martes, 12 de mayo de 2020

El peligro de extraer energía de los pozos geotermales súper calientes


El peligro de extraer energía de los pozos geotermales súper calientes
Por Adán Salgado Andrade

El desperdiciador sistema de consumo que nos rige, nos ha ido imponiendo estilos de vida que exigen más y más energía. Por ejemplo, si todas las actividades, como estudiar, trabajar, divertirse, las hacemos desde casa (como en estos momentos de pandemia), el consumo de electricidad subirá, pues la conexión virtual entre la sociedad, se hace a través de computadoras, las que emplean electricidad e Internet. Ese Internet, es operado por buscadores, como Google, que empelan servidores que usan muchísima electricidad (usan las llamadas granjas de datos, que requieren demasiada electricidad, tanto para operar, así como para la que usa el aire acondicionado que enfría a cientos de servidores). El ancho de banda, a su vez, lo proporcionan empresas de comunicación, como Verizon o AT&T, que, igualmente, consumen miles de watts cada día para operarla…
La manufactura, requiere también de mucho fluido eléctrico. Igualmente, la construcción de casas, edificios u obras civiles.
Los transportes eléctricos, como Metro o trolebuses, requieren electricidad.
El aire acondicionado, sin el cual, muchas ciudades no serían habitables, tanto porque están en medio de desiertos, así como por el calentamiento global, requiere también demasiada electricidad, pues un aparato de aire acondicionado pequeño, que sirva para enfriar una habitación, consume lo de cuatro refrigeradores. Imaginen el consumo de una plaza comercial con aire acondicionado central (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/el-fresco-aire-acondicionado-agrava-el.html).
En fin, prácticamente, no hay actividad que no requiera electricidad. Quizá sólo si viviéramos como ascetas, en medio de un bosque, que nos alumbráramos con velas y no usáramos ningún dispositivo electrónico, no tendríamos necesidad de ella.
Esa electricidad, proviene de fuentes energéticas, la mayoría, muy contaminantes. Las energías fósiles, como el petróleo o el carbón mineral, son las que mayoritariamente se emplean y son las responsables de la hecatombe climática que cada vez empeora más y más.  Las depredadoras petroleras sabían desde los 1970’s, que el creciente uso del petróleo, llevaría al planeta a la terrible crisis climática que vivimos, pero prefirieron seguir ganando mucho dinero, en lugar de que a aquél, junto con los recursos naturales y la población mundial, se le mantuviera saludable ambientalmente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).
Además, como el petróleo, que es el energético fósil más empleado, se está acabando, se han buscado alternativas energéticas, algunas “limpias”, digamos, como la solar o la eólica, pero otras, mucho más sucias, como el fracking, que es el sistema para extraer gas natural de depósitos de esquisto. Ese sistema es terriblemente contaminante, pues, además de que demanda cada pozo millones de litros de agua limpia, la contamina permanentemente. Esa agua envenenada, la almacenan o la inyectan al subsuelo, las irresponsables empresas que explotan ese sucio recurso, el llamado “petróleo sucio”. El agua inyectada, contamina mantos acuíferos y ocasiona temblores (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
Pero hasta el empleo de energías sucias es válido, con tal de suplir el glotón y desperdiciador consumo energético (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/05/mas-energia-o-mas-desperdicio.html).
Una nueva forma de energía “sustentable”, como se le quiere hacer ver, es la explotación de los llamados pozos geotermales súper calientes, que son una variación de la energía geotermal que se emplea desde hace años.
Varios países utilizan energía geotermal tradicional. México ocupa el tercer lugar mundial en emplearla. Se aprovecha el agua hirviendo que sale de sitios como géiseres, con la que se mueven turbinas generadoras de electricidad. Pero la mal llamada “reforma eléctrica” impuesta por la mafia priista peñanietista, redujo el uso de esa importante y abundante energía del país (ver: https://www.thinkgeoenergy.com/the-sad-state-of-affairs-for-geothermal-energy-development-in-mexico/). Eso fue para privatizar gran parte de la generación de energía eléctrica, que ahora casi el 60%, lo hacen compañías privadas, sobre todo, extranjeras. Por eso la electricidad se ha encarecido tanto en el país.
Y esa imposición dio lugar a fraudes absurdos, como plantas termoeléctricas que no usan fuentes geotermales, sino que lo hacen con gas natural, que calienta agua y el vapor mueve turbinas. El gas natural se importa casi todo y es muy costoso. Por tal razón, la electricidad que generan esas empresas privadas con termoeléctricas, es tan cara, pues, además de cargar su inflada ganancia, importan costoso gas. Y muchas de ellas, son subsidiarias de las empresas que producen el gas, así que hacen muy buen doble negocio.  
