sábado, 15 de enero de 2022

Elefantes de Sri Lanka mueren por comer basura con plástico, a falta de alimentos

 

Elefantes de Sri Lanka mueren por comer basura con plástico, a falta de alimentos

Por Adán Salgado Andrade

 

Un muy lamentable identificador de nuestra, así llamada, “civilización”, son las montañas de basura, a cielo abierto, que abundan en todo el planeta, pues ni se recicla, ni hay en donde guardarla. Se producen más de 2,120 millones de toneladas de basura anualmente, a nivel global, es decir, casi seis millones de toneladas diariamente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/05/una-curiosa-historia-sobre-la-basura.html).

De tantos millones de toneladas de desperdicios, los más abundantes son los plásticos, los que ya invaden todo el planeta, sean botellas, bolsas, electrónicos desechados de plástico, partes de autos, trastes… todo lo hecho de ese material, que casi todo lo que usamos lo es o contiene partes plásticas. Y cuando se degradan, no es que se descompongan en sus elementos formadores, sino que se van fracturando, hasta hacerse microplásticos. Todo el planeta ya está invadido por plásticos o microplásticos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/05/una-curiosa-historia-sobre-la-basura.html).

También, las decadentes, infames imágenes de “ríos” colmados de botellas plásticas y otras cosas, son cotidianas o de “islas” plásticas que deambulan por todo el mar planetario. Junto con los mencionados tiraderos, como señalé, son los ominosos “signos” que nos identifican como “avanzada especie”.

Lamentablemente, no queda allí el problema, sino que animales marinos se alimentan de bolsas, a las que confunden con comida. Se han hallado ballenas, tortugas, delfines, aves y muchas otras especies, muertas por haber ingerido dañinos, mortales plásticos (ver: https://www.worldwildlife.org/stories/whales-and-the-plastics-problem).

Pero en tierra, también está cobrando vidas la ingestión de plástico por parte de varios animales. El más reciente ejemplo, lo expone el artículo de la agencia Associated Press, titulado “Mueren elefantes que se alimentan de desperdicios plásticos de un basurero”, firmado por Achala Pussalla, en el que da cuenta de que, por falta de alimentos, debido a la depredación de su hábitat, a esos pobres paquidermos, no les ha quedado más remedio que ir a los basureros, abundantes en ese país asiático, con tal de calmar su hambre, aunque sea mortal, para muchos de ellos, pues entre esos desperdicios, abundan los plásticos, los que obstruyen su sistema digestivo, llevándolos a morir, en la mayoría de los casos (ver: https://apnews.com/article/elephants-dying-plastic-waste-sri-lanka-af9c9e843c518bcbc02af760fb84ee33).

Las fotos son dramáticas. En la primera que abre el artículo, podemos ver a varios elefantes rumiando entre los montones de grises, lodosos, acuosos desperdicios, de entre los que son visibles todo tipo de plásticos, que se distinguen por ser blancos o de otros colores. De verdad, una muy lamentable, brutal imagen, tomada por la reportera. Zopilotes sobrevuelan a los elefantes, esperando, seguramente, al siguiente que vaya a fenecer por haber ingerido esos desperdicios con abundantes plásticos. No les queda de otra a esos elefantes, pues la “gloriosa civilización”, ha diezmado los recursos naturales de sus hábitats, de los que solían alimentarse. Y como ellos, muchos otros animales, a falta de alimentos, andan rumiando en basureros o en los botes de desperdicios de casas, como hacen osos polares, por ejemplo (ver: https://www.livescience.com/64741-polar-bears-are-taking-back-russia.html).

Otra foto, tomada más de cerca, muestra a los elefantes, con caras de sufrimiento (sí, se puede percibir, y cualquiera con mediana sensibilidad, puede verlo), rumiando con sus trompas entre la basura, que es evidente que la mayoría son indestructibles, contaminantes plásticos. Algunas garzas, se posan sobre aquéllos, quizá alimentándose de insectos que habiten en sus gruesas pieles.

En otra imagen, se muestran alambres electrificados, que rodean a una casa. La gente del lugar, lo hace para “protegerse” de los paquidermos, pues éstos, en su desesperación por buscar alimento, invaden sus jardines o cultivos. Sin miramientos, mucha gente los mata, entre ellos, oportunistas cazadores furtivos, los que los despojan de sus colmillos de marfil, pues en países como China, es muy preciado ese ilegal material (ver: https://www.worldwildlife.org/stories/two-years-after-china-bans-elephant-ivory-trade-demand-for-elephant-ivory-is-down).

La más dramática imagen de todas (todas son dramáticas, por supuesto), es la sexta, que muestra a un fallecido elefante, en medio de tanta lodosa, acuosa inmundicia. Si ese es un signo de nuestra gran “civilización”, mejor habría convenido no habernos “civilizado”.

Los elefantes muertos, fueron analizados y se halló que sus intestinos estaban bloqueados por tanto plástico que habrían ingerido, al alimentarse de la basura. Muy triste que animales tan majestuosos, tan imponentes por su tamaño, hayan muerto de forma tan miserable.

En Sri Lanka, se calcula que en el siglo 19, llegaron a existir 14,000 elefantes y actualmente, sólo quedan unos 6,000, los que, de todos modos, a falta de alimento, cacería furtiva y que la gente los asesina porque invaden sus cultivos, están disminuyendo rápidamente, a pesar de que se les considera “sagrados”. Si realmente se les apreciara tanto, no se les destruirían sus hábitats, ni se les mataría sólo porque buscan alimento.

El veterinario Nihal Pushpakumara comentó a la reportera que cuando comienzan a enfermar por el plástico ingerido, “los elefantes ya no comen y se debilitan tanto, que ya no pueden sostener sus enormes cuerpos. Cuando eso sucede, no pueden seguir comiendo, ni bebiendo, lo que acelera su deceso”.

A pesar de que en el 2017, las “autoridades” de ese país, anunciaron que eliminarían los tiraderos o los cercarían, para evitar que tantos elefantes vayan allí para “alimentarse”, poco se ha hecho. De todos modos, si el problema principal, la depredación de sus hábitats, no se revierte, los pobres animales seguirán buscando basureros para alimentarse o invadiendo cultivos, arriesgando de ambas formas, sus vidas.

“La gente necesita ver que los elefantes son también un recurso, no una amenaza”, dice Keerthi Ranasinghe, un funcionario local. “Debemos de conciliar que puedan convivir elefantes y residentes”. Pero, como señalé, eso sólo es posible si se respetan sus hábitats. Si se permite que más y más gente, habite en ellos, construya casas y cultive allí, entonces, se les va arrinconando, dejándolos sin comida, como hierbas, árboles y otra vegetación.

La gente los ve como una “amenaza”, siendo que es ésta, la que les va quitando sus hábitats. La verdadera amenaza es la depredadora, contaminante “civilización humana”.

Por supuesto que hay gente que vive entre la basura y se alimenta de ella.

Pero así como vamos, que estamos convirtiendo al planeta en un enorme basurero, sin recursos, totalmente contaminado, en poco tiempo, probablemente todos o casi todos los humanos, mujeres, hombres, niñas, niños… nos uniremos a los elefantes, osos, ballenas, tortugas, delfines, perros, gatos y quizá hasta pelearemos contra ellos por hacernos de nuestra diaria ingesta de desperdicios plásticos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com