sábado, 4 de septiembre de 2021

Henry Deterding, el artífice de la petrolera Royal Dutch/Shell

 

Henry Deterding, el artífice de la petrolera Royal Dutch/Shell

Por Adán Salgado Andrade

 

En mayo del 2021, Pemex adquirió la refinería Deer Park, en Houston, Texas, del grupo petrolero anglo-holandés Royal Dutch/Shell. Ya la petrolera mexicana, poseía el 49.95% de las acciones de aquélla, por lo que sólo adquirió el restante 50.05%, en 596 millones de dólares ($11,874.54 millones de pesos). Se ha objetado tal compra, debido a que esa refinería ya trabajaba con pérdidas (ver: https://www.dw.com/es/m%C3%A9xico-defiende-los-motivos-de-la-compra-de-la-refiner%C3%ADa-de-deer-park-de-shell-en-houston/a-57694717).

Hay que decir que, debido a la pandemia, y a que se ha tendido últimamente a reducir el empleo de gasolinas, debido a la incursión de los autos eléctricos y a los ahorros de los motores de combustión, los ingresos de todas las contaminantes y depredadoras grandes petroleras, tales como Royal Dutch/Shell o las estadounidenses Exxon/Mobil y Chevron, han disminuido bastante. En el 2020, Exxon, perdió $1,100 millones de dólares (mdd), en tanto que Chevron, perdió $3,000 mdd (ver: https://gizmodo.com/big-oil-has-never-lost-this-much-money-1844571705).

Pero a la que más le ha ido mal es a Royal Dutch/Shell, la cual, en el 2020, tuvo pérdidas por $21,700 mdd. Por ello, recortó a 9,000 empleados en sus instalaciones de varios países, además de que estaba “repensando sus planes futuros para su transición de combustibles fósiles a otras fuentes energéticas” (ver: https://www.bbc.com/news/business-55931523).

Y es que esas depredadoras petroleras han sido señaladas por grupos ecologistas y organizaciones no gubernamentales y activistas, de ser las responsables, en gran medida, del desastre climático que estamos sufriendo, pues documentos indican que desde los 1970’s, sabían esas contaminantes compañías, que el uso masivo de combustibles, contribuiría a calentar al planeta, pero prefirieron seguir obteniendo grandes ganancias (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).

Ahora buscan “diversificar” sus negocios, haciendo, por ejemplo, más contaminantes plásticos, a pesar de que ya el planeta está inundado de ellos y de los microplásticos, por aire, mar y tierra (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/las-contaminantes-petroleras-y-coca.html).

Y seguramente que como parte de su “repensar sus planes futuros”, fue contemplar la venta de la referida refinería, por las pérdidas que ha tenido la petrolera, con tal de compensar algo de dinero. En mejores tiempos, esa venta, habría sido impensable, no, ¿¡cómo, una poderosa petrolera anglo-holandesa, iba a vender una de sus refinerías a Pemex, pobre petrolera mexicana!?

En el capitalismo salvaje, la supremacía empresarial no es eterna. Empresas fabricantes de vehículos, que otrora fueron poderosos monopolios, como Ford Motor Company, por ejemplo, ahora se han reducido a pelear por su subsistencia, ante la inclemente competencia de automotrices europeas y japonesas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/11/henry-ford-impulsor-de-la.html).

Y así está sucediendo con las petroleras, a las que tanto se ha cuestionado su papel en la catástrofe climática, que están aparentando tener “consciencia ecológica” y buscan la manera de “demostrarlo”, invirtiendo en empresas de energías “verdes”, como solares o eólicas, pero no porque, realmente, tengan remordimiento de todo lo que han ocasionado, sino, simplemente, por razones de supervivencia.

Comencé con esta introducción, para referirme, ahora, a Henry Deterding (1866-1939), holandés al que se debe la consolidación de la Royal Dutch/Shell, como el emporio petrolero que fue – y sigue siendo, de alguna forma, aunque ya, muy disminuido, por las razones expuestas –, quien no vaciló en emplear todos los medios a su alcance, incluso ilegales, con tal de convertir a esa empresa en un cuasi monopolio petrolero, quien llegó a competir con la muy poderosa estadounidense Standard Oil Company, el primer emporio petrolero mundial, que fundaran John D. Rockefeller (1839-1937) y Henry Morrison Flagler (1830-1913).

Y así como Rockefeller no tenía empachos en bajar agresivamente los precios, comprar petróleo a dictaduras de países pobres o recurrir a prácticas gansteriles para ejercer su supremacía petrolera, Deterding, igualmente, obró así. Y fue tan o más agresivo que Rockefeller, que hasta superó a la Standard Oil en su propio país, como veremos.

