martes, 13 de junio de 2023

Las corrientes oceánicas se están alentando, lo que será devastador

 

Las corrientes oceánicas se están alentando, lo que será devastador

Por Adán Salgado Andrade

 

Tanta desmedida, irresponsable, irreversible contaminación y depredación ambiental, impulsadas por el capitalismo salvaje, ya están dejando puntos de no retorno en varios ecosistemas. Eso significa que ya no se regenerarán, como un río muerto, una selva arrasada, secciones oceánicas sin vida, suelos quemados por tantos agroquímicos…

La selva amazónica de Brasil, por ejemplo, ya está perdiendo su capacidad de regeneración, por tanta irracional tala, criminales incendios, extracción ilegal de oro y otras infamias. Quedarán vastas zonas como pastizales o hasta desertificadas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/03/la-amazonia-brasilena-ya-no-se-esta.html).

Eso mismo está sucediendo con las vitales corrientes oceánicas, de las que dependen las especies marinas (millones de peces y mamíferos marinos se alimentan de ellas) y nosotros mismos, pues acarrean nutrientes, oxígeno, además de que disipan el calor superficial… hasta ahora, como veremos.

Eso lo expone Bianca Nogrady en el artículo “Las corrientes oceánicas se están alentando, lo que generará potenciales, devastadores efectos”, publicado por el portal Wired, introduciéndonos a su trabajo con que “el acelerado derretimiento del hielo de la Antártica, está interrumpiendo el movimiento del agua marina profunda, lo que más adelante podría desestabilizar el clima en todo el planeta” (ver: https://www.wired.com/story/oceans-day-deep-ocean-current-slowdown/).

Explica Nogrady que hay varias corrientes oceánicas, que se mueven en lo profundo, siguiendo una trayectoria “establecida hace miles de años. Tales corrientes constituyen el 40 por ciento del volumen total del agua profunda. Son gigantescas bandas que acarrean calor, oxígeno, carbono y nutrientes alrededor del planeta y moldean el clima y el tiempo en escalas globales, regionales y locales”.

No podía ser que los océanos estuvieran inmóviles, tienen su dinámica y es vital para que tengamos condiciones que nos permitan seguir viviendo en el planeta. Por eso es muy irresponsable y criminal que quieran minar el fondo marino, para buscar minerales. Si ya se están interrumpiendo las corrientes oceánicas, ese sería un negativo factor extra para afectarlas todavía más. Y afectarnos, de paso, hasta fatalmente, a nosotros (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/07/la-necedad-de-minar-el-mar.html).

Expone porqué el agua se mueve horizontalmente, lo que se debe a los vientos, en tanto que verticalmente, lo hace por los distintos niveles de densidad, la que se determina por la cantidad de sal y minerales que tiene tal agua, que varían por la zona y la temperatura.

El comienzo de las corrientes marinas es la Antártica (en el otro lado, el Ártico), en donde, cuando el agua se congela, la que no se convierte en hielo, absorbe la sal que queda fuera de éste (al congelarse el agua, la sal se sedimenta y queda fuera del proceso). Es agua helada, con mucha sal, así que es muy densa. Y se hunde hasta el fondo, en donde, por los vientos, comienza a moverse en gran volumen, apenas unos centímetros por segundo. Es la llamada Agua Profunda de la Antártica, APA. Pero, como ya señalé, lleva nutrientes, oxígeno y calor, pues al elevar su temperatura, va ascendiendo y forma la Corriente del Golfo (Gulf Stream), que es vital para mantener calientes a algunos países y regiones, sobre todo en invierno (como a Inglaterra, por ejemplo).

Recorre los océanos Pacífico, Índico, y Atlántico absorbiendo CO2, antes de regresar a los polos planetarios y comenzar de nuevo ese vital ciclo.

Pero gracias al calentamiento global, dice Nogrady, ese ciclo se está interrumpiendo. Al haber más calor, hay menos congelación del agua en la Antártica, así que hay menos agua helada salada más densa, que baje hasta el fondo.

Cita Nogrady un estudio hecho por Kathryn Gunn, oceanógrafa física y científica climática de la Universidad de Southampton, de Inglaterra, y sus colegas, en el que analizó la sección de la Antártica que bordea al Mar Ross, y la cuenca australiana-antártica “y determinó que el volumen de esa vital corriente ha disminuido 28 por ciento entre 1994 y 2017, concluyendo que se debe al calentamiento global”.

Explica Nogrady que en 1990, todavía no se sabía bien la interacción entre océanos y tierra firme, “pero hoy, es claro lo intrínsecamente ligados que están”.

Dice que esa es la premisa que se muestra en la cinta estadounidense del 2004, The Day After Tomorrow, del 2004, dirigida por el desastrista Roland Emmerich, en donde el planeta sufre una intensa tormenta de nieve, que casi lo congela todo, debido a que se interrumpe la vital corriente Atlántica-Meridional.

El oceanógrafo y científico climático Matthew England, de la Universidad de South Wales, de Sídney, Australia, no la desdeña, pero se muestra preocupado, pues al estarse derritiendo la Antártica, no sólo se irá interrumpiendo la APA, sino que también se irá descongelando el resto del hielo de la región, lo que irá elevando el nivel del mar.

De hecho, allí se localiza un glaciar, el llamado Doomsday (Día del Juicio Final, apocalíptico nombre), que al derretirse totalmente, haría que el nivel del mar se elevara 3 metros. Y cuando todo el hielo de esa masa antártica se descongelara, el mar se elevaría más de 70 metros. Sólo vean en un mapa de Google, que esa región aparece blanca y muy extensa, pues es hielo, casi en su totalidad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/01/cuando-el-glaciar-doomsday-se-derrita.html).

No sólo eso, sino que es un efecto que puede extenderse hacia el Ártico. “England indica evidencia de que la circulación de agua desde ese polo, ha disminuido de 10 a 15 por ciento”.

Además, al alentarse, su capacidad para absorber el calor generado por el calentamiento global, disminuirá y “contribuirá más al incremento de las temperaturas globales”.

England dice que si no se actúa ya, de inmediato, la APA no sólo se alentará, sino que podría desaparecer.

Y entonces, sí, no veremos en una pantalla cinematográfica los devastadores efectos, cuando eso suceda.

Todos seremos forzados actores de ese desatado drama mundial, dirigido nada menos que por el capitalismo salvaje.

 

Contacto: studillac@hotmail.com