El tratamiento extremo de las aguas residuales es una posible solución para la crisis hídrica
Por Adán Salgado Andrade
El crecimiento poblacional, combinado con un desmedido incremento en el uso de agua dulce y el agotamiento de las fuentes que la brinda, está llevando a soluciones que podrían parecer extremas, pero que son o serán necesarias, si es que queremos seguir contando con condiciones ambientales que nos permitan continuar viviendo en el planeta.
Una de tales es que se instalen tratamientos de agua individuales, es decir, en edificios de casas, oficinas y hasta casas unifamiliares y no sólo confiar en los tratamientos centralizados, en donde una ciudad es la que se encarga del tratamiento de las aguas negras.
Justo es lo que expone Jim Robbins en su artículo, aparecido en el portal Wired, titulado “¿Están listos para el tratamiento ‘extremo’ del agua?”, en el que indica que “San Francisco está a la vanguardia de un movimiento para reciclar aguas residuales de edificios, casas y barrios y usarla para inodoros y áreas verdes” (ver: https://www.wired.com/story/are-you-ready-for-extreme-water-recycling/).
Comienza Robbins su artículo refiriendo un aparato, del tamaño de un refrigerador, que será “instalado en el sótano de un hotel. Recolectará el agua de lavabos, regaderas y lavandería. El sistema, limpiará el agua mediante filtración por membranas, luz ultravioleta y cloro y luego la subirá, para que sea empleada en usos que no requieran de agua totalmente potabilizada”.
Y es a lo que se refiere Robbins con el tratamiento extremo centralizado, que se dé en los edificios, barrios o hasta casas unifamiliares, con tal de que se cuente con un agua que se recicle y se recicle, “tal y como se hace en la Naturaleza, que el sol, la evaporación y la lluvia, reúsan constantemente el agua, en un ciclo interminable”.
Se le llama tratamiento in situ (premise recycling), “y ahora se le está considerando como un esfuerzo para lograr un empleo más sustentable del agua”.
Eso está bien, pues el agua, como mencioné arriba, es cada vez más escasa y más empleada, sobre todo, por industrias, mineras y agricultura (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/10/el-agua-dulce-cada-vez-ms-demandada-y.html).
Es una iniciativa que se está aplicando en san Francisco, ciudad que va a la vanguardia de ese concepto. Peter Fiske, director de la Alianza Nacional para Innovación en el Agua (NAWI, por sus siglas en inglés), división del Laboratorio Nacional Lawrence, de Berkeley, dice que “ese es el futuro, tratar el agua individualmente, así como ya hay paneles solares en edificios o casas, que han prescindido total o parcialmente de la electricidad centralizada”.
Se planea que se vaya generalizando su uso y que se instale en edificios residenciales y distritos, tales como barrios o universidades. Es buena iniciativa.
Por ejemplo, en la caótica Ciudad de México, podría ya obligarse a las nuevas inmobiliarias a instalar sistemas así, para que, en principio, sólo se recicle agua para sanitarios o jardines. Se ahorraría mucha agua potable. Las que hacen altos edificios o fraccionamientos, nunca consideran los problemas que esas masivas obras ocasionan, sobre todo, el uso del agua, que se incrementará con tanta gente que alojarán tales instalaciones y el requerido drenaje. Seguramente si se les obligara a hacerlo, pensarían dos veces en construir esas obras, muchas veces corruptas, que ni siquiera cumplen con la normatividad mínima. Eso sucede, por ejemplo, con las que hacen fraccionamientos en zonas rurales, en donde, antes fértiles tierras (como en Morelos), de repente, se convierten en caros fraccionamientos, que ni siquiera cuentan con los servicios básicos, justo como el agua necesaria que, muchas veces, quitan ilegalmente a las comunidades locales (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2009/02/creditos-gubernamentales-para-vivienda.html).
