sábado, 12 de diciembre de 2020

Mosul, ruinosa ciudad iraquí, se reconstruye lentamente

Mosul, ruinosa ciudad iraquí, se reconstruye lentamente

por Adán Salgado Andrade

 

La mercenaria organización criminal, llamada Estado Islámico, EI, aberración paramilitar, surgió de una escisión de al-Qaeda y en reacción a la invasión de Iraq en el 2003 (ver: https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2018/11/isis-origins-anbari-zarqawi/577030/).

También, la ideología del EI, fue tomada en buena parte de la influencia de Osama bin Laden (1957-2011), uno de los dirigentes de al-Qaeda, alguna vez reclutado por la CIA, cuando se derrotó en Afganistán, en 1979, apoyado por mujaedines – rebeldes árabes –, a la administración de Babrak Karmal (1929-1996), quien estaba apoyado por la extinta URSS (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Babrak_Karmal).

Como suele suceder, son países pobres, disputados por dos o más potencias, sobre todo, por sus recursos.

En el 2001, fue invadido Afganistán por una “coalición”, en supuesta venganza por los sospechosos actos “terroristas”, cuyo responsable, según, fue bin Laden. Para ese año, éste, ya no era “aliado” de Estados Unidos (EU), ni de la CIA, así que se le consideró un “enemigo”.

Afganistán, poseía gas natural, además de que era uno de los principales productores de amapola, cuyo cultivo ha crecido, desde que ha estado ocupado por soldados estadounidenses. ¡Vaya ironía! (ver: https://www.arcgis.com/apps/Cascade/index.html?appid=9e6420db54f043e487ba2831a74cb38f).

Por otra parte, desde el 2001, el “terrorismo” ha sido un excelente pretexto para que EU siga con sus invasiones, además de que ha dejado buenísimas ganancias para las empresas dedicadas a “combatir al terror” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2007/11/la-amenaza-terrorista-el-nuevo-gran.html).

Así, en el 2003, diseminando mentiras, el ex presidente mafioso George Bush, ordenó invadir Iraq, comandado en ese entonces por Sadam Hussein (1937-2006), porque tenía inexistentes “armas de destrucción masivas” (ver: https://www.motherjones.com/politics/2011/12/leadup-iraq-war-timeline/).

Pero, en realidad, fue para quedarse con su petróleo. Esa infame invasión, fue resistida por fuerzas rebeldes iraquís, que después fueron otra parte de lo que formó al EI.

Así que esa mercenaria organización, buscando sus orígenes, surgió de otras, auspiciadas, en su momento, por EU. Como vemos, ese país ha creado varios Frankensteins a lo largo de su intervencionista y beligerante historia.

Aparentemente, salido de su control, el EI, se dedicó a establecer un “califato”, en donde se asentaría, para “combatir a los herejes occidentales”, los cuales incluían a EU, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y otros. Y llegó a tener tanto dominio, que se apoderó de territorios en el norte de Irak y partes de Siria (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Territory_of_the_Islamic_State#/media/File:Near_East_ISIS_controlled_areas-fr.svg).

No conformes sus mercenarios, con imponer su poder aterrorizando a los pobladores de los territorios dominados, se dedicaron a robar, a controlar pozos petroleros y a destruir lugares históricos milenarios, como mezquitas, santuarios, ruinas de ciudades, sin la más mínima consideración de su valor arqueológico (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Destruction_of_cultural_heritage_by_ISIL).

En el 2014, tenían como último bastión, a la ciudad de Mosul, de donde, con pesada artillería, fuerzas iraquís, apoyadas por EU, Inglaterra y otros países, lograron derrotarlos, luego de tres años. Pero, al hacerlo, se llevaron buena parte de la ciudad, la que quedó, casi toda, en ruinas.

Eso me recuerda a la irónica cinta estadounidense Team America (2004), dirigida por Trey Parker, hecha mediante títeres, en el estilo de la serie de televisión de los 1960’s, Los Thunderbirds. Team America, es una organización que “defiende” al mundo de amenazas terroristas. Una muy buena escena que, de hecho, se burla de las tradicionales producciones Hollywood, es cuando ese equipo “rescata” a París de “terroristas árabes”, quienes van a realizar un atentado con una bomba, que tenían escondida en un maletín. Los “valerosos” antiterroristas logran contrarrestar a los “terroristas”, pero a cambio de destruir la torre Eiffel, el arco del triunfo y otras emblemáticas construcciones de la ciudad luz. Al final, se congratulan todos, abrazándose, en medio de la destruida ciudad.

