex alumno, a quien llamaré Pedro (no es su nombre real). Comenzó a estudiar grande, quizá a los 51 años, pues en la actualidad, tiene unos 54 (por lo que pude concluir, por un detalle que refiero más adelante).

“No sé si me reconozca”, me dijo, tendiéndome la mano. Le dije que no. De hecho, pensé que sería de una muy vieja generación, por su apariencia, pero no fue así, porque me aclaró que había estado en el 2022, “pero en ese entonces, tenía dientes, pero por el futbol es que estoy chimuelo”, bromeó. Debo reconocer que a la fecha, no lo recuerdo, pero es que tras tantos años de haber dado clases en esta escuela, casi 43, miles de estudiantes han pasado por mis clases (conservadoramente hablando, calculo que más de 11,000).

“Sólo vengo a saludarlo, profe, y a agradecerle, pues por los consejos me dio cuando tomaba clases con usted, sigo en la carrera”, adelantó. Comentó que tenía problemas justamente con la salud de su madre y que yo le recomendé que si lo superaban en ese momento, que mejor se diera de baja temporal y resolviera esa situación. Que, de hecho, es la recomendación que hago a estudiantes que enfrentan demasiados problemas, que mejor prioricen lo verdaderamente importante (cuestiones de salud familiar o personal, por ejemplo) y que hagan una pausa escolar.

Fue lo que Pedro hizo y, “resueltos” los escollos, regresó para averiguar cómo puede reinscribirse a la escuela.

Me platicó, entonces, de los problemas de salud de su madre. “Fíjese que le detectaron cáncer de huesos, del agresivo”. Como no tenía seguro, Pedro se metió a trabajar, porque le urgía que la atendieran. Y todo estuvo bien hasta que hace unas semanas, perdió él su empleo.

“Me puse a buscar otro trabajo, profesor, pero nada. No me importa que fuera de limpieza o de obrero, de lo que fuera, con tal de que mi mamá tuviera seguro de nuevo”. Su expresión era de tristeza y decepción.

Y en el día en que fue despedido, dejaron de atender en el hospital De la Raza a la señora. “Estuve buscando en otras clínicas, a ver si me la atendían, porque necesitaba seguir con sus quimioterapias, pero me dijeron que sólo si pagaba, le seguirían dando el tratamiento”.

Me dijo que lo más barato que le cobrarían iban a ser seis mil pesos. En la Raza, el cobro habría sido de $7,500 pesos. “”¡No, profesor, de dónde, si ni trabajo tenía!”.

La inesperada, afortunada solución se la dio una tía, hermana de su madre, que radica en Guanajuato.

Le ofreció llevársela para allá porque, irónicamente, según me dijo, como allá todavía es un “estado panista”, siguen ofreciendo el Seguro Popular (quizá así ese partido tan desprestigiado y corrupto, pretenda seguir teniendo sus adherentes).

Y eso fue un par de semanas antes de lo que me platicó enseguida.

Fue cuando vi que su rostro se ensombreció aún más. “Sí, mire, la estaban atendiendo, le estaban dando sus terapias, pero… ¡hace una media hora, me llamó mi tía para decirme que mi mamá ya había fallecido!”. Las lágrimas le comenzaron a brotar. “Pero, mejor, hijo, porque ya estaba sufriendo mucho. En la mañana, le iba a cambiar su blusa, pero al levantarle su bracito, se le fracturó desde el hombro”, le dijo la tía.

La destructiva acción del cáncer, ya había hecho estragos en los huesos de la señora.

“¿Qué edad tenía?”, pregunté. “Sesenta y ocho años, profe, me tuvo a los catorce años”. “Pues no era muy grande”, le comenté, dándole la mano y ofreciéndole un abrazo de consuelo. De ese detalle, deduje la edad de Pedro. “No, profesor. Y le voy a decir, ya que estamos en confianza, por qué me tuvo tan joven. Es que cuando tenía catorce años, fue a una fiesta y allí la violaron”, exclama, embargado por la tristeza y el recuerdo, más lágrimas empañando sus ojos. Así que algún macho miserable la violó y de allí nació Pedro, hijo único, me comentó.

Por eso estaba tan apegado a ella, dijo, y buscó por todos los medios una cura para ese mal que desde hace unos cuatro años le fue detectado.

