miércoles, 8 de febrero de 2023

Zonas de carga y descarga contaminan mucho a zonas habitacionales cercanas

 

Zonas de carga y descarga contaminan mucho a zonas habitacionales cercanas

Por Adán Salgado Andrade

 

Las ciudades, como la de México, son, en su mayoría, anárquicas, combinando zonas privilegiadas, con zonas populares, lo que muestra los contrastes brutales. Por ejemplo, la zona cercana al metro Observatorio, llena de construcciones precarias, casas, sobre todo, contrasta con la zona de Santa Fe, poblada de edificios lujosos y zonas residenciales. Lo que se puede ver viniendo del sur, desde Toluca.

Pero otro fuerte contraste, es de las zonas industriales, que están junto a conjuntos habitacionales o colonias. Y eso lo vemos en la zona de Vallejo, por ejemplo, en donde empresas de todo tipo están al lado de colonias, sobre todo, de bajos recursos, pues se le da más importancia a la actividad fabril, que a la gente. De hecho, por esas concentraciones industriales y todos los nocivos contaminantes que desechan al aire o al drenaje, están creciendo enfermedades como el cáncer, concretamente la leucemia linfoblástica aguda, como muestran recientes estudios, que señalan que 9 de cada 10 casos, se deben a contaminación ambiental (ver: https://www.jornada.com.mx/2023/02/08/politica/014n1pol).

Y ya no se diga vivir junto a muy transitadas avenidas, como la Ignacio Zaragoza, a un lado de donde vivo, que son fuente constante de contaminación de los cientos de miles de vehículos que transitan todos los días por ella. Ni imaginarse tantos contaminantes que han ido almacenando nuestros pulmones por años.

Pero eso sucede en todo el planeta. Uno de tales sitios es en California, en el sur, en la región conocida como Inland Empire (Imperio tierra adentro), en donde hay varias bodegas a las que a diario, acuden miles de tráileres para cargar y descargar todo tipo de mercancías. El problema lo expone el artículo del portal Jalopnik, titulado “La contaminación de camiones, está matando esta región del sur de California”, firmado por Lawrence Hodge, quien adelanta que “Inland Empire aloja más de 4,000 mil bodegas que se sirven de miles de camiones, lo que crea un punto contaminante que está dañando a todos los residentes” (ver: https://jalopnik.com/truck-pollution-is-killing-this-southern-california-reg-1850081327).

Una foto mostrando varias altas, masivas bodegas, dentro de las cuales se estacionan largos tráileres, abre el artículo, la que da una idea de la magnitud del problema.

De hecho, Hodge dice que vive cerca de la zona, “que es una gigantesca área de almacenamiento, llena de millones de metros cuadrados, de cosas que serán distribuidas al resto de Estados Unidos. La región progresa, pero a un gran precio para muchas personas, por tantas bodegas y camiones que atraviesan la región por caminos que van y vienen desde los puertos”.

Sí, debe de ser un gran problema. Lo comparo con la mencionada zona industrial de Vallejo, con tantos tráileres y transportes y entiendo la preocupación de Hodge, quien afirma que “la Asociación Pulmonar Americana, muestra el gran problema de contaminación que, cuando el viento no la ha arrastrado, puede verse la polución de color café, que cubre muchos de los valles locales”.

Sí, así se ve la contaminación en esta ciudad, un gris blancuzco que no permite ver más allá de determinada distancia. Pero en el caso de Inland Empire, se crean nubes de smog, por tanto escape de esos contaminantes vehículos.

Abunda Hodge diciendo que “se ha hecho un mapa con una herramienta digital llamada Warehouse City (Ciudad de bodegas) que muestra cómo han nido incrementado las bodegas a unas 4,000 en la actualidad, que cubren casi 14 mil hectáreas. Por entre las bodegas, a diario circulan alrededor de medio millón de tráileres, contaminando el aire con sus escapes. Lo peor es que 300 de esas bodegas están a unos 300 metros de unas 140 escuelas”.

Allí está otro problema, que están tan cerca de escuelas, no les importa que los niños sean más vulnerables a tanta contaminación. Pero así desdeñan a la gente en Estados Unidos (y por supuesto que en todo el mundo).

Por ejemplo, hay una zona en Texas, en donde cerca de donde vive gente, se han construido pozos de fracking, que extraen miles de metros cúbicos de ese gas, mediante contaminantes métodos que emiten químicos nocivos, que dañan a la salud, sin que la gente pueda hacer algo, pues no le hacen caso, porque son, principalmente, afroestadounidenses los que allí habitan, que las “autoridades” locales discriminan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/12/en-texas-permiten-instalar-pozos-de.html).

Ciudades como Ontario, también en California, igualmente están invadidas por bodegas, “unas 600, a las que acuden a diario unos 95 mil camiones, más que los que circulan por la carretera 710, que es una ruta directa al puerto de Long Beach, sobre la que circulan unos 45 mil tráileres por día”.

Dice Hodge que se han tratado de hacer leyes para limitar la construcción de bodegas, sobre todo, que no estén tan cercanas a escuelas y/o comunidades, “pero asociaciones de industriales, como Howard Industrial Partners, se oponen, diciendo que son sitios que ‘benefician a la comunidad con oportunidades de empleo, lo que incrementa la calidad de vida’. Pero el tipo de empleos, son de bajos salarios, pues los trabajadores sólo ganan $18 dólares por hora y $24.95, los conductores, que no es suficiente para la vida tan cara en California”.

Muy bajos los salarios, pues suponiendo jornadas de ocho horas, los trabajadores de las bodegas, percibirían unos $3,456 dólares mensuales, en tanto que los conductores, unos $4,800, en efecto, insuficientes, pues una renta “módica” de un muy pequeño departamento, puede costar, por lo menos, unos $1,500 dólares, es decir, estarían gastando entre 30 y 40% sólo en el alquiler, aparte todo lo demás, como alimentos, transporte, educación y otros gastos que conllevan a la existencia.

El problema empeorará, pues como le dijo un ingeniero a Hodge, “tenemos la peor contaminación del aire de la región, embotellamientos, calles y barrios que nunca fueron hechos para una logística global, nos están imponiendo una red mundial en una fallida infraestructura que no fue diseñada para eso”.

En efecto, es el problema de improvisar, como se hace en esta ciudad, por ejemplo, que nunca fue planeada integralmente y, como pasa en Inland Empire, está llena de graves problemas urbanos, de gente viviendo a un lado de fábricas o bodegas, con las molestias que eso implica, como soportar ruidos, contaminación, embotellamientos… que generan una muy mala calidad de vida.

Pero eso, desgraciadamente, va seguir sucediendo en todos lados, pues es prioritario el “desarrollo económico” a expensas del detrimento social.

Primero los negocios, luego, la gente.

 

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