sábado, 1 de junio de 2024

Gentrificación en Baja California Sur

 

Gentrificación en Baja California Sur

Por Adán Salgado Andrade

 

Los paraísos idílicos, como una playa solitaria en la que pudiera caminarse por kilómetros, son siempre presa de megaproyectos turísticos que, justamente, al buscar ofrecerle a los visitantes esos paraísos, acaban con la belleza que buscaban ofrecer. En Cuba, por ejemplo, hay muchas playas que se mantienen naturales porque no han caído bajo las garras de los desarrolladores.

En México, no es el caso, pues las distintas mafias en el poder que lo han controlado, siempre han hecho negocios turbios con cadenas hoteleras o inmobiliarias, para que construyan hoteles de lujo o fraccionamientos de lujo, dirigidos, sobre todo, a turistas extranjeros, que son los que pueden pagar los precios, en dólares, con que cobran las estancias o los precios de las propiedades.

De por sí, Baja California, tanto la Sur, como la Norte, son muy buscadas por extranjeros, quienes no sólo turistean, sino que ya hasta compran propiedades (los estadounidenses jubilados, principalmente, pues les alcanzan más sus dólares en México) y se establecen permanentemente aquí, como en Ensenada, pues consideran que es más seguro, que vivir en Estados Unidos (ver: https://www.quora.com/How-is-it-for-Americans-to-live-in-Baja-California-Mexico).

Y esa situación empeorará con un conjunto turístico, que quizá sea hasta ilegal, que se está desarrollando en Cabo Pulmo, un poblado ubicado en la parte más al sur de Baja California Sur, formado en los 1960’s. Esa situación la expone el artículo de la revista electrónica Hakai Magazine, titulado “Comprando Baja”, firmado por Krista Langlois, periodista canadiense que por un año estuvo investigando cómo Cabo Pulmo y otro sitio paradisiaco llamado Cabo del Este, están en peligro de ser absorbidos y gentrificados por un megadesarrollo turístico que, además de incluir varios hoteles, construirá campos de golf, uno de los cuales consumiría el agua potable de 9,000 habitantes cada día.

Fotos y videos, muestran la belleza del lugar. Cabo Pulmo era una aldea de unos cuantos pescadores en los 1970’s. La pesca era abundante por esos días, pero pronto comenzó a escasear. Los pobladores, decidieron, entonces, que era mejor crear una zona de conservación. En 1995, el gobierno de entonces, designó 71 kilómetros cuadrados como un parque nacional marítimo. Los pobladores locales vigilaron que en la zona no se pescara, ni se hiciera ninguna labor de saqueo. Indicaban a los turistas cómo bucear con esnorquel y con tanques  Dio excelentes resultados, pues la zona, sin alteración, permitió que varias especies de peces se repoblaran. “Para el 2009, investigadores del Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de San Diego, California, hallaron que la biomasa se había incrementado 463 por ciento. El mayor aumento jamás documentado antes en una reserva marítima. La biomasa de depredadores marinos como tiburones, se había incrementado diez veces”.

En efecto, es importante que se rescaten islas desiertas o áreas protegidas para permitir que aves o peces se restauren, pues son muy importantes ambientalmente (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/06/se-deben-de-restablecer-las-poblaciones.html).

Y ahora esa zona protegida es el Parque Nacional Cabo Pulmo.

Pero, como señalé, está en peligro, por los megadesarrollos. No se entiende cómo la 4T ha permitido que saqueadores así, destruyan áreas naturales, paradisíacas, sólo por mero lucro, que ni siquiera está dirigido a nacionales, sino a extranjeros pudientes que pueden pagar propiedades que irán de los $2.5 a los $26 millones de dólares.

Judith Castro Lucero, nacida en Cabo Pulmo, es una activista que ayudó mucho a crear el Parque Nacional Cabo Pulmo. “Pero cada vez es más difícil luchar contra esos desarrolladores pues intimidan, amenazan y nos van echando de nuestras propias tierras”, dice, citada por Langlois. Cuando revisa los trabajos que se están haciendo cerca del megadesarrollo, es intimidada por los vigilantes, “pues ya me conocen”. En cambio, para Langlois y la fotógrafa, como parecen “gringas”, fue fácil pasar, señalan, y así, pudieron ver cómo, en efecto la zona ya esta llena de hoteles de lujo, Airbnb, y otras propiedades dirigidas a turistas pudientes, que pueden pagar “entre $1,500 y $4,000 dólares por noche para estar aquí”.