En fin, la energía geotermal se usa desde hace tiempo. Islandia es uno de los países que más la emplea, pues abundan las fuentes de aguas termales, lo que le permite generar electricidad muy barata, tanto, que se ha convertido en el paraíso de los minadores de criptomonedas, como el bitcoin, pues se requiere muchísima (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/12/el-robo-de-computadoras-para-minar-al.html).
Sin embargo, ahora se está experimentando con un nuevo tipo de energía, que aunque es de origen geotermal, implica muchos peligros, como provocar fuertes temblores. Se trata de los pozos geotermales súper calientes. La revista Wired publicó el artículo “¿Desea energía limpia ilimitada? Sólo perfore el pozo más profundo del mundo”, firmado por Daniel Oberhaus, que revisa esa naciente forma de obtener energía.
Dice Oberhaus que “Hay un tesoro sepultado muy profundamente debajo de las verdísimas laderas de las montañas Apeninos de Toscana, Italia, donde la torre de perforación Venelle-2, marca su localización, como una X en un mapa. Este pozo geotermal, penetra dos millas (3.2 km) bajo la superficie de una región en donde las temperaturas y presiones son tan altas, que las rocas comienzan a doblarse. Aquí, las condiciones están a punto para fluidos geotermales supercríticos, que es agua muy rica en minerales, la cual presenta las características, tanto de un gas, así como de un líquido, pero si Venelle-2 pudiera llegar a una reserva de fluidos supercríticos y usarla para girar una turbina en la superficie, sería una de las más densas formas de energía renovable del planeta”.
Esa agua tan caliente, no se encuentra en cualquier sitio, sólo en algunos. Pero, además, se deben de perforar pozos muy profundos, de tres o más kilómetros. El problema es que, de hacerlo, no se sabe exactamente cuál sería el efecto de soltar una energía así, que, por algo, está ahí, encerrada.
De hecho, el Venelle-2, tuvo que detenerse, pues, todavía no llegaba a la reserva de súperfluidos, y los sensores ya estaba indicando 540º centígrados y presiones 300 veces mayores que en la superficie, o sea, unos 309 kg/cm2. No quisieron arriesgarse los técnicos italianos a ir más allá.
Y es uno de los problemas que la búsqueda indiscriminada de energía de cualquier tipo está mostrando, que no se toman en cuenta los peligros que acarrearía explotar tal fuente energética, como en el caso de los súperfluidos.
En la región de Italia en donde está el Venelle-2, se ha explotado la energía geotermal desde 1904, cuando se experimentó con un pozo que produjo electricidad para apenas cinco focos incandescentes. Actualmente, la región Lardello-Travale “produce alrededor del 10% de la energía geotermal mundial”. Pero como quieren más y más, “en el 2015, un consorcio de compañías de energía europeas e institutos de investigación, lanzaron el proyecto Descramble, para ver si era posible extraer más energía de ese campo geotermal. El plan era llegar a reservas de fluidos supercríticos muy profundos. Si esos fluidos densos pudieran extraerse de un pozo, sería otra marca histórica para Lardello-Travale”.
Ya se han hecho experimentos en países como Estados Unidos, Japón, Italia y México (se tiene uno que enterar que en el país se han hecho cosas así, por medios extranjeros), de perforar en sitios que pudieran generar condiciones para generar súperfluidos, pues se requieren temperaturas de más 372º centígrados y presiones 220 veces mayores que en la superficie.
Pero sólo uno de los proyectos ha dado algunos resultados, el que se lleva a cabo en Islandia – que ya mencioné que es el país con mayor empleo de energía geotermal en el planeta –, en donde el Island Deep Drilling Project, patrocinado con fondos públicos y un consorcio de compañías energéticas de dicho país, reportaron que habían alcanzado fluidos supercríticos debajo de la superficie. “Tres años más tarde, aún trabajan para generar energía útil de ese pozo.
Como dije, no es tan sencillo, pues, si no se controlan bien los súperfluidos, desenterrados, podrían ocasionar un incontrolable problema, además de que la perforación de esos pozos tan profundos, genera temblores. Debe producir un efecto similar al del mencionado fracking, que también implica pozos muy profundos, pero que, además, se meten cargas explosivas para agrietar el estrato de esquisto, y, en seguida, se inyecta agua a presión con casi cien químicos – que la contamina permanentemente, como mencioné –, para que abra la fracturada piedra y emane el gas por la tubería ya instalada.
Países como Surcorea o Suiza, han experimentado temblores, ligados a pozos de súperfluidos.
Así que, en teoría, los súperfluidos serían una magnífica forma de energía “limpia”.
Pero si no se toman en cuenta los serios peligros que conllevaría sacar a esos súperfluidos, que han permanecido en las entrañas del planeta, tan sumamente calientes, a presiones brutales, durante millones de años, sería un problema más, agregado a los que ya, de por sí, la depredadora “civilización” está legando.
Así que, mejor, usemos menos energía, en lugar de desenterrar más obscuros peligros.