miércoles, 3 de marzo de 2021

El neocolonialismo chino

 

El neocolonialismo chino

Por Adán Salgado Andrade

 

China es un país que ha abrazado por completo al capitalismo salvaje. Su economía, se basa en los irracionales dictados de tal sistema. Su medio ambiente está muy deteriorado y contaminado, pues como se ha convertido en la maquiladora mundial, eso ha tenido su costo ambiental. Y sus obreros y personal administrativo, imprescindibles para realizar todas las tareas de la producción, los mantiene controlados férreamente, con tal de que sigan realizando sus tareas como autómatas sin convicción (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/09/china-autoritarismo-capitalismo-salvaje.html).

Y la mafia en el poder, afirma que la economía china es socialista. Algo eufemístico, pues nada tiene de “socialista”. El hecho de que haya algunas empresas estatales, no tiene nada que ver con “socialismo”. En todo caso, sería una economía de tipo mixto, como fue muy común entre los 1930’s y 1980’s, años en que muchos países, poseían varias empresas estatales, como las muchas que tenía México.

Puesto que las crisis capitalistas eran constantes, los economistas ortodoxos, al servicio del sistema, proclamaron que era porque el Estado intervenía mucho en la economía y la “solución”, consistía en que vendiera todas sus empresas y dejara solamente a los “capitales privados” organizar la economía nacional.

Obviamente, la “solución” resultó peor y, como ya señalé, por la inherente tendencia del capitalismo a sufrir crisis constantes, éstas, fueron peores, al no estar ya regulada la actividad capitalista. La regulación evitaba que las empresas sobreprodujeran demasiado – la sobreproducción, hacer más que lo que puede consumir la sociedad –, así como que tampoco se endeudaran más allá de su verdadera capacidad de pago. Como consecuencia, las crisis por sobreproducción y sobreendeudamiento han sido mucho más frecuentes y profundas que cuando era el Estado el que llevaba la rectoría económica (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/11/el-convenenciero-capitalismo-salvaje.html).

Así que China es un país en donde se practica la llamada economía “mixta”. Hay empresas públicas, fuertemente subsidiadas, así como empresas privadas que, capitalistamente hablando, funcionan mejor que las públicas. Y tales empresas privadas, tienen dueños que hasta figuran en las listas de los hombres más ricos del planeta, que cada año publica Forbes.

Y dichas empresas, por tanto capital que han ido acumulando desde hace años, buscan negocios en donde invertir, no sólo en China, sino en otros países. Y, a pesar de ser capitales chinos, no importa, con tal de que dispongan de suficientes millones de dólares o euros, para adquirir bienes raíces o empresas, se las venden tales países.

Eso, es una humillación para dichos países, quienes antes fueron los amos, los expansionistas, los colonialistas, como, por ejemplo, Inglaterra o Estados Unidos.

Ya, en los 1990’s, Japón adquirió en Estados Unidos bienes raíces y empresas como Columbia Pictures, para humillación de los estadounidenses. La empresa Sony, que comenzó haciendo arroceras en los 1930’s, para los 1990’s, era un gigante de la electrónica, con demasiado capital, ansiosa en dónde invertirlo. Y parecía una forma de cobrarse el agravio que Estados Unidos cometió, cuando bombardeó atómicamente a Japón, en 1945, y luego lo sometió a una “reconstrucción”, dictada por las necesidades de ganancia de las empresas y bancos estadounidenses, no por las necesidades de las devastadas sociedad y economía japonesas (ver:  https://mailchi.mp/delanceyplace.com/fzeewh1udm?e=fa90d7d342).

Y China, sigue esos pasos, como expone el artículo de The Guardian, titulado “Los ricos contra los muy, muy ricos: la rebelión del club de golf Wentworth”, firmado por Samanth Subramanian (ver: https://www.theguardian.com/news/2021/mar/02/wentworth-golf-club-reignwood-yan-bin).

Como subtítulo, Subramanian escribe que “Cuando un chino millonario compró, en el 2015, uno de los clubes de golf más prestigiosos de Inglaterra, los dentistas y agentes estatales se confrontaron con la insensible fuerza del capital globalizado”.