La detallada biografía de Deterding, me la proporcionó el libro titulado “Deterding, el hombre más poderoso del mundo”, escrito por el periodista inglés Glyn Roberts, en su edición española, de la editorial argentina Claridad – seguramente desaparecida ya –, publicada en 1944, un libro muy raro.

De Roberts, no hay información biográfica, excepto, como dije, que fue un periodista inglés, que se dio a la tarea de escribir una biografía sobre el intocable Deterding, cuyo poder llegó a ser tal, que estaban censuradas muchas obras que hablaban sobre la forma tan brutal y mezquina con que actuó, con tal de que la Royal Dutch/Shell se impusiera sobre sus rivales, incluso, la poderosa Standard Oil.

Como muchos casos de los famosos self made, Deterding, tuvo una niñez algo difícil. Su padre murió cuando él tenía cinco años. Con muchos sacrificios, su madre, pudo darle una educación en una escuela de enseñanza de tareas administrativas. Y a los 16 años, tuvo que asumir la manutención de su madre y hermanos. Refiere Roberts, que “su madre, le descargó toda le responsabilidad, la que el chico, aceptó con resignación”.

Su primer trabajo fue como tenedor de libros en el Twentsche Bank, ganando el equivalente de entonces a un dólar por semana. Dice Roberts que tenía mucha facilidad para “entender los números”.

De allí, con toda la experiencia que obtuvo, fue contratado por la Netherlands Trading Society. Esta compañía, se encargaba del comercio, transporte marítimo y agricultura en lo que era la colonia holandesa Dutch East Indies, que ahora es Indonesia.

Aquí hay que decir que países como Holanda, Inglaterra, Francia, Alemania, España o Portugal, son hoy lo que son, gracias a toda la riqueza de la que se posesionaron por la vil fuerza militar, de las regiones “atrasadas” a las que mantuvieron bajo su poder imperialista, durante siglos.

La Netherlands Trading Society envió a Deterding a la colonia para que revisara porqué los negocios no estaban produciendo lo suficiente. El chico de 19 años sorprendió a los administradores, pues, en pocas semanas, revisando minuciosamente los libros, detectó los problemas y todo fue mejor, desde entonces.

Pero, ambicioso como era, dejó de trabajar allí, porque no le dieron el aumento salarial que había exigido, “pues el trabajo que había hecho, lo ameritaba”.

En 1896, cuando tenía 30 años, le ofrecieron un trabajo en la Royal Dutch Company, fundada en 1890 por Jean Baptiste August Kessler (1853-1900). El petróleo “estaba en su infancia”, y se usaba, mayoritariamente, para engrasar máquinas y como combustible para lámparas. Ya, por entonces, la mencionada Standard Oil, era una petrolera muy fuerte, que exportaba petróleo y sus derivados a todo el mundo, incluso, a China.

Deterding estudió minuciosamente cómo actuaba la Standard, que era reduciendo agresivamente los precios de sus productos, con tal de aplastar a las otras petroleras. Concibió que, para hacerle frente, debían de unirse los productores de petróleo de Europa y de otros países, con tal de que le hicieran frente a la Standard. Además, insistía en que se requería, ante todo, poseer depósitos de petróleo cercanos a donde se le demandara y, además, contar con suficientes barcos, para transportarlos. Con “muchos sacrificios, obteniendo préstamos de donde se pudiera, Kessler, incrementó los lugares de almacenamiento, así como de conducción, construyendo oleoductos y contratando barcos para transportar el keroseno producido por la empresa, confiando ciegamente en los planes de Deterding”

Y en eso estaba, cuando Kessler falleció en 1900. Dejó expresamente indicado, que Deterding fuera su sucesor, pues había visto la audacia con la que había actuado.

Ya, estando en entero control de la empresa, Deterding, echó a andar sus planes. Logró convencer a distintos productores de asociarse y de mantener un solo precio, que nadie lo bajara, pues “de todos modos, los clientes, tendrán que comprarlo, tarde o temprano y se les puede amenazar con que puede subir aún más”, señala Roberts que era la estrategia.

Y como tenían almacenados sus productos muy cerca de donde se los compraban, pudieron adelantarse en las ventas a la Standard.

Dice Roberts que no se entiende cómo fue que esta empresa no hizo nada ante la veloz expansión de la Royal Dutch/Shell, “quizá se confiaron o se durmieron, pero el hecho es que Deterding se salió con la suya”.

