La desregulación en Estados Unidos ocasionó el
colapso de una presa
Por Adán salgado Andrade
La así llamada “desregulación”,
es un ardid del oportunista capitalismo salvaje para irse apoderando de todas
aquellas actividades que puedan ser un buen negocio.
En tiempos de crisis
económicas, tan frecuentes y cada vez peores, el capitalismo salvaje se deshace
de todas sus actividades o exige que el Estado lo “rescate”, apelando a que por
causas ajenas a su voluntad, los negocios “marchan mal”. Y ese Estado, tan
amañado con el capitalismo salvaje, en efecto, lo “rescata” con fondos
públicos, formados con los impuestos de la gente. Por ejemplo, recientemente,
por los efectos de la pandemia, un millonario sin escrúpulos como Richard
Branson, dueño de Virgin Galactic, a pesar de poseer más de $5,000 millones de
dólares (mdd) de fortuna personal, exigió que las autoridades inglesas
rescataran su línea aérea, que se había “colapsado” a causa del Covid-19, por
la falta de vuelos, con $300 mdd, menos de la décima parte de su fortuna (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/el-oportunista-capitalismo-salvaje.html).
Pero cuando son “tiempos
de abundancia”, el capitalismo salvaje exige al Estado que le devuelva las
empresas vendidas o que aquél le venda las empresas publicas, pretextando que las
entidades estatales no tienen por qué hacer negocios, sólo deben de contentarse
con vigilar el orden social. El llamado “neoliberalismo”, es la forma de
referirse a ese periodo, iniciado a mediados de los 1980’s, durante el cual,
las economías mixtas, que habían funcionado regularmente, fueron suprimidas y
los países que así funcionaban, vendieron casi todas sus empresas o hasta
infraestructura, con tal de complacer la rapacidad de la llamada “iniciativa
privada” o sea, del ventajoso capitalismo salvaje (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2008/11/el-convenenciero-capitalismo-salvaje.html).
Casi todo se ha vendido
desde que entró en esa fase el capitalismo salvaje, hasta infraestructura, que
debería de ser, por fuerza, un bien público, no un privado, del que se pueda
sacar una ganancia. Por poner un ejemplo, es como si se llegara al extremo de
vender un puente peatonal, cobrando una cuota a los peatones que lo usaran. Pocos
lo emplearían, prefiriendo arriesgarse a cruzar la peligrosa avenida, sobre la
que está construido dicho puente. De momento, no se ha llegado a una situación
tan extrema de privatización, pero ni duda que podría alcanzarse algo así, pues
la voracidad capitalista no tiene límites.
El país en donde se ha
llevado a niveles absurdos la privatización de casi todo, es Estados Unidos
(EU), que hasta presas de agua ha vendido a particulares.
Eso, de ninguna forma
garantiza que tales presas funcionen mejor, pues lo que hacen la mayoría de sus
dueños, es escatimar costos, manteniendo lo mínimo o nada, a esas estructuras
tan importantes, en las que, tal falta de mantenimiento, las lleva a ir
desarrollando fallas que, cuando se descubren, es muy tarde ya para repararlas
o fallan repentinamente.
Es el caso de una presa
en el estado de Michigan, como expone el artículo del sitio digital Gizmodo, titulado
“Debilidad en infraestructura: El colapso de la presa Edenville, localizada en
Michigan, enfáticamente muestra los peligros de la desregulación de Trump”,
firmado por Yessenia Funes.
Eso sucedió a mediados
de mayo, inundando grandes áreas de ese estado. Propiedad de Boyce Hydro, “la
empresa que posee las dos presas, tiene una historia de ignorar regulaciones
federales, diseñadas para prevenir desastres, como las inundaciones”. Y es que
hay una segunda presa aguas abajo, Sanford, también propiedad de Hydro, que, apenas
si soportó la fuerte presión. Pero las inundaciones fueron cataclísmicas.
Justamente un día antes
del colapso, el nefasto Trump firmó una orden ejecutiva para aumentar la
desregulación, “como parte de sus planes para recuperarse económicamente de la
pandemia”.
Y lo ha estado haciendo
con empresas tales como las contaminantes petroleras, a las que ha permitido
que no respeten los protocolos para manejo de gases y/o residuos tóxicos, con
tal de que se “reduperen” (ver: https://earther.gizmodo.com/to-fight-covid-19-trumps-epa-will-bravely-allow-compan-1842525411).
Dice Funes que “tales
acciones amenazan con ocasionar más fallas de estructuras en el futuro. Y,
claro, se culpa a la inusual lluvia del colapso de la presa Edenville, pero ya
era un problema esta presa. “Desde los 1990’s, reguladores federales
advirtieron que la presa no estaba hecha para resistir lluvias torrenciales.
Eso, porque los canales de desahogo, que trabajan para prevenir que el agua se
desborde y se convierta en una catastrófica inundación, no se hicieron para
resistir la ‘probable máxima inundación’, señalaba una queja de la Comisión
Federal Reguladora de Energía. El documento presentaba esos hechos como ‘un
grave, futuro daño para el público’”.
Pero Boyce no hizo caso,
a pesar de que varias veces se le exhortó a que trabajara para resolver los
potenciales problemas. La presa no se modernizó estructuralmente “y eso es un
adelanto de lo que seguirá, si Trump continúa fomentando la desregulación”. Al no
ser obligatorias las regulaciones oficiales, las empresas hacen lo que quieren.
