lunes, 29 de julio de 2024

China ha pensado que sólo basta reducir aerosoles para disminuir calentamiento global

 

China ha pensado que sólo basta reducir aerosoles para disminuir calentamiento global

Por Adán Salgado Andrade

 

Vivimos en la sociedad del desperdicio, excelente para el sistema económico que nos sigue dominando, el capitalismo salvaje, pues la sobreproducción que lo caracteriza, exige que las cosas duren poco, para que sigamos consumiendo día a día, no podemos estar satisfechos, porque es letal para tal sistema.

Y en muchas sociedades, como la estadounidense, se ha hecho eco del desperdicio, que llega a niveles tan absurdos, como el de organizar el lanzamiento de autos, que todavía podrían seguir usándose, por barrancos, con tal de ver cómo se destrozan en las caídas, para beneplácito de decenas de espectadores que, muy contentos y efusivos, celebran cada que un auto cae al vacío, despedazándose. Eso lo hacen cada año en Alaska, y el que los organiza se siente muy orgulloso de que cada vez sea mejor por el número de participantes y de la forma tan excitante en cómo se destroza tanto carro (ver: https://www.youtube.com/watch?v=3D1nA7GGj_Y).

Evidentemente, tanta sobreproducción depreda y contamina al planeta. Depreda, por tantas materias primas, necesarias para fabricar cosas, como los autos eléctricos (los que se trata de mostrarlos como la solución a la contaminación, pero darán lugar a otra, por el extractivismo – la extracción de los minerales y metales requeridos para sus baterías – que ira incrementándose). Y depreda, porque muchas de esas materias primas, se extraen destruyendo selvas, bosques o contaminando ríos y mares (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/05/la-destructiva-polucionadora.html).

La consecuencia más ominosa de lo que ese desperdiciador sistema está provocando, es la catástrofe climática que ya padecemos y empeora año con año, cuya principal manifestación es la elevación global de las temperaturas. A pesar de que los océanos absorben el 90 por ciento del calor excesivo producido principalmente por industrias, vehículos de combustión interna, agricultura, los humanos (generamos calor), así como la radiación solar retenida – pues tantos gases expulsados, como el CO2 o el metano, la atrapan –, no pueden hacer más. Y tanto calor retenido por el mar, lo está acidificando y desoxigenando. Esta desoxigenación, de acuerdo con estudios recientes, se está acelerando más rápidamente de lo que se estimaba, está sobrepasando los umbrales que no pueden romperse, si queremos seguir existiendo en el planeta.

Esos umbrales que no deben rebasarse después de cierto nivel, son el cambio climático, la acidificación oceánica (que ya está tan avanzada que organismos como los arrecifes coralinos, están muriendo masivamente, combinado con el alza de temperatura del agua), la disminución del ozono estratosférico, la interferencia con los ciclos globales del fósforo y el nitrógeno, el ritmo de pérdida de la biodiversidad, uso global del agua fresca, el cambio en el uso del suelo, las expulsiones de aerosoles y la polución química (recientemente, hubo muerte masiva de peces en un río brasileño, por una combinación de aguas más calientes y descargas químicas de una empresa cercana. Ver: https://apnews.com/video/sao-paulo-waterways-corporate-crime-1841e93763784c7cab3f02888659a9d1).

Pero el ecologista, experto en agua fresca, Kevin Rose, del Instituto Politécnico Rensselaer, de Estados Unidos, dice que no debe dejarse de lado lo de la acelerada desoxigenación de los mares, pues eso ya está afectando a la fauna acuática, mucha de la cual es vital para alimentar a cientos de millones de personas. Esa desoxigenación se debe a que la superficie marina se está calentando rápidamente, lo que reduce su capacidad para retener oxígeno. También, debido al deshielo de polos y glaciares, lo que empuja las aguas oxigenadas superficiales al fondo. Como pierden su capacidad para mezclarse con las aguas frías, se impide la oxigenación pareja. Además, fauna marina, como las algas, consumen oxígeno y si no se recupera en el mismo nivel, éste, se va reduciendo. Es el otro grave problema que está generando la catástrofe climática (ver: https://www.sciencealert.com/earths-water-is-rapidly-losing-oxygen-and-the-danger-is-huge).

