viernes, 11 de agosto de 2023

Los mafiosos en el poder iraní siguen tratando de imponer que las mujeres se cubran la cabeza

 

Los mafiosos en el poder iraní siguen tratando de imponer que las mujeres se cubran la cabeza

Por Adán Salgado Andrade

 

Hace casi un año, la criminal “policía moral” de Irán (una obscura agrupación de “voluntarios” encargados de que las mujeres, sobre todo, observen las imposiciones como la de no pintarse o usar el hijab), mataron a golpes a Mahsa Amini, sólo porque esta chica de 22 años, no traía “bien puesto” su velo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/09/una-chica-irani-revela-como-es-para-las.html).

Ese artero asesinato cometido por la mafia en el poder, de entre las más represivas del mundo, generó protestas de miles de mujeres que se manifestaban no portando el obligatorio velo o, peor, cortándose el cabello, algo inaudito para esa intolerante, cerrada sociedad, pues las mujeres siempre lo deben de llevar largo. Miles fueron aprehendidas y aprehendidos (también participaron hombres) y multadas, multados o encerradas y encerrados. Incluso, se usan cotidianamente los nefastos sistemas de reconocimiento facial que, además, fallan mucho, con tal de “identificar” a mujeres que no portan el obligatorio velo. Les envían correos o WhatsApp’s amenazándolas que las multarán y encerrarán si no cumplen con esas estupidez (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/01/en-iran-usan-reconocimiento-facial-para.html).

En las sociedades musulmanas es en donde el trato a las mujeres es de lo más denigrante, machista y misógino. En Afganistán, por ejemplo, de nuevo a las mujeres se les prohíbe estudiar más allá de la educación básica, trabajar o hasta que haya salones de belleza (https://apnews.com/article/taliban-ban-women-beauty-salons-fbc0ee6289a78386441941359ec43307).

En Malasia, país mayoritariamente musulmán, una nueva “ley”, advierte que multará y dará tres años de cárcel a personas que usen relojes de la marca Swatch, que se diseñaron con los colores del arcoíris que simbolizan el orgullo LGBTQ. ¡Miren nada más cuanta estúpida intolerancia! (ver: https://apnews.com/article/malaysia-bans-lgbtq-swatch-d386af4e660939afba6d26f5b23aee7d).

Y es que controlando a las mujeres (o a gays, lesbianas, transgénero, bisexuales, queers), los fascistas dictadores de esos países (Irán, Afganistán, Egipto, Malasia, Irak, Siria…), controlan a una buena parte de las protestas sociales, pues las mujeres son aproximadamente la mitad de la población. Dándoles el trato de sumisas cuasi esclavas, de los que se deben de preocupar solamente son los hombres, menos dóciles.

Pero ya en muchos países, no sólo en Irán, hay mujeres que se atreven a desafiar las machistas, misóginas imposiciones, con tal de tener más libertades y derechos a los que toda persona debe de acceder y exigir.  

Como en Irán, que a pesar de tanta represión, cada vez más y más chicas, jóvenes, principalmente, han dejado de usar el velo y hasta se visten más liberalmente, digamos. Por ello, es que ahora la dictadura  iraní, corrupta y mafiosa, busca que se respete esa estupidez del velo, atacando a negocios que sean sorprendidos atendiendo o contratando a mujeres que no usen dicha prenda.

Lo exponen Nasser Karimi y Jon Gambrell en su articulo titulado “Hace un año, la muerte de una chica iraní, detonó protestas contra el hijab. Ahora, las autoridades atacan los negocios”, publicado por AP (ver: https://apnews.com/article/iran-hijab-protests-amini-anniversary-women-074977c6e3712b7c61acbe37e6f561a1).

Abre el artículo una curiosa, interesante foto, de dos chicas, en sus veintes, vistiendo muy occidentales, digamos, fuera totalmente de la norma de la usanza iraní, que es sobre todo, de túnicas o largos vestidos. Parecieran chicas de Europa, México o Estados Unidos, con blusas sueltas, pantalones, pelo corto (una de ellas, hasta teñido parcialmente de rojo, como se está usando), muy maquilladas (como darketas), caminando al lado de chicos que tampoco visten musulmanamente, éstos, luciendo playeras, cortes modernos y sin barba. Justo son los jóvenes de esos países los que se rebelan, que ya no están dispuestas y dispuestos a vivir bajo un estúpido yugo que sólo los mantiene controlados, asustados o resignados. Han decidido dar batalla o abandonar a esos países totalitarios.

Dicen los reporteros que dado que muchas mujeres andan sin el velo, las “autoridades” han decidido atacar, mediante una nueva ley, el problema, castigando a negocios que permitan que mujeres no usen el velo.

La doctora Parvaneh (que los reporteros sólo mencionan su primer nombre, pues ella teme represalias), dice que “pues si me obligan a usarlo, lo haré. Pero las jóvenes que atendí durante las protestas pasadas, dicen que no se detendrán, que seguirán protestando aunque las castiguen o las maten. Es la nueva generación y ya no aguantan tanta represión”.

