martes, 30 de enero de 2018

Depredación ambiental planetaria, acción directa del capitalismo salvaje



Depredación ambiental planetaria, acción directa del capitalismo salvaje
por Adán Salgado Andrade

El capitalismo salvaje tiene como meta la transformación acelerada de materias primas, petróleo, madera, minerales, por ejemplo, para convertirlas en mercancías, millones, cuya producción no va a la par con la demanda social. Eso, debido a que, como la ganancia individual proporcionada por cada unidad vendida va decreciendo con el tiempo – por la menor incorporación de fuerza de trabajo, que es el único factor que proporciona la plusvalía, origen de la ganancia –, debe de compensarse con la venta por grandes volúmenes, para que, así, la masa de ganancia amortice con creces la inversión capitalista.
Y es por ello que se fabrican millones de cosas de todo, autos, casas, celulares, pantallas, pantalones, armas… de todo – no hay ética, por eso se venden objetos útiles, pero también objetos letales. Nunca antes la llamada “productividad”, o sea, el nivel de fabricación, había sido tan alto. Por ello, la necesidad capitalista de volvernos híper-consumidores, para dar salida a tantos millones de objetos manufacturados que deben de venderse para completar el círculo económico de fabricar-vender-ganar.
Sin embargo, esa ecuación, no se da en la realidad, pues el número de mercancías producido supera, por mucho, la capacidad global de compra. Es, entonces, que las mercancías comienzan a almacenarse en las bóvedas de las fábricas, la producción se desacelera, se dan los despidos, lo que va aumentando el desempleo y la falta de consumo y, así, es un círculo vicioso del que nunca se sale.
Lo descrito es, muy sucintamente anotado, el origen de las constantes crisis capitalistas.
Y ello redunda en los cada vez más graves problemas sociales ocasionados por la generalizada baja en el nivel económico de una gran porción de la población mundial. Actualmente, más de dos mil millones de personas viven en pobreza extrema, subsistiendo con menos de un dólar al día.
En el extremo, ocho personas poseen la riqueza de los 3600 millones de personas más pobres del planeta. Una obscena aberración (ver: http://www.jornada.unam.mx/2018/01/17/politica/018n1pol).  
La descrita, profunda desigualdad, genera más y más protestas sociales, muchas, producto de espontáneos movimientos – como los robos por hambre que se dan cuando miles de desesperadas personas asaltan supermercados. Otras protestas son producto de movimientos algo más ordenados, como aquéllas que se pronuncian en contra de imposiciones oficiales – las marchas de los maestros en México en contra de la “reforma” educativa, la que es, más bien, una reforma laboral –, exigiendo su derogación. La respuesta de los poderes fácticos que dominan al planeta ante tales protestas, es la generalizada represión. Podemos ver la actuación de los cuerpos represivos – policías, soldados, marinos, paramilitares – de todos los países actuar sin consideraciones, aplicando la política de la macana, en el mejor de los casos, o del fusil, en el peor. Esto, combinando con un brutal ascenso de la violencia – como sucede en México –, en donde la delincuencia es ya cotidiana, asesinatos, secuestros, robos, “actos terroristas” – reivindicados por grupos “islámicos”, cuyos líderes han sido entrenados y financiados por agencias como la CIA o el Mossad. Los poderes planetarios actúan como una mafia global que busca controlar a toda la humanidad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/08/la-estructura-mafiosa-de-los-poderes.html
Así, represión oficial y tolerada criminalidad, mantienen a los ciudadanos de muchos países en calidad de pasivos individuos, quienes sólo luchan por sobrevivir ellos y, quizá, sus familiares más cercanos.
En todo esto, lo que menos se atiende, es la depredación ambiental que la sobreproducción mencionada antes, está provocando. La mezquina irracionalidad capitalista que sólo busca la ganancia, no ha afectado solamente el bienestar global, sino que está alentando, a la par, la acelerada destrucción ambiental planetaria. Y esto contribuye aún más a la profundización de la pauperización, pues pueblos sin recursos, quedan sin capacidad para subsistir.
Es tan grave lo que tanta fabricación de millones de cosas ocasiona, que ya se habla del antropoceno, la capacidad humana de alteración del clima y medio ambiente de todo el planeta.
No hay actividad humana que no sea contaminante y contribuya en alguna proporción con la contaminación y destrucción de selvas, bosques, tierras, ríos, océanos. Por ejemplo, la megaminería, es una actividad que destruye lo que antes era un bosque o una selva virgen, para hacer un mega cráter, que puede ser visto desde el espacio. Luego, emplea millones de metros cúbicos de agua, pulveriza millones de metros cúbicos de tierra y piedras para obtener apenas si unos mendrugos de oro o plata. Los daños que ocasiona son irreversibles (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
