Nearshoring y energías “verdes”, mayor dependencia tecnológica y económica de México a EEUU
Por Adán Salgado Andrade
Estados Unidos (EU) siempre ha impuesto primero sus intereses en los planes que hace, según él, para promover un “beneficio mundial”. En este momento de tensiones en que China se ha unido mucho a Rusia, en medio de la invasión a Ucrania, a EU le interesa irse desligando de ese país, que pronto podría desplazarlo en cuanto a actividades económicas.
Tecnológicamente, todavía no lo hace, sobre todo, en las tecnologías de punta. Por ejemplo, China está tratando de hacerse de la tecnología más avanzada para lograr la fabricación de chips – que son indispensables para mucha de la tecnología que se produce actualmente, sean computadoras, electrodomésticos, autos, celulares, Inteligencia Artificial, entre muchas otras cosas –, pero los más avanzados, los que contienen circuitos de tres nanómetros, que son los usados nada menos que en armas, pues hasta la fecha, China sólo puede hacerlos de 26 nanómetros, que sirven para autos eléctricos o electrodomésticos, pero no para armas y, ni siquiera, para celulares de punta. Por eso, China amenaza con invadir Taiwán, porque este país es el líder en manufactura de los mencionados, muy avanzados chips, muy seguramente para apropiarse de sus adelantos tecnológicos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/04/el-retraso-tecnologico-chino-en-la.html).
Por tales razones, es que EU desea irse desprendiendo de la dependencia manufacturera china, ya que las maquiladoras chinas, se han ido apropiando de los principios tecnológicos de las cosas que maquilan. Es lo que se llama asimilación del know how, pues no sólo arman, por ejemplo, un celular, sino que hacen ingeniería reversible para saber cómo funciona y copiarlo o mejorarlo.
Quiere EU hacerse de zonas geográficamente cercanas para maquilar más barato. Es lo que se llama en el argot económico nearshoring, definido como “la necesidad de una empresa de delegar (outsourcing) algún aspecto de sus operaciones a un tercero. Como el nombre sugiere, el tercero es geográficamente cercano a tal empresa. Teniendo un socio cercano, acortará los tiempos de traslado, abaratará los costos de importación y hará que los negocios se efectúen con proveedores más accesibles” (ver: https://usacustomsclearance.com/process/what-is-nearshoring/).
Es la razón por la cual, desde hace años, se ha tratado de establecer en México una zona maquiladora, siguiendo, además, la tendencia de establecer filiales de empresas de países centrales en zonas salariales bajas. No es lo mismo pagar quince dólares la hora en EU, que dos dólares en México, que serían dieciséis por toda la jornada, casi lo de una hora de allá (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2007/11/el-outsourcing-en-r.html).
Eso va acompañado de la tendencia, so pretexto de adoptar energías “verdes”, de impulsar todos los cambios tecnológicos que eso conlleva. En el caso de México, eso lo haría más dependiente tecnológica y financieramente de EU, pues son innovaciones que superan el nivel industrial que poseemos.
Por supuesto que sólo es el pretexto, lo de aplicar las energías “limpias”, pues no se hace por una real consciencia ecológica, sino, simplemente, por hacer buenos negocios, como todo lo que se implementa en el capitalismo salvaje. Si una nueva tendencia deja dinero, se sigue, de lo contrario, aunque genere beneficios para el planeta o para la humanidad, no se adopta. Por ejemplo, el origen de las energías limpias en EU, se debió al potencial de nuevos, buenos negocios que dejarían grandes ganancias (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/05/el-gas-natural-de-esquisto-el-regreso.html).
Todo esto lo introduzco, con respecto a una nota aparecida en el diario La Jornada, firmado por los corresponsales Jim Cason y David Brooks, titulada “Última oportunidad de México para transformar su economía: expertos”, en que aquéllos exponen las opiniones vertidas por empresarios, líderes empresariales, asesores y economistas de que ésta, sería la “ultima oportunidad para México de transformar su economía” (ver: https://www.jornada.com.mx/2023/04/10/politica/005n1pol).
Un minucioso análisis del texto, revelaría hacia dónde quiere EU, junto con sus empresas (y las de otros países “adelantados”, como Canadá), los “asesores” y economistas mencionados, dirigir tal “transformación” de México. Quieren hacerlo a su modo, una mezcla de China, pero sin que alcancemos el desarrollo que ha alcanzado este país y, de paso, usarnos como un nuevo impulso consumista y aprovechar los tratados que tenemos con países con los que EU no tiene contacto directo, para expandir sus propios negocios.
Se cita el comentario de Kevin P. Gallagher, profesor de políticas de desarrollo global en la Universidad de Boston, quien dice que "México está en una encrucijada. La creciente tensión en las relaciones de Estados Unidos con China es tal vez la última oportunidad. Después de lograr altas tasas de crecimiento entre los años 1950’s y 1980’s, el PIB (Producto Interno Bruto) real per cápita mexicano ha crecido muy poco cada año desde 1981. El modelo de las recientes cuatro décadas no ha funcionado. Esta podría ser la oportunidad para hacer la transición de la economía del pasado a la del futuro".
