domingo, 17 de noviembre de 2024

Intel está tratando de reposicionarse de nuevo en la estratégica fabricación de chips

 

Intel está tratando de reposicionarse de nuevo en la estratégica fabricación de chips

Por Adán Salgado Andrade

 

En el capitalismo salvaje empresas han surgido y han sucumbido, debido a la feroz competencia y a que rápidamente, cualquier innovación, se generaliza y la que la propuso, muy pronto, queda atrás si no continúa proponiendo nuevas tecnologías para seguir manteniéndose a flote. Por ejemplo, una empresa pionera en la fabricación de autos, como Volkswagen, fundada hace 87 años, está sucumbiendo ante la competencia de automotrices asiáticas o chinas. Está dejando de vender medio millón de autos por año, por lo que va recortar veinte mil empleados de los 120,000 que aún tiene, además de relocalizar sus plantas alemanas a otros países con mano de obra más barata (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/10/sobreproduccion-no-vendida-y.html).

Y es lo mismo que está sucediendo con Intel, la inventora de los microcircuitos, la que por treinta años fue la mayor empresa fabricante de aquéllos. “En cierto momento, Intel tenía ventas por diez mil millones de dólares anualmente. Pero para el 2022, comenzó a perder y ha empeorado en los pasados dos años. Esa fuerte disminución de sus ingresos ha constreñido la habilidad de la empresa para financiar sus principales operaciones” (ver: https://finance.yahoo.com/news/intel-trouble-5-things-tech-100100605.html).

En el 2021, el actual CEO Pat Gelsinger se unió a la empresa y ha trazado una estrategia para sacarla a flote. Justo es lo que expone el artículo “La gran movilización estadounidense para salvar la fabricación de microchips”, firmado por Kelly McEvers, quien comenta como introducción a su trabajo que “bajo Donald Trump y Joe Biden, los Estados Unidos han estado determinados a restaurar la fabricación de chips. Ahora, dinero y una colosal infraestructura están fluyendo a un vasto sitio en Ohio, al mismo tiempo en que la empresa pudiera estar desapareciendo” (ver: https://www.wired.com/story/intel-great-american-microchip-mobilization/).

Varias fotos muestran una larga máquina, llamada “caja fría” (cold box) que fue transportada sobre una base rodante, que jala un tráiler y, otro, empuja. El masivo aparato mide 54 metros de largo, por 6.9 de alto y 6 de ancho. Pesa casi 454,000 kilogramos y lo fabrica una empresa europea. Por su peso, sólo puede transportarse por mar y carreteras. “La unidad es para separar aire, pues para hacer microchips, el piso de la fábrica necesita estar totalmente limpio, porque una microscópica mota de polvo puede dañar una tableta de silicón. Así que se requiere separar aire en sus gases componentes y emplear el nitrógeno para remover otros, así como humedad y partículas de todos los materiales requeridos y de las herramientas usadas”.

Dice McEvers que cuatro de tales máquinas serán requeridas para la nueva planta que Intel construirá en un sitio de 405 hectáreas, en New Albany, Ohio, cerca de Columbus, la capital de dicho estado.

Sí, es irónico que la fabricación de chips, requiera de máquinas tan especializadas y monumentales, pero es ofuscante y fuera de toda compresión humana, el pensar en los miles de millones de transistores que se empacan en cada chip. Siendo del tamaño de una uña humana, pueden contener miles de millones de transistores, que son por los que circulan la información y los comandos que hacen funcionar a un dispositivo electrónico, como un celular, una laptop, a un auto… o hasta un arma (ver: https://www.asml.com/en/technology/all-about-microchips/microchip-basics).

El chip que hasta el momento contiene más transistores es el chip para memoria flash llamado V-NAND, fabricado por Kioxia Corporation y por Samsung Electronics. Ese chip contiene ¡5.3 billones (millones de millones) de transistores (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Transistor_count).

Y los de grado militar todavía contienen más transistores. China no cuenta aún con la tecnología para fabricar este tipo de chips. Por eso, su creciente aprehensión de recuperar, incluso por la fuerza, a Taiwán, en donde Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, TSMC, es la mayor productora de chips y fabrica, de acuerdo con un análisis, alrededor del 92 por ciento de los chips más avanzados del mundo, los que se usan para armas nucleares, aviones, submarinos, y misiles hipersónicos, objetos en los que se apoya el balance internacional del “poder bruto” (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/03/la-muy-estrategica-produccion-de.html).

