martes, 22 de diciembre de 2020

Los que quieren y los que no quieren que se explote el litio

 

Los que quieren y los que no quieren que se explote el litio

Por Adán Salgado Andrade

 

Cada vez se extiende más la panacea de que los autos eléctricos son la solución para los problemas de contaminación y depredación planetaria, que tiende a incrementarse más y más. Muchos de los problemas que se esperaban, por lo menos, para el 2050, ya se están dando y seguirán empeorando, si es que llega la humanidad al año 2100 (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/12/en-el-2020-los-eventos-climaticos.html).

Y, contrario a lo que se piensa, la explotación de los materiales necesarios para fabricar las baterías de los autos eléctricos, como el cobalto, el grafito y, sobre todo, el litio, empeorarán los problemas de depredación y contaminación mencionados (http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/01/mas-avances-tecnologicos-mas.html).

En realidad, los autos eléctricos, son otra forma del sistema capitalista salvaje de inducir a que se piense que son, verdaderamente, la solución a los problemas de contaminación. Pero sólo son una velada forma más, de impulsar un nuevo consumo compulsivo, hacerlo “vital”, pues, de lo contrario, advierten, el planeta se colapsará.

Así que a comprar autos eléctricos, no hay otra “solución”. Con eso, nos podemos olvidar de más problemas, como la contaminación industrial, la agrícola, la de producción de carne, los dos mil millones de basura que producimos cada año, los quince mil millones de toneladas de CO2, emitidos también anualmente…

Adoptemos a los autos eléctricos, desaparezcamos los de combustión y, ¡listo!, acabamos con esos problemas.

Pero no es así. Y aunque los autos eléctricos no generarán gases directamente, lo harán indirectamente, por toda la electricidad que usarán sus baterías y el que éstas, no se estén reciclando, sino en un muy pequeño porcentaje. Son los problemas que no se están exponiendo, muy convenientemente, para que todas las empresas automotoras que, gradual o rápidamente, están fabricando autos eléctricos, no tengan obstáculos y dejen de hacer a los de combustión interna, los que pronto, engrosarán a todos los productos que han ido quedando como piezas de museo del muy cuestionable “progreso” humano (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-autos-electricos-no-son-la-panacea.html).

Y en esa carrera por proveerse de los necesarios materiales para hacer las baterías de tantos millones de transportes eléctricos (autos, camiones de carga, de pasajeros, aviones, barcos, motocicletas, bicicletas) que surcarán calles, autopistas, cielos y mares, el capitalismo salvaje no respeta fronteras o sitios de ningún tipo. Por ejemplo, ya corporaciones de Europa y Norteamérica, están acelerando sus planes para “minar” el fondo marino, en busca de níquel y cobalto, con máquinas que, sólo de verlas, dan idea del potencial daño que provocarán en el mar, cuando estén triturando el fondo marino, en busca de esos materiales, y de otros, dado que la rapacidad humana, se está acabando los que hay en la superficie. Son enormes máquinas que podrán sumergirse a cualquier profundidad, equipadas con temibles cuchillas giratorias que destrozarán el fondo rocoso, lo convertirán en polvo y, alguna parte, la bombearán a la superficie, para que sea procesada y que se separen tales minerales.

Y lo que dejarán, será un ambiente oceánico lleno de lo que se llama smog marino, que dañará lo sistemas branquiales y pulmonares de las especies marinas que estén dentro de la influencia de esas nubes de polvo, el que tardará meses en asentarse. ¡Y eso se hará en cientos de miles de kilómetros cuadrados del fondo del mar!

De acuerdo con un estudio de Greenpeace, se denuncia que quien está autorizando eso, es nada menos que una oficina de la ONU, la Autoridad Internacional del Fondo Marino, ISA, la que no ha reportado estudios sobre el impacto ambiental, que el uso de maquinaria masiva, hará al fondo marino, y está repartiendo “licencias”, con un costo de $500,000 dólares, por cada una de las 30 que ya le han solicitado, como si el fondo marino fuera de ISA, siendo que es un patrimonio mundial. No puede ser que se le agregue al mar un estresante más, si ya debe de soportar basura plástica, derrames petroleros, aguas negras, salmuera de desalinizadoras, barcos que se hunden, calentamiento global y otras agresiones (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/12/naufragios-de-barcos-cargueros-mas.html).

El mar, que nos proporciona más de la mitad de lo que comemos, agua desalinizada, nos regula el calentamiento, nos purifica al planeta… ahora, bajo un criterio meramente lucrador, que una obscura “oficina de la ONU” está imponiendo, ya se podrá, como si nada, explotar, como cualquier mina.

Sólo imaginen todo el daño que hacen las megaminas terrestres, que destruyen bosques, selvas, contaminan lagos, ríos, acuíferos, y que dejan daños totalmente irreversibles con sus enormes cráteres a cielo abierto, visibles desde del espacio (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).

