viernes, 30 de junio de 2023

Para saciar el apetito cárnico humano, ya también se criarán los inteligentes pulpos

 

Para saciar el apetito cárnico humano, ya también se criarán los inteligentes pulpos

Por Adán Salgado Andrade

 

 

El pulpo es un molusco marino muy inteligente, afectivo, que hasta ha servido de inspiración para crear alienígenas, por su peculiar fisonomía de gran cabeza, así como de extraterrestre y ocho largos tentáculos.

Un filme del 2020, hasta ganó un Oscar en el 2021, cuya temática es la relación muy amigable y emotiva que se da entre un buzo y un pulpo, en un bosque marino de algas, (ver: https://www.theguardian.com/film/2021/apr/26/my-octopus-teacher-wins-best-documentary-oscar).

Pero su problema es que se come, y por eso, ya también se busca criarlo en granjas marinas y comercializarlo.

Como todo lo que deje buen dinero en este sistema capitalista salvaje.

En España, la empresa Nueva Pescanova, está en fase de experimentación, para establecer en un par de años, una granja de pulpos, el Octopus vulgaris, a pesar de las consideraciones éticas que activistas de distintos países están esgrimiendo para que el proyecto se cancele. Es lo que expone el artículo de The Guardian, titulado “’Un símbolo de lo que los humanos, no deberían de estar haciendo’: el nuevo mundo de las granjas de pulpos”, firmado por Ashifa Kassam, introduciéndonos a su trabajo con que “los planes para establecer la primera granja comercial de pulpos, están muy avanzados, justamente cuando la ciencia descubre más cosas acerca de este inteligente y afectivo animal. ¿Puede hacerse éticamente?” (ver: https://www.theguardian.com/environment/2023/jun/25/a-symbol-of-what-humans-shouldnt-be-doing-the-new-world-of-octopus-farming).

Comienza Kassam describiendo el sitio, que es un centro establecido en el norte de España, en donde se experimenta con pulpos que han sido criados allí mismo, y ya van en la quinta generación. Los crían en tanques de acero inoxidable. El mayor logro de técnicos y biólogos es mostrarle a la periodista unos que están en un tanque “que contienen a unos 50 pulpos adultos, pesando hasta 3 kilogramos cada uno, quienes aparentemente conviven bien, no se pelean, no se canibalizan”, como le comenta a Kassam el biólogo marino Roberto Romero Pérez, quien le asegura que como son de la quinta generación, se han adaptado mejor al cautiverio y no son violentos consigo mismos. “Si queremos que esto sea negocio, nos interesa mucho su bienestar. Y entre mejor vivan y menos mueran, nos irá mejor”.

La granja, que costará 65 millones de euros, planea, a partir del 2027, sacrificar a un millón de pulpos cada año, con tal de producir 3,000 toneladas de su carne cada año. Es decir, como en todo, está aplicando las mismas técnicas de crianza masiva de animales terrestres como vacas, cerdos, gallinas, conejos, cabras… que son hacinados en espacios reducidos, tratados con rudeza y matados cruelmente, todo, con tal de saciar el innatural apetito cárnico del ser humano. Es lo que yo llamo las fábricas de animales en serie (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/08/fabricas-de-animales-enfermedades-en_01.html).

La justificación es que por la alta demanda de su carne (quizá hayan probado el exquisito ceviche de pulpo), se debe de criar, pues la demanda ha llegado a 400,000 toneladas capturadas cada año, para satisfacer el voraz apetito púlpico.

No es más que otra especie que, por la mencionada alta demanda, se está depredando y sobrexplotando. Y no deja de verse como un gran negocio, en el que Nueva Pescanova – que también cría camarones y rodaballos – es la que quieren iniciar la primicia de criarlo y venderlo. Pero ya hay otras cuatro compañías que le quieren entrar al negociazo de criar y matar pulpos por mayoreo, no importa que sean animalitos afectivos e inteligentes.

