miércoles, 10 de agosto de 2022

Los talibanes volvieron a sus prácticas misóginas represivas

Los talibanes volvieron a sus prácticas misóginas represivas

Por Adán Salgado Andrade

 

Los talibanes, en agosto del 2021, no tuvieron gran dificultad para retomar el poder de Afganistán. De nada valieron los 20 años que Estados Unidos (EU) mantuvo invadido a ese país (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/08/el-glorioso-regreso-del-taliban.html).  

Parte de la facilidad de la caída del régimen que apoyaba a EU, fue que éste país, mantuvo controlada a la población o a quien fuera que se revelara ante su dominio, mediante el pleno uso de las armas. Eran frecuentes los bombardeos a poblados en donde los militares estadounidenses sospecharan que hubiera talibanes o resistencia. Por ello, mucha gente, sobre todo jóvenes, se unieron, sin dudarlo, a los talibanes, para retomar el control del país, una vez que EU se retiró, con todos sus hombres y pertrechos militares.

Como se trataba de simples guerrilleros, no han sabido, digamos, administrar al país, una muy compleja labor, sólo para gente preparada, así que tuvieron que recontratar a la anterior burocracia, sobre todo, a la que trabajaba en los bancos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/los-talibanes-tuvieron-que-recontratar.html).

Prometieron, una vez que retomaron el poder violentamente, que respetarían los derechos de todos, incluidas mujeres.

Pero de inmediato mostraron que mentían. Por ejemplo, el trato a los indigentes que viven en las calles y se drogan, ha sido a golpes, llevándolos a prisión, cortándoles barbas y cabello y bañándolos masivamente con agua helada, “pare que aprendan a comportarse” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/las-curas-con-golpes-y-hambruna-de.html).

Y están albergando a terroristas, como a Ayman al-Zawahiri, lugarteniente de Osama bin Laden (1957-2011), a quien EU asesinó recientemente, mediante un ataque de un dron, en una “operación quirúrgica” llevada a cabo en Kabul, en donde se refugiaba al-Zawahiri (ver: https://www.aljazeera.com/opinions/2022/8/5/ayman-al-zawahiri-assassination-the-talibans-biggest-crisis).

Pero en donde están mostrando que sus prácticas misóginas y machistas son las mismas, es en el trato que están dando a las mujeres, a tan sólo un año de haber tomado el poder. De nuevo, tienen prohibido asistir a la escuela, trabajar (sólo algunas) y que no puedan salir sin el velo o acompañadas por un varón, excepto a muy cortos trayectos. Esa muy condenable, terrible situación, la expone el artículo de The Guardian, titulado “ ‘Golpean a las chicas, sólo porque sonríen’: la vida a un año del regreso del Talibán”, firmado por Emma Graham-Harrison (ver: https://www.theguardian.com/world/2022/aug/07/they-beat-girls-just-for-smiling-life-in-afghanistan-one-year-after-the-talibans-return).

Harrison cambió los nombres de las y los entrevistados, pues tienen temor de que el talibán les haga algo por haber dado sus testimonios. Como el de Maryam, quien le dice que es la más inteligente de su clase, en el sexto de primaria. Como ya va a terminar, de acuerdo a la estupidez de los talibanes, no podría seguir estudiando, pues sólo se les permite la educación básica a las mujeres para hacerlo. “Yo, en mi examen final, no voy a contestar bien, todo mal, para que repruebe y pueda repetir año”, es la estrategia que la niña de 10 años dice que usará, pues no concibe que no pueda seguir estudiando. Absurdo que tenga que hacer eso. Pero es una forma tanto de pasar por alto el control de los talibanes, así como de sobrevivencia, ante una dictadura que lo controla y determina todo, sobre todo, la vida de las mujeres.

Los talibanes ponen de pretexto que el Islam prohíbe a las mujeres estudiar y trabajar, “pero no es así, pues todas tienen derecho a asistir a la escuela y al trabajo. Con esa actitud, los talibanes, cierran las posibilidades del crecimiento económico de Afganistán, pues están impidiendo que el talento de mujeres profesionistas y trabajadoras sea empleado”, señala Harrison.