Y encima, se aplican “soluciones” que sólo agravan la problemática, sin atacar de raíz los problemas, que sería reducir la citada sobreproducción, para que depredación y contaminación disminuyan verdaderamente. No basta con aplicar medidas cosméticas, que sólo tapan la verdadera causa de lo que está acabando con el planeta. El antropoceno (la capacidad de la humanidad de alterar el clima planetario) no sólo está destruyendo a la Tierra, sino a toda la humanidad con ella (no sólo la sobreproducción lo destruye, sino las guerras, la contaminación nuclear, que se ha dado bastante, además de que cada vez, con más y más población, los recursos limitados del planeta muy pronto ya no alcanzarán).

Una de tales soluciones es a la que me refiero en el título del presente trabajo.

Desde el 2010, China pensó que ayudaría mucho a disminuir la contaminación en su país, controlando las emisiones de aerosoles, los que ocasionan la muerte de millones de niños menores a cinco años en el mundo, cada año. Son la segunda causa de decesos infantiles, luego de la desnutrición.

China ha tenido fuertes problemas de contaminación, como la de partículas PM 2.5, las que son menores a 2.5 micrones, pero que pueden ocasionar graves enfermedades y hasta la muerte, como la periodista y documentalista Chai Jing mostró en un documental, producido y financiado por ella, titulado Under the Dome (Bajo la Cúpula), luego de que su hija recién nacida desarrollara un tumor en su útero. Por fortuna, fue benigno, y se lo extirparon con operación, pero le hizo a ver a Jing los graves problemas a los que estaba llevando la severa contaminación china por un desmedido y anárquico crecimiento económico, que ya la colocó como el primer contaminador global, seguida de Estados Unidos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/06/la-creciente-y-letal-contaminacion-china.html).

Tanta contaminación, combinada con la brutal explotación a la que se someten la mayoría de los trabajadores chinos, está ocasionando el acelerado incremento de enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión y otras. Un problema más es el tabaquismo, muy extendido en ese país, en donde hay unos 330 millones de fumadores, que representan un tercio de todos los fumadores mundiales (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/09/por-su-anarquico-crecimiento-china.html).

Pero el que sólo redujera sus emisiones de aerosol, sin atacar las industriales, provocó un efecto negativo, justo en el mar, en donde, en el 2013, una enorme oleada de calor, conocida como el Blob, afectó el Océano Pacífico en su zona noroccidental. Las temperaturas ascendieron a niveles sin precedente, matando a millones de animales marinos y perturbando el ecosistema oceánico global en formas que no han retornado, y quizá nunca lo hagan, a sus niveles normales. Terminó, oficialmente, en el 2016, pero, desde entonces, oleadas de calor similares se han dado.

Hai Wang, un científico atmosférico chino, de la Universidad del Océano, en China, ha determinado que la reducción en los aerosoles, que hizo China desde el 2010, contribuyó en parte al surgimiento del Blob, pues al disminuir la capa formada por tales aerosoles, el cielo se aclaró y permitió más entrada de rayos solares. Wang dice que si no es acompañada la reducción de aerosoles con la correspondiente reducción de emisiones contaminantes (es decir, una menor industrialización y, en general, de las actividades humanas que contaminan), las oleadas de calor que afectan al mar, seguirán. Debe de lograrse que una mayor entrada de radiación solar, sea compensada con una mucho menor emisión de gases efecto invernadero. Aunque el exceso de calor generado por la reducción de los aerosoles será algo temporal, dice Wang, no deben de cesar los esfuerzos por reducir sustancialmente las emisiones de gases como el CO2 y otros que encierran el calor (ver: https://hakaimagazine.com/news/birthing-the-blob/).

