martes, 5 de abril de 2022

Ex militar de EEUU dirigía un giro de explotación sexual de menores

 

Ex militar de EEUU dirigía un giro de explotación sexual de menores

Por Adán salgado Andrade

 

No deja de sorprender la maldad humana, sobre todo, de personas que, se supondría, tendrían firmes principios morales.

Una nota de la agencia Associated Press, titulada “Mando civil del ejército que dirigía un giro porno infantil, arriesgó la seguridad de Estados Unidos”, firmado por Michael Rezendes, da cuenta de la bajeza moral de un alto mando del ejército que, incluso, a sus propios hijos adoptivos, sometía a sus desviados apetitos sexuales (ver: https://apnews.com/article/afghanistan-business-arizona-army-sierra-vista-2dd2790f0b68117f561a46a474421358).

Abre el artículo, la foto de David Frodsham, con el uniforme de la prisión, un hombre obeso, de lentes, cara pusilánime, que aparentaría ser alguien “respetable”. La foto es del 2016, proporcionada por la policía de Sierra Vista, Arizona. Frodsham, se declaró culpable de cargos por hostigamiento sexual “y está sirviendo 17 años de prisión. Pero récords revisados por AP, muestran que el ejército de Estados Unidos, así como el estado de Arizona, no identificaron o ignoraron las señales de advertencia durante más de una década, lo que permitió a Frodsham a abusar de su hijo adoptivo y de otros cuatro niños por años, con riesgo de poner la seguridad nacional en peligro”.

Frodsham laboraba en el NETCOM (Comando de la red de tecnología empresarial, por sus siglas en inglés), que se localiza en la base militar de Huachuca, Arizona. En ese centro, que proporciona tecnología de la información al ejército, aquél era el Director del Personal que tenía a su encargo a 15,000 soldados y empleados civiles del Pentágono. Es decir, que era su puesto muy estratégico y, por lo mismo, muy delicado, pues sabía tantos secretos que, dicen sus acusadores, alguien pudo chantajearlo con revelar sus prácticas pedófilas, si no le revelaba información sensible y muy confidencial sobre las operaciones militares que él manejaba.

Antes de trabajar en NETCOM, Frodsham estuvo de soldado en Afganistán, cuando ese país estaba controlado por Estados Unidos, en el aeropuerto militar de Bagram. Ya, desde allí, presentaba comportamientos no adecuados, como el pedir a uno de los técnicos de internet, que le “consiguiera el acceso a YouPorn, un sitio en donde los usuarios comparten pornografía”.

También, su hijo, Trevor Frodsham, quien actualmente tiene 19 años, está demandando al Estado por no haber detectado o haber pasado por alto que David y su esposa Bárbara, “no fueron padres adecuados”. Eso lo evidencia, por ejemplo, una demanda que otra de las hijas biológicas del matrimonio hizo en el 2002, denunciando abuso sexual por parte de un hermano mayor, además de que “David y Bárbara, fueron víctimas, ellos mismos de abusos sexuales cuando eran niños”.

Que un hermano mayor violara a su hermana menor, daría una idea de que ese matrimonio, no estaba capacitado para tener hijos, pues falta de atención, descuido con ellos u otros factores, habrían ocasionado esa falta.

Pero a pesar de que la citada hija acudió a la policía local, nada se hizo y se permitió que tanto David, así como Bárbara, siguieran con sus vidas, “cuidando” a sus hijos, no sólo biológicos, sino a los adoptivos que se les permitió tener, a pesar de los negros antecedentes que tenían. Y también, David, siguió estando en puestos militares de importancia, como en NETCOM.

Ryan Frodsham es uno de tales hijos adoptivos. “En una entrevista, afirma que su padre adoptivo, David Frodsham, comenzó a abusar sexualmente de él, desde que tenía nueve años y que continuó tal abuso cuando, ya siendo un adolescente, aquél lo ofrecía a amigos para que lo violaran. ‘Me da asco acordarme de eso’, declara Ryan”.

Así que, nada más vean, no sólo el maldito pedófilo abusaba de Ryan, sino que lo ofrecía a sus cuates, por dinero, supongo y hasta morbo, pues quizá hasta los contemplaba. Como dice Ryan, para asquearse. Pero, además, le debe de haber ocasionado traumas muy severos a él y a los otros “hijos adoptivos” de los que abusaban David y Bárbara, pues ella, se señala en el artículo, también le ayudaba en sus depravaciones sexuales.