Se muestra una foto de una niña a quien una maestra enseña en una “escuela secreta”. No cabe duda que esos tipos son retrógradas, pues en pleno siglo veintiuno, tratan a las mujeres como en los obscuros tiempos antiguos, que tenían prohibidas muchas cosas. Las mujeres sabias, como Hipatia (350-370-415), eran tratadas como brujas y eran asesinadas, como hicieron con ella. Los machos católicos de entonces – que fueron los que asesinaron a Hipatia –, temían que los fuera a superar esa “bruja” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/10/hipatia-o-del-asesino-obscurantismo.html)

Es justo como están haciendo los talibanes, de que hasta las pobres niñas, tengan que estudiar en escuelas secretas.

Farkhunda, una adolescente de 16 años (tampoco da Harrison su nombre real, por temor a represalias), declara que “Ya he visto tres veces a chicas golpeadas por los talibanes en el mercado. Algunas, sólo porque estaban vistiendo pantalones, que esos tipos les dijeron que estaban muy apretados. Usted debería de haber visto cómo las dejaron de alteradas. Otras veces, las golpean, sólo porque están sonriendo y hablando fuerte. Es natural hablar de los vestidos que una esté comprando y de otras cosas. Desde entonces, ya no asisto a la madrassa (escuela religiosa), es mejor estar en casa, que a merced de estos animales”. Muy dramático su testimonio, pues logró sintetizar todo el horror que están viviendo las mujeres, a manos de esos retrógradas machos. Si sólo por usar pantalones, sonreír o hablar fuerte, golpean a las pobres mujeres, ni imaginarme quiero de qué les harían si las vieran bailando o usando minifalda. No cabe duda, sólo las consideran instrumentos caseros, para hacer quehacer, la comida y reproducirse.

Dice Harrison que a Farkhunda no le han podido comprar, por falta de dinero, una abaya, una larga túnica negra que les cubre hasta el rostro a las mujeres, y que ya hicieron los talibanes nuevamente obligatoria. Por ello, tampoco sale.

Otra foto, muestra a talibanes saludándose. Como es característico en esos machos misóginos, usan largas, tupidas barbas y se notan los aires de superioridad que se dan, así, como si estuviéramos viendo a los antiguos barbaros, como se les llamaba a los pueblos, brutos que sólo vivían de la guerra, de vencer al enemigo y robarle vida y pertenencias.

Lo peor es que con esa actitud, los talibanes están matando a la economía, que de por sí está muy mal. Como lo que tenía Afganistán en otros bancos, se le confiscó, ese país está al borde del colapso. Ni siquiera a empresarios formales, quienes crean empleos, respetan. Dice uno de ellos que “nosotros, ni siquiera estábamos ligados al régimen anterior, pero el talibán, está vengándose con nosotros. Yo, ya tuve que despedir a quinientos empleados, me han suspendido licencias y confiscado equipo. Ya les he pagado tres millones de dólares de supuestos impuestos, y me siguen poniendo trabas. Muchos negocios, ya cerraron y si siguen así, varios más lo harán”. Tampoco Harrison da su nombre, para evitar represalias.

Como mucha gente perdió sus empleos, ahora están tan mal económicamente, que hasta pasan hambre. Es el caso de Sardar (tampoco es su nombre real). Su esposa y él, eran empleados de seguridad, y ganaban bien, como para haber comprado un terreno y construir una casa. Ahora, Sardar pide trabajo a la orilla de los caminos, de lo que sea, y, si bien le va, consigue trabajar sólo un día, ganando 200 afganis, que son 2 dólares. “La verdad es que nunca me había pasado esto. Tengo cuatro hijos qué alimentar y a mi esposa. Mi madre tiene diabetes y no tenemos para comprar sus medicinas. Yo creo que ahorita, no tengo ni mil afganis (5 dólares). La verdad es que nos están matando en vida esos miserables”.