Por otro lado, planteó Deterding a la empresa inglesa naviera Shell, la conveniencia de asociarse, pues casi todos sus barcos servían a la Royal Dutch. Así que en 1907, las dos se asociaron. Shell, fue fundada en 1907, por los hermanos Marcus Samuel (1853-1927) y Samuel Samuel (1855-1934). Y ya, la empresa, tomó el nombre de Royal Dutch/Shell.

Por ese entonces, eran regiones árabes o asiáticas, las que poseían buenas reservas petroleras. Una de ellas era Bakú, la capital de Azerbaiyán, que, por entonces, era independiente de lo que más tarde sería la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Allí, Deterding, junto con otros empresarios petroleros, incluso, la Standard, tenían pozos petroleros, que les rendían buena producción. Banqueros como los Rothschild, también tenían fuertes intereses en dicha ciudad.

Pero, también, Deterding comenzó a incursionar en México y en Venezuela. Aunque la operación en México no prosperó del todo, pues estaba de lleno la Revolución Mexicana. Sin embargo, en Venezuela, que estaba bajo la brutal dictadura de Juan Vicente Gómez (1857-1935), quien, entre 1908 y 1935, controló a ese país por la fuerza de las bayonetas, Deterding hizo muy buenos negocios, “hablando maravillas de Gómez, diciendo que era un gran estadista y que se podían hacer muy buenos negocios con él”.

Ya mostraba Deterding la mezquindad con que actúa el capitalismo salvaje, al que no le importan los derechos humanos, ni la condición en que se encuentren los ciudadanos de un país, con tal de que los poderes fácticos de dominación, sostengan sus negocios.

El petróleo, a partir de 1900, ya comenzaba a ser muy importante. Menciona Roberts que Lord John Fisher (1841-1920), importante militar inglés, “afirmaba que se debía de cambiar por petróleo a toda la marina inglesa, pues eso incrementaba la eficiencia de los buques de guerra en un cincuenta por ciento”. Lo mismo debía de hacerse con los aviones. Y como Henry Ford (1863-1947) ya había “democratizado el automóvil”, los 16 millones de Ford Modelo T, que circulaban en 1920 en Estados Unidos, entre otras marcas de vehículos, más los que ya circulaban en Europa y otros países, “elevaron sustancialmente la demanda de petróleo y sus derivados”. Ya era, pues, el petróleo, un “producto maduro”. Y por tal razón, Deterding luchó contra todo, con tal de mantener su cuasi monopolio.

Roberts hace un completo análisis en el que demuestra cómo el petróleo fue el detonante de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), instigada por los empresarios alemanes, “quienes ya lo requerían, por tantos adelantos que tenían en sus industrias químicas y de transporte”. Los alemanes, trataron, por la fuerza, de apoderarse de Bakú y de Rumanía, que también producía petróleo, “pero fueron derrotados por los ejércitos que defendían los intereses capitalistas ingleses, franceses y estadounidenses en contra de los ejércitos que defendían los intereses alemanes”. Deterding, ayudó mucho a Inglaterra, proporcionándole petróleo en sus barcos, además de que llevó una planta de trinitrotolueno, TNT, que operaba en Holanda, completa, a Inglaterra, para que este país produjera explosivos. “Por sus grandes y patrióticos servicios, Deterding fue nombrado Lord y Ciudadano Distinguido de Inglaterra, algo que muy pocos extranjeros lograban”.

Muy clara esta parte, en donde, en efecto, las guerras son la forma más violenta a la que recurren capitalistas salvajes para defender sus intereses, ante otros capitalistas salvajes. De esa forma, tras la derrota, se resuelve, por un lado, la crisis de consumo, pues la destrucción requiere reconstrucción y, por otro lado, se elimina la competencia. Así, luego de finalizada la Primera Guerra Mundial, los capitalistas alemanes fueron eliminados por algunos años. 

Y en Bakú, todo iba bien, hasta que se dio la revolución bolchevique en 1922, que integró a varias repúblicas en lo que fuera la mencionada URSS. Los bolcheviques, integraron a Azerbaiyán, así que todos los pozos petroleros de las empresas extranjeras, fueron confiscados. Lo que fue un duro golpe para Deterding y otros petroleros.

Nunca dejó de atacar Deterding a los “ladrones socialistas”, como los llamaba y buscó por todos los medios, derrocarlos. Su irritación fue mayor cuando los criticados bolcheviques, lograron echar a andar la infraestructura petrolera, a pesar de que había sido destruida, incluso, por sus propios dueños, con tal de no dejarles nada.