Así sucedió con Mosul, la “rescataron”, pero fue destruida en su mayor parte, incluyendo museos, monasterios y sitios históricos. De por sí, es una ciudad muy antigua, datando del año 600 AC (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Mosul#History).

Poco a poco, los habitantes con poca o nula ayuda pública, han ido reviviendo a esa devastada ciudad, como comenta el artículo titulado “Iraquís, reconstruyen lentamente Mosul, con muy poca ayuda pública”, firmado por Samya Kullab (ver:  https://apnews.com/article/international-news-islamic-state-group-iraq-7833d6cdd0f8ae2ac189e388f62571e7).

El artículo, comienza mostrando imágenes de la destrucción que todavía, luego de tres años, domina varias partes de la ciudad, en donde sólo servicios como electricidad o agua, en algunas partes, se han restablecido. Se ven algunas tiendas, que se han abierto, en medio de verdaderas ruinas, como en la primera foto, un brutal contraste, de la luz de ese negocio, destacando de entre una construcción, en donde faltan paredes y techos, con montañas de cascajo a los lados y enfrente. Muy surrealista imagen. Otra foto, sólo muestra el interior de una ruinosa casa que, es evidente, jamás será reparada (quizá podría lograrse, con muchísimo dinero).

En las siguientes fotos, se ve más orden: una calle llena de puros negocios y una sala de conciertos, dentro de una muy elegante plaza comercial. Vaya contraste, con las primeras imágenes. También, en la quinta foto, se muestra a una mujer, Ana Yasoun, quien con ahorros, ayuda de familiares, de su agonizante padre, y de un préstamo – que todavía está pagando –, logró reconstruir su casa y hasta la pintó, de color amarillo. La foto muestra a la admirable madre de dos hijos, a la entrada de su hogar, y a un lado, un gran montón de cascajo, contrasta con la vistosa construcción. “Yo sólo quería de vuelta mi casa”, dice, orgullosa de haberse levantado de entre, literalmente, las ruinas, de lo que quedó convertida la mayor parte de Mosul.

La imagen seis, muestra una sección de la ciudad, totalmente devastada, con ruinosos edificios de tres o cuatro pisos que, se ve, están a punto de colapsar, sin paredes, ni techos, nada, sólo los esqueletos de lo que alguna vez debieron de ser viviendas u oficinas. Un tractor y una aplanadora, están a un lado, quizá para remover muy lentamente tantos despojos. La foto siete, muestra otra sección totalmente ruinosa y un resto de lo que alguna vez fue un auto. El mejor símil que encuentro, fue cuando la ciudad de México fue sacudida por el terremoto del 19 de septiembre de 1985, que varias partes que se colapsaron y sus fantasmales ruinas, estuvieron así por años.

Por último, la octava foto, muestra a Ammar Mouwfaq, un hombre de 70 años, que orgullosamente posa enfrente de su tienda de jabón. “La heredé de mi padre en 1955 y desde entonces, la he sostenido como he podido. Importo el jabón de Siria y la reconstruí con mi propio dinero. El gobierno no nos ha ayudado para nada”, dice. Muy buena mercancía, ahora que, con la pandemia, se demanda limpieza, podría pensarse.

“La resiliencia de los habitantes de Mosul, es aparente en todas partes de la ciudad, en un momento en que el gobierno de Bagdad, carece de fondos para la reconstrucción y de que el EI se está reorganizando en los territorios disputados del norte de Irak”, señala Kullab.

Huelga decir que todo eso, el EI, la destrucción de Mosul, de sitios arqueológicos e históricos, son una de las consecuencias que dejó la invasión de EU a Irak. De alguna, manera, mientras Sadam Hussein estuvo en el cargo, había cierta estabilidad en esa zona, incluyendo a Siria. Pero, ya ven, EU y su intervencionismo, empeoran siempre las cosas. El EI, seguramente se está reorganizando y volverá a invadir regiones y a imponer su control, mediante el puro terror.

“La ONU estima que más de 8,000 casas en Mosul, fueron destruidas por los intensos bombardeos, con tal de extraer de raíz al EI. La operación, que duró nueve meses, dejó al menos 9,000 muertos, de acuerdo con una investigación de Associated Press”.

Como señalo antes, ¡vaya con esas “victorias”, con la ciudad destruida y miles de muertos! Con esos “rescates”, mejor que dejen las cosas como estaban.