Por ejemplo, se ha determinado que tienen muchos comportamientos inusuales y que siempre buscan cómo escapar. Uno de ellos, Inky, que está recluido en el acuario nacional de Nueva Zelanda, logró escabullirse por un drenaje en el 2016. Una foto de ese inteligente pulpo, se muestra. Se le ve con su escrutador verdoso ojo izquierdo, con su pupila en forma de medio círculo, analizando, quizá, al fotógrafo. Sus tentáculos exhiben las decenas de papilas de las que están formados. En efecto, parece un alienígena.

Según, las granjas acuícolas son para disminuir la pesca y consumo de especies, pero varias investigaciones han demostrado lo contrario. Por ejemplo, la cría de especies, como el salmón, incrementa el consumo de ciertos peces con que se les alimentan, además de que genera gran cantidad de desperdicios, producto de criar a animales tan hacinadamente. Además, son muchos los salmones que mueren, por infecciones de parásitos que aprovechan muy oportunamente, ese hacinamiento (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/02/la-contaminante-y-cara-produccion-del.html).

Por lo mismo, tiene también Nueva Pescanova contemplado reducir lo “más posible la mortandad de pulpos. Estamos tratando de que sea de entre 10 y 15 por ciento, comparado con el estándar de 15 a 20. Nos parece reducida”, dice Romero Pérez.

¿¡Reducida, que mueran entre 10 y 15 pulpos de cada cien!? ¡Vaya “humanitarios”!

Otra foto muestra a esos animalitos muertos, siendo destazados por “expertas manos” de hábiles descuartizadores de pulpos, en algún mercado español al aire libre.

Justo como se tendrán que sacrificar tantos cada año, dice Romero Pérez que “se busca la manera más humanitaria para hacerlo, llenando de escamas de hielo sus contenedores, para que se vaya enfriando el agua, pues a menor temperatura, van perdiendo conciencia y ya podemos sacrificarlos. Es menos cruel que golpearles la cabeza con un garrote o electrocutarlos”.

Sin embargo, los van a matar. Como hacen con millones de animales de todo tipo cada año. La gente protesta porque alguien maltrató a un gato o a un perro, pero nadie lo hace por esos millones de asesinatos cada año, a los que se sumarán los de los pulpos.

Sin embargo, estudios muestran que aunque los dejen inconscientes con hielo, “de todos modos, tardan en perder la consciencia y pueden estar sufriendo una vez que les rebanen la cabeza para matarlos”, dice Alex Schnell, citada por Kassam, bióloga comparativa. “Y si dicen que se comportan menos agresivos en cautiverio, por ser de la quinta generación, que muestren los números de sus estudios, para probarlo”.

Porque, en efecto, puede esa empresa decir que está “muy preocupada” porque se sacrifiquen “humanamente”, pero, al final, los pulpos que críen, sólo serán vistos como mercancía que les rendirá buenas ganancias, así que no caben consideraciones éticas. Si eso fuera, desde un inicio, estarían en contra de haber implementado un nuevo proyecto de cría y aniquilación masivas, sólo para satisfacer a los carnívoros.

Jennifer Mather, profesora de la Universidad de Lethbridge, en Alberta, Canadá, citada por Kassam, también está en contra del proyecto. “Esos pulpos, son muy agresivos y se escabullen de todos lados. Se canibalizan entre sí, comiéndose sus brazos. No creo, sinceramente, que sean problemas que esa empresa haya resuelto y menos si pretende hacinar a más de 10 o 15 animales por metro cúbico”.

En efecto, dice Romero Pérez que para que sea “financieramente viable el proyecto”, debe de llegarse a ese nivel de hacinamiento de los animales, “pero, de todos modos, estamos haciendo pruebas para llegar al óptimo”.

Sí, ese “óptimo” es encerrar al mayor número de animales posibles en una reducida área, como hacen con gallinas, que son criadas en una pequeña jaula, en donde conviven con sus heces, al igual que con los cerdos.