Eso se hará con el ya muy dañado y estresado océano. No hay consideración de ningún tipo, ni ética, ni ecológica, ni humana… ¡nada! Una de las empresas que ya está lista para demoler el fondo marino, la canadiense DeepGreen Metals Inc dijo que la “minería marina podría ofrecer minerales esenciales para prescindir de las energías fósiles, a una fracción de los costos ambientales y sociales relacionados con la producción metálica de vetas terrestres convencionales”. ¡Vaya pírrica, mentirosa justificación! (ver:    https://www.theguardian.com/environment/2020/dec/09/secretive-gold-rush-for-deep-sea-mining-dominated-by-handful-of-firms).

Y mientras eso está por suceder, la explotación del litio en tierra firme, crece. Es el caso de la potencial veta que existe en una zona montañosa de Portugal, que la Unión Europea está considerando seriamente, con tal de prescindir de fuentes más lejanas, como de Latinoamérica o de Asia.

Para muchos, es una gran oportunidad para “crecer” y tener más ingresos. Pero para para otros, el que se impongan esas explotaciones, provocará un permanente, irreversible daño ecológico, como expone el artículo de The Guardian titulado “El curso del ‘aceite blanco’: el sucio secreto de los vehículos eléctricos”, firmado por Oliver Balch (ver: https://www.theguardian.com/news/2020/dec/08/the-curse-of-white-oil-electric-vehicles-dirty-secret-lithium).

Comenta Balch todos los mencionados inconvenientes que ofrecerán los autos eléctricos, lo de la excesiva generación eléctrica que requerirán las recargas, además de que las baterías casi no se reciclan. Una de las razones, porque el litio reciclado, es “más caro que el recién producido, así que no ofrece gran aliciente su reciclaje, además de que las empresas que lo reciclaran, no se darían abasto para producir todo el necesario, debido a la creciente demanda”.

Y como esa creciente demanda, ofrece gran potencial, personas como João Cassote, ganadero, que ha visto reducir sus ingresos de engordar toros, por la pandemia, pues ha reducido sus ventas, pidió un préstamo para comprar un tractor, una removedora de tierra y un tanque portátil de agua, con tal de que una minera lo contratara para hacer sus exploraciones. Le fue tan bien a Cassote, que en menos de doce meses, ganó lo que usualmente gana en seis o más años.

Así que, si de él dependiera, adelante con la destrucción de montañas y bosques cercanos a su granja, con tal de que la Savannah Resources, con la que trabajó, y otras empresas, exploten durante diez años las 280,000 toneladas de litio que pueden contener aquéllos sitios.

Como dije, a la Unión Europea, le conviene tener tan cerca una buena fuente de litio, con tal de que los proyectos de que, a más tardar, en el año 2030, sólo se permita que se fabriquen autos eléctricos, se materialicen.

Sin embargo, personas como Mario Inacio, un bailarín de 50 años, aborrecen la ida de que un destructivo proyecto minero se establezca allí, sobre todo porque él tiene contemplado desarrollar un retiro de yoga, en el campo, alejado lo más posible de la “civilización”. Junto con su compañero, Milko Prinsze, ya habían ubicado una granja abandonada de 47 acres (19 hectáreas), en la que harían, justamente, cuanto habían imaginado.

Pero, de hacerse el proyecto de explotación del litio, ese plan, se vendrá abajo. “Los sueños de toda mi vida, se cancelarán, de hacerse ese destructivo proyecto”, afirma Mario Inacio.

Por lo pronto, debido a la pandemia, el consumo mundial de todo, incluidos autos eléctricos, se ha detenido, pero en cuanto haya recuperación, “seguramente la explotación del litio en ese lugar, se hará”.

De nuevo, las empresas y la mafia en el poder portuguesa, dicen que es “inevitable el daño al lugar, pero es mínimo con lo que se ganará, al impulsar la industria de autos eléctricos, lo que mejorará el medio ambiente mundial”.

Absurdo, pues no piensan en las personas a las que dañará ese contaminante, destructor, invasivo proyecto. Ni en el planeta, que ya no aguanta tantos masivos destructivos megaproyectos.

Por desgracia, para personas como Cassote, muy dispuestos a entrarle al lucrativo, muy depredador proyecto, para nada importa la destrucción ambiental.

“Para mí, es una forma decente de ganar buen dinero”, dice, indiferente a los letreros de la gente opuesta a la mina, que dicen “No a la mina, sí a la vida”.

Cuando Cassote, así como millones de personas en el mundo, indiferentes a tanto daño, desarrollen alguna enfermedad, debida a la alta depredación y contaminación ambiental, quizá aquél caiga en la cuenta que, después de todo, no fue tan buen negocio.

 

Contacto: studillac@hotmail.com