A pesar de esos antecedentes, cuando lo relevaron del cargo en Afganistán, lo enviaron a trabajar al mencionado NETCOM, y no fue hasta el 2016, que fue arrestado por encabezar un giro de abuso sexual infantil “junto con un sargento que subía pornografía infantil al internet. Entre las víctimas, estaba uno de los hijos adoptivos (Ryan) de Frodsham”.

De inmediato, se declaró culpable, “pero ya había antecedentes que mostraban que su comportamiento era desviado, y que las autoridades desconocían o hicieron caso omiso. Esa negligencia, permitió que Frodsham, continuara abusando a su hijo adoptivo y a otros niños por varios años, poniendo, además, la seguridad nacional en riesgo. El Estado permitió a Frodsham y a su esposa, Bárbara, adoptar a muchos niños, a pesar de que tenían casi veinte quejas de abuso, negligencia, maltrato y violaciones a las leyes de tutela. Mientras tanto, el ejército le dio a Frodsham acceso a seguridad militar y a trabajos muy delicados, en una época en que sus prácticas sexuales lo hacían muy vulnerable a chantajes”, dice Rezendes.

Claro, no habría faltado algún espía que, viendo su depravada conducta, lo hubiera amenazado de que le compartiera ciertos secretos del Pentágono, con tal de no denunciarlo. Y es extraño que no haya sucedido.

Cita Rezendes a Frank Figliuzzi, ex director asistente de contrainteligencia del FBI, quien dice que “El Fuerte Huachuca es una de las instalaciones más importantes para los Estados Unidos. Gente con problemas de seguridad, no debería de trabajar allí”. No sólo se aloja el NETCOM, “sino el Comando de Seguridad e Inteligencia del Ejército, de acuerdo con su sitio de Internet”.

En las demandas que los hijos adoptivos están llevando contra el Estado, representados por Lynne Cadigan, se enfatiza mucho, como mencioné, que las “autoridades” no hayan hecho caso a las demandas que se hicieron en su contra, desde el 2002. Además, de que siendo David y Bárbara también, víctimas de abuso cuando eran niños, se les hubiera permitido adoptar.

Quizá sería una conveniente medida, ver qué tan capacitados están los matrimonios para procrear hijos, pues, ciertamente, como en el caso de los Frodsham, al haber sido abusados de pequeños, era muy probable que siguieran con ese traumático comportamiento. No siempre sucede así, por supuesto, pero es algo que se da con frecuencia, que, por ejemplo, padres que tuvieron padres golpeadores, repitan esa tóxica tendencia.

Pero seguramente los defensores de los derechos humanos, estarían totalmente en contra, arguyendo que se atentaría contra el derecho de las personas a “formar una familia”.

Sería algo muy polémico, ciertamente, pero muy probablemente necesario, pues los hijos sufren cuando son concebidos por personas problemáticas, incluyendo todo tipo de factores, sean económicos, traumas de la niñez, conductas antisociales y otros.

Ryan afirma que el Estado sabía que David y Bárbara abusaban de sus hijos, “abofeteándolos, pellizcándolos, golpeándolos con una cuchara de madera, haciéndoles que comieran salsa picante, jalándoles los cabellos, doblándoles los dedos hacia atrás para producirles dolor, forzándolos a sostener trastes con sus brazos extendidos por varias horas o no permitiendo que usaran el baño, si no dejaban abierta la puerta. Ryan dice que Bárbara nunca abusó de él, pero entró un par de veces al cuarto en donde David lo estaba violando. Ella, lo sabía”.

Nada más vean qué par de pervertidos. Lo que decía, que esos dos, no estaban capacitados para tener familia. Por lo menos, se debería de someter a un examen a los prospectos a ser padres o madres, para ver si, en efecto, pueden tener hijos y educarlos adecuadamente.

Ned Taylor es otro de los hijos adoptados, quien indica que nunca hicieron caso los agentes policiacos de sus quejas sobre los abusos sexuales de Frodsham. “Lo peor es que se comunicaban con Bárbara, la que lo regañaba y castigaba. Otro agente, le dijo que si era urgente, porque no quería manejar 90 minutos desde Tucson a Sierra Vista (en donde vivían los Frodsham) en balde”.