El artículo narra cómo ese exclusivo campo de golf, fue fundado en 1922 por Walter George Tarrant (1875-1942), un constructor inglés, muy innovador, que edificó desarrollos inmobiliarios, como el de Saint George Hill y el mencionado campo de golf.

Wentworth, ubicado en el estado de Surrey, al sur de Inglaterra, fue originalmente pensado para que allí jugaran y, más adelante vivieran profesionistas, como ingenieros, dentistas, profesores y por el estilo.

Más tarde, Tarrant les comenzó a ofrecer casas. Como estaba ubicado, por ese entonces, a las afueras de Surrey, para muchos de tales profesionistas, la idea de vivir allí, “en medio del campo”, les entusiasmó bastante. Así que fueron adquiriendo casas o terrenos, muy grandes, justamente para su “nivel económico”. Y las cuotas que originalmente pagaban del club de golf, no era excesivas, estaban a su nivel económico y social. De todos modos, era elitista, pues la clase media, por entonces, era un porcentaje reducido – y ahora, ya hasta ha ido desapareciendo, siendo más clase baja, que media.

Se ubica ese club en los terrenos que una vez fueron del acaudalado coronel inglés Thomas-Chaloner Bisse-Challoner (1788-1872), quien tenía allí su pequeña casa de campo (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Thomas-Chaloner_Bisse-Challoner).

Así que la zona ya era, en cierto modo, exclusiva, y por tal razón, la eligió Tarrant, para construir el campo de golf y el desarrollo inmobiliario, pensado para la, entonces, afluente clase media de los 1920’s.

Durante la segunda guerra, fue decomisada la propiedad, para construir campos de entrenamiento para los soldados ingleses. Muchos, consideran que fue una de sus etapas más desafortunadas, pues se hicieron trincheras, había campos de tiro y de pruebas de explosivos. “¡Terrible, afirman los habitantes más viejos”, dice Subramanian.

La foto que abre el artículo, muestra, al menos aéreamente, que la zona sigue siendo muy exclusiva, muy verde, muy arbolada, con casas grandes, lujosas, un estacionamiento de autos último modelo, lagos y otras comodidades.

Nadie extraño puede acceder, pues todas las entradas tienen vigilancia las 24 horas.

Pero el inexorable tiempo transcurrió y ha ido sufriendo fuertes cambios. Muchos extranjeros, como rusos, viven allí. Los habitantes más viejos, hasta la llaman la “zona rusa”. Gente muy rica, ha llegado, igualmente, y han transformado las casas que adquieren en “verdaderos palacios”, con todas las inimaginables comodidades.

Pero, igualmente, muchas cosas han empeorado, como la mencionada seguridad, que ya, varias veces, se han hallado dentro de la zona, a personas ajenas, que han intentado robar casas que están solas. “Muchos de los ricos, sólo vienen una o dos veces al año”, dice Michael Fleming a Subramanian. “Fleming es miembro sólo del club. Llegó en 1984, pero como no pudo comprar una cara casa en Wentworth, adquirieron su esposa y él, una en Sunningdale, menos costosa, pero también exclusiva. Y le queda a siete minutos del campo de golf.

“En ese entonces, él pagaba 1,000 libras al año por cuotas (30,000 pesos) – menos de 3,000 libras ahora (90,000 pesos). A nadie le importaba qué tan buena era la comida o si se quedaban a cenar allí. Sólo les importaba el golf y un poco más”.

Personajes como el nefasto sátrapa de la CIA Augusto Pinochet (1915-2006), “el dictador chileno, vivió allí, de 1998 al 2000, bajo arresto domiciliario en un búngalo llamado Everglades. Los que lo apoyaban, pagaban 10,000 libras esterlinas (casi $300,000 pesos) al mes”, señala Subramanian. Ese nefasto tipo, debe de haber dejado muy negativas energías en donde vivió, cargando con tanto muerto que dejó su reinado del terror en Chile.

Luego, Chelsfield, una inmobiliaria, compró el club en los 1970’s. En el 2005, Chelsfield, lo vendió a Richard Caring, el magnate inglés de la ropa, por 130 millones de libras (3,800 millones de pesos). “Invirtió 6.5 millones de libras, no mucho, considerando que se lo habían vendido caro. Viendo que no era buen negocio para él, Caring vendió Wentworth, finalmente, en el 2014, a Reignwood, por 135 millones de libras, con muy poca ganancia. Y así fue como el club de golf llamado Desarrollo Wentworth pasó a ser propiedad y hogar de Yan Bin, quien se entrometió en la exclusividad del club y lo cambió totalmente”.