Y fueron tan eficientes, que comenzaron a exportar petróleo. Inglaterra y Francia y hasta la Standard les comenzaron a comprar, para mayor enojo de Deterding, “pues el precio ofrecido era menor que el de la Royal Dutch/Shell”. Él mismo, venciendo su orgullo, adquirió algunos millones de barriles de “esos rateros”.

Pero nunca pudo Deterding vencer a los bolcheviques, a pesar de tanto infructuoso intento que hizo, como, por ejemplo, las constantes publicaciones en cuanto periódico o revista pudiera, criticando a esos “ladrones y tramposos”. De todos modos, hasta el mismo reconoció cómo la URSS, llegó a tener un desarrollo tecnológico y económico, superior, incluso, a muchos países “adelantados”.

No pudo vivir lo suficiente como para ver, en 1991, el colapso de la URSS, que no pudo sostener su competencia contra el “capitalismo estadounidense”. La absurda carrera armamentista nuclear, que absorbió buena parte de los recursos económicos y materiales soviéticos, fue una de las causas de la declinación y desaparición de la URSS. Y tampoco podía competir contra un país como Estados Unidos, que concentraba buena parte de la riqueza mundial, gracias a sus leoninas empresas, que habían hecho de los países fuera de la esfera de dominación soviética, las fuentes de su excesiva riqueza.

En fin, ya para los años 1920’s la Royal Dutch/Shell era tan poderosa, que “desafió a la Standard en su propio territorio. Por mantener los precios bajos en otros países, para derrotar a la competencia, la Standard los mantenía altos en Estados Unidos. Eso, lo aprovechó Deterding para ofrecer sus productos más baratos, lo que fue un duro golpe para la Standard”. Luego de esa amarga experiencia, ejecutivos de la Standard buscaron hacer alianzas con Deterding. “Este holandés, había derrotado al otrora gigante”, dice Roberts.

El éxito de la petrolera, también se reflejaba en Deterding, que ya, para entonces, era un hombre muy rico, quien tenía varias propiedades en Inglaterra, Holanda, Alemania y en Estados Unidos y abultadas cuentas bancarias. Claro, es un fin ligado en el capitalismo salvaje, que el éxito de una empresa, debe de ser proporcional al éxito de sus dueños y ejecutivos.

Otra cosa que se le criticó mucho a Deterding, fue su admiración y asociación con los nazis. Incluso, compró una propiedad en Alemania, justamente cuando el megalómano Adolf Hitler (1889-1945) era canciller en 1933. Y consideraba a Hitler como “un gran estadista, con el que pueden hacerse buenos negocios”.

Tampoco tuvo empacho en casarse a conveniencia. Su segundo matrimonio, por ejemplo, fue con una rusa “blanca” – así se llamaba a los rusos mencheviques, enemigos de los bolcheviques –, la señora Lydia Pavlovna Koudoyaroff (1904–1980), hija del general Paul Koudoyaroff (no hay datos biográficos), con tal de buscar influencia sobre los derrotados mencheviques y que se lograra derrotar a los bolcheviques.

Y también apoyó a los regímenes fascistas de Italia, con Benito Mussolini (1883-1945) a la cabeza, y el de España, en donde el brutal dictador Francisco Franco (1892-1975) derrotó al gobierno elegido democráticamente en 1939. “Si los fascistas compraban petróleo, había que apoyarlos, era la consigna de Deterding”, señala Roberts.

Como Alemania era enemiga, por ese entonces, de los bolcheviques, pensó Deterding en emplearla para su beneficio. Y apoyó el plan del estratega militar Max Hoffmann (1869-1927), muy amigo de Deterding, para “aplastar a los bolcheviques”, que no pudo realizarse, pues Hoffmann falleció antes de que el plan se llevara a cabo.

Deterding murió en 1939, cuando se dieron las iniciales conquistas militares alemanas. Nunca pudo ver el horror que esa infame guerra, de nuevo promovida por los capitalistas alemanes, en su férreo afán de reconquistar los mercados perdidos, provocó en el mundo, dejando millones de muertos y destrucción por toda Europa (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/06/el-tercer-reich-el-gran-negocio-de.html).

Y seguramente, ha de estar retorciéndose de coraje, en donde quiera que esté, al ver que la gran empresa a la que ayudó a ser tan poderosa, está actualmente en serios problemas financieros.

Como señalé, ningún emporio, dentro del capitalismo salvaje, es eterno.

 

Contacto: studillac@hotmail.com