Por desgracia, las guerras son, en pleno siglo 21, la única “solución” a muchos problemas. Y van incluidos los genocidios, como el que está sucediendo en Gaza, país al que ya casi se borró del mapa por los asesinos judíos. Todo con tal de que el negocio de las armas continúe (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/10/judios-conscientes-y-judios-genocidas.html).

Por eso es hasta estratégico que Estados Unidos recupere la fabricación interna de chips, por el creciente peligro de que China invadiera a Taiwán, ya que eso interrumpiría la fabricación y el flujo de los importantes chips que produce ese país.

El mencionado Gelsinger justamente es lo que le propuso a las autoridades estadounidenses, que apoyaran a esa importantísima industria, ayudando a que Intel se reestructurara. Como resultado de sus recomendaciones, fue que en el verano del 2022, Biden promulgó la CHIPS and Science Act, con un paquete de $52,000 millones de dólares (mdd) para apoyar a Intel, a TSMC y a Samsung. “Intel consiguió $8,500 en apoyos y $11,000 mdd en préstamos. TSMC, recibió $6,600 mdd en apoyos y $5,000 mdd en préstamos. Y Samsung, recibió $6,400 mdd en apoyos”  (ver: https://www.wired.com/story/chips-act-52-billion-semiconductor-production/).

Así de importante es la producción de chips en la actualidad, que hasta Estados Unidos apoye a empresas extrajeras como, en su momento, fue la producción petrolera o la minería del oro. Incluso, lo que ello implica, como en la producción de armas, más ahora, en que se les está incorporando la así llamada “Inteligencia Artificial”, IA, y por eso requieren de chips más potentes. Y como ya señalé, se sigue midiendo el poderío de los países con la superioridad armamentista, se trata entonces de tener las armas más poderosas, incluso, las nucleares, a las que también se les está incorporando la mencionada IA, aunque una guerra termonuclear, no la gane nadie (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/el-sovietico-que-salvo-al-mundo-de-uno.html).

McEvers apunta a los errores que, según los analistas, cometió Intel para perder su liderazgo, como no haber entrado en su momento, 2006, en una asociación para hacerle chips al IPhone, pues no pensó que tendría futuro. Dos años más tarde, tampoco “entró a la fabricación de chips para la IA, pues no creyó que tuviera futuro esa tecnología. Y, para empeorar las cosas, veinte años después, dejó pasar la oportunidad de invertir en acciones de Nvidia y de OpenAI”.

Así que esos graves errores, permitieron que la competencia le fuera ganando terreno.

Gelsinger confía, dice McEvers, en que la construcción de las nuevas fábricas en Ohio, permitan la recuperación de Intel. “Es una prioridad, no puede decirse que ya se deje así. La construcción de chips es una cuestión de seguridad nacional”, dice el CEO.

Confía en que la fabricación mediante un proceso llamado 18A, más rápido y eficiente, logre el repunte de Intel y que sea “la segunda gran manufacturera de chips para el 2030”.

Además, está creando, afirma McEvers, “muchos empleos, tanto en la construcción, además de unos 7,000 cuando esté operando, lo cual le interesa mucho a Ohio, que lo está apoyando con exenciones fiscales y dinero”.

El entrante Donald Trump dijo que iba a abolir la CHIPS and Science Act, “pues era para dar a los ricos dinero”, pero, señala McEvers, luego reculó, diciendo que sí la apoyaría, pues si dice Trump que Primero América, debe ser congruente. Intel no parece preocupada y Gelsinger ha señalado que ‘trabajaremos con la administración de Trump en esta compartida prioridad’”.

Sí, si Trump dice que Make America Great Again, debe de apoyarla.

De lo contrario, Estados Unidos se acerca más y más a un país que se desindustrializa rápidamente.

Así como va, hasta bombas nucleares chinas va a adquirir.

 

Contacto: studillac@hotmail.com     

martes, 12 de noviembre de 2024

Ya se emplean técnicas modernas para localizar fosas clandestinas en México

 

Ya se emplean técnicas modernas para localizar fosas clandestinas en México

Por Adán Salgado Andrade

 

Las fosas clandestinas abundan el México. El así llamado “crimen organizado”, actuando con extrema vileza, además de secuestrar y asesinar a cientos de personas cada año, las sepulta en sitios, que en un territorio tan grande como el mexicano, son difíciles de localizar.