De hecho, en San Francisco, ya se exige que edificios de más de 9,290 metros cuadrados instalen esos sistemas. “Hasta ahora, seis sistemas para reciclar las aguas grises (las de lavabos, regaderas y lavadoras) y veinticinco de aguas negras (las de sanitarios, máquinas lavatrastes y fregaderos) y muchas otras, están en proceso. Las oficinas de la Comisión de Obras Públicas de San Francisco, tienen un sistema para tratar aguas negras, llamado la Máquina Viviente, que trata las aguas residuales en terrenos hechos exprofeso, en las calles que están alrededor del edificio y que usa para mingitorios y sanitarios ahorradores. El procedimiento reduce el uso del agua de la red pública un 40 por ciento”.
Dice Robbins que tan sólo reciclando el agua gris, pueden ahorrarse sustanciales cantidades del vital líquido. “Usándola para los sanitarios y el lavado de ropa, reduce la demanda de agua nueva en un 40 por ciento. Usando esa agua para las regaderas, reduciría otro 20 por ciento, pero todavía se investiga si esa práctica es segura y todavía no se permite en San Francisco”.
Lo que sucede, en mi opinión, en cuanto usar el agua reciclada para regaderas es que, como no es del todo potable, cuando nos bañamos, la ingerimos, sea por la nariz o por la boca, involuntariamente, y podría ocasionar algunas enfermedades gastrointestinales, por los patógenos que acarreara. Pero si se le tratara para ese nivel, es claro que se estaría dejando de usar 60 por ciento de agua de la red, muy importante ahorro de ese vital recurso, la fuente de la vida.
Pero puede llegarse a esos niveles, como demostró la empresa tratadora de agua Epic Cleantec, que hace cerveza de aguas grises tratadas, obtenidas de un edificio de 40 pisos. La cerveza así obtenida es “muy buena” (ver: https://www.theguardian.com/food/2023/may/02/recycled-wastewater-beer-epic-cleantec-san-francisco-drought-california).
La tecnología se está aplicando en Texas, Colorado y Washington. Igualmente, en Japón, India y Australia se está haciendo, “dadas las serias presiones de agua potable que hay en todo el mundo. “Un estudio reciente, halló que más de la mitad de los lagos del mundo, han perdido importantes cantidades de agua durante los pasados 30 años. Para el 2050, la ONU estima que cinco mil millones de personas, podrían sufrir escases de agua”, señala Robbins.
“Es el futuro del agua, descentralizarla”, dice Newsha Ajami, directora de Política del Agua Urbana (UWP, por sus siglas en inglés), citada por Robbins. “Es un proceso lento, pero se va a tener que hacer, con tal de tener seguridad hídrica”, agrega.
De todos modos, eso se seguirá combinando con el tratamiento centralizado de aguas negras, pero más eficiente. Por ejemplo, el condado de Orange, en California, aloja “una de las mayores plantas de tratamiento del mundo, para reciclar agua. Potabiliza 130 millones de galones (492 millones de litros) diarios, en un proceso llamado reúso indirecto de agua potable. Aguas negras son perfectamente tratadas mediante un proceso de tres etapas que incluye microfiltración, ósmosis inversa, desinfección con luz ultravioleta y peróxido de hidrógeno. Normalmente serían descargadas al mar, pero se inyectan a aguas subterráneas, desde son bombeadas por los sistemas de aguas locales, para ser purificadas a nivel de consumo humano.
Eso debería de hacerse aquí también, pero no, y por ello, se siguen sobrexplotando los acuíferos de la Ciudad de México, lo que provoca severos hundimientos de 50 centímetros al año. Nos estamos quedando sin agua (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/06/la-ciudad-de-nueva-york-se-esta.html).
Incluso, el agua de lluvias se puede utilizar y también reciclarse. De hecho, en México, ya hay algunas empresas que ofrecen sistemas de captación y tratamiento de agua de lluvias para casas, escuelas y otros inmuebles, desde el uso más simple, como el riego de jardines y para los sanitarios, hasta la potabilización a grado óptimo, para ser bebible. Sólo faltaría que pudiera reciclarse, como he estado comentando (ver: https://hidrotecno.mx/).
