sábado, 20 de julio de 2024

Las esclavizadas, violadas, golpeadas y asesinadas mujeres de Afganistán

 

Las esclavizadas, violadas, golpeadas y asesinadas mujeres de Afganistán

Por Adán Salgado Andrade

 

Desde que los Talibanes retomaron el poder en Afganistán, luego de casi veinte años de control estadounidense (que nada cambió, en realidad), un aspecto que regresó a como ese país estaba antes, es el férreo, misógino y brutal control de las mujeres (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/05/eeuu-abandona-afganistan-dejando-caos.html).

La situación de las mujeres, desde entonces, se ha agravado. Dos artículos de The Guardian, exponen esa terrible situación. Uno, titulado “’Nadie nos viene a ayudar’: las chicas afganas sin escuela”, firmado por reporteros de la agencia afgana Rukhshana y los de The Guardian, Annie Kelly, Tom Levitt y Hikmat Noori, quienes agregan que “impedidas de asistir a la escuela por 1,000 días, las chicas afganas enfrentan matrimonio forzado, violencia y aislamiento, sin que se vea el final” (ver: https://www.theguardian.com/global-development/article/2024/jun/14/nobody-is-coming-to-help-us-afghan-teenage-girls-on-life-without-school).

Comienzan con el testimonio de Asma (a todas las que aceptaron las entrevistas, les cambiaron los nombres, por temor de represalias por los misóginos Talibanes), de quince años, quien platica cómo en mayo del 2021, estaba en la escuela, cuando una bomba estalló, matando a 85 estudiantes, casi todas mujeres. La llevaron al hospital y cuando se recuperó, los Talibanes ya estaban en el poder.

“Han pasado 1,000 días y lo que ha sucedido con las chicas, que desde entonces tienen prohibido asistir a la escuela, excepto los hombres, es que han vivido en el horror, forzadas a casarse a temprana edad, sufriendo violencia doméstica, aumento de los suicidios, adicción a las drogas, y su erradicación de todos los aspectos de la vida. Los Talibanes no han pausado los sueños de las chicas, los han borrado. Y no se ve el final”, señalan los reporteros.

Una foto de arte femenino, exhibida en Kabul, antes de la prohibición, muestra lo talentosas que algunas de ellas son. En otra, se ve su sumisión, con la cabeza inclinada, cubierta con la burka obligatoria.

Asma platica, llorando, que “fui forzada a casarme con un desconocido, pues cuando les dije a mis padres que quería seguir estudiando, se rieron de mí y me casaron a la fuerza. Y cuando, ya casada, le dije a mi esposo que quería regresar a casa, me dijo que no podía, que me había comprado y que ya era su propiedad

Benafasha tenía 13 años, cuando el Talibán regresó de nuevo al poder. “A mi hermana Qudsia, la obligaron a vivir con su novio, un tipo muy violento que la golpea mucho. También me dijeron que me tenía que casar, y lo hice a la fuerza. Fuimos a las cortes, a quejarnos, y no nos ayudaron. ¡Sólo nos enviaron a prisión!”.

Los jueces están del lado de los maridos, quienes pueden actuar libremente, hasta ser infieles, sin castigos.

Nada más vean en las estupideces misóginas en que están incurriendo esos machos en el poder. Y ya también está permitido que a las mujeres, sobre todo, a las “infieles”, las castiguen y las maten con apedreos o azotes. En el 2023, 57 mujeres fueron asesinadas así, ante la pasividad de la “comunidad internacional” (ver: https://www.theguardian.com/global-development/2024/mar/28/taliban-edict-to-resume-stoning-women-to-death-met-with-horror).

Ya 76 por ciento de las mujeres afganas, señalan los reporteros, “se quejan de que su salud mental es mala o muy mala, reportando insomnio, depresión, ansiedad, inapetencia y dolores de cabeza, como resultado de sus traumas. Casi un quinto de mujeres, dicen que no han conocido a otras, por el aislamiento. Y un 8 por ciento, al menos, han tratado de suicidarse”.

Marzia, madre de una hija de 15 años, Arzo, dice que la razón “es el encierro, se siente mal. Casi se la pasa durmiendo, ni habla. Siempre pensé que sería doctora, pero, ahora, ese sueño se ha desvanecido.

Heather Barr, de la Agencia de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés), citada por los reporteros, dice que “el Talibán ha cerrado las redes sociales de las niñas, los parques nacionales, los salones de belleza o el gimnasio y casi no pueden salir, sin ser intimidadas. Les han quitado todo lo que las hace humanas”.

Fariah, madre de una chica de 6 años, dice que “la verdad, es que es muy inteligente mi hija. Está muy desesperada, pues por tres años, no ha podido asistir a la escuela. Me dice que ojalá que la abran pronto, que ojalá se haga ese milagro. Yo, le digo que puede ser, para no romperle el corazón. Yo viví este régimen hace 25 años y no han cambiado. No tengo esperanza en el futuro. Nadie viene a ayudarnos”.