El fracking, fractura hidráulica, es la también muy contaminante y destructiva actividad que se emplea para perforar estratos bituminosos y extraer gas de esquisto. Igualmente consume millones de litros de agua por pozo perforado, la que queda irremediablemente contaminada con peligrosas y radioactivas sustancias, por lo que se inyecta en el subsuelo, lo que lleva a la contaminación de acuíferos y otras fuentes subterráneas de agua. Los daños que ocasiona el fracking son también irreversibles (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
La producción de materiales como el plástico ya es un grave problema, pues, por ejemplo, ya no hay un solo sitio en los océanos que se salve de contaminación plástica. De botellas plásticas se producen anualmente ¡500 mil millones de unidades!, es decir, casi 66 botellas por habitante del planeta. Tan sólo Coca-cola, que tanto se precia de “cuidar el ambiente”, produce 110 mil millones de dichas botellas (ver: https://www.zmescience.com/ecology/world-problems/coca-cola-plastic-bottles-05102017/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+zmescience+%28ZME+Science%29&utm_content=Yahoo%21+Mail).
Hay tantos millones de botellas plásticas, que en países como Nigeria, de plano, las están usando para construir casas (ver:  http://www.trueactivist.com/nigerians-are-building-fireproof-bulletproof-and-eco-friendly-homes-with-plastic-bottles-and-mud/).
Incluso, en las actividades destinadas a alimentar a la gente, está presente la contaminación, más elevada que, por ejemplo, la producida por todo el transporte mundial de todo tipo. Es el caso de la producción cárnica, en especial, la carne bovina (carne roja), cuyos niveles de contaminación, superan, como señalé, a la de la transportación mundial, además de que genera metano, gas que guarda 25 veces más el calor que el bióxido de carbono (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2018/01/la-eliminacion-de-la-produccion-de.html).
Y ya no se diga de la amenaza nuclear, pues debido a los miles de reactores y armas nucleares activas, éstas, poseídas por un puñado de egoístas, beligerantes países – Estados Unidos, Rusia, Francia, Inglaterra, Israel, India, Pakistán, China y Norcorea –, el mundo es un polvorín que en cualquier momento puede estallar. La actual confrontación entre Estados Unidos y Norcorea, controlados por inestables mentales “dirigentes” ambos, está incrementando la amenaza de una pavorosa guerra termonuclear que dejaría reducido a cenizas al planeta entero (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2012/07/el-mortifero-legado-nuclear.html).
Científicos que miden el peligro nuclear, han atrasado el reloj del Apocalipsis Nuclear dos minutos antes de la medianoche. Es una forma simbólica de vaticinar la cada vez más probable guerra con armas nucleares (ver: http://www.jornada.unam.mx/2018/01/26/mundo/025n1mun).
Pero existe un cinismo del capitalismo salvaje, pues el calentamiento global, producto justo de tanta depredación y contaminación ambiental, es ya un excelente negocio que deja miles de millones de dólares de ganancias anualmente para decenas de empresas que le están sacando muy buena ventaja (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2014/03/el-muy-lucrativo-calentamiento-global.html).
Ni tampoco el capitalismo salvaje modifica sus formas de fabricación, ni de inducción al consumismo compulsivo que, como dije, ni así es capaz de absorber tanta sobreproducción. Las cosas se hacen para que duren poco, fallen muy pronto o, simplemente, que dejen de gustar o sean rebasadas por la obsolescencia programada (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2011/10/la-obsolescencia-programada-el.html).
Los efectos climáticos que se pronosticaban para 50, 100 años, ya están dándose, como largas sequías, intensas tormentas y huracanes, desertificación, zonas marítimas muertas, fenómenos como El Niño o La Niña, cada vez más extremos, el acelerado incremento de la temperatura, que está provocando el deshielo de polos y glaciares y que hará que muchos lugares ahora habitados, dejen de serlo en el 2050, cuando mucho. La elevación del nivel del mar, debido a los mencionados deshielos, también dejará inhabitables muchas zonas portuarias.
Por desgracia, millones de personas de todo el planeta siguen sin reaccionar, vegetando, viviendo como autómatas, en espera del ansiado sueño hollywoodesco de hacerse ricos y famosos, sin que les importe lo que pase a sus alrededores (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.mx/2013/09/decadencia-neoliberal-automatas.html).
¿Qué debe suceder para que todos, absolutamente todos los habitantes de este depredado planeta reaccionen ante la destrucción medioambiental y la pobreza que el capitalismo salvaje nos está dejando día a día? Quizá algo que sea realmente aleccionador, como un cataclismo mundial, una pandemia de proporciones titánicas, un exterminio masivo… difícil decirlo, pero ojalá no sea muy tarde cuando se dé una verdadera respuesta mundial a tanto atropello.
O, quizá, lo más fácil sea, para la mayoría, esperar el acelerado final de lo que ha dado en llamarse “civilización”.