Además, ¿qué sucedería si hubiera otra pandemia y la gente dejara de consumir los pulpos? Seguramente los sacrificarían, como hicieron varias granjas porcícolas estadounidenses que prefirieron asesinar masivamente a cientos de cerdos, mediante sofocación con CO2, pues no había ni consumo, ni suficientes trabajadores para sacrificarlos y procesarlos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/08/rastro-de-eeuu-asesina-cerdos.html).

Y, de todos modos, la crianza de tantos pulpos, incrementará el consumo de otras especies, pues son voraces animales que comen tres veces su peso, aunque les den peces que ya se han desechado, como dice Romero Pérez o “hasta alimentos derivados de plantas. Y también estamos buscando evitar la contaminación de las aguas residuales, usando sistemas óptimos de filtración”.

Repito, pueden decir lo que quieran, con tal de que les concedan los permisos, pero ya se verá todos los problemas que generarán “mil tanques con hacinados pulpos que pretende construir la empresa”, dice Keri Tietge, del grupo ambientalista Eurogroup for Animals, citada por Kassam.

Y los más seguro es que lo hagan y, de nuevo, surgirá otro problema, como los que ya existen al sacrificar tantos millones de animales para satisfacer, como dije, el apetito, en este caso, púlpico.

Elena Lara, del grupo activista Compasión en las granjas mundiales, también citada por Kassam, dice que “hemos puesto a animales inteligentes en granjas intensivas. No lo hagamos de nuevo. Deberíamos de aprender del pasado”.

Así es, no se debería de hacer, pero se hará.

Y no duden en que cuando esté funcionando, comenzarán a reportarse los problemas, de miles de pulpos muertos por infecciones bacterianas, de que se les escaparon, de que tantos millones de litros de aguas residuales, se arrojen al mar y lo contaminen más cada día… y así.

Pero, como siempre he dicho, primero son los negocios, antes que consideraciones éticas, humanitarias o ambientales.

 

Contacto: studillac@hotmail.com

 

 

domingo, 25 de junio de 2023

La mezquina mercantilización de la salud

 

La mezquina mercantilización de la salud

Por Adán Salgado Andrade

 

La salud es uno de tantos lucrativos negocios del capitalismo salvaje. Si enfermamos y tenemos recursos para curarnos, no tendremos problemas, aun cuando se trate de una enfermedad rara, como las más de seis mil existentes en el mundo, con unas que tienen apenas unas decenas de personas que las sufren (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/05/conviviendo-con-una-persona-con.html).

Pero, si no tenemos recursos, hasta una gripa nos puede matar.

Mi compañera de vida, tiene una enfermedad debilitante, no determinada aún, caracterizada por rápido cansancio, aunque sea breve el esfuerzo físico que haga. Hace poco le tuvieron que hacer unos caros estudios, para determinar si era autoinmune el mal. Fueron poco más de cuarenta mil pesos. Y tan especializados, que tuvo el laboratorio en donde se los practicaron, el Quest (estadounidense), que enviarlos a Estados Unidos, para que fueran analizadas las muestras de sangre que le extrajeron a Viridiana, mi compañera. Las noticias fueron buenas, pues no le detectaron problemas inmunes, pero malas, porque todavía seguimos sin conocer lo que tiene.

Una muy buena reumatóloga que la está atendiendo – a $1,200 pesos cada consulta –, especula que pudiera ser la enfermedad degenerativa de Pompe (ver: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-enfermedad-pompe-nuevas-perspectivas-terapeuticas-13114087).  

Por ser tan rara, le practicaron un examen de sangre en los mencionados laboratorios Quest, sobre todo, por el interés médico, pues de acuerdo con la reumatóloga, sólo existen en el país unas 35 personas padeciéndola. Ese examen habría costado cerca de seis mil pesos. Si la tuviera, por ser tan rara, el IMSS, provee de tratamiento.