Yan Bin (Shandong, 1954), es uno de los súper ricos chinos que posee alrededor de $10,000 millones de dólares en fortuna personal y, como mencioné arriba, está a la caza de empresas y propiedades en otros países para diversificar sus negocios. Y es el magnate dueño de Reignwood Group, que fundó en Tailandia, en 1984 (ver: https://www.celebritynetworth.com/richest-businessmen/richest-billionaires/yan-bin-net-worth/).

La mayor parte de su fortuna la obtuvo vendiendo miles de millones de latas al año de la bebida energética Red Bull, hasta que en el 2013, tuvo conflictos con TCP Group, quien posee la licencia para manufacturar esa bebida. Esa empresa, demandó a Yan Bin, a quien obligó a pagar millones de dólares en compensación y a dejar de vender Red Bull en China. TCP Group se encargó directamente de la venta allí.

Y como la venta de Red Bull fue la que le había dejado mucho dinero, al perderla, buscó otras inversiones. Como comprar propiedades y clubes de golf, como Wentworth. “Incluso, compró una mansión dentro del complejo, que había sido de un ruso por 18 millones de libras, y la ha renovado a todo lujo”.

Yan Bin, es sólo uno de tantos magnates chinos que han adquirido propiedades en Inglaterra. “También, el gobierno chino, compró en el 2018, el Royal Mint Court (la antigua Casa de Moneda de Inglaterra) y estableció allí su embajada. Es simbólico que lo haya hecho, pues ese edificio, alguna vez, era en donde se recibían los cargamentos de plata que China debió pagar a Inglaterra, al final de la Guerras del Opio, como castigo”, dice Subramanian.

Esas guerras, llevadas a cabo a mediados del siglo XIX, las ganaron fácilmente Inglaterra y Francia, contra la dinastía Quing, entre 1839 y 1860. Nada pudieron rudimentarias armas, contra las de esos países imperialistas. Y el pretexto fue casi una trampa, pues China detuvo a contrabandistas ingleses de opio. Obviamente, esos tipos estaban realizando una actividad ilegal, eran delincuentes. Pero eso bastó para que la “ofendida” Inglaterra, emprendiera la primera guerra y, luego, unida a Francia, la segunda.

De esos conflictos, China tuvo que ceder Hong Kong a los ingleses y una buena parte de su territorio fronterizo con Rusia a ésta, igualmente, oportunista nación (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Opium_Wars).

Así que, en efecto, podría ser una forma de cobrarse todas esas antiguas humillaciones que los ingleses propinaron a los chinos.

Y las condiciones impuestas por Yan Bin a los miembros del club, son leoninas, “que sólo verdaderos ricos pueden pagar, como cuotas de 10,000 a 16,000 libras anuales, una fianza de 100,000 libras y otros cargos por todo”.

Y aunque se hizo un movimiento entre los miembros, los no tan acaudalados y más antiguos, llamado Wet Feet (Pies Mojados), quienes hicieron varias manifestaciones y publicaciones de “todas las violaciones y bajezas que estaba haciendo Yan Bin, al final, tuvieron que aceptar las nuevas condiciones, que disminuyeron algo en sus costos”.

Cuestionado el mencionado Fleming sobre porqué, finalmente, aceptaron, le respondió, resignado, a Subramanian que “el dinero lo puede todo. Yan Bin es el dueño y hará lo que quiera, hasta sacarnos de aquí, si se le antoja”

Así es, nada más vean cómo icónicas empresas mexicanas, como, incluso,  la muy tradicional Cervecería Modelo, fueron vendidas a empresas extranjeras. Ésta, a la estadounidense Anheuser-Busch Companies, LLC (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Anheuser-Busch).

Eso demuestra cómo las empresas, propiedades, clubes de golf, cadenas de tiendas, millonarios del planeta… no tienen nacionalidad.

Su “nacionalidad”, es dictada, únicamente, por los millones de dólares que los compren o los vendan, profundo dictado del capitalismo salvaje.

 

Contacto: studillac@hotmail.com