Pero además, sistemas centralizados de agua, ahorrarían mucha costosa infraestructura, como comenta Fiske. “Esos sistemas evitarían kilométricos sistemas de tuberías para agua y drenaje, además de que se ahorraría un 75 por ciento de la demanda actual del agua”.
Eso, además, reduciría los costos de la electricidad requerida para bombear tanto agua potable, así como las negras. “Obviamente, se incrementarían los costos de electricidad de los inmuebles o casas que usaran sistemas centralizados, pero entre más y más gente lo haga, las economías de escala harían que ese precio extra bajara”, dice Robbins.
De todos modos, se avanza en la construcción de sistemas de tratamiento centralizado. La empresa holandesa Hydraloop ofrece varios sistemas y uno de ellos, para casas, que puede limpiar alrededor de 200 litros por día del agua de la regadera, que puede ser usada para el sanitario y para la lavadora. El consumo de agua de la red, se reduce de un 25 a un 45 por ciento, bastante bueno (ver: https://www.hydraloop.com/concealed).
La empresa Rainstick de Vancouver, procesa el agua de la regadera, mientras uno se baña, logrando un ahorro del 80 por ciento. Otra buena idea (ver: https://rainstickshower.com/pages/how-it-works).
Y, claro, sería muy costoso y problemático instalarlo en inmuebles viejos, por todas las adaptaciones que se tendrán que hacer, comenzando con la separación del drenaje, pues uno conduciría las aguas de regaderas, lavabos y lavadoras (las aguas grises mencionadas) y otro, el que recolectara el agua de sanitarios, máquinas lavatrastes y fregaderos (las aguas negras), pero así como ya en algunas casas se adaptan calentadores solares, tendría que hacerse.
Y otro gasto, serian los dos sistemas recolectores, el de aguas grises y el de negras, y el de tratamiento. Y en esto, creo que hay suficiente tecnología mexicana para hacerlos, sin necesidad de comprarlos a Estados Unidos, por ejemplo, pues van de los cientos de miles a los millones de dólares.
Además, se crearían nuevos empleos, distintos de los tradicionales, ya muy escasos (una vez terminada una obra para abastecer agua o de drenaje, se acaban los empleos, pero con los sistemas centralizados, podría iniciarse una nueva tendencia).
De todos modos, como dice Claire Maxfield, directora de la empresa de arquitectura inglesa Atelier Ten, citada por Robbins, “es algo que está demostrando que trabaja bien, que puede ser financieramente viable, además de que es bueno para la conservación del medio ambiente. Es mejor que decirle a cada quien que se las arregle como pueda”.
Además, habría que exigir también a industrias sumamente contaminadoras de agua que, además, la usan en exceso, como la megaminería o el fracking a que reciclaran tantos millones de metros cúbicos que emplean a diario, para que le den tratamiento hasta un nivel aceptable, que le remuevan los metales pesados y los químicos que le impregnan, para que pueda reutilizarse en agricultura o para llenar presas. La industria, junto con la agricultura, son las que más agua emplean y las que menos se preocupan por reciclarla (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
Por lo pronto, les doy una muy simple forma de ahorrar el agua, tanto de la lavadora, así como la de la regadera.
Para la lavadora, cuando esté desaguando, luego de cada ciclo de lavado y enjuagado, tengan varias cubetas (venden cubetas en las tiendas de pinturas que son recicladas que antes contenían pintura o impermeabilizante) y úsenla para trapear, lavar pisos o para los sanitarios.
Y para las regaderas, compren una bandeja plástica ancha, en donde quepan unas dos cubetas (40 litros) de agua. Cuando se bañen, métanse en ella, para que el agua se acumule allí y úsenla para el sanitario.
Así que esa es la idea del agua centralizada.
Y si ahora es sólo usada en pequeña escala, estén seguros de que si es un buen negocio, pronto se generalizará y hasta se hará obligatoria.
Como siempre, más que una opción ambiental, será otro excelente negocio para el capitalismo salvaje.
Contacto: studillac@hotmsail.com