sábado, 11 de marzo de 2023

Una mujer de EEUU, halló al hombre que abusó de su madre, el que es su padre

 

Una mujer de EEUU, halló al hombre que abusó de su madre, el que es su padre

Por Adán Salgado Andrade

 

Las actuales técnicas para localizar, mediante bancos genéticos, a los padres o madres, sobre todo, de gente que no sabe quiénes fueron y que desea conocerlos, han permitido varios reencuentros, algunos, agradables, otros, desagradables.

Por ejemplo, las fraudulentas clínicas de fertilización de Inglaterra, de los años 1970’s, engañaron a las mujeres que acudían a ellas, con que el semen que usaban para fertilizarlas, era de donadores anónimos. Pero en una de ellas, era el propio médico, dueño y encargado de esa clínica, el que hizo todas las “donaciones”, sin el conocimiento de las mujeres. Gracias a las técnicas mencionadas, muchas de ellas, averiguaron el fraude, aunque ya nada pudieron hacer contra ese tipo sin escrúpulos, pues ya hacía varios años que había muerto (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/09/las-fraudulentas-clinicas-inglesas-de.html).

Pero hay casos más graves, cuando una persona fue concebida por una violación. Es lo que sucedió con Magdalena Cruz, quien nació en 1986, hace 37 años. Desde que la familia de su madre, la vio a ésta embarazada, una mujer con severa discapacidad, supieron que alguien la había violado. Es lo que expone el artículo de Associated Press, titulado “Una hija descubre el misterio, que duró décadas, sobre quién había violado a su madre discapacitada”, firmado por Carolyn Thompson (ver: https://apnews.com/article/disabled-mom-raped-dna-mystery-new-york-337cc7c523852253c0125d2a6dff0b4c).

No era lógico que una mujer de 30 años, en ese entonces, la madre de Cruz, que tenía la mentalidad de una niña de dos años, y que había estado como paciente en un centro para personas con discapacidades severas, durante diez años, localizado en Rochester, Nueva York, hubiera consentido tener sexo con alguien. “Ni hablaba, así que cuando descubrieron su embarazo, era obvio que alguien la había violado”.

En ese centro, el Monroe Developmental Center, les dijeron que seguramente había sido otro de los pacientes, y que harían una investigación policiaca, “pero Cruz, luego de casi cuatro décadas, por fin, usando un banco de ADN, logró descubrir la identidad del padre, el violador de su madre”.

“Era un empleado, no otro paciente, de acuerdo con una demanda que Cruz levantó recientemente”, dice Thompson.

Cruz descubrió también, que el hipócrita centro, nunca ordenó una investigación policiaca y que ninguna acción hicieron los administradores, como habían dicho a la familia que harían en su momento.

Así de inmorales son casi todos esos centros. Se han reportado maltratos en asilos, por ejemplo, como en uno de Inglaterra, en donde los familiares de una paciente septuagenaria, con cámaras ocultas, captaron cómo a la mujer, la maltrataban los enfermeros y hasta le pegaban. Y pagaban más de cinco mil dólares mensuales por una “esmerada atención”.

Los abogados de Cruz afirman que los hechos son más “deleznables de los que su familia habría pensado”.

Y como los cargos ya prescribieron, ya no es posible perseguir criminalmente ni al centro, ni al “padre violador”.

Cruz comenzó su investigación hace cuatro años, revisando las notas que se tomaron durante el embarazo de su madre, el de ella. Reportaron una mordida en un pecho, un raspón en un hombro, una quemada de 23 centímetros en la espalda. Un reporte de un cuidador, que Cruz ahora piensa que lo escribió el que sería su padre, decía que “le gustan los hombres negros, se desviste, a veces grita, come muy rápido”, entre otras bajezas, que no corresponderían a la de un cuidador profesional.