No sólo les han impedido a las mujeres de todas las edades estudiar o trabajar, sino que a las que protestan las encarcelan, torturan y violan. Y es lo que expone el segundo artículo de The Guardian, a los que hice mención. Titulado “Un video, aparentemente, muestra a una chica violada entre varios, en una cárcel del Talibán”, está firmado por Zahra Joya, Chris McGreal, Khudadad Poladi, Annie Kelly y Tom Levitt, quienes nos introducen en su reportaje diciendo que “Exclusivo: activista clama que fue amenazada con que se daría a conocer un metraje para que callara, en medio de muchos reportes de violencia sexual ejercida contra mujeres afganas presas” (ver: https://www.theguardian.com/global-development/article/2024/jul/03/video-appears-to-shows-gang-rape-of-woman-in-a-taliban-jail).

Un mural hecho seguramente por mujeres artistas, abre el artículo. Se muestra a varias mujeres protestando, algunas con las manos en alto, sin dejar de usar la burka, y una al frente, con las dos manos levantadas, destacando entre las demás, con la boca ennegrecida, quizá dando a entender la brutal censura que los Talibanes están ejerciendo contra ellas.

Dicen los reporteros que múltiples testimonios han denunciado que las mujeres afganas presas sufren torturas y violaciones, “pero un video de una chica activista presa, es la primera evidencia de que ello, está sucediendo. En el video, la chica es obligada a desnudarse y, enseguida dos custodios la violan varias veces. Ella trata de cubrirse el rostro, pero la amenazan con golpearla. ‘Te han cogido americanos todos estos años, y ahora es nuestro turno’. Como ella, al ser liberada, se fue de Afganistán y se ha quejado, sus captores, la han llamado y amenazado con publicar el video, si seguía divulgando sobre el hostigamiento y humillaciones hacia las mujeres”.

Es decir, no conformes esos machos misóginos, asesinos, con haberla ultrajado, todavía la amenazan porque los denuncia y a sus miserables prácticas. Realmente es de horror, pues, como señalé arriba, no las dejan estudiar y además, casi las matan si protestan por los tratos infrahumanos, dignos sólo de animales que les están dando.

Muchas quisieran trabajar, pues al estar en crisis la economía afgana, no les vendría mal un dinero extra. Pero, como señalé, tampoco pueden y muy pocas son las que lo tienen permitido (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/los-talibanes-tuvieron-que-recontratar.html).

Igualmente los reporteros recogieron otros testimonios de chicas que han sido violadas, tan sólo por protestar pacíficamente. Una chica, fue hallada muerta en un canal. Y testigos, informaron a sus familiares que la habían violado antes de asesinarla. Según The World Factbook, de la CIA, hay, a la fecha, 19,820,486 mujeres en Afganistán y 20, 301,066 hombres. Es decir, casi forman la mitad de la población (ver: https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/afghanistan).

Así que controlándolas, controlan los Talibanes  casi al 50 por ciento de afganos, muy conveniente para no gastar tanto en represión, en caso de levantamientos sociales. Por eso, viven casi casi aterrorizadas.

Algunas activistas le llaman a esa situación un “Apartheid de Género”, pues, en efecto, se les discrimina con base a su género. Ni imaginar quiero qué les hagan a las personas de la comunidad LGBTQ+. Seguramente a elles los asesinan sumariamente. Eso hacen, por ejemplo, con los drogadictos. Los apresan en redadas, los llevan a cárceles, les dan de latigazos, los bañan con agua fría, no les dan de comer y, si sobreviven, los someten a trabajos forzados (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/las-curas-con-golpes-y-hambruna-de.html).

Otra activista, Zarifa Yaqubi, de 30 años, dice que fue apresada por 41 días en noviembre del 2022, por tratar de organizar un movimiento de mujeres afganas. “Me dieron toques eléctricos y me golpearon en muchas partes de mi cuerpo con cables, para que no pudiera mostrarlos. Y me torturaron, para que aceptara que me daban dinero extranjeros, para que organizara ese movimiento”. Claro, con torturas, se confiesa todo, a menos que se tenga mucha entereza o antes se muera.

“De todos modos, a pesar de que corren riesgo con las protestas, muchas mujeres siguen protestando, “registrando Rukhshana Media (ONG de noticias afganas) al menos 221 actos de protesta por mujeres y chicas en los pasados dos años”. Claro, no las van a silenciar esos miserables machos, misóginos, violadores y asesinos. Prefieren ellas morir de pie, que vivir de rodillas, como decía el gran Ernesto Che Guevara (1928-1967).

Pero, a pesar de tanta evidencia, los Talibanes niegan los reportes de abuso sexual y violaciones, pues saben lo difícil que es para muchas mujeres demostrarlo, ni a sus propias familias, “pues arriesgan su honor, y hasta su vida”.

Hace poco, se organizó una conferencia especial en Afganistán, auspiciada por la oficina de la ONU en Doha, capital de Qatar, para discutir el futuro de esa nación. “Ninguna mujer estuvo presente”, señalan los reporteros.

Así que el infierno para las pobres afganas, seguirá, así como sigue el de Gaza o el de Ucrania, el ambiental, el climático y tantos otros que estamos sufriendo y que cada vez nos acercan rápidamente a nuestra extinción.

¡Ah, pero ya vienen las Olimpiadas (al momento de escribir estas líneas, aún no comenzaban) y cuando esté presente el lucrativo, enajenador espectáculo, todos se olvidarán de esos infiernos!

 

Contacto: studillac@hotmail.com