Ese incremento de calor también se observó durante la pandemia, cuando China disminuyó sustancialmente su producción industrial, pues, siendo el origen de dicha pandemia, los países que importaban cosas de allí, se abstuvieron de hacerlo, para evitar los contagios, además de que, de todos modos, disminuyó fuertemente el consumo mundial. Con cielos más claros en el planeta (pues también disminuyó la producción industrial globalmente), se incrementó la radiación solar. Muy irónica situación.

Así que no deben de “arreglarse” ciertas cosas, si se van a afectar otras (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/aire-mas-limpio-en-china-y-noches.html).

Reitero, la única solución real es reducir la sobreproducción y hasta detenerla, en algunos casos. No es posible, por ejemplo, que en China misma, se tiren cada año 26 millones de toneladas de ropa, mucha de ella de la llamada fast fashion (que dura tres puestas, cuando mucho) y ello dé lugar a nuevas compras de prendas que serán tiradas al siguiente año (ver: https://apnews.com/article/china-clothing-fast-fashion-recycling-brands-shein-f0c54f50588c9a4f00073cd5e0e4d086).

El planeta no soportará tanta destrucción. Dejará de ser el hogar de la humanidad, para convertirse en un sitio hostil, en donde sólo las especies más resilientes (ratas y cucarachas) sobrevivirán.

 

Contacto: studillac@hotmail.com    

 

 

sábado, 27 de julio de 2024

Las destrozadas vidas de los gazatíes que han sobrevivido al genocidio judío

 

Las destrozadas vidas de los gazatíes que han sobrevivido al genocidio judío

Por Adán Salgado Andrade

 

Los asesinos judíos, durante la invasión de Gaza, que ya lleva casi diez meses, han masacrado a casi 40,000 gazatíes (los palestinos que viven en la Franja de Gaza) y herido o mutilado a más de 90,000, sobre todo, mujeres y niños.

Han destruido vidas, futuros, proyectos prometedores, pues los gazatíes, antes de la brutal invasión, tenían anhelos, familias, sus casas, se divertían… gente como nosotros, como cualquiera.

Pero desde que se convirtió en un infierno su país, sólo tratan de conseguir alimentos y agua y rezan para que no los mate un bombardeo judío (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/11/gaza-convertida-en-infierno-por-lo.html).

Y no es una guerra, como muchos dicen, pues la mayoría son simples civiles, muriendo ante la atrocidad enemiga. Dicen que sólo se trata de “un baño de sangre”, pues ya todos han sufrido la muerte de algún familiar o amigo (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/02/para-nosotros-los-palestinos-esto-no-es.html).

Encima, la falta de salubridad, agua potable y drenaje, han incrementado la incidencia de enfermedades, que ya también los están matando (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/02/para-nosotros-los-palestinos-esto-no-es.html).

Los relatos de los sobrevivientes, hasta ahora, no son menos crudos. Uno de ellos es de un director de un orfanato. Entrevistado por la periodista Bethan McKerman, narra cómo le ha ido desde la invasión judía (ver: https://www.theguardian.com/world/ng-interactive/2024/jul/26/the-gaza-orphanage-director-i-carried-a-small-boy-with-cerebral-palsy-to-safety-but-he-died-soon-after).

El título del trabajo es dramático: “El director de un orfanato de Gaza: ‘Llevé a un pequeño con parálisis cerebral a un sitio seguro, pero murió poco después’”. Hazem Rahma, es su nombre, y fue forzado a dejar la ciudad de Gaza con niños a su cuidado, “pero los ataques siguen y cada vez hay más y más niños para cuidar”.

Dice que antes de la guerra, tenían 22 niños a su cuidado y que muchos, no tienen familia que los reclame. Y tienen a seis chicas de más de 18 años, pero como no tienen familia, están allí.