De hecho, hay varios grupos buscadores de “desaparecidos”, gente que algún lamentable día, mujeres principalmente, salieron de sus casas, trabajos, escuelas… y nunca más regresaron a sus domicilios.

El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) reportó el pasado 14 de mayo, que tan sólo en el sexenio de AMLO desaparecieron 50,000 personas, “con las que actualmente ascienden a 114,184 (y contando) las personas desaparecidas (ver: https://adondevanlosdesaparecidos.org/2024/05/28/desaparecen-mas-de-50000-personas-en-el-sexenio-de-amlo/).

Por ello es que se han organizado personas para buscar a seres queridos y a quien aparezca. Son los llamados “colectivos de búsqueda” y, de acuerdo con Amnistía Internacional, “en México se registran más de 200, de los cuales más de 60 están agrupados en el Movimiento por Nuestros Desaparecidos. Los colectivos están conformados mayoritariamente por familias, y la gran mayoría de sus integrantes son mujeres. Estos colectivos han tenido un papel fundamental en los avances legislativos y de políticas para abordar la crisis de desapariciones” (ver: https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/desapariciones-forzadas-quien-sabe-donde-en-mexico/ ).

Como señalé, es muy difícil localizar las fosas en donde el crimen organizado sepulta a tantas personas.

De acuerdo con Red Lupa, “88 por ciento de los casos de desapariciones han ocurrido entre el 2000 y el 2024, “lo que representa un promedio de 29 personas desaparecidas diariamente y Jalisco, Tamaulipas, Edomex, Veracruz y Nuevo León, son los estados con más incidencias (ver: https://imdhd.org/redlupa/informes-y-analisis/informes-nacionales/informe-nacional-2024/).

Hay casos que se han conocido a nivel nacional, por su gravedad, como el de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, quienes en la noche del 27 de septiembre del 2014 fueron, muy probablemente, asesinados y desaparecidos. Hasta ahora, no han sido hallados y muy probablemente, sus cuerpos fueron incinerados en hornos crematorios del ejército, que también participó, aunque se niegue oficialmente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/05/no-es-posible-el-crecimiento-economico.html).

Por lo que un grupo de investigadores del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo), dependiente del Consejo Nacional de Humanidades y Ciencias Tecnológicas (CONAHCYT), está aplicando métodos modernos, que ayuden a localizar fosas clandestinas y cadáveres.

Es lo que expone el artículo del portal Wired, titulado “Cómo investigadores están empleando tecnología geoespacial para descubrir las fosas clandestinas en México”, firmado por Geraldine Castillo, en el que adelanta que “miles de fosas clandestinas contienen los cuerpos de los desaparecidos que se encuentran en todo México. Usando drones, imagen hiperespectral y otras tecnologías, los científicos y miembros de la sociedad, los están hallando” (ver: https://www.wired.com/story/how-researchers-are-using-geospatial-technology-to-uncover-mexicos-clandestine-graves/).

Castillo entrevistó a los investigadores del CentroGeo José Luis Silván y Ana Alegre, quienes han tratado de aplicar varias técnicas para que los buscadores de desaparecidos, así como los organismos encargados de hacer (cuestionable) justicia, los localicen.

Castillo cita a uno de los buscadores, que prefirió permanecer anónimo, quien busca a su hijo desde hace 18 años. Ellos “emplean barras metálicas puntiagudas, enterrándolas en donde piensan que hay cadáveres. ‘Es un olor característico, de descomposición y si sale con huesos y piel, ya tenemos un localizado’”.

Son, en efecto, métodos rudimentarios, pero que, además, se aplican en lugares en donde hay la certeza de que haya fosas clandestinas.

Han llegado a usar georadares, “pero dan muchos positivos falsos”.

Y también emplean máquinas, en lugar de palas, “pero casi todos esos métodos se han abandonado porque no son confiables, excepto las varillas puntiagudas”.

Dice Castillo que luego de la “desaparición” de los 43 normalistas de Ayotzinapa, al estarlos buscando, “la oficina del Procurador General contó 61 fosas y 129 cuerpos en el estado de Guerrero. Como resultado de la búsqueda, un total de 300 fosas clandestinas han sido contabilizadas. Y desde entonces, el número ha crecido”.