Aparte, le tuvieron que practicar una biopsia muscular y de nervio, para también, por ese medio, determinar lo que tiene. Tuvo un costo de quince mil pesos, además de otros mil más, por los medicamentos que le recetaron para el dolor y para evitar infecciones. Muy invasivas resultaron, pues no puede caminar bien (otros costos, son los de los taxis de aplicación, pues el hospital en donde se la practicaron está a más de una hora de distancia).

Al momento de escribir estas líneas, todavía desconocemos cuál vaya a ser el diagnóstico. Ya, cuando lo sepamos, se los estaré comentando en otro artículo.

Hice toda la introducción anterior, para referirme a la especulación que se hace con la salud que, como dije, si tenemos dinero, mientras el mal no sea mortal, podremos curarlo o mitigarlo, al menos.

Las farmacéuticas investigan algún nuevo medicamento, siempre y cuando los pacientes a los que se dirija, abunden y tengan recursos. En Estados Unidos, por ejemplo, tantos jubilados que perciben buenas pensiones, padecen enfermedades crónicas, como diabetes, cáncer, Alzheimer y otras, que pueden pagar mediante  sus seguros médicos o las instituciones gubernamentales como Medicaid o Medicare. Y pretextan excesivos gastos de investigación para venderlas a precios exorbitantes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/04/medicinas-caras-y-medicinas-falsas.html).

Esas prácticas mercantilizadoras de la salud, por desgracia, se imponen también entre los doctores, pues aseguradoras y hospitales, se encargan de que su actividad rinda ganancias óptimas, las que se priorizan, por encima de la salud de los pacientes, y si hay que retrasar tratamientos o “diagnosticar” males que no tienen, con tal de ganar más un hospital, lo harán. Y es algo que sucede en todo el mundo. En México, por ejemplo, cuando una mujer embarazada que está por alumbrar, aunque vaya bien y pueda hacerlo por parto natural, la engañan con que es de riesgo y debe de pagar una costosa cesárea (ver: https://www.nytimes.com/es/2017/08/28/espanol/america-latina/una-epidemia-de-cesareas-innecesarias-en-mexico.html).

Además se dan diagnósticos erróneos, muchas veces a propósito, con tal de cobrar más un doctor que trabaje en un caro hospital, presionado por éste (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/09/chica-murio-por-negligencia-medica-en.html).

Eso miso sucede, pero maximizado, en Estados Unidos, en donde el sistema de salud está controlado por empresas financieras, aseguradoras y hospitales privados, quienes exigen a los médicos que practiquen una medicina para satisfacer sus mezquinos intereses de ganancias máximas, no para curar realmente o retrasar la sanación.

El artículo del New York Times, titulado “La crisis moral de los doctores estadounidenses”, firmado por Eyal Press, expone esa problemática, escribiendo como subtítulo, que “la corporatización del cuidado de la salud, ha cambiado la práctica de la medicina, provocando que muchos doctores se sientan extraños en su labor” (ver: https://www.nytimes.com/2023/06/15/magazine/doctors-moral-crises.html).

Comienza Press refiriendo la investigación de la psiquiatra Wendy Dean, que investigó la alta incidencia de suicidios en doctores, debida a lo que se conoce como daño moral (moral injury). Es una situación que coloca a los doctores en un dilema, de que faltan a su juramento hipocrático, al priorizar los intereses económicos de un caro hospital o aseguradora, que vayan en contra de los pacientes y las enfermedades que los aquejan. No pueden tardar mucho en una consulta con un paciente, aunque sean de una cara especialidad o protestar contra las condiciones hospitalarias, pues son despedidos.

Durante la pandemia, “en marzo del 2020, un doctor llamado Ming Lin fue despedido del hospital en el que trabajaba, el Saint Joseph Medical Center, en Bellingham, Washington, por cuestionar los protocolos contra el Covid, que no eran los adecuados. Ese hospital depende de la empresa TeamHealth, propiedad del grupo Blackstone”.

Resulta que el grupo Blackstone, es una corporación financiera que, como señala en su página digital, busca invertir en “buenos negocios que rindan un valor duradero, con más de 12,000 activos en bienes raíces y más de 230 empresas” (ver: https://www.blackstone.com/).