Furiosa por lo que halló, se puso a investigar usando Ancestry.com y pudo hallar un empate con familiares del “padre”. Era una de las hijas del hombre, cuyos ojos se parecían a los de Cruz. “Identificó al padre de la chica, el que había vivido en Rochester, muy cerca del Monroe Developmental Center, en el tiempo en el que ella había nacido”.

En el 2019, ella acudió a la policía para mostrarles lo que había hallado por su cuenta, “pero le dijeron que ya había pasado mucho tiempo y que los cargos, habían prescrito”.

Ese centro se cerró en el 2013, sin saberlo la familia de Cruz, pues se habían reportado muchos abusos del personal, incluyendo supervisores, guardias de seguridad y voluntarios. “Varios de los pacientes, habían fallecido bajo circunstancias inusuales, incluyendo a un cuadripléjico de 21 años, cuya temperatura corporal subió mucho, pues lo habían dejado insolarse por cuatro horas, sin líquidos. Otro paciente murió, luego de que ingirió cinco guantes de cirugía”.

¡Vaya que era una porquería ese centro, sólo usado por varios de sus “empleados” para satisfacer sus perversiones!

Hicieron bien en cerrarlo, para que no se siguieran dando esos ocultos crímenes. Pero, lamentablemente, al parecer, nunca a nadie se investigó, ni sentenció.

La madre de Cruz, ya está viviendo en otro centro. Sólo es identificada como I. C., “pues Associated Press, no revela la identidad de las víctimas de asaltos sexuales, a menos que lo consientan”.

Sí, debe de ser para Cruz indignante lo que le sucedió a su madre, acción de la que ella nació. Pero más indignante, que el responsable, ande como si nada, por haber prescrito los cargos.

 Lo cual me recuerda una de las escenas de la cinta estadounidense Kill Bill, del 2003, dirigida por Quentin Tarantino, en la cual, la “novia”, estelarizada por Uma Thurman, quien había estado en coma varios años en un hospital, por una herida de bala en la cabeza, despierta y se da cuenta de que el enfermero, la había estado “prostituyendo” todo ese tiempo, a tipos que le pagaban a él, por un rato de sexo con la inconsciente mujer. Ella, sí logra su debida venganza, claro, finalmente, es cinta Hollywood.

No así la madre de Cruz, que sigue con su severa discapacidad, “pues ni siquiera puede hablar”, como dice Susan Crumiller, una de las abogadas de la familia, citada por Thompson. “De no haber sido por su hija, nunca nos habríamos enterado de que la institución ocultó el delito”, agrega Crumiller.

El violador, ni siquiera es nombrado en los documentos “y los intentos de AP por comunicarse con él, fueron vanos. Las líneas telefónicas que están a su nombre, están desconectadas”.

Claro, ese violador, nunca pensó que descubrirían su bajeza y ahora no da la cara, como el vil cobarde que es y que fue, al ultrajar a una pobre mujer discapacitada, incapaz de defenderse ante el asalto sexual.

Dice Crumiller que “probablemente, nunca se sepa cuántos otros pacientes fueron violados en ese centro, ni cuántas veces nuestra cliente fue violada. Todo porque ese centro, ocultó todos esos abusos”.

Dice Thompson que hasta el 2006, la ley ya no juzgaba los delitos de violaciones que tuvieran más de cinco años de haber ocurrido. “Pero en ese año, se derogó esa cláusula. Sin embargo, no es retroactiva a casos antiguos”.

¡Vaya estupidez! Los traumas de las mujeres violadas no se olvidan nunca.

Así que el violador padre biológico de Cruz, puede estar tranquilo frente a la justicia. Ya prescribió su crimen.

Pero, seguramente, Cruz le preguntaría “¡¿Oye, miserable, estás tranquilo con tu consciencia!?”.

Y quizá ese cínico, macho violador, le diga que sí.

Pues, finalmente, así son esos tipos, simple escoria social, que se atreven a cometer esos deleznables actos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com