Las contaminantes petroleras y Coca-Cola
aumentarán producción de plásticos
Por Adán Salgado Andrade
En los años 1970’s, las
grandes petroleras, sobre todo, las estadounidenses y las inglesas, supieron
muy bien que si seguía al alza la producción de hidrocarburos – principalmente
las gasolinas derivadas de combustibles fósiles como el petróleo –, el mundo se
convertiría en el infierno que ya es en varios países, con la temperatura en
constante ascenso por el ya irreversible calentamiento global (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/10/el-irreversible-y-catastrofico.html).
Pero imperó en tales
mezquinas compañías su interés por la ganancia, en lugar de la preocupación por
el medio ambiente. De haberse tomado acciones preventivas, desde entonces, otra
sería nuestra condición ambiental, al menos, no tan grave (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).
Ahora, nuevamente, más
preocupadas porque sus ventas y ganancias disminuyeran, en caso de haber una
generalizada consciencia mundial, que dejara de usar masivamente combustibles
fósiles, están apostando a producir y vender todavía ¡más plástico!
Sí, a pesar de que el
plástico ya es un gravísimo problema ambiental, que está formando enormes
basureros en tierra y mar, no les importa, así como en los 1970’s, tampoco les
preocupó (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/03/la-muy-grave-contaminacion-por-plasticos.html).
Un reciente artículo de
Wired, firmado por Beth Gardiner, expone ese problema, en el que explica que
empresas como ExxonMobil, Shell y Saudi Aramco, incrementarán sustancialmente
su producción de plástico. “Los petroquímicos, categoría que incluye plástico,
constituyen el 14% del empleo mundial de petróleo, y se espera que llegue a la
mitad entre hoy y el 2050, indica la Agencia Internacional de Energía. El Foro
Económico Mundial predice que la producción de plásticos se duplicará de aquí a
veinte años”, señala Gardiner (ver: https://www.wired.com/story/a-surge-of-new-plastic-is-about-to-hit-the-planet/).
Como un producto
remanente de la extracción de petróleo es el etano, necesario para fabricar
plástico, es el que mayormente se está aprovechando para realizar la transición
de vender menos combustibles y más plásticos. Incluso, la contaminante técnica
del fracking, que explota los depósitos de esquisto, le está entrando también a
producir más y más plástico, pues como el precio del petróleo ha bajado mucho,
no es costeable, pues el fracking produce petróleo de forma más cara, además de
más contaminante y depredadora de recursos como el agua (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
Eso se está dando sobre
todo en Estados Unidos, en donde las mencionadas petroleras están construyendo más plantas para
producir etano. “Shell está construyendo una planta de 6 mil millones de
dólares (mdd) – una instalación que convierte el etano en etileno, que es un
compuesto para elaborar toda clase de plásticos – en Monaca, Pensilvania, 25
millas al noroeste de Pittsburgh. Se espera que produzca más de 1.6 millones de
toneladas anualmente, luego de que sea inaugurada en los primeros años de los
2020’s”. Eso, porque tales contaminantes petroleras afirman que hay un
“renacimiento en la manufactura de plásticos en Estados Unidos”, no sólo en
empaques y artículos de un solo uso – los que más basura generan –, tales como
cubiertos, botellas y bolsas, pero también en usos más durables, tales como
materiales para construcción y partes para autos y aviones. Son pocas las cosas
en donde no se usa plástico. Y desde el año 2000, en ese país se ha ¡duplicado
la producción de ese, casi indestructible, material!
O sea, no importa
seguir saturando al planeta de plásticos, que la mayoría se tira, por ser de un
solo uso, como botellas de agua o refrescos. Lo imprescindible son sus ganancias
y si para ello tienen que inventar nuevos
usos del plástico, lo harán.
Y si tienen que seguir
acondicionando a la gente de todo el planeta para seguir empleando plástico
para todo, lo harán también.