Continúa Kullab diciendo que “la gente todavía recuerda la brutalidad del grupo, cómo las plazas públicas eran usadas para cortar la cabeza a aquéllos que osaran violar las reglas de los militantes”.

Eran unos abiertos criminales, verdaderos sanguinarios, que nada tenían que ver con el supuesto “islam”, el que supuestamente los “guiaba”. Incluso, subían a las “redes sociales” videos de cómo quemaban a prisioneros o les cortaban las cabezas. Verdaderos, sádicos enfermos.

La llamada Ciudad Vieja, que era el orgullo de Mosul, sigue totalmente ruinosa. “El gobierno no nos ha ayudado para nada”, declara Ahmed Sarham, dueño de un café. A la entrada, hay antiguas vasijas para café, llamadas dallahs, que dan cuenta de los más de 120 años de existencia del lugar. “Después de la liberación, todo fue un caos. Nadie tenía dinero. La economía estaba en ceros”, agrega Sarham. “Por un tiempo, no ganaba más de 50,000 dinares iraquís, unos $40 dólares. Actualmente, percibe cerca de $2,500 dólares”, señala Kullab.

Y aunque a él ya le empieza a ir bien, la mayoría de la gente apenas si sobrevive, como sus 28 trabajadores, quienes perciben $8 dólares por día (unos 190 pesos), apenas para sobrevivir. De todos modos, son privilegiados, pues, con la pandemia, si había cierta recuperación, ésta, se ha interrumpido.

Vaya doble adversidad.

“Desde la expulsión del EI en el 2017, la tarea de reconstruir Mosul, ha sido dolorosamente lenta. Las demoras, son a causa de una falta de mando gubernamental coherente. El gobernador de la provincia de Nínive, que incluye a Mosul, ha sido removido tres veces, desde la liberación”

O sea, que los habitantes de Mosul, se las ven como pueden. Ni imaginar cómo estén cosas como la seguridad pública, los servicios públicos, los hospitales, las escuelas…

Con la pandemia, han bajado las ventas de petróleo, fundamentales para un petrolizado país. Por eso, han disminuido los presupuestos para reconstrucción, además de que los corruptos funcionarios, seguramente, se adueñan de cualquier dinero que les llegue.

El dinero que el Banco Mundial le había prestado a Irak para reconstrucción, se empleó en paliar los efectos de la pandemia, supuestamente. Pero, de seguro, ha habido desvíos para el personal enriquecimiento, como dicen los mismos iraquís.

Y, hasta la fecha, sólo a dos mil personas se les ha ayudado, dice Zuhair al-Araji, el mayor de la ciudad.

Mouwfaq, el dueño de la tienda de jabón, afirma que “cualquier dinero que les den, se lo robarán. Yo reconstruí mi tienda con mi propio dinero. Nadie me ayudó”.

Los cines está destruidos, pues eran “demoniacas herejías occidentales”. La mencionada Ciudad Vieja, son montones de cascajo y restos de lo que fueron casas y construcciones, que databan desde los tiempos medievales. “Un par de zapatos de mujer, un cuaderno cubierto de corazones, que muestran una pasada vida, no han sido tocados desde la destrucción”.

El museo de Mosul, “en donde los militantes se filmaron haciendo pedazos invaluables antigüedades, reabrió parcialmente en enero del 2020. Pero, aparte de exhibiciones de artistas contemporáneos, como la del escultor iraquí Omer Qais, no hay nada qué ver. Sarhan, el dueño del café, invita a cualquiera que lo desee, a ver su colección de espadas antiguas, charolas y vasijas, igualmente antiguas, que ha ido trabajosamente reuniendo. “Es nuestra historia”, le dice a Kullab, mostrándole un platón oxidado de bronce, en el que una inscripción grabada, muestra que es del año 1202. “Si yo no lo protejo, nadie lo hará”, dice. Quizá la haya obtenido de entre las ruinas de algún museo o casa. Está bien que lo haga. De todos modos, mejor que exhiba eso en su café, a que algún traficante de objetos antiguos, lo venda.

Concluye Kullab, haciendo mención de un grafiti que algún humorista pintó sobre una ruinosa pared “Se prohíbe destruir”. Sí, a veces, la autoburla, ayuda. Mejor riamos de nuestras desgracias, en lugar de lamentarnos.

Finalmente, necesitamos humor, aunque sea negro, para paliar nuestras desgracias en esto pandémicos, funestos tiempos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com