Eso fue, pues, lo que me comentó Pedro. Quizá si su madre hubiera seguido con su tratamiento en el IMSS, no habría muerto tan rápidamente.

Pero, como dije al inicio, son las injusticias que dejó la 4T y que, espero, se corrijan.

No es posible que se deje en un vacío legal, en cuanto a su salud, a quienes no cuenten con algún tipo de seguridad social, sea IMSS o ISSTE.

Es de esperarse que el segundo piso de la 4t, corrija esas lamentables anomalías.

 

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viernes, 11 de octubre de 2024

Egresados de universidades inglesas, no hallan trabajo o laboran en cosas sin relación

 

Egresados de universidades inglesas, no hallan trabajo o laboran en cosas sin relación

Por Adán Salgado Andrade

 

Estudiar una carrera universitaria en estos tiempos, ya no garantiza que se vaya a conseguir, con seguridad, un empleo y, mucho menos, una posición. En países como Estados Unidos, los jóvenes prefieren estudiar una carrera técnica, como mecánicos aeronáuticos o plomeros, en lugar de una carrera universitaria, pues declaran que es más fácil y hasta ganan mejores sueldos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/10/estudiar-una-carrera-universitaria-no.html).

En China, igualmente hay mucho desempleo entre egresados de universidades y, por más que se esfuercen y tengan buenos promedios, muchos no consiguen nada (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/08/en-china-como-en-el-resto-del-mundo-hay.html).

Y en todo el mundo, es una tendencia el incremento cada vez más agudo del desempleo, pues el capitalismo salvaje es lo que busca, irse automatizando más y más, prescindir de los trabajadores, emplear a muy pocos. Y ahora, con la así llamada Inteligencia Artificial (que no es inteligente, sino se trata de simples programas de entrenamiento redundante, que se retroalimentan de millones de datos de muchas plataformas), IA, se calcula que un 40 o 50 por ciento de las actividades laborales “son reemplazables” (ver: https://www.jornada.com.mx/2024/10/06/economia/013n1eco).

Así que los problemas de desempleo empeorarán. Lo peor es que el capitalismo salvaje, en su empeño por ir prescindiendo de gente, está disminuyendo a los consumidores, tan necesarios para su existencia. Supongan que una fábrica de autos despide a 5,000 trabajadores de los que tenía y sólo se queda con cien, gracias a la robotización, la IA y otros factores (buscar que la fabricación sea más sencilla y requiera de menos operaciones). Habrán 5,000 consumidores menos. Y como en épocas de crisis, sobre todo, las empresas recortan a más empleados o quiebran, cada vez habrá menos de ese necesario consumo.

Volviendo al desempleo, en países tan aparentemente desarrollados, como Inglaterra, es padecido mayoritariamente entre universitarios egresados. Como una chica afirma, “es como tropezarme contra un muro”. Es lo que expone el artículo de The Guardian titulado “’Como si me tropezara contra un muro’: Los graduados de Inglaterra se esfuerzan por conseguir un empleo en el “insano” mercado laboral, firmado por Jedidajah Otte, quien agrega que un “proceso impersonal y hostil para hallar el primer empleo lleva a muchos a trabajar por un salario mínimo” (ver: https://www.theguardian.com/money/article/2024/aug/29/uk-graduates-struggle-job-market).

Dice Otte que “más del 30 por ciento de graduados de entre 20 y 30 años, trabajaban en empleos que no estaban relacionados con sus carreras o no tenían trabajo en el 2023”.

La situación es similar en México, en donde, incluso, con una maestría o doctorado, no se halla un empleo. Esas personas son víctimas de lo que yo llamo el “síndrome de la preparación universitaria”, es decir, que actualmente, aun cuando se posean grados universitarios, como licenciatura, maestría o doctorado, no es garantía ya, de que se pueda acceder de inmediato al mercado laboral, pues la creación de puestos de trabajo para esos niveles es mucho menor que los que existen para personas con menos preparación escolar (ver: http://archivo.eluniversal.com.mx/primera-plana/2014/impreso/preparados-sufren-mas-desempleo--43966.html).