Por desgracia, la
mentalidad social es la que, muchas veces, contribuye a esa depredadora
permanencia, pues no reacciona ante los necesarios cambios. Al platicar hace
poco con una amiga, sobre la buena medida de acabar con las bolsas plásticas en
la ciudad de México, preguntó, alarmada, “¿¡Pero, entonces, en dónde vamos a
tirar nuestra basura!?”. Y le respondí que como antes se hacía, que se llenaba
el bote de basura y así se llevaba al camión o al barrendero y lo vaciaban en
sus contenedores. Es el tipo de mentalidad que debe de cambiarse en muchas
cosas, no sólo con las bolsas de plástico.
Pero quizá sean más
persuasivas las petroleras, las que desde el 2010 han invertido más de 200 mil
mdd en 300 proyectos procesadores de plástico y de otros químicos. Han
expandido plantas existentes, creado nuevas, así como la infraestructura de
tuberías necesarias para tanta expansión, “señala el Consejo Americano de
Química, una cámara de la industria. Varios de esos proyectos ya funcionan,
están en construcción o aguardan aprobación pública”.
Y es crucial que no se otorguen
los permisos a las que los aguardan, pues, como señala Judith Enck, fundadora de
Beyond Plastics (Más allá de los
plásticos), ex funcionaria de una oficina regional de la EPA (Agencia de
protección ambiental), “si tan sólo una cuarta parte de estas productoras de
etano son hechas, nos aprisionarán en un futuro de plásticos, del cual será
difícil recobrarnos”.
Por cierto, que muchos
funcionarios de la EPA han sido despedidos bajo la administración del
desquiciado Trump, por su encomiable lucha contra la contaminación en Estados Unidos.
Mafiosos “funcionarios” los consideran un “peligro”, pues hablan de “calentamiento
global” o “cambio climático” (ver: https://www.theguardian.com/environment/2019/sep/17/whistleblowers-scientists-climate-crisis-trump-administration).
Así que por esa permisividad
trumpista, que ha dado tantas facilidades a todo tipo de empresas para
contaminar a sus anchas, seguro no tendrán problema las petroleras para que les
aprueben la construcción de más fábricas de plástico, así como se ha permitido
que sigan operando muchas carboníferas. Por eso fue que, sin miramientos, ese
nefasto, loco de Trump retiró a Estados Unidos de los acuerdos ambientales de
París. ¡Y eso que es el país del planeta que más contamina!
El problema no sólo está
en que la mayor parte del plástico se tira, sino que su producción requiere
combustión, la que genera alrededor de ¡900 millones de toneladas de C02 anualmente!
De seguir los “grandes planes” de las petroleras, en tan sólo diez años, por
tanto irracional crecimiento, se llegará a 1300 millones de toneladas de CO2
cada año. Y así, con esa irracionalidad industrial, quieren detener el
calentamiento global, que no pase de 1.5°C para el 2030. Imposible, seguiremos
quemando más y más carbón y petróleo e incrementaremos 2, 3, 4 o más grados
centígrados la temperatura global, con las impredecibles consecuencias
climáticas que eso traiga. El mundo será un infierno en casi todas partes.
Una planta, como la de
Shell, emite CO2 equivalente a la de ¡480,000 autos funcionando
diario todo un año!
El otro problema es que
menos del diez por ciento del plástico producido cada año es reciclado
mundialmente. Así que las empresas han salido con que lo usan como
“combustible” para producir electricidad, que presentan como “energía renovable
y limpia”. Nada más falso, pues la incineración de plástico produce peligrosas
toxinas, tales como dioxinas y metales pesados.
Eso sucede aquí en
industrias como las cementeras, que por ahorrarse los altos costos del
combustóleo, que es el que deberían de emplear para la producción de cemento,
usan desechos plásticos, que generan, al incinerarse, como dije, peligrosas
toxinas para salud y medio ambiente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2015/07/sociedad-y-depredacion-ambiental.html).
Por otro lado, cuando
el plástico se degrada, también se generan emisiones de CO2. Así que
aunque los plásticos se descompongan “pronto”, de todos modos contaminan.