Y es justo lo que señala Press, de que los doctores están atados de manos, pues aunque quieran dar un buen servicio, un correcto diagnóstico, cobrar lo justo, no pueden, sobre todo, lo que laboran en caros hospitales o en aseguradoras. En éstas, para no otorgar a los asegurados el dinero de, por ejemplo, un caro medicamento o una operación, pues buscan pretextos hasta nimios, con tal de no asumir la responsabilidad. “Más les interesa cobrar las primas, que pagar los seguros contratados”.

Un estudio del 2013, hecho por Robert McNamara (no el político de los años 1960’s), jefe de medicina de emergencia, de la Universidad Temple, de Filadelfia, citado por Press, indica que “un 62 por ciento de los doctores son despedidos sin justificación, muchos, sólo porque se preocupan de que se mejoren las condiciones hospitalarias o que no se hagan más estudios de los realmente necesarios, como los que cubren el Medicaid o el Medicare, que son básicos, por lo que los pacientes tienen que pagar extra. Muchos dicen que al corporativizar su labor, se comprometen la atención a la salud y sus valores éticos”.

No dudo que haya doctores preocupados por dar un buen diagnóstico. La mencionada reumatóloga que atendió a Viridiana, durante la primera consulta, estuvo más de hora y media platicando con ella, sin presionarla, con tal de dar una opinión sobre el mal que la aqueja. Caro, es una consulta privada, pero hay muchos “doctores” que aún así, privadamente, no se interesan en dar una buena atención, sólo en cobrar sus caros emolumentos. Es cuestión de valores y principios hipocráticos.

Dice Dean, la psiquiatra, que muchos doctores son, como dije, éticos, y por el daño moral, han preferido dejar sus puestos, “no quieren seguir siendo utilizados por las corporaciones que manipulan a la salud en Estados Unidos, no quieren traicionar sus principios”.

Menciona Press a una doctora que siempre se ha preocupado por sus pacientes. “A uno, en sus horas finales, le tomó una mano, hasta que murió. Le había pedido que una hija estuviera presente, pero ésta, por el tráfico, no pudo llegar. Y la evaluaron negativamente, mediante un sistema que se llama ‘unidades de valor relativo’ (RUV por sus siglas en inglés), una medida para determinar la eficiencia de un doctor, que es mejor calificado, entre más órdenes de análisis y operaciones dé, en lugar de dedicar mucho tiempo a escuchar a los pacientes”.

Así que es cantidad, no calidad el “lema” de los doctores corporativizados.

Esa doctora, le contó que en otra ocasión, entró al hospital una mujer de avanzada edad, con una enfermedad que no cubría su Medicare (es como un seguro público de salud que existe en Estados Unidos). “El hospital, le dijo que no cubría el Medicaid el que la internaran, pero la doctora les suplicó y la admitieron. Luego, ella se cuestionó sobre los niveles poco éticos a los que se ha llegado en la salud en Estados Unidos”.

También menciona Press a una reumatóloga rumana, Diana Girnita, que fue a hacer una especialidad a Estados Unidos y allí se quedó a trabajar. Al principio, le gustó mucho estar allí, en un hospital privado para gente de medianos recursos. Pero una vez, un paciente le reclamó porque le habían puesto un suero intravenoso y le habían cobrado $7,000 dólares, responsabilizándola. Fue cuando decidió que eso no era para ella y renunció”.

Otro doctor, Keith Corl, se enamoró de su profesión, pero se fue decepcionando, cuando vio que a muchos pacientes, no podía atenderlos porque sus seguros no cubrían sus enfermedades. “Uno de sus mayores dilemas fue cuando tuvo que elegir entre atender a una mujer de avanzada edad, con neumonía que era prioritaria asistir, en lugar de otra, que tenía algún mal mental agresivo, y que ya antes había tratado. ‘Luego de que agredió a la enfermera, la sacamos en su silla de ruedas a la calle y llamamos a la policía, que la detuvo porque ya, esa señora, tenía una orden de arresto por algún problema. Pero fue la falta de personal suficiente, lo que ocasionó ese deplorable hecho’, cuenta Corl. Y ese hospital, ya ni existe”.