Refiere Otte el testimonio de Emma (no es su nombre real), que se graduó con honores en una carrera artística, con especialidad en francés, “que ha estado buscando un trabajo relacionado con lo que estudió. Envía cinco solicitudes de empleo cada semana para obtener un trabajo de tiempo completo, pero sólo ha conseguido cuatro entrevistas y una oferta de un trabajo de entrenamiento, de salario mínimo, pero que fue rechazada”.

Dice Emma que “la idea de mis padres de que si trabajas duro, conseguirás lo que quieras, ya no funciona. La esperanza de las viejas generaciones de que si tienes un título y buenas habilidades, te irá bien, ya no es sostenible. Me siento como si me lanzara contra un muro de ladrillos”.

Pues en efecto, se escucha muy desesperado su clamor, pero como señalé arriba, es algo que se generaliza en todos los países. Ya no es garantía el poseer un título para conseguir un empleo relacionado con lo que se estudió. Quizá, como sucede en México, consigan un empleo en un call center, en un Cinépolis, en un McDonald’s… pero no de dentistas, de abogados, de ingenieros…

En una encuesta realizada por The Guardian para ver cómo les va a los graduados, respondieron que los desanima buscar empleo en campos aparentemente saturados, que puede llevarse meses o hasta años, “con compañías que no responden a las solicitudes hechas por línea o que se toman meses sin contestar o que no pudieron conseguir el trabajo porque les dicen que están demasiado preparados”.

Incluso, señala Otte, que graduados que habían obtenido excelentes calificaciones e incluso de carreras como ingeniería, computación, ciberseguridad u otras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) que habrían pensado que tenían una gran demanda, “no han conseguido empleo, a pesar de haber enviado decenas o cientos de solicitudes”.

Como expreso arriba, el capitalismo tiende a hacer más, con menos, sobre todo, de trabajadores, tanto los fabriles, como los administrativos. Por eso hay cada vez menos y menos empleos.

Señala Otte que aunque casi todos los estudiantes ingleses hallan empleo de tiempo completo no mucho tiempo después de graduarse (61 por ciento de los cuales lo hallaron 15 meses después), muchos consiguen empleos que nada tienen que ver con lo que estudiaron. “De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas, en el 2023, sólo 60.4 por ciento de los egresados viviendo en Inglaterra, que tenían entre 21 y 30 años, estaban en empleos que requerían altas habilidades, mientras que 26.4 por ciento de este grupo, estaban en empleos requiriendo habilidades medias o bajas y el 5.5 por ciento, estaban desempleados”.

Y las tareas en donde trabajan son en hospitales, tiendas, administración, call centers, suplencia de profesores o en “puestos temporales, percibiendo el salario mínimo, con tal de tener algún ingreso”. Y se enfrentan también con que deben de tener “experiencia”. Esa es otra traba, pues egresados no tienen experiencia, a menos que hayan trabajado durante sus carreras de lo que estudiaron, pero son los menos.

Muchos lamentan no haber aprovechado el año de prácticas en empresas durante sus últimos semestres, para adquirir experiencia, “pero es que no se los pagan y están muy lejos de donde viven. Uno declara que tuvo dos oportunidades de hacerlo, ‘pero tenía que conmutar hasta Londres, lo que me costaba dinero y trabajar de a gratis, no, así no’”.

Eso de que trabajen gratuitamente en empresas para “adquirir experiencia”, también se ve mucho aquí. Pero es una doble explotación, pues son empleados que tales empresas no pagan, lo que es muy conveniente para éstas.

Menciona a un graduado de 25 años, que tiene el título en Lenguas Modernas y Literatura, que hizo cincuenta solicitudes y que terminó trabajando en labores de hospitalidad. Afirma que “la competencia es extrema. Quizá habría podido tener un empleo más fácilmente si hubiera estudiado una carrera técnica y haber hecho a un lado lo que realmente me gusta”.

En efecto, las carreras artísticas o literarias o filosóficas, casi se estudian por el simple amor al arte, pues la demanda, fuera de dar clases, es casi nula. Generalmente las estudian personas que ya tienen otro trabajo o jóvenes que las eligen sin estar seguros de lo que desean estudiar, pero que deben de hacerlo porque “hay que estudiar algo para ser alguien en la vida”, una demanda social que, como ya he dicho, cada vez se cumple menos y menos.