Ryan, hasta les mostraba las marcas a los agentes, “pero un trabajador social, le dijo al chico que sus acusaciones, no eran convincentes”.

Dicen los investigadores que a gente con antecedentes de abuso sexual durante la niñez, no se le permite adoptar, “pero los Frodsham, supieron eludir ese antecedente, muy convenientemente. Ya, hasta que fueron detenidos, alegaron, en su favor, haber sido ellos mismos víctimas de abuso sexual siendo niños”.

Eso denota una deficiente preparación psicológica de las personas que hacen las entrevistas, como dice Kathleen Fallen, una testigo experta de Ryan, “y por eso, no detectaron a los Frodsham.

La forma en que la agencia de seguridad doméstica detectó, por fin, los abusos sexuales de Frodsham fue mediante un infiltrado, quien descubrió a una persona, que se apodaba “Pup Brass”, que subía videos y fotos pornográficos a un sitio llamado Kik, con la etiqueta “pedopicsanddvidd”. El infiltrado, tras minuciosa investigación, determinó que Pup Brass era el sargento Randall Bischak.

Allanaron su casa y le confiscaron computadores y celulares. Fue cuando Bischak “confesó que había estado teniendo sexo con un hombre de 59 años, a quien él llamaba ‘Dave’ y con el hijo de éste. En al menos una ocasión, Bischak había grabado en secreto un video. También les confesó a los investigadores que él y Frodsham acordaron tener sexo con niños pequeños y que Frodsham una vez le llevó a uno de ellos”.

Nauseabundo el relato de ese par de depredadores, mostrándose ante la sociedad como “rectos” militares, que deberían de defender a los estadounidenses, niños incluidos, no a abusar de ellos.

Lo peor es que, como dije, esos niños, quedarán traumados de por vida.

Thomas Ransford, que trabaja en los casos de abuso sexual de la policía de Sierra Vista, dice que, al principio, Frodsham lo negó todo, cínicamente, “pero cuando le mostré el video, se dobló y todo lo confesó. Y Ryan, al principio, negaba que David lo hubiera violado alguna vez, hasta que le mostré una foto, extraída de un celular. Y ya, muy conmovido, platicó cómo todos esos años había sido abusado”.

Pero, como dije, no era que la “policía” y las autoridades encargadas de cuidar a infantes abusados, no supieran nada de las depravaciones de Frodsham, sino que, simplemente, nada hacían.

Dice Rezendes que el de Frodsham, es uno de varios casos de abuso sexual infantil, incluso, uno en que se involucra a agentes aduanales, como a John Daly III, quien está acusado de ocho violaciones, al menos, “y que puede ser al que llamaban el violador de East Valley, quien aterrorizaba a mujeres a las afueras de Phoenix en los 1990’s. Los están acusando de esos cargos, pero aquél, lo niega”.

Claro, muy convenientemente, ningún criminal va a confesar que cometió un delito.

Otros acusados de abuso sexual infantil, son Dana Thornhill, sentenciado a 40 años de prisión, por abusar de sus dos hijos. Otro, era Paul Adams, acusado de violar a sus dos hijas, una de las cuales tenía sólo seis semanas de haber nacido. Ese monstruo, se suicidó, antes de enfrentar el juicio.

Como la agencia que protegía a los niños, era muy deficiente, fue disuelta en el 2009, por Jan Brewer, la entonces gobernadora republicana de Arizona, argumentando que “es evidente que nuestro sistema de protección a la infancia, está muy mal, lleno de años de ineficiencias”.

Brewer creó una nueva oficina, llamada Departamento de Seguridad Infantil, la cual, de todos modos, señala Rezendes, no ha funcionado adecuadamente.

Pero el Estado se quiere desentender de las demandas de los hijos adoptivos de los Frodsham, diciendo que “no tiene evidencia de que los antiguos servicios de asistencia infantil, se hayan disuelto por ese caso”.

Cadigan, la abogada de Ryan y los otros dos, dice que, aunque aprecia los esfuerzos de la ley por combatir el abuso sexual infantil, “no es suficiente. Cada vez estoy más ocupada”.

Claro, mientras la gente desquite sus traumas de la niñez con sus hijos, seguiremos escuchando de depredadores sexuales que sólo se satisfacen violando a inocentes niñas o niños.

Y nos enteraremos, por desgracia, ya cuando el abuso esté consumado.

 

Contacto: studillac@hotmail.com