El megaproyecto turístico que está haciendo una firma de Los Ángeles, Irongate, llamado Costa Palmas, entre el poblado La Rivera y un arroyo que surte de agua a Cabo Pulmo, es el problema que activistas como Castro Lucero enfrentan. “Cuando esté completo, Costa Palmas lucirá más como una pequeña, exclusiva ciudad, que como un centro turístico. Incluirá dos hoteles de lujo, y casi 400 casas privadas, que costarán de $2.5 a $26 millones de dólares (lo que mencioné arriba). De acuerdo con el New York Times, presume que también tendrá ‘campos para jugar al polo, un centro para equitación, varias granjas orgánicas, un club de chicos y senderos paradisiacos para caminar’, además de 20 restaurantes, un campo de golf, alberca, un gimnasio, un cine y un embarcadero con 250 yates. Y tendrá tres kilómetros de playa”.

Ya me imagino, a los pudientes, dándose la buena vida en casas de ¡26 millones de dólares!, viviendo como reyes dentro de esa ciudad que, seguro, será una fortaleza, por tanta seguridad que requerirá para que los pobres o delincuentes no osen perturbar su paz.

Una foto del megadesarrollo muestra cómo se ha ido destruyendo el paradisiaco sitio. Los manglares, dicen críticos, se han ido destruyendo. Son idiotas los desarrolladores, pues los manglares son vitales para evitar erosión y huracanes. Además, son vitales para prevenirr los daños que la elevación en el nivel del mar, provocará.

Esos sitios atraen a mucha gente, pues, finalmente requieren de trabajadores para los servicios que prestarán. Cabo del Este se irá llenando de gente, al igual que Cabo Pulmo. Muchas veces, esos sitios son lugares muy irregulares, como ciudades perdidas que se erigen en las cercanías. Una de ellas es El Caribe, cerca de Los Cabos, de asentamientos irregulares, carros abandonados, construcciones hechas con desperdicios, calles sin pavimentar… en efecto, como una ciudad perdida. Y allí viven personas como María, una mujer que fue a trabajar a un hotel. “La verdad, me gusta aquí, y qué bueno que haya hoteles Airbnb, casas de renta… yo creo que eso beneficia, ¿no?”

Como ven, mucha gente tiene poca visión y lo único que percibe es el beneficio económico. También, señala Langlois, varios activistas abandonaron ya la lucha. Una de ellas, le dijo que “mire, sinceramente, ya nos cansamos, ya nos ganaron esos cabrones, ya no seguimos en la lucha”.

Es natural que lo hagan, hasta por temor de ser asesinados. Señala Langlois que en el 2023, fueron asesinados 52 activistas medioambientales, “haciendo de México, uno de los países más peligrosos para el activismo”.

Según la Procuraduría Federal de Protección Ambiental, PROFEPA, ya está revisando los permisos, seguramente ilegales, que llevaron a la construcción de Costa Palmas. “El problema es que no hay muchas autoridades que revisen o muchas son corruptas”, señala Armando Trasviña Castro, un oceanógrafo que trabaja en La Paz, citado por Langlois.

Es el eterno problema en este país (y en muchos) que la corrupción lo puede todo.

De todos modos, la activista Castro Lucero no pierde las esperanzas de que se clausure ese megaproyecto, que será muy dañino para todo el ecosistema de la zona. “Seguramente, nos quitará toda el agua, que ya es muy escasa, de por si, y acabará con un ambiente vital para muchas especies de cactos y de fauna.

El último día de Langlois en Cabo Pulmo es durante el Día de Muertos, en donde los altares no muestran a los difuntos, sino a las especies de aves que se han extinguido, como la Paloma de Socorro, que se extinguió en 1972 o un buitre, el Guadalupe caracará, y otras. “No queremos sumar más en los próximos años”, dice Castro Lucero.

Y de verdad, ojalá que se prohíba la construcción de Costa Palmas y de otros megadesarrollos en otros paraísos, que sólo benefician a los desarrolladores, pero que los depredan y contaminan, siguiendo la máxima del capitalismo salvaje de que “la ganancia es primero”.       

      

Contacto: studillac@hotmail.com