Pero, ante tantas penurias, los matones que controlan a la gente, ni se inmutan y sólo les dicen que “deben de confiar en Dios para que se alimenten, no en su gobierno. Pero también están conscientes de que todo ese sufrimiento, está erosionando la confianza y tolerancia de la gente, cada vez los apoyan menos”.

En otra foto, un niño, Rahmanullah, se anota en un programa social para ayuda. Esos programas, los han establecido la ONU y algunas otras organizaciones humanitarias. Porque, si de los talibanes dependiera, mucha gente ya habría muerto de hambre. Rahmanullah, de doce años, perdió a su padre poco después de haber nacido y es el único, actualmente, que le puede proveer algún sustento a su madre viuda.

Como los talibanes nada saben de administrar un país, están arruinando más lo poco que había crecido Afganistán. “Eran simples guerrilleros, que recorrían el campo, haciendo emboscadas y matando, pero nada más. Ahora, no han podido integrarse con lo que encontraron y quieren que nosotros nos integremos. Eso, no se va a poder”, le dice un afgano a Harrison, que tiene cercanas ligas con los talibanes.

Y están matando a gente que trabajaba con el depuesto régimen, como a los encargados de la seguridad o militares, a pesar de que, también, prometieron que no habría venganzas o “muy pocas”.

Pero con esa actitud, la gente preparada, necesaria para administrar un país, se está yendo.

Algo que tienen a su favor los talibanes, es que ha disminuido la corrupción. “Antes, cuando usted entraba a una oficina, tenía que dar desde la A a la Z. Ahora, hay unos pocos empleados, por eso, paga menos mordidas. Pero, de todos modos, otra vez están creciendo”, le dice un afgano a Harrison. O sea, ha disminuido la corrupción, porque hay pocos empleados, no porque realmente esos matones la estén combatiendo.

Harrison destaca que, durante la ocupación estadounidense, hubo aldeas que eran constantemente bombardeadas, por supuestamente alojar talibanes. Fueron las que celebraron el fin de la ocupación y muchos de sus habitantes, hasta se unieron a los talibanes, para que la toma del poder fuera rápida. Pero aldeas que durante la ocupación vivieron en relativa tranquilidad, ahora, han sido blanco de ataques por los talibanes, quienes saquean casas, mezquitas o asesinan a “opositores”. Un veterano militar dice que “Los talibanes se están confiando y están cometiendo el mismo error que los estadounidenses, de que quieren dominar por la fuerza. Tarde o temprano, la gente, se cansará”.

“Los talibanes, sólo se representan a ellos en el gobierno y más de la mitad de la población, está excluida. Grupos religiosos, étnicos y culturales, no tienen representación”, dice un analista político. Él, descarta que vaya a haber una guerra civil, como la que hubo cuando se dio una gran resistencia contra los grupos apoyados por la desaparecida Unión Soviética y los que estaban en su contra, “pero hay descontento y eso, no garantiza la presencia permanente del Talibán”.

El veterano militar, tiene una visión más realista e inmediata. “Sólo 2% de los afganos, tienen más de 60 años y 45%, menos de 14. Usted dele cien dólares y una Kalashnikov a un muchacho y tendrá un soldado. Vivimos entre bombas de tiempo. Ellos, crecieron con armas y no necesitan semanas de entrenamiento para aprender a usarlas. Con una hora basta”.

Así que ese es el futuro de Afganistán quien, en cierto momento, podría hasta deshacerse como unidad social, política y económica, desbaratarse en etnias que reclamen sus territorios y se unifiquen, sea que se consideren país o sólo un territorio perteneciente a su respectiva etnia.

No habrá alternativa ante la cerrazón contra cualquier mínimo adelanto o progresismo, ni siquiera para la conveniencia económica de los talibanes.

Mientras tanto, esos machos, misóginos, asesinos barbones, seguirán golpeando o hasta matando a mujeres, sólo porque usen pantalones o se rían.

Es el retrogradismo que todavía nos sigue dominando.

 

Contacto: studillac@hotmail.com