“Nos esperamos lo más que pudimos, pero cuando bombardearon la mezquita de al lado, el edificio en donde estábamos se afectó, estallaron algunas ventanas y hubo otros destrozos. Pero resistimos. Y es que doce niños, son discapacitados y los otros, son muy pequeños. Nos movimos a las habitaciones que no estaban dañadas y ahí seguimos por unos días. Es que eran muchos niños, como para habernos ido a los refugios de la ONU. Y con tantos bombardeos, muchos tienen miedo, están muy asustados y tensos. Esperamos una pausa y nos fuimos al sur. Ahí, estuvimos en un departamento que me prestó un amigo. Yo llevé cargando a uno de los niños, Iyas, un pequeño de cinco años, con parálisis cerebral. Cuando dejamos la ciudad, los militares judíos no dejaron pasar ni a mi mujer, ni a mis tres hijos. No he sabido mucho de ellos, desde entonces, pues las comunicaciones fallan mucho, pero espero, en Dios, que se encuentren bien. De allí, de nuevo nos desalojaron y nos fuimos primero a Khan Younis. Allí, Iyas falleció, pero no por los bombardeos, sino por infecciones que desarrolló, pues se nos había terminado su medicina y por una convulsión. Era un chiquillo muy cariñoso, pero sufrió mucho. Ojalá que esté con Dios. Lamento mucho no haberlo salvado”, dice Rahma, casi llorando de tantos recuerdos tan tristes.

Luego, otra vez les ordenaron evacuar Khan Younis y se fueron a al-Mawasi. Ya casi sin alimentos, ni agua, ni medicinas. Esa área, supuestamente, ha sido declarada por los judíos como “área segura”, pero la han bombardeado varias veces. “Estamos con mucho miedo, pues en cualquier momento nos puede matar un bombardeo. Pero, gracias a Dios, hay muchos vecinos y trabajadores de organizaciones de ayuda que nos traen agua y nos ayudan con los niños. Lo más difícil ha sido conseguir leche de fórmula, pues unas cuantas cajas, cuestan ¡hasta $2,000 dólares!”. No es posible que aún, en medio de ese genocidio, haya gente que comercie con la necesidad que tiene Rahma, de leche para sus niños. Así es el ser humano de mezquino ante todas las situaciones (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/10/la-materialista-individualista-mezquina.html).

Dice Rahma que han querido trasladarlos a Egipto, pero funcionarios corruptos le piden $6,000 dólares por chico. “Y el gobierno libio, ofreció adoptarlos, pero el embajador palestino en ese país, se opuso, pues dijo que Israel está planeando que los palestinos se vayan, para apoderarse de su territorio”. Sí, puede ser el plan, acabarlos o desalojarlos, para ampliar a Israel.

“Por si fuera poco, nos han traído, de los hospitales, a más niños: tres bebés, de tres meses, uno, otra, una niña, de dos meses y una de cinco semanas, que tiene Síndrome de Down. No sabemos si tengan familia, seguro, las mataron, pero cuando termine esta guerra, que ojalá sea pronto, las buscaremos. La vida no tiene sentido si no se ofrece piedad. Es lo que necesitamos”.

Pero el carnicero Netanyahu parece no tenerla, más preocupado en reelegirse aunque extinga a todos los gazatíes.

El otro relato es de Suha Nasser, una fisioterapeuta de 27 años, quien vivía en Jabalia. También el título del trabajo, igualmente firmado por Bethan McKerman, es crudo: “La fisioterapeuta de Gaza: ‘Mi casa fue bombardeada y mi bebé y mi marido murieron” (ver: https://www.theguardian.com/world/ng-interactive/2024/jul/25/the-gaza-physiotherapist-my-house-was-bombed-and-my-baby-son-and-beloved-husband-died).

Una foto de los tres, antes de la guerra, felices, abre el artículo. Ella, muy linda y sonriente. Su joven esposo, también. Y su pequeño hijo, también muy lindo. Fue como de julio del 2023. No sabían que unos meses después, todos sería un infierno y el hombre y el niño, fallecerían.

Platica Suha que en el 2018, conoció a Mohammed, el que habría de ser su esposo en el 2019. “Era lindo, amable y al instante, nos enamoramos”. Pero no pudo embarazarse naturalmente, sino que fue fertilización in vitro, en Egipto y Ahmed, su pequeño hijo, nació por cesárea. “Fue mucho esfuerzo, pero, al final, lo logramos”. Todo iba bien, yo de nuevo fui a trabajar al hospital en donde laboraba. Pero el 19 de octubre, nuestra casa, en donde ya vivían 31 personas, casi todas familiares de mi marido, fue bombardeada. Y allí, murieron mi esposo y mi hijo – dice, llorando – y sólo sobrevivimos seis”.