Claro, la industria se
defiende, diciendo que “el plástico trae muchos beneficios, incluso para el medio ambiente (subrayado
mío). Hace autos más ligeros y, por lo mismo, más eficientes, aísla casas,
reduce el desperdicio de la comida al extender su duración y mantiene en buenas
condiciones sanitarias los materiales médicos (debe de referirse a todo el
material médico desechable, como agujas, sondas, bolsas contenedoras, que es un
tipo de basura muy peligroso, pues mucho sirve para almacenar desperdicios de
enfermos, muchas veces de muy contagiosas enfermedades), entre otros usos, dice
Keith Christian, director de la administración de mercados del plástico del (ya
mencionado) Consejo Americano de Química”.
Sí, no se duda que el
plástico sea útil, pero los perjuicios que está ocasionando en el medio
ambiente, realmente están superando a su utilidad. Pero, claro, eso no lo dirán
los plastiqueros, si así se les pudiera
llamar a los productores de ese contaminante material.
También señala
Christian que “no hay alternativas para el plástico. Y las que podrían
sustituirlo, dejan una huella de carbón mayor a la de plástico”. Sin embargo,
no dice que hay mucho más reciclaje con otros materiales, como el papel, que
con el plástico. De hecho, el papel ya está sustituyendo a los empaques y
envases de plástico y su reciclaje ha llegado hasta el 70% en Europa (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/el-papel-mas-ecologico-y-reciclable-que.html).
Culpan las petroleras
de que la contaminación del mar por plásticos, se debe a las malas prácticas de
cómo se desechan en países pobres, como India. Pero eso es falso, pues “Estados
Unidos emplea decenas de plástico per cápita más que India, cinco veces más que
Indonesia y tres veces más que China”.
De hecho, es una
absurda posición, pues la mayoría de la basura plástica que producía Estados
Unidos, se la vendía China, para que la reciclara. Como China dejó de importar
sus desechos (lo que debe de haber molestado mucho a Estados Unidos), el
reciclaje se ha reducido casi a nada y un doce por ciento de los plásticos
desechados por los estadounidenses, son incinerados, con las consecuencias
ambientales que eso genera.
Además, la producción
de plástico, además de todo el gasto energético que requiere, también suelta
contaminantes, como el 1,3-butadieno, benceno y tolueno, los que ocasionan
cáncer y otras enfermedades. Muchas de esas plantas, sobre todo las localizadas
en países pobres, están en áreas marginadas, con el consecuente daño
generalizado para la salud.
Y peor es cuando
suceden “accidentes”, como el ocurrido en Bophal, ciudad india, en donde tenía
una subsidiaria la empresa estadounidense química Union Carbide. El 2 de
diciembre de 1982, la falta de mantenimiento y la acumulación de un peligroso
químico, el metil-isocinato, MIC, base para producir el pesticida Sevin (marca
con que la empresa identificaba al carbaril), provocó un escape del letal gas,
que dejó casi cuatro mil muertos en el primer día de la fuga y más de 500 mil
afectados en los siguientes días, semanas y meses. Hasta la fecha, continúan
personas sufriendo enfermedades crónicas debido a ese dramático incidente (ver:
https://en.wikipedia.org/wiki/Bhopal_disaster).
También ocurren esos
“accidentes” en Estados Unidos. “El día anterior al Día de Gracias del 2019, un
fuego en la Planta Química Texas, en Port Neches, produjo dos explosiones,
forzando a 50 mil personas a evacuar sus casas. Una semana después, las
autoridades emitieron otro aviso de evacuación, después de que monitores de
aire detectaron altos niveles del carcinógeno 1,3 butadieno.
Pero de eso no se
informa a la gente. “Es la naturaleza de donde vivimos y el desafortunado
efecto colateral de toda esta producción. Yo pienso que el público, en general,
no entiende bien los fuertes impactos del plástico, concernientes,
especialmente, a la salud humana”, declara la activista Yvette Arellano, de los
Servicios Dedicados a la Justicia Ambiental de Texas.