Los que sí han conseguido un empleo relacionado, aconsejan a los otros estudiantes a estudiar habilidades extras, “pues puede ser la diferencia entre que los empleadores los prefieran”.

Por eso yo les digo a mis estudiantes que aprendan todo lo que puedan, pues no saben qué puedan pedirles. Bromeando les digo, a los de ingeniería civil, por ejemplo, que “quizá pidan un ingeniero civil con experiencia en hacer tacos al pastor”. Y he sabido de muchos profesionistas que, en efecto, terminan poniendo una taquería.

También menciona Otte que la encuesta realizada arrojó que los estudiantes extranjeros que hicieron sus carreras en Inglaterra, “han preferido regresar a sus países, pues se dieron por vencidos al no hallar trabajo en ese país”.

Los que habiendo estudiado una carrera en artes, finalmente hallaron empleo fue “gracias a influencias”. Es el caso de Gabriel, de 25 años, egresado de historia y de Inglés, de Londres, quien luego de haber enviado más de 500 solicitudes, “obtuvo un empleo gracias a influencias de familiares”.

Y vaya si están peleados los pocos empleos disponibles, pues según los reclutadores “cada una de las vacantes que requieren de altas habilidades, son demandadas por 86 personas, un incremento del 23 por ciento con respecto al 2022. ‘Hay demasiada oferta de trabajadores’, dijo uno”.  

Por otro lado, Otte señala que la falta de inversión en el sector privado en proporcionar habilidades a los egresados, a lo único que ha llevado es a que estén menos preparados, “como en los negocios, que ahora tienen un 35 por ciento menos de preparación o en el sector primario, 44 por ciento, o en el sector de servicios, 38 por ciento menos”.

A las empresas sólo les interesaría entrenarlos si los negocios van bien. Si no, los dejan a su suerte. Es la ley del capitalismo salvaje. Por eso es que la tendencia siempre ha sido de proporcionar el know how de los empleados a las máquinas o a programas de cómputo. Y ahora, con la entrada de la Inteligencia Artificial, IA, será peor, pues ya muchas empresas están sustituyendo a sus empleados con programas como el ChatGPT u otros “inteligentes”.

Lo peor con esa tendencia es que el capitalismo salvaje está prescindiendo de consumidores, pues cada trabajador despedido, será un consumidor menos, lo que resulta mortal para este sistema de obligado consumo compulsivo (sin consumo, el capitalismo salvaje no existe).

Joshua Morgan de 30 años, que pudo hallar empleo como consultor de sistemas de energía, está contento de haber estudiado una maestría en sistemas de energías renovables, “pero, la verdad, me preocupa que los sistemas de reclutamiento son muy violentos. Me hicieron grabar entrevistas, lo que no te permite presentarte con naturalidad. Hay demasiados filtros y conozco a personas realmente sorprendentes que a causa de esos filtros, siguen buscando trabajo. Yo envié 150 solicitudes y nada más de enviar currículums y las cartas de presentación, te destruye, te desanima. Son procedimientos hostiles, impersonales y condescendientes. Como los empleadores saben que hay muchos solicitantes, te tratan muy mal. Es muy deprimente”.

Claro, en un merado laboral con una sobreoferta (pues se crean pocos empleos en relación al crecimiento de la población activa), en efecto, tratan a le gente como objetos, a ver cuál es el más bonito (sin contar aquí con los que piden mujeres con excelente presentación, lo que significa que estén muy guapas y de buen cuerpo).

Así que ahí tienen, la salvaje competencia por conseguir un empleo entre los egresados de universidades, muy bien aprovechada por las empresas para pagar lo que se les antoje a los pocos que recluten (por eso están incrementándose los llamados “emprendedores”, que buscan autoemplearse en lo que sea. En donde yo doy clases, la FES Aragón, en la explanada central, ya se instituyó que los martes y jueves se instale un “tianguis de emprendedores”, en donde se venden baratijas chinas, chilaquiles, elotes, artesanías… nada que tenga que ver con las carreras de los que allí venden).

A eso nos ha condenado este nefasto sistema, a pelear entre nosotros por la supervivencia.

Y una forma de irnos concientizando, es irnos liberando de todas esas destructivas imposiciones.

 

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