Claro que hay mujeres “devotas” (dejadas, diría yo), que aceptan el velo y hasta la túnica, pues es un signo de “obediencia”, que se hizo obligatorio después de la revolución de 1979 (cuando el famoso Shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi (1919-1980), más inclinado a Estados Unidos, fue derrocado por el ayatola Rudollah Khomeini (1902-1989), quien se distanció de los estadounidenses).

Luego de las protestas, había amainado algo la represión, pero en vista de que cada vez más y más mujeres no usan el velo, el actual presidente, el señor Ebrahim Raisi, de dura y conservadora línea, ha dicho que “eso del velo, se va a arreglar”.

Por ello, como señalé antes, se envían correos de advertencia a mujeres que no usan la prenda, que han sido identificadas en la calle, en autos (se han confiscado 2,000 vehículos y enviado a los juzgados a unas 4,000 mujeres). “Se han cerrado negocios, como Digikala, un sitio de ventas digitales, muy popular, por tener a mujeres sin el velo en el lugar y otros, como la librería en línea Taghcheh y la aseguradora Azki, por la misma razón”.

Y eso no sólo pasa en Teherán, la capital, sino en otros sitios. “En Lahaijan a empleados de hospitales les han prohibido que atiendan a mujeres sin el velo. Y en Damavand, un gerente bancario y un cajero, fueron arrestados por atender a una mujer sin el velo”.

Muy represivas medidas que, por desgracia, serán muy efectivas, pues los dueños de esos negocios las acatarán, sin chistar, con tal de que no se los clausuren.

Repito, al controlar a las mujeres, se controla buena parte de la población. Pero como la dictadura iraní ve que, de todos modos, muchas chicas jóvenes ya no respetan la imposición del velo, está llegando a esas absurdas medidas de castigo. Eso, de todos modos, no garantizará su permanencia en el poder. O ¿van a castigar o hasta matar a todas las mujeres? No lo harán, por supuesto, pero quieren mostrarse como si todavía su debilitante poder todavía fuera fuerte.

Los cafés al aire libre ya están prohibidos y también las producciones cinematográficas que tengan a personal femenino tras las cámaras, sin el velo, “serán suspendidas”.

Hasta celebridades, como actrices, han sido multadas por no usar el velo o apoyar las protestas, como Taraneh Alidoosti, protagonista de la cinta ganadora de un Oscar, The salesman (2016), que fue encarcelada una semana por apoyar las protestas de las mujeres en el 2022 (ver: https://www.aljazeera.com/news/2022/12/17/iran-authorities-arrest-actress-of-oscar-winning-movie).

Si de por sí Irán tiene graves problemas económicos, tanto por la crisis interna, así como por las sanciones sobre su programa nuclear (Estados Unidos insiste en que su industria nuclear no es para producir electricidad, sino para fabricar bombas nucleares), esas medidas la agravarán más. Muchas mujeres, preferirán ya no salir de sus casas. O negocios, cerrarán o limitarán sus horarios. En su necedad misógina y machista, los mafiosos en el poder iraní van a agravar la crisis económica y las protestas sociales.

Citan los reporteros al investigador estadounidense-iraní (arrestado en el 2007 en Irán por su activismo), Haleh Esfandiari, miembro del Wilson Center, de Washington, quien señala que “en lugar de resolver los verdaderos problemas sociales, el régimen continúa con su obsesión del hijab y actúa como si su propia sobrevivencia dependiera de que las mujeres vistan modestamente”.

De todos modos, necios, dicen los mafiosos iranís que multarán con 360 millones de rials ($720 dólares, lo que muestra lo devaluada que está esa moneda) a mujeres que no usen el velo. Incluso, los más radicales piden que la Guardia Revolucionaria participe en la represión. “Pero un ex guardia revolucionario dice que, al contario, eso no acabará con las protestas y, más bien, las incrementará”.

Incluso, la Suprema Corte, echó para atrás una sentencia hacia una mujer, a la que se le quiso confiscar su auto un año por no usar velo. “Es un precedente de que la ley que quieren imponer, no pasará”, como afirma el prominente abogado Mahmoud Alizadeh Tabatabei, citado por los reporteros. “Las mujeres, no creen en esa ley”, afirma.

Todo esto se da en medio de campañas para las próximas elecciones de marzo del 2024. Un moderado, como el ex presidente Mohammad Khatami, incluso ha cuestionado que el uso del hijab, “no tiene nada de productivo”.

Por supuesto, como ya señalé, sólo es una forma de sometimiento para la mitad de la población (aproximadamente la mitad de la población en Irán son mujeres. Ver: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/iran).

La maestra Mojgan, de 37 años, dice que “pues acataré la orden e iré a mi trabajo con el velo, pero al llegar a la escuela, les diré a mis alumnas que se lo quiten, cuando sea posible. Ellas están muy adelantadas. No se les puede forzar a hacer algo que no deseen”.

En efecto, cuando la gente, sobre todo, los jóvenes que son conscientes, dicen ¡ya basta!, las mafias en el poder deben de escuchar. Es lo que sucedió en México, por ejemplo, durante el movimiento social del Dos de Octubre de 1968, en el que miles de jóvenes estudiantes fueron los principales participantes y lograron cambiar varias imposiciones (ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_de_1968_en_M%C3%A9xico).

No pueden matarlos a todos.

 

Contacto: studillac@hotmail.com