Altos niveles de ozono en las ciudades son hasta mortales
Por Adán Salgado Andrade
El ozono, compuesto por tres moléculas de oxígeno, O3, puede ser bueno o malo. Es bueno cuando se encuentra en la capa superior de la estratósfera, y ahí sirve para bloquear los peligrosos, mortales rayos ultravioleta. De hecho, hace algunos años, se hizo un agujero de ozono, debido al uso intensivo de los clorofluorocarbonos, sobre el círculo antártico, los que descomponían las moléculas de ese gas. La prohibición mundial de esos químicos, que se usaban en los aerosoles, logró que se repusiera esa importante capa de ozono (ver: https://ozonewatch.gsfc.nasa.gov/facts/hole_SH.html).
En cambio, cuando el ozono se da al nivel en que vivimos, el llamado troposférico, es sumamente perjudicial, sobre todo, en altas concentraciones. Este, es creado por reacciones químicas entre óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles. “Esto sucede cuando contaminantes emitidos por autos, plantas eléctricas, calentadores industriales, refinerías, plantas químicas y otras fuentes reaccionan químicamente en la presencia de luz solar. En días muy soleados, el ozono alcanza niveles no saludables, sobre todo en ciudades, pero incluso en días fríos, lo hace. Puede transportarlo el viento a grandes distancias, así que hasta zonas rurales pueden resultar afectadas. Cuando se respira, en niveles altos, puede dañar la salud, especialmente a la gente que padece asma. También daña parques, bosques, santuarios naturales y áreas silvestres. Destruye a la vegetación más sensible, cuando está creciendo (ver: https://www.epa.gov/ground-level-ozone-pollution/ground-level-ozone-basics).
Así que entre más calientes y más contaminados en las ciudades, sean los días, más ozono se formará y llegará a niveles tan altos, que irá provocando enfermedades, muchas, hasta fatales.
La Ciudad de México cuenta con un sistema para medir la calidad del aire. Del ozono, señala que “la Norma Oficial Mexicana (NOM-020-SSA1-2021) establece el cumplimiento gradual para valores límite de ozono. Para los años 2022 al 2023 se especifican concentraciones menores a 0.090 ppm en el promedio horario y 0.065 ppm para el máximo del promedio móvil de 8 horas”. Cuenta con un mapa animado, en donde se muestran distintos índices, como el de las partículas suspendidas o el del ozono, en colores. Van del verde, buena calidad, amarillo, aceptable, naranja, mala, roja, muy mala y morado, extremadamente mala (ver: http://www.aire.cdmx.gob.mx/default.php?opc=%27Y6BhnmKkZQ==%27).
Cuando se rebasan ciertos niveles, sobre todo en días muy calientes, muy contaminados y sin aire, se establecen “contingencias”, en las que se prohíbe la circulación de vehículos, de acuerdo con su número de placas (engomado). Pero son pocos los días del año al menos con calidad aceptable. La de México, es una ciudad muy contaminada, casi permanentemente.
Pero es un grave problema, sobre todo, en países como India o China, en donde los índices de contaminación son severos, muy probablemente equivalentes a los que aquí se designan como extremadamente malos. Y es que la India tiene 14 ciudades, de entre las 20 más contaminadas del planeta. La más contaminada del mundo es Lahore, en Pakistán, seguida de Hotan, en China (ver: https://www.visualcapitalist.com/the-20-most-air-polluted-cities-on-earth/).
De hecho, en India y China, los países más poblados del mundo, están las ciudades más contaminadas (ver: https://www.iqair.com/world-most-polluted-cities?sort=-rank&page=7&perPage=50&cities=).
El artículo del portal Wired, titulado “Ondas de calor están soltando un contaminante mortal, pero poco considerado”, firmado por Sushmita Pathak, se refiere al grave problema que niveles peligrosos de ozono formado en urbes hindúes, están ocasionando. “Las ciudades hindúes, afectadas por temperaturas que se incrementan y una pobre calidad del aire, se están convirtiendo en zonas con altas concentraciones de ozono, un problema difícil de solucionar”, comenta inicialmente Pathak (ver: https://www.wired.com/story/ozone-pollution-india-heat-waves/).
Abre el artículo una foto de una avenida de Nueva Delhi, la contaminada capital de la India. La visibilidad es de apenas unas cuantas decenas de metros, luego de lo cual, se pierde el panorama urbano. Que, de todos modos, no es paradisiaco: calles llenas de mototaxis, camiones, autos, gente, postes de alumbrado, una vía de ferrocarril, negocios…anarquía total, como correspondería al país más poblado ya del mundo, con 1,408 millones de habitantes.
Pathak menciona el barrio Lutyens, “el más icónico y adinerado de Nueva Delhi, pero lo acecha el ozono, el oculto asesino que impera en verano, pero también en invierno, en la mayoría de las ciudades hindúes”.