Así que las ganancias son primero. “Muchos hospitales, han cerrado, sobre todo, pediátricos, pues es menos lucrativo tratar niños, que adultos”.

¡Vean, buscan lo que sea más lucrativo! Claro, da más ganancias atender a una persona de edad, mantenerla internada varios días, aunque su mal ya no tenga remedio, en lugar de a un niño, que quizá se pueda curar o muera más rápido.

Por eso, porque se busca el lucro, “empresas como Walmart, invierten en instalaciones de primeros auxilios, pues el Medicaid paga por esos servicios $400 mil millones de dólares anuales y son los negocios que más interesan a los inversionistas”.

Como lo menciono arriba, todo lo que se pueda convertir en un rentable negocio, es bienvenido. Ya hasta casas en Estados Unidos, son compradas por empresas privadas, para venderlas a “accionistas”, cien o más por cada vivienda, y sus ganancias, son las rentas que cobran a los que se las alquilan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/04/ya-tambien-se-especula-con-viviendas.html).

No podía ser menos con la salud, que es un derecho humano, con el cual, no debería de lucrarse.

Por lo mismo, ya un treinta por ciento de las instalaciones hospitalarias, de acuerdo con McNamara, son administradas por corporaciones financieras que “exprimen las prácticas médicas, de acuerdo a sus expectativas de ganancia. Los nuevos egresados de medicina, se preguntan si son beneficiarios del capitalismo o sólo otra explotada clase. Y además, llevan una carga de $200,000 dólares, el costo de la colegiatura de sus carreras”.

Y por tal deuda, es que muchos se resignan a ser contratados por mezquinos hospitales, a cambio de un salario aceptable, que les permita vivir y pagar dicha deuda.

Menciona Press a un joven doctor de 30 años, Philip Sossenheimer, quien sostiene que “antes, los doctores eran considerados científicos, investigadores, que no tendrían que preocuparse por los problemas de los trabajadores comunes, pero ahora, somos parte de ellos y compartimos su explotación”.

Cierto, antes, los doctores, eran hasta privilegiados, digamos, pero ahora, hasta se han desprestigiado, por las deleznables prácticas que hacen una buena parte de ellos (recuerdo que en mi niñez, cuando alguien conocía a un doctor, era visto como alguien muy importante, una eminencia).

Por ello, lo que han estado haciendo es sindicalizarse. “Así, si protestamos por altos costos o malos servicios, no nos despedirán, pues estamos unidos”, dice uno de ellos. “Y lo han hecho, siguiendo el ejemplo de las enfermeras que se han sindicalizado, que unidas, tiene más fuerza”.

Otros, como Girnita, la reumatóloga, han comenzado a trabajar por su cuenta, prestando atención personalizada por una modesta cantidad mensual. “Es una consulta directa, sin intermediarios. Gracias a eso, Girnita, ha evitado que sus pacientes paguen altos precios por tratamientos, pues ella los canaliza a laboratorios u hospitales que todavía no están bajo el control de las corporaciones”.

Pero por tanta competencia, no a todos les resulta, “pues, en mi caso, me recomiendan doctores generales a pacientes. Pero sólo si me conocen. Y a veces, no puedo hacer mucho. Hace poco, un paciente, desarrolló una alergia, pues le habían sustituido un medicamento por otro, porque su aseguradora le dijo que no lo cubría. Les escribí varias veces, para que se lo restituyeran, pero cuando finalmente me hicieron caso, me dijeron que debían de pasar treinta días para volvérselo a dar. Mientras tanto, mi paciente está en peligro. Este es un sistema enfermo, de verdad”.

En efecto, nos domina la enfermedad de sólo las ganancias y enriquecerse.

Lo demás, puede irse al infierno.

 

Contacto: studillac@hotmail.com