viernes, 31 de marzo de 2023

El colapso de las criptomonedas

El colapso de las criptomonedas

Por Adán Salgado Andrade

 

Las criptomonedas son producto de softwares que las generan, mediante complicados algoritmos. Por lo mismo, requieren de demasiada electricidad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/12/el-robo-de-computadoras-para-minar-al.html).

En consecuencia, no tienen una base de valor sólida que las sustente. Si habían subido demasiado, fue porque se comenzó a especular con ellas indiscriminadamente, lo que creo una burbuja que estalló. El valor del bitcoin que llegó a más de $60,000 dólares, actualmente es de alrededor de $28,397 (ver: https://www.coindesk.com/price/bitcoin/).

Además, han servido para que grupos delincuenciales laven sus ilegales fortunas mediante ellas, como hacen, por ejemplo, hackers norcoreanos, que las roban y hasta las “legitiman”, minando nuevas, para que desaparezca el rastro digital de las robadas (ver: https://www.wired.com/story/north-korea-apt43-crypto-mining-laundering/).

De todos modos, como se infló demasiado su fama, muchas personas invirtieron todo su capital en bitcoins y otras criptomonedas. Pero ahora que se han devaluado, han fracasado severamente sus inversiones, pues no tienen ganancias, además de que perdieron más de la mitad de sus capitales.

Sin embargo, como siempre sucede, hay empresas oportunistas que están adquiriendo esas devaluadas inversiones en bitcoins y otras criptomonedas, a un muy bajo precio, esperando que suban las cotizaciones, cuando se resuelvan las demandas legales, para sacar ganancias. Sobre eso habla el artículo del portal Wired, titulado “A los mercados de las bancarrotas de criptomonedas, les está yendo bien, luego del colapso de FTX”, firmado por Joel Khalili, quien nos introduce a su trabajo diciendo que “con billones de valores bloqueados en fondos e intercambios de criptomonedas, los inversionistas están vendiendo en centavos de dólar sus devaluados activos” (ver: https://www.wired.com/story/crypto-bankruptcy-markets-thriving-ftx-collapse/).  

Inicia Khalili relatando el caso de Aleksandar, ciudadano de Macedonia del Norte, quien ganaba el equivalente a $500 dólares mensuales, reparando computadoras. Pero en el 2019, a sus veinte años, decidió invertir en criptomonedas, para lo cual, se endeudó con $5,000 dólares, aprovechando que habían bajado. “Dos años después, su inversión dio frutos, pues ya tenía $105,000 dólares. Pero vino el colapso de FTX y allí terminó su suerte. Sus fondos se congelaron, tuvo que pedir otro préstamo, para irla llevando, no podía dormir y ‘me di cuenta de lo estúpido que había sido’, dice, con amargura”.

Y es que el colapso de FTX, que dirigía el irresponsablemente ambicioso Sam Bankman-Fried, por andar haciendo operaciones fallidas con dinero de los depositantes, ha sido el inicio de la declinación de las criptomonedas como fuentes de inversión (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Bankruptcy_of_FTX).

Uno de sus ahorradores era Aleksandar, “quien es uno de los cientos de miles alrededor del mundo que no tienen acceso a sus fondos, después de que la debacle en la cripto industria, llevó a la quiebra a sus principales representantes. Junto con FTX, colapsaron prestadores de criptomonedas como Celsius, Voyager Digital, BlockFI y Genesis Global Capital, así como las correduría (hedge fund, que busca invertir el dinero de sus socios) Three Arrows Capital (3AC), lo que dejó a sus inversionistas – desde pequeños, hasta instituciones –, a merced de los procedimientos de bancarrotas”, dice Khalili.

Pero, como siempre sucede, hay empresas oportunistas que están sacando ventajas de esos quebrados fondos, como Open Exchange, fundada por ex empleados de 3AC, quienes compran muy baratos los fondos de los quebrados inversionistas, en espera de que las resoluciones judiciales los liberen y suban de valor. Incluso, los revenden a otros inversionistas, para que ganen también cuando esas quebradas criptomonedas suban de valor.

Como los fondos pueden estar congelados por años, inversionistas como Aleksandar, prefieren vender, aunque sea muy barato. “Él, recibió menos de 20 centavos por dólar por su demanda de devolución de fondos de FTX, ‘pero, al menos, ya puedo moverme con lo que recibí a otros lados’, dice, resignado”.

Y es que Aleksandar, como muchos materialistas jóvenes, buscan hacer mucho dinero fácil y rápidamente, sin importarles, incluso, si se dedican a actividades especulativas que dañan a empresas o países enteros, pues las ganancias que reciben son de simple parasitismo monetario, que las roba a actividades productivas(ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/11/la-materialista-mentalidad-de-algunos.html).

Es un negocio que, dice Khalili, está creciendo, “pues los vendedores que están demandando a las quebradas empresas, recuperan algo de su fallida inversión, en tanto que los que las adquieren, esperan que suban de valor, una vez resueltas las situaciones de las empresas”.

Otras de las empresas que se dedican a eso son Xclaim y Claims Market, las que “son transparentes y dan al interesado una idea de cuánto dinero recuperarán, en caso de que decidan vender”.

“Es una forma de invertir en criptomonedas, pero con descuento. Y si sube su precio, cuando los procesos legales se resuelvan, subirá el precio de tales inversiones”.

Es, justamente, como los que invierten en los llamados junk funds, que son los fondos chatarra de quebradas empresas, que valen fracciones de centavo, pero que al manipularlos hábilmente, suben de precio, luego de lo cual, son vendidos a ingenuos, como hizo Michael Milken en 1989, que “fue sentenciado en 1989, por un fraude con acciones chatarra” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Michael_Milken).

“Comprar fondos quebrados, sin embargo, no es para los débiles de corazón, pues pueden rendir altas ganancias o ninguna. Incluso, puede perderse el dinero invertido. Pero esas empresas, es en lo que menos piensan. Siempre tienen presente que ganarán mucho, cuando las demandas se resuelvan”.

Los ex empleados que fundaron Open Exchange, como dije, que trabajaban en FTX, dicen que “está mal que los juzguen, pues lo que desean es que los inversionistas de esa quebrada empresa, recuperen su dinero”.

Puede ser una buena excusa, pero, la verdad es que, antes que nada, está el provecho personal, como todo en el capitalismo salvaje.

Y, como dice Khalili, los pequeños inversionistas son los que prefieren perder, “pues no pueden costear caros abogados, como pueden hacerlo grandes empresas que tenían sus inversiones en FTX y que tratarán de sacar el mayor dinero posible, con los juicios”.

Justo lo que dice el frustrado Aleksandar. “No me fue fácil vender mis fondos, pero no tuve de otra. Como siempre, el pez grande, se come al chico”.

Así es, en el capitalismo salvaje no hay piedad, gana el que cuente con más capital.

Allí está, pues, otro muy oportuno negocio del capitalismo salvaje, que hasta a las quiebras les saca provecho.

 

Contacto: studillac@hotmail.com