lunes, 8 de septiembre de 2025

Las costosas y peligrosas operaciones de piernas para subir de estatura

Las costosas y peligrosas operaciones de piernas para subir de estatura

Por Adán Salgado Andrade

 

Vivimos en un sistema de competencias en donde sobresale el mejor, en lo que se trate, ya sea materialistamente (“yo tengo un mejor auto que tú”), mentalmente (“yo soy más inteligente que tú”), deportivamente (“yo siempre quedo en primer lugar”), estéticamente (“yo soy más bonita que tú”) o físicamente, como “yo estoy más alto que tú y tú eres un enano”.

Justamente la cuestión de la estatura media o baja, es un trauma, sobre todo, para los hombres, que hasta se sienten incómodos teniendo, ya no se diga amigas, sino una novia más alta que ellos.

Pues bien, para ellos, se realizan desde hace años las operaciones de piernas para incrementar sus estaturas en algunos centímetros, no más de siete u ocho, por lo general.

Es lo que expone el artículo de The Guardian, titulado “’Tener baja estatura es una maldición’: los hombres que pagan miles de dólares para que les fracturen sus piernas y luego se las agranden”, firmado por Ruth Michaelson, quien nos introduce a su artículo diciendo que “Parece una tortura medieval, desde las barras metálicas insertadas en huesos serruchados, hasta los meses de agonizante recuperación. Pero para algunos, viajar hasta Turquía para ganar algunas pulgadas de altura es un (muy alto) precio que vale la pena pagar” (ver: https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2025/aug/17/being-short-is-a-curse-the-men-paying-thousands-to-get-their-legs-broken-and-lengthened).

Abre el artículo la foto de la pierna de un paciente, cubierta con iodo, preparándola para la dolorosa operación, para la cual, el hueso fémur se serrucha y se les colocan barras a las dos secciones en que queda dividido, las cuales serán para ir estirando tales huesos y que se forme nuevo tejido óseo entre ellos, para que se gane altura.

Es una técnica inventada por el doctor soviético Gavriil Abramovich Ilizarov (1921-1992), quien desarrolló la técnica Ilizarov en 1951. Rompían un hueso y lo estabilizaban colocando anillos metálicos alrededor, los que se sostenían en el sitio mediante alambres o tornillos. Si se busca aumentar la estatura, se estiran las dos secciones, pues crece hueso en medio, pero es un proceso muy doloroso, que requiere muchos analgésicos y adelgazadores de la sangre, para que haya cicatrización y formación del nuevo hueso. Se usa una especie de potro, que sujeta ambas secciones del fémur y se le da vuelta a un torniquete, que va estirando un milímetro por cada vuelta. Supuestamente, el máximo que pueden “crecer” los que se someten a esa tortura  son 7.5 centímetros

Y los que se arriesgan a hacerse esa peligrosa y costosa operación,  lo hacen por los prejuicios de que siendo bajo se es más criticado y vulnerable.

Sin embargo, sufren mucho, deben de pasar varios meses en convalecencia, terapia para que puedan caminar de nuevo y tomar demasiados medicamentos.

Frank, mencionado en el artículo, es de los que deberíamos llamar o valientes o tontos, en someterse al costoso y doloroso proceso. Pero él desea crecer más de los 7.5 centímetros, a unos 10, al ,menos. “Sí, lo más que pueda crecer, porque quiero estar más alto que Emilia, mi chica, ya basta de que me mire hacia abajo”, dice, medio en broma, medio en serio. Dice que también lo hizo porque “me molestaban mucho de chico y siempre ha sido un problema para mí, pues hasta las chicas se burlaban de mí. Y cuando pretendía salir con alguna, me ponían una cara de burla que no soportaba”.

No tendría porqué ser así, pues allí tienen a las personas de estatura baja (los despectivamente llamados  enanos), que pueden llevar vidas normales, siempre y cuando hagan caso omiso a las burlas o a la discriminación de las que son frecuentemente presas (aunque ya ha ido cambiando un poco la actitud de la gente hacia ellos, quizá porque vivimos actualmente una sociedad algo más abierta y alerta, gracias a las así llamada redes sociales, que cumplen hasta cierto punto su papel de denunciadoras. Ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/05/la-discriminacion-hacia-las-personas-de.html).

Es como algunas mujeres, a las que se les ha impuesto que necesitan tener bustos grandes para sentirse bellas, como muestra la cinta colombiana “Sin tetas no hay futuro”, y no están exentas de peligros, pues muchas veces esas cirugías plásticas de busto, se las practican mal, generándoles infecciones que las pueden hasta matar (ver: https://www.imdb.com/es/title/tt1933647/).

La cirugía de piernas las practica una clínica de Turquía y tiene un costo, “barata”, de $32,000 dólares, unos $640,000 pesos, “que incluye meses en un hotel y fisioterapia”.

Y ese costo es sustancialmente menor que lo que se cobra en Inglaterra, £50,000 libras ($1,355,280 pesos). Y en ese país, algunos doctores llegan a cobrar hasta £250,000 libras ($6,323,350 pesos).

Así es que por tal motivo, personas como el mencionado Frank, acuden a la clínica turca, para realizar sus sueños de ser más altos .

Incluso, van algunas mujeres, aunque son raras. Una que es mencionada en el artículo, Althea, de Filipinas, acudió a la clínica, pero para quitarse estatura pues dice que “siempre he tenido problemas, por mi altura, para hallar a alguna pareja”. Sí, ella sufre del prejuicio de las mujeres muy altas, de que la mayoría de hombres no las aceptan justo por su altura, pues desean, como en el caso de Frank, ser más altas que sus parejas.

Así que mientras los prejuicios de la apariencia física continúen, las clínicas que practiquen ese tipo de operaciones para ganar unos cuantos centímetros, seguirán ganando mucho, mucho dinero.

Han de decirles a los prospectos: “¡Sí, te ayudaremos a crecer para que te sientas grande y mires abajo a los demás!”.

¡Vaya forma tan superficial, pero lucrativa, de manipularlos!

 

Contacto: studillac@hotmail.com