Pareciera un juego perverso, podría reflexionarse, en el cual, los criminales siguen secuestrando y matando personas para ver si son halladas por las “autoridades”. En el documental mexicano “Bajo Juárez” (2006), dirigido por Alejandra Sánchez y José Antonio Cordero, sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez que, de tantos, ya eran una epidemia, pues los cadáveres de mujeres asesinadas aparecían casi todos los días, una abogada afroestadounidense planteó que se trataba de una macabra apuesta entre dos acaudaladas familias, en cuyos terrenos eran halladas las chicas, para ver en cuáles se encontraban más. Su tesis era que integrantes de tales familias eran los que llevaban a cabo los feminicidios, la mayoría de los cuales siguen impunes hasta la fecha (una chica sobreviviente testimonió que la habían llevado a una fiesta en un lugar lujoso en donde había “autoridades” y otras personas elegantemente vestidas, “ricos”, afirmó).

Señala Castillo que el Laboratorio Quinto Elemento realizó una investigación periodística en abril del 2023, “reportando que el número de fosas clandestinas era de 5,696, de las cuales, más de la mitad fueron detectadas en el sexenio de AMLO”.

Así que José Luis Silván ha decidido aplicar sus conocimientos técnicos. “Usa imágenes capturadas con satélites, drones o aviones, de las cuales extrae información geoespacial usando conocimientos sobre la física de la luz, combinados con matemáticas y programación. Imágenes multiespectrales e hiperespectrales capturan información de la superficie, empleando sensores que detectan longitudes de onda de luz imperceptibles al ojo humano, haciéndolas muy útiles para la búsqueda”.

Silván y Alegre, comenta Castillo, realizaron un estudio en el 2016, simulando entierros, empleando cadáveres de cerdos, “para evaluar el potencial de usar cámaras hiperespectrales en las búsquedas y aprendieron qué tipo de información les era útil. Los dos investigadores mexicanos sabían, por investigaciones en otros países, que la detección exitosa depende, en parte, en ser capaces de reconocer cómo los cadáveres (y sus imágenes espectrales) cambian en diferentes suelos y climas”.

Se llevaron a cabo los experimentos en el estado de Morelos y concluyeron que esas imágenes detectan 100 diferentes capas y “son útiles para la detección de los cadáveres, pero solamente dentro de los tres primeros meses de los entierros”.

Trataron, infructuosamente, de adquirir una cámara de esas y un dron, “valuados en cinco millones de pesos”, que no les quiso dar la Comisión Nacional de Búsqueda. ¡No es posible que si en sus experimentos comprobaron que podían detectarse cuerpos, se haya negado ese manipulado organismo a darles ese dinero, que no es nada!

Si un juez corrupto gana medio millón de pesos mensuales, habría equivalido dicha cantidad a cinco meses de su abultado salario. Pero se prefiere seguir pagando cosas y sueldos inútiles, en lugar de financiar trabajos como los de Silván.

Así que optaron, señala Castillo, por métodos más baratos, como los dispositivos multiespectrales. “Y hoy, a pesar de que la Comisión para la Desaparición de Personas Desaparecidas del Estado de Jalisco (COBUPEJ), con la que se han asociado, ha adquirido esos equipos, todavía no existe una estrategia nacional para emplear estas tecnologías sistemáticamente”.

En efecto, pareciera que no interesan los desaparecidos, que se dejan a su suerte a los grupos buscadores. Incluso, los criminales, molestos porque esas personas buscan a amigos y seres queridos, hasta han asesinado a varios. Desde el 2011, 26 personas buscadoras han sido asesinadas o desaparecidas, “siendo los estados de Guanajuato y Sonora, los más peligrosos” (ver: https://animalpolitico.com/sociedad/buscadoras-asesinadas-desaparecidas).

Más adelante, compartiendo sus experiencias con la Comisión Nacional de Búsqueda, funcionarios de este organismo les comentaron que también era necesario que indagaran la búsqueda de desaparecidos mediante las sustancias que se emplean para desaparecer a la gente, como sosa cáustica y otros químicos “o que los incineran o carbonizan al aire libre o en hornos crematorios y los restos son tirados o enterrados”.