Dice que el gobierno se ha abocado a combatir las partículas PM2.5 y PM10, de apenas unos cuantos micrones de diámetro (un micrón es una millonésima de metro), pero “ha hecho poco para combatir el ozono”.
“Datos sobre sus impactos en la salud son algo imprecisos, pero un estudio del 2022, estima que el ozono mató a más de 400,000 personas en todo el mundo, en el año 2019, 46 por ciento más que en el 2000. Cada que hay picos de ese gas, se incrementan las admisiones hospitalarias por problemas respiratorios”, señala Pathak.
Es evidente que es un asesino invisible y que actúa sobre los más vulnerables.
Según la ONU, dice Pathak, “la exposición por ocho horas de ozono en el aire, no debería de exceder 50 partes por millón de ese gas y no debe de romperse por más de ocho días al año, pero en Nueva Delhi, se han dado 87 días entre marzo y mayo del 2023. Y ha sido similar los veranos pasados”.
Señala Pathak que es un gas muy inestable, pues se forma por contaminantes como el benceno de las gasolinas o el metano, pero en presencia de óxidos de nitrógeno, se convierte nuevamente en oxígeno. Irónicamente, durante la pandemia, se mantuvo alto, pues por las restricciones del encierro, millones de autos dejaron de circular en la India, por lo que no se produjeron los óxidos de nitrógeno suficientes para que se descompusiera en oxígeno. “Es por eso que el ozono se halla en barrios altos, pues el aire allí es más limpio y no hay los químicos que lo descomponen”.
Los cínicos podrían decir que es lo bueno de que haya tantos autos. Pero no se trata de caer en ese conformismo. De todos modos, los autos emiten otros contaminantes. Es por ello que se les quiere sustituir por autos eléctricos, pero éstos ocultan la depredación y contaminación que ocasionarán, que no sale por su escape, pues no lo tienen (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/06/cada-vez-es-mas-evidente-que-los-autos.html).
Señala Pathak que muchos gobiernos, como el chino, se han abocado más a combatir las partículas suspendidas, pero han descuidado el ozono. “China, al igual que India, han buscado reducir los niveles de partículas suspendidas, mejorando las gasolinas y evitando las quemas forestales, pero eso impide que se formen los químicos que descomponen el ozono. Es un balance muy difícil de lograr”.
India, de momento, ha buscado disminuir la contaminación por partículas suspendidas, que es un problema mayor que el ozono, pues “900,000 muertes son producidas en la India cada año por las PM2.5, en tanto que 374,000 son ocasionadas por el ozono”.
Una investigación reciente indica que para el año 2050, de no atacarse el problema del ozono, “podrán fallecer prematuramente hasta un millón de personas al año, número similar al de las partículas suspendidas, pues para ese año, estarán más o menos niveladas”.
Niveladas, más no eliminadas. Esos significa que la contaminación seguirá en el mundo, y ya se estiman las muertes que “en promedio” habrá para entonces. Como ven, el ser humano se va acostumbrando y resignando a todos los problemas que las brutales contaminación y depredación ambientales, cortesía del capitalismo salvaje, nos están provocando. Pero todo sea por el “progreso”.
También se refiere Pathak a los mencionados daños a la vegetación y cultivos. “El ozono va penetrando los poros de las plantas, obstaculizando el proceso de fotosíntesis. Las hojas se van poniendo amarillas, hasta que se secan y la planta muere. Eso explica porqué, si tienen plantas, gardenias, por ejemplo, en periodos de calor, aunque las rieguen todos los días, muchas de sus hojas, se van poniendo amarillas y la planta muere.
En India eso sucede y varios estudios demuestran que el declinante rendimiento de sus cosechas, las de trigo, por ejemplo, se debe al ozono que es arrastrado por los vientos hasta aquéllas.
La forma de controlar es absurda, señala Pathak, pues las estaciones sólo miden una concentración de 200 microgramos por metro cúbico. “Es como si se midiera la temperatura con un termómetro que sólo marcara hasta 37º C, pues arriba de 200, los cuadros que los miden, sólo se ponen blancos”.
Steve Arnold, profesor de composición atmosférica de la Universidad de Leeds (Inglaterra), citado por Pathak, sugiere que se tomen medidas como evitar que los automovilistas carguen gasolina en el día, para evitar que escape óxido de nitrógeno, que es el que forma el ozono. Igualmente, que las fábricas que emitieran ese contaminante, trabajaran de noche. En el caso de los cultivos, que los granjeros eligieran los más resistentes al ozono o que se sembraran durante la época del monzón, “aunque no se puede hacer con todos los cultivos. Pero es algo que se tiene que atacar ya, no puede seguirse ignorando”.
No debería seguirse ignorando.
Pero para la corrupta mafia en el poder hindú, probablemente hasta sea una cínica solución para que mueran cientos de miles cada año, por contaminación de ozono y de otros factores.
Dirán que al fin, con tanta gente, ni se notará su ausencia.
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