No es el único país en que eso sucede. Por ejemplo, en Italia, el 13 de agosto
del 2018, se colapsó un puente vehicular que, desde que se había privatizado,
la empresa propietaria, no hizo nada por darle el mantenimiento adecuado. Varios
muertos y decenas de autos y casas destruidas, fue el fatal desenlace de ese “descuido”.
Se abrió una investigación para determinar la criminal irresponsabilidad de
Autostrade, la propietaria del puente, la cual, aunque sabía que era inestable,
nada hizo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/cuando-el-mezquino-egoista-interes.html).
Dice Funes que el dueño
de Boyce Hydro, es muy amigo de Trump y nada temía, hasta el día del colapso,
pues la gobernadora del estado, Gretchen Whitner dice que hará todo lo posible
por responsabilizar a la empresa de ese destructivo evento.
Ese colapso ocasionó
que miles de personas fueran evacuadas, arriesgándolas más a contraer el
Covid-19, en estos tiempos de pandemia. Además, la recuperación económica será
lenta y con sucesos como ese, peor, señala Funes. “Para empeorar las cosas, las
corrientes ponen en peligro un sitio de almacenamiento de sustancias tóxicas,
que está aguas abajo, propiedad de la tóxica Dow Chemical Company. Además,
estaba en proceso una limpieza del río Tittabawassee, contaminado justo por los
desperdicios de Dow. Y si las aguas desbordan la contaminación, podría invadir
zonas más alejadas. O sea, un problema que se irá incrementando con los días y
semanas.
Por cierto, que las
empresas químicas y los desastres naturales por contaminación tóxica, siempre
van de la mano. No parecen interesadas en proteger el medio ambiente.
El calentamiento global
hará más frecuentes las súper tormentas, así que las presas de EU (y de todo el
mundo), que no hayan sido diseñadas, se deben de actualizar y reforzar, como
señala Emily Grubert, profesora de ingeniería civil y ambiental. “Sabemos cómo
mantenerlas, pero no estamos siempre dispuestos a invertir tiempo, dinero y
personas para hacerlo. Debemos entender cómo mantener nuestra infraestructura y
que debemos de adaptarnos a los cambios, así como se está produciendo el cambio
climático”. Muy cierto, pues si no se toma en cuenta el cambio climático y, por
ejemplo, las máximas tormentas probables que se originen con tal calentamiento,
los colapsos de presas y de otras estructuras, seguirán incrementándose.
En otro artículo de
Gizmodo, titulado “El colapso de la presa de Michigan, muestra el ‘clásico’
ejemplo de una falla de tierras”, firmado por George Dvorsky, se añade un video
en donde se aprecia el momento, justo, en que la presa falló (ver: https://earther.gizmodo.com/michigan-dam-collapse-video-shows-a-classic-example-o-1843608306).
También, señala Dvorsky,
que es claro que la falta de mantenimiento de esa presa, fue la causa de que
halla fallado. Cita a Dave Petley, geólogo de la Universidad de Sheffield,
quien le comentó que “el video va a convertirse en un clásico de la enseñanza
de fallas geotécnicas, pero también aclara los eventos que llevaron a la presa
Edenville a fallar”. En efecto, en el video se aprecia la forma tan
espectacular y repentina en que parte de la cortina de esa presa se rompe y es
arrastrada por las furiosas aguas.
Si la presa hubiera
sido mantenida correctamente, habría soportado el peso del agua, que, en cierto
momento, superó su altura.
Y debieron de darle
mantenimiento pues era una presa de tierra y mampostería, que databa de 1924.
Por eso requería no sólo mantenimiento, sino modernizar sus estructuras, señala
Petley. “Usted no esperaría que un ferrocarril de 1924 funcionara, sin masivas
adecuaciones”. Si esa presa ya tenía 96 años, mucho más razón había para que se
modernizara masivamente, haber hecho, por ejemplo, una cortina de concreto
armado, paralela a la existente. Pero como eso cuesta dinero y las empresas
privadas tienen como cometido gastar lo menos posible y obtener la máxima
ganancia, ni por asomo habrían hecho algo así.
También insiste Dvorsky
en que el calentamiento global, con el cambio climático, está incrementando
cuestiones como las lluvias o los torrenciales huracanes y tifones y que la
vieja infraestructura de todo el mundo, no sólo de EU, debe de tomar eso en
consideración.
Por ejemplo, una vieja presa
en Inglaterra, recientemente estuvo a punto de colapsarse debido a torrenciales
lluvias, pero fue imposible evitar las inundaciones que se produjeron al
desfogar las aguas, con tal de que la presa no se partiera, las fotos de tales
inundaciones son dramáticas y los afectados exclaman que nunca habían visto
algo así (ver: https://www.theguardian.com/environment/gallery/2020/feb/26/rivers-breach-flood-defences-around-uk-and-ireland-in-pictures).
En México, abundan
presas de ese tipo, muchas de más de cien años de antigüedad, que, muy
seguramente, también serán muy vulnerables al cambio climático, con sus torrenciales
lluvias y/o destructivos huracanes. Y en muchas, se evidencia la falta total de
mantenimiento (en el estado de Hidalgo, por ejemplo, hay varias presas de ese
tipo).
Así que será cuestión de
tiempo cuando nos enteremos de que alguna de esas, o varias, presas fallaron, y
agua y lodo, sepultaron a comunidades enteras.
Contacto: studillac@hotmail.com