domingo, 24 de mayo de 2020

La desregulación en Estados Unidos ocasionó el colapso de una presa


La desregulación en Estados Unidos ocasionó el colapso de una presa
Por Adán salgado Andrade

La así llamada “desregulación”, es un ardid del oportunista capitalismo salvaje para irse apoderando de todas aquellas actividades que puedan ser un buen negocio.
En tiempos de crisis económicas, tan frecuentes y cada vez peores, el capitalismo salvaje se deshace de todas sus actividades o exige que el Estado lo “rescate”, apelando a que por causas ajenas a su voluntad, los negocios “marchan mal”. Y ese Estado, tan amañado con el capitalismo salvaje, en efecto, lo “rescata” con fondos públicos, formados con los impuestos de la gente. Por ejemplo, recientemente, por los efectos de la pandemia, un millonario sin escrúpulos como Richard Branson, dueño de Virgin Galactic, a pesar de poseer más de $5,000 millones de dólares (mdd) de fortuna personal, exigió que las autoridades inglesas rescataran su línea aérea, que se había “colapsado” a causa del Covid-19, por la falta de vuelos, con $300 mdd, menos de la décima parte de su fortuna  (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/el-oportunista-capitalismo-salvaje.html).
Pero cuando son “tiempos de abundancia”, el capitalismo salvaje exige al Estado que le devuelva las empresas vendidas o que aquél le venda las empresas publicas, pretextando que las entidades estatales no tienen por qué hacer negocios, sólo deben de contentarse con vigilar el orden social. El llamado “neoliberalismo”, es la forma de referirse a ese periodo, iniciado a mediados de los 1980’s, durante el cual, las economías mixtas, que habían funcionado regularmente, fueron suprimidas y los países que así funcionaban, vendieron casi todas sus empresas o hasta infraestructura, con tal de complacer la rapacidad de la llamada “iniciativa privada” o sea, del ventajoso capitalismo salvaje (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/11/el-convenenciero-capitalismo-salvaje.html).
Casi todo se ha vendido desde que entró en esa fase el capitalismo salvaje, hasta infraestructura, que debería de ser, por fuerza, un bien público, no un privado, del que se pueda sacar una ganancia. Por poner un ejemplo, es como si se llegara al extremo de vender un puente peatonal, cobrando una cuota a los peatones que lo usaran. Pocos lo emplearían, prefiriendo arriesgarse a cruzar la peligrosa avenida, sobre la que está construido dicho puente. De momento, no se ha llegado a una situación tan extrema de privatización, pero ni duda que podría alcanzarse algo así, pues la voracidad capitalista no tiene límites.
El país en donde se ha llevado a niveles absurdos la privatización de casi todo, es Estados Unidos (EU), que hasta presas de agua ha vendido a particulares.
Eso, de ninguna forma garantiza que tales presas funcionen mejor, pues lo que hacen la mayoría de sus dueños, es escatimar costos, manteniendo lo mínimo o nada, a esas estructuras tan importantes, en las que, tal falta de mantenimiento, las lleva a ir desarrollando fallas que, cuando se descubren, es muy tarde ya para repararlas o fallan repentinamente.
Es el caso de una presa en el estado de Michigan, como expone el artículo del sitio digital Gizmodo, titulado “Debilidad en infraestructura: El colapso de la presa Edenville, localizada en Michigan, enfáticamente muestra los peligros de la desregulación de Trump”, firmado por Yessenia Funes.
Eso sucedió a mediados de mayo, inundando grandes áreas de ese estado. Propiedad de Boyce Hydro, “la empresa que posee las dos presas, tiene una historia de ignorar regulaciones federales, diseñadas para prevenir desastres, como las inundaciones”. Y es que hay una segunda presa aguas abajo, Sanford, también propiedad de Hydro, que, apenas si soportó la fuerte presión. Pero las inundaciones fueron cataclísmicas.
Justamente un día antes del colapso, el nefasto Trump firmó una orden ejecutiva para aumentar la desregulación, “como parte de sus planes para recuperarse económicamente de la pandemia”.
Y lo ha estado haciendo con empresas tales como las contaminantes petroleras, a las que ha permitido que no respeten los protocolos para manejo de gases y/o residuos tóxicos, con tal de que se “reduperen” (ver: https://earther.gizmodo.com/to-fight-covid-19-trumps-epa-will-bravely-allow-compan-1842525411).
Dice Funes que “tales acciones amenazan con ocasionar más fallas de estructuras en el futuro. Y, claro, se culpa a la inusual lluvia del colapso de la presa Edenville, pero ya era un problema esta presa. “Desde los 1990’s, reguladores federales advirtieron que la presa no estaba hecha para resistir lluvias torrenciales. Eso, porque los canales de desahogo, que trabajan para prevenir que el agua se desborde y se convierta en una catastrófica inundación, no se hicieron para resistir la ‘probable máxima inundación’, señalaba una queja de la Comisión Federal Reguladora de Energía. El documento presentaba esos hechos como ‘un grave, futuro daño para el público’”.