De allí, hombres extraños, la sacaron, de entre los escombros y ha sido un suplicio, pues tuvo varias fracturas. La llevaron al hospital Kamal Adwan, “en donde esperé toda la noche, ansiosa de saber sobre mi esposo y mi hijito, pues todavía no me había enterado que estaban muertos. Vinieron mis padres, con la cara pálida y me imaginé lo que había sucedido. ¡No es justo, no es justo, mi bebé sólo tenía cinco meses y tres semanas de nacido! Le había comprado su ropita. Y mi esposo tenía un gran futuro como ingeniero”.

Tuvo una fractura de columna, costillas rotas y los tendones de la cadera, dañados. “Era muy doloroso, me iban a realizar cirugía, para estabilizarme y disminuirme el dolor, pero nunca sucedió. En el hospital, las condiciones eran deplorables, pues no había medicinas, las amputaciones se infectaban y llenaban de gusanos, por falta de antibióticos. Y sin cirugía, mis fracturas pueden no soldar adecuadamente y terminar con mi carrera de fisioterapeuta, pues uso mucho la fuerza de mi cuerpo”.

Luego, la llevaron al Hospital Europeo en Khan Younis, por otra evacuación forzada, “que también casi me cuesta la vida, pues fue entre bombardeos y balas. He tratado de irme a otro país, pero es imposible en estas circunstancias. Mohammed era todo para mí, mi amor eterno y nunca lo olvidaré. Mi hijito Ahmed, fue una luz en mi mundo. Recuerdo su risa, su voz y sus ojos, Quisiera meterme en las fotos que tengo de él y abrazarlo. Me lo imagino en su primer día de escuela, luego, en la universidad, convirtiéndose en un ingeniero o doctor, y en esposo y padre. Sí, pinté algo hermoso de él en mi imaginación. De verdad, que lo único que me mantiene viva es andar huyendo de los bombardeos, porque espero que esta pesadilla termine y que podamos sanar nuestras heridas. Es todo lo que deseo ahora”.

Y esos son solamente dos relatos de cientos de miles de gazatíes que deben de vivir procesos de devastación similares. Pero a los judíos no les interesa, menos a los supremacistas, que se oponen a que reciban ayuda los gazatíes porque según esos imbéciles, “es para Hamas” (ver: https://apnews.com/article/israel-palestinians-gaza-hamas-aid-humanitarian-nonprofit-69582d193ce270d63d5865ac0ead2df0).

Y, además, están invadiendo casas en la parte palestina de Jerusalén ocupada, Cisjordania, para apoderarse de ellas, desalojando a sus moradores legítimos (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/03/los-palestinos-son-atacados.html).

No conformes con eso, ya están planeando los judíos otra guerra, pero contra Líbano, en donde el grupo militar Hezbollah, se ha solidarizado con Hamas y está atacando a Israel con misiles. Ya hay varios poblados fronterizos en ambos países evacuados por los constantes ataques. De acuerdo con el periodista Michael Safi de The Guardian, existe una gran posibilidad de que se dé una guerra total entre Israel y Líbano (y que seguramente desatará un conflicto mayor, si entra Irán, quien apoya totalmente a Hezbollah). “El menor pretexto, bastará”, dice Safi (ver: https://www.theguardian.com/news/audio/2024/jul/24/dangerous-territory-inside-southern-lebanon-on-the-brink-of-war-podcast).

Y quizá de nuevo veamos futuros truncados, vidas cegadas y esperanzas destruidas de libaneses que sucumbirán ante el poderío militar de los nefastos judíos que, apoyados por sus esbirros (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania y otros, que les han vendido armas), no tendrán escrúpulos en destruirlos masivamente.

 

Contacto: studillac@hotmail.com