Por otro lado, se
justifica el aumento de plantas productoras de plástico para reponer los
empleos que el cierre de algunas carboníferas ha ido dejando. Muy pobre
justificación, pues tampoco crean tantos. La prohibición de dar bolsas
plásticas en la ciudad de México, es criticada por los industriales del ramo,
diciendo que se perderían miles de empleos. Pero no se justifica que porque se
mantengan esos miles de empleos, se siga contaminando al medio ambiente, en el
que vivimos millones de personas, con tantos millones de bolsas producidas cada
año.
Encima de todos los
efectos ambientales, los estados en donde establezcan sus contaminantes plantas,
todavía ¡les condonarán impuestos!. “Pensilvania concedió a la planta que
construye Shell una condonación arancelaria de 1600 mdd, la mayor en la
historia de ese estado”. Como se ve, gracias al contubernio entre empresas y
mafias en el poder, ese tipo de proyectos son posibles.
Y también las
petroleras están preocupadas porque, fuera de Estados Unidos, se están
prohibiendo artículos plásticos de un solo uso, como en Europa, en donde ya se
prohibirán las bolsas, los cubiertos, vasos, platos, popotes… que generan
millones de toneladas de basura plástica al año.
“Así que el siguiente
problema es que habrá innovaciones en la forma en que se use el plástico. Es lo
que hemos visto en el pasado, más y más objetos empacados en más y más
plástico. A menos que la producción disminuya, siempre habrá algo más que se
tenga que envolver en plástico”, afirma Steven Feit, abogado del Centro para La
Ley Internacional Ambiental.
En efecto, como señalo
antes, siempre habrá “innovaciones impuestas” que obliguen al planeta a usar
más y más plástico, hasta en el cuerpo, como estómagos, pulmones, hígados… de
plástico.
Por eso está creciendo
4% anualmente la producción de plásticos.
Y no sólo imponiendo
“innovaciones”, sino usando excusas tan estúpidas, como las usadas por
Coca-Cola recientemente, con tal de justificar que seguirá fabricando plástico
para vender su veneno, “pues es lo que los clientes quieren”, como se expone en
un reciente artículo de la publicación digital Gizmodo, firmado por Dharma Noor
(ver: https://earther.gizmodo.com/cokes-reason-for-not-ditching-single-use-plastic-is-bul-1841161887).
Durante el Foro Mundial
Económico de Davos, el jefe de “sustentabilidad” de esa empresa, afirmó que
continuará vendiendo su veneno en plásticos de un solo uso “porque la gente así
lo quiere”.
Esa empresa produce
“alrededor de 3.3 millones de toneladas de empaques plásticos (botellas) cada
año, el equivalente a unos 600 mil elefantes africanos. En el 2019, Coca-Cola
fue nombrada la empresa más contaminadora por segundo año, por la Coalición
Liberémonos del Plástico (…) Eso incluye botellas de Coca. En su auditoría del 2019,
Liberémonos del Plástico, halló que Coca-Cola fue responsable de 11,732 piezas
de basura plástica encontrada en 37 países de cuatro continentes”, señala el
artículo. Terrible.
Y dice que no sólo
mantendrá la producción, sino que, como espera que sus azucarados venenos
incrementen su consumo mundial, la aumentará.
Así que las botellas de
Coca, halladas hasta en islas vírgenes, seguirán creciendo en cantidad.
Justifican que las
reciclarán, pero como el reciclaje es difícil, no es seguro que lo hagan.
Y si actualmente se
recicla sólo entre el 10 y 12%, seguramente disminuirá ese porcentaje, al
inundar con más plástico al planeta. Esperemos ver más y más basura plástica de
todo tipo.
Es claro la asociación
tan íntima que tendrán las petroleras con empresas tan mezquinas como
Coca-Cola.
Ya el mar está lleno de
plásticos y microplásticos.
Muy probablemente,
pronto tengamos que hacernos análisis de sangre con un nuevo valor, la cantidad de microplásticos que tengamos
en nuestro organismo.
Y quizá el nuevo lema
de Coca-Cola sea “todo el mundo unido por los microplásticos de Coca-Cola”.
Más negro y plástico
futuro nos espera.
Contacto: studillac@hotmail.com