Pero Boyce no hizo caso, a pesar de que varias veces se le exhortó a que trabajara para resolver los potenciales problemas. La presa no se modernizó estructuralmente “y eso es un adelanto de lo que seguirá, si Trump continúa fomentando la desregulación”. Al no ser obligatorias las regulaciones oficiales, las empresas hacen lo que quieren. No es el único país en que eso sucede. Por ejemplo, en Italia, el 13 de agosto del 2018, se colapsó un puente vehicular que, desde que se había privatizado, la empresa propietaria, no hizo nada por darle el mantenimiento adecuado. Varios muertos y decenas de autos y casas destruidas, fue el fatal desenlace de ese “descuido”. Se abrió una investigación para determinar la criminal irresponsabilidad de Autostrade, la propietaria del puente, la cual, aunque sabía que era inestable, nada hizo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/cuando-el-mezquino-egoista-interes.html).
Dice Funes que el dueño de Boyce Hydro, es muy amigo de Trump y nada temía, hasta el día del colapso, pues la gobernadora del estado, Gretchen Whitner dice que hará todo lo posible por responsabilizar a la empresa de ese destructivo evento.
Ese colapso ocasionó que miles de personas fueran evacuadas, arriesgándolas más a contraer el Covid-19, en estos tiempos de pandemia. Además, la recuperación económica será lenta y con sucesos como ese, peor, señala Funes. “Para empeorar las cosas, las corrientes ponen en peligro un sitio de almacenamiento de sustancias tóxicas, que está aguas abajo, propiedad de la tóxica Dow Chemical Company. Además, estaba en proceso una limpieza del río Tittabawassee, contaminado justo por los desperdicios de Dow. Y si las aguas desbordan la contaminación, podría invadir zonas más alejadas. O sea, un problema que se irá incrementando con los días y semanas.
Por cierto, que las empresas químicas y los desastres naturales por contaminación tóxica, siempre van de la mano. No parecen interesadas en proteger el medio ambiente.
El calentamiento global hará más frecuentes las súper tormentas, así que las presas de EU (y de todo el mundo), que no hayan sido diseñadas, se deben de actualizar y reforzar, como señala Emily Grubert, profesora de ingeniería civil y ambiental. “Sabemos cómo mantenerlas, pero no estamos siempre dispuestos a invertir tiempo, dinero y personas para hacerlo. Debemos entender cómo mantener nuestra infraestructura y que debemos de adaptarnos a los cambios, así como se está produciendo el cambio climático”. Muy cierto, pues si no se toma en cuenta el cambio climático y, por ejemplo, las máximas tormentas probables que se originen con tal calentamiento, los colapsos de presas y de otras estructuras, seguirán incrementándose.
En otro artículo de Gizmodo, titulado “El colapso de la presa de Michigan, muestra el ‘clásico’ ejemplo de una falla de tierras”, firmado por George Dvorsky, se añade un video en donde se aprecia el momento, justo, en que la presa falló (ver: https://earther.gizmodo.com/michigan-dam-collapse-video-shows-a-classic-example-o-1843608306).
También, señala Dvorsky, que es claro que la falta de mantenimiento de esa presa, fue la causa de que halla fallado. Cita a Dave Petley, geólogo de la Universidad de Sheffield, quien le comentó que “el video va a convertirse en un clásico de la enseñanza de fallas geotécnicas, pero también aclara los eventos que llevaron a la presa Edenville a fallar”. En efecto, en el video se aprecia la forma tan espectacular y repentina en que parte de la cortina de esa presa se rompe y es arrastrada por las furiosas aguas.
Si la presa hubiera sido mantenida correctamente, habría soportado el peso del agua, que, en cierto momento, superó su altura.
Y debieron de darle mantenimiento pues era una presa de tierra y mampostería, que databa de 1924. Por eso requería no sólo mantenimiento, sino modernizar sus estructuras, señala Petley. “Usted no esperaría que un ferrocarril de 1924 funcionara, sin masivas adecuaciones”. Si esa presa ya tenía 96 años, mucho más razón había para que se modernizara masivamente, haber hecho, por ejemplo, una cortina de concreto armado, paralela a la existente. Pero como eso cuesta dinero y las empresas privadas tienen como cometido gastar lo menos posible y obtener la máxima ganancia, ni por asomo habrían hecho algo así.
También insiste Dvorsky en que el calentamiento global, con el cambio climático, está incrementando cuestiones como las lluvias o los torrenciales huracanes y tifones y que la vieja infraestructura de todo el mundo, no sólo de EU, debe de tomar eso en consideración.
Por ejemplo, una vieja presa en Inglaterra, recientemente estuvo a punto de colapsarse debido a torrenciales lluvias, pero fue imposible evitar las inundaciones que se produjeron al desfogar las aguas, con tal de que la presa no se partiera, las fotos de tales inundaciones son dramáticas y los afectados exclaman que nunca habían visto algo así (ver: https://www.theguardian.com/environment/gallery/2020/feb/26/rivers-breach-flood-defences-around-uk-and-ireland-in-pictures).
En México, abundan presas de ese tipo, muchas de más de cien años de antigüedad, que, muy seguramente, también serán muy vulnerables al cambio climático, con sus torrenciales lluvias y/o destructivos huracanes. Y en muchas, se evidencia la falta total de mantenimiento (en el estado de Hidalgo, por ejemplo, hay varias presas de ese tipo).
Así que será cuestión de tiempo cuando nos enteremos de que alguna de esas, o varias, presas fallaron, y agua y lodo, sepultaron a comunidades enteras.