A los maestros de la SEP se les presiona mucho
Por Adán Salgado Andrade
Los maestros de primaria y secundaria, además de bajos salarios, son maltratados y presionados por los “mandos superiores” (directores, subdirectores, inspectores), los que parecieran más celadores, que funcionarios educativos, pues están más empeñados en castigar y enviar “extrañamientos” y “reportes” a los mentores, que en aplicar, por ejemplo, la Nueva Escuela Mexicana, la cual es liberadora y sensibilizadora (quizá por eso se opongan a aplicarla, porque afectaría sus conservadores, nefastos intereses. Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/08/los-obscurantistas-estan-satanizando.html).
Esa Nueva Escuela Mexicana es realmente liberadora y, de ser aplicados esos nuevos programas, las niñas y los niños asistirían con verdadero gusto a la escuela (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/09/la-escuela-debe-de-ser-liberadora-para.html).
Pero, como señalé, los mandos medios, parecerían empeñados en no dejarla pasar y continúan con sus prácticas represivas a estudiantes y maestras y maestros. Eso me lo ha contado mi hermano, Ricardo Salgado Andrade, profesor de la asignatura de Música (egresado de la Facultad de Música de la UNAM), en los turnos matutino y vespertino. Justamente, durante las recientes movilizaciones magisteriales, en las cuales él participó, además de exigir mejores salarios y condiciones laborales, uno de los puntos (que hasta se han tratado en reuniones) es el autoritarismo contra mentores y que se intensifica según el estado de ánimo de directores, subdirectores e inspectores.
Como él mismo me platicó, tanto en el plantel matutino, la secundaria 159, y en el vespertino, la 64, están al frente dos directoras sumamente represivas. “Ya me cerraron en las dos escuelas, las dos represivas directoras, los dos salones de música, que porque hago mucho ruido y que no tengo control de grupo, sólo porque soy muy liberal, como debe de ser. Yo les digo a las alumnitas y alumnitos que están atentando contra su derecho a aprender música. Es como si quisiera alguien enseñar carpintería en un salón normal. Hasta por comprarles alimentos, me reprimen esas celadoras-directoras”, me ha comentado (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2024/05/activismo-magisterial.html).
Pero la represión, no termina en los citados mandos medios. Desde la autoridad misma de la SEP, hay imposiciones que pesan por ser arbitrarias e inútiles. Por ejemplo, el hecho de retener más de lo necesario en las escuelas a estudiantes y profesoras y profesores. “Ya entregamos las calificaciones finales desde mayo, pero tienen que seguir yendo. Y casi se les tiene que entretener. Yo, pues sigo con las clases de música, los instrumentos, las vocalizaciones, pero otras maestras y maestros, ya ni saben qué hacer”, me dice Ricardo.
En su opinión, las clases deberían de concluir a fines de mayo o mediados de junio, cuando mucho, “pues los demás días, muchos alumnitos y alumnitas, ya ni van, porque ya ni les enseñan nada… pero, como te dije, ya todavía les sigo enseñando cosas”.
Bueno, pienso, entonces, que ya sólo sería mejor que impartieran, por ejemplo, algunos talleres, como de educación artística, si ya no tienen que ir a otras materias, sería lo más adecuado.
Y en cuanto a la obligación que los mentores tienen de seguir asistiendo, aunque los estudiantes ya hayan comenzado su periodo vacacional, hay muchas protestas. Justamente, un artículo del periódico La Jornada, firmado por Laura Poy Solano, expone las quejas magisteriales a las que me refiero arriba, quienes insisten en que "quedó pendiente el ajuste al calendario escolar y que la Secretaría de Educación Pública (SEP) considere las necesidades de los educadores, pues además de impartir clases por 190 días a los alumnos, debemos laborar 20 días adicionales para la asistencia a talleres y cursos de formación continua, adicional a cumplir con la descarga administrativa" (ver: https://www.jornada.com.mx/2024/07/17/politica/013n1pol).
Continúa Poy Solano con más testimonios de mentores, que aseguran que “llegamos realmente exhaustos al fin de cada ciclo escolar, y la autoridad educativa sólo programa actividades y talleres que debemos cumplir, sin considerar que muchos nos seguimos formando en posgrados o simplemente que tenemos derecho a descansar”.
Justo lo que me comenta Ricardo, que los que tienen doble turno, como él, llegan exhaustos al fin de semana y que sábados y domingos, muchos, se la pasan durmiendo. “Yo les pregunto qué hacen en las vacaciones y me dicen ‘dormir’, pues no tienen ni dinero, ni ánimos para salir a algún lado”, me comenta.
Y con mucha razón, como comentan en los testimonios recogidos por Poy solano, exigen que se acaben con esos “talleres intensivos” que nada más los agotan. Una comisión solicitó “a la autoridad educativa de la capital, Rosario Sánchez, cancelar esos talleres, pero su respuesta fue que ‘carece de los elementos jurídicos y normativos para su cancelación, pues la SEP ya aprobó y publicó el calendario, por lo que se debe cumplir’”.
Es absurdo que esa “autoridad” no haya tenido el criterio suficiente para hacerlo, pues si en esta administración de la 4T, ha habido, supuestamente, libertad de acción, para ir adaptando todo a las necesidades sociales, lo tendría que haber hecho, decirles, “sí, no se apuren, son inútiles, los vamos a cancelar”.
Así que por esos caprichos autoritarios, que no son más que puras imposiciones inútiles, los mentores tendrán que seguir laborando del miércoles 17 al 19 de julio y deberán regresar del 19 al 23 de agosto, en tanto que el periodo vacacional para los estudiantes comenzó el 16 de julio y estará vigente hasta el 26 de agosto.
“No sirven para nada esos talleres, nada más se la pasan regañando y regañando”, señala Ricardo.
Así que algo que tiene que revisar Sheinbaum, a fondo, son los mandos directivos medios. Ver si, en efecto, siguen siendo funcionales (he discutido con Ricardo que deberían de ser Concejos de Profesores, del mismo plantel, que se rotaran cada cierto tiempo, en lugar de directores y subdirectores) y si es así, que les bajen los sueldos, pues muchos, como los inspectores (que, dice Ricardo, perciben ciento cincuenta mil pesos mensuales, más que AMLO, que gana $108,000 pesos al mes), no merecen tales excesivos emolumentos. “Y los directores, ganan ochenta mil pesos y creen que ser buenos es que nada más te estén reprimiendo”, continúa.
Eso, ahorraría muchos recursos, asegura mi hermano.
Es cierto, pues se podrían aplicar en cuestiones realmente necesarias, como desayunos o comidas universales. “Estoy seguro, y así, las chicas y los chicos ya no me estarían pidiendo que les comprara un gansito a la hora del recreo, porque van sin desayunar”, dice, reflexivo.
Y quizá, entonces, pueda ser posible aplicar de lleno a la liberadora y sensibilizadora Nueva Escuela Mexicana, que tanta falta hace.
Contacto: studillac@hotmail.com