En vista de ello, Silván y sus colaboradores realizaron experimentos en Hidalgo, con un espectroradiometro que mide cómo distintas sustancias reflejan la luz. Emplearon las sustancias que se usan en crímenes y hallaron que “diésel, ácido muriático y sangre tratada con anticoagulantes, requieren imágenes más precisas para localizarse, pero otras, como la sosa cáustica, cal, sangre y las que resultan de incineraciones al aire libre, pueden ser detectadas con sensores multiespectrales, los que son más baratos”.

Sí, en efecto, es otro método usado por los criminales, la desaparición química o con fuego, de los cadáveres, con tal de no dejar rastro, como hacía Walter White (Bryan Cranston) en la exitosa serie de televisión Breaking Bad (2008-2013), que deshacía a los cadáveres de los que mataba, en su totalidad, con ácido (exagerando, claro, como acostumbra a hacer Hollywood, pues no es posible deshacer del todo a un cadáver, como White hacía).

También han proporcionado modelos matemáticos que trabajan con las coordenadas de entierros previos que buscan predecir en dónde podría haber otros, “tomando en cuenta que los criminales buscan más la cercanía, con tal de realizar menos esfuerzos en desaparecer a personas, que en tratar de que sean muy remotos e inexpugnables tales sitios”.

O sea, son flojos, además de asesinos, esas miserables máquinas de matar.

También toman en cuenta que los cadáveres en descomposición proporcionan muchos nutrientes a las plantas cercanas, “y determinando lo verde que estén, es una posible señal de entierros. Esa información se da en una plataforma llamada ‘Espacio Clandestino’”.

Al entrar a la página de “Espacio Clandestino” (https://jsilvan.users.earthengine.app/view/espacio-clandestino#place=Nacional;), se muestra el mapa del país y pueden ubicarse, estado por estado, los puntos en donde se han dado hallazgos, que podrían conducir a nuevas búsquedas. Y son cientos los puntos señalados en el mapa de fosas clandestinas que se han hallado.

Al contemplar todo eso, solamente puede pensarse hasta dónde han llevado los niveles de violencia en el país, pues en lugar de ubicar, por ejemplo, bibliotecas, ¡ubicamos fosas clandestinas en donde han sido hallados cientos de desaparecidos!

Todas esas técnicas ya han sido usadas en Baja California “con las que han podido localizarse más fosas”.

También han colaborado los investigadores con ONG’s buscadoras de desaparecidos, como Regresando a Casa Morelos y Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL), quienes emplean todas las técnicas propuestas por Silván y su equipo, “además de que éstos, les dan un taller para que aprendan a interpretar las imágenes multiespectrales”.

Pero dice Silván que la Comisión Nacional de Búsqueda “todavía no comparte si han sido efectivas las técnicas, pues lo hará hasta que haya un resultado nacional que señale qué tan efectivas son”.

Por otro lado, también FUNDENL ha establecido el portal “Huellas de Vida”, que cruza información de cuerpos no identificados con personas no encontradas y objetos hallados en fosas clandestinas en Nuevo León para ver si se logra establecer la identidad de aquéllos (ver: https://piedepagina.mx/huellas-de-vida-buscar-las-personas-desaparecidas-mediante-los-objetos-localizados-en-campo/#:~:text=%E2%80%9CHuellas%20de%20Vida%3A%20B%C3%BAsqueda%20de,desarrollar%20desde%20octubre%20del%202020%E2%80%9D.).

Además, Silván, junto con sus colaboradores, está por publicar un libro, en el que dará a conocer todas sus técnicas, con tal de que contribuyan para que los buscadores logren hallar más rápidamente a tanto desaparecido.

Por su parte, miembros de FUNDENL señalan que por los trámites burocráticos, luego de que localizan fosas clandestinas y cadáveres, “se corre el riesgo de que los localizados, vuelvan a desaparecer dentro de esa maraña de organismos forenses y policiacos, pues una vez completada su labor, deben de hacerse a un lado y dejarlo todo a las ‘autoridades’”.

Así que si no se eliminan esos obstáculos, que las propias mafias en el poder, la nacional y las estatales, anteponen, a pesar de tanto adelanto tecnológico, seguirán esas fosas y esos cadáveres esperando a ser localizados e identificados algún día.

Y sus seres queridos y amigos, llorando su desaparición, en la incertidumbre, esperando a saber qué fue de ellos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com