Ese crecimiento se dio, en efecto, mientras China no se había posicionado como la maquiladora mundial que es actualmente. En los 1950’s, México creció bajo la influencia de EU, que estaba contribuyendo a la reconstrucción, luego de la segunda guerra mundial, de Europa y Japón, crecimiento que comenzó a declinar cuando éstos se reconstruyeron, a finales de los 1950’s. Luego, entre los 1960’s y 1980’s, de nuevo, recursos como el abundante petróleo de México, sirvieron para EU, a quien le convenía más el nuestro, que el de la lejana Arabia Saudita, que hasta lo embargó en los 1970’s, al restringir su venta. Fue la época en que EU obligó a sus automotrices a producir autos más eficientes, que usaran menos gasolina, con tal de prescindir del petróleo árabe. Los descubrimientos de los grandes yacimientos petroleros de Chiapas durante el sexenio de José López Portillo (1920-2004), fueron un alivio para EU. Para México, implicaron una efímera época de crecimiento que, en efecto, llegó en algún año al 8 por ciento del PIB. Fue a costa de petrolizarse. Pero como sucede con las economías que se vuelven monoexportadoras, los países “desarrollados”, justo como EU, siempre ven la forma de buscar distintas fuentes para atacar y abatir los precios de productos vitales, precisamente como el petróleo, con lo que ese efímero sueño de grandeza, se disolvió, llevando a una de tantas crisis sufridas por México (dentro de las recurrentes y cada vez más profundas crisis capitalistas mundiales, claro).
En ese entonces, la crisis climática, ni importaba. El negocio era el petróleo u otras energías fósiles, como el carbón. Los productores de estas energías, aunque sabían desde los 1970’s toda la hecatombe climática que crearían, ni se preocuparon, pues antes estaban los negocios (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/las-mafiosas-empresas-petroleras.html).
Pero resulta que ahora la tendencia es ser “verde”. No digo que no sea importante. Lo es, por supuesto. Requerimos reducir lo más posible depredación y contaminación ambiental (nunca habrá cero de ninguna de las dos), para que el planeta siga ofreciendo condiciones para que la humanidad y todos los ecosistemas terrestres y marinos, continúen existiendo. Pero, como ya señalé, no es “conciencia ecológica”, sino negocios los que están guiando esta nueva tendencia.
Véanlo, por ejemplo, con la necedad de que sólo implementando vehículos eléctricos masivamente, se “limpiará” el medio ambiente. No se dice que contaminarán y depredarán de otra forma, fomentando el extractivismo, es decir, las operaciones mineras para extraer litio, grafito, cobalto y metales de tierras raras, necesarios para las baterías que los moverán. Además, si se quieren sustituir los aproximadamente 1,300 millones de vehículos de todo tipo de combustión interna que circulan en el planeta, por puros eléctricos, eso implicará fabricación que requerirá de masiva combustión, la que contaminará más a una ya muy polucionada atmósfera. La depredación de tanto material requerido (metales. vidrios y plásticos para los autos; litio, cobalto, grafito y metales de tierras raras, para las baterías), sería a escala masiva (esos 1,300 millones de autos de combustión interna, se han hecho en el transcurso de los años). Así que el referido impacto ambiental sería brutal, no acorde con lo que se ha fijado para mantener el incremento de la temperatura del planeta a un máximo de 1.5º C (de todos modos, ya han dicho expertos que se puede llegar o incluso rebasar ese límite, en el 2025).
Agréguese algo todavía de más impacto, toda la electricidad que requerirán tantos millones de vehículos eléctricos para funcionar, ¿de dónde saldrá? Con las energías renovables, o sea, las “verdes”, no alcanzará. Por eso es que las petroleras siguen explotando y explorando yacimientos de crudo, a los que llaman los expertos “bombas de carbón”, pues cada uno generará al menos mil millones de toneladas de CO2 durante su “vida útil” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/05/las-petroleras-siguen-con-sus-planes-de.html).
Dicen Cason y Brooks, que “en la Cumbre de América del Norte, en enero, Estados Unidos, Canadá y México acordaron reubicar en esta región hasta 25 por ciento de su producción localizada en Asia. El incremento en este tipo de nueva inversión y migración de plantas, conocida como nearshoring, ya había comenzado antes de ese compromiso”.
Como dije antes, ya estaba, desde hace años, en los planes, hacer de México, una nueva China, ir relocalizando la maquilación de empresas de EU que se hace allá, a México.
Citan a Kenneth Smith Ramos, ex negociador comercial mexicano, “quien actualmente es socio de la consultoría Agon”. Smith recalcó en un foro que se hizo en el Wilson Center de Washington, que ha ido disminuyendo la inversión de EU en México, porque había incrementado en Asia, concretamente en China, pero que ahora EU, Canadá y sus empresas ven la ventaja de la cercanía con México (el nearshoring mencionado) “y que tenemos 14 acuerdos de comercio con 50 países. Esos 50 países juntos representan más de 65 por ciento del PIB mundial”.
Incluso hasta empresarios chinos, dicen los corresponsales, quieren establecer aquí algunas de sus empresas, en caso de que EU ya no quisiera hacer tratos directos con China, Sería una especie de triangulación, venderle desde México.
En efecto, como ya expuse, para el oportunista capitalismo salvaje siempre es una gran “oportunidad”, uno, reducir costos de fabricación y de circulación de las mercancías y, dos, hallar nuevos mercados.
Si aquí se hace la China latinoamericana, matarán dos pájaros de un tiro, como dice el vox populi.
Ah, pero los corresponsales señalan los “peligros” que ven los “expertos” de esas naciones, que podría implicar que México no haga lo que esperan, o sea, sujetarse más a sus reglas. Por ejemplo, no están de acuerdo con que México, como ha buscado el presidente López Obrador, sea más soberano en el manejo de sus recursos.
Dicen los “expertos” que “algunas políticas del gobierno mexicano podrían limitar el potencial económico del país en torno al nearshoring”.
Seguramente se refieren a lo que AMLO ha tratado de hacer en torno a revertir las “reformas” que las pasadas mafias en el poder hicieron al privatizar parcialmente la generación eléctrica o el petróleo. O también que ya nacionalizó el litio, para evitar que transnacionales se apoderen de su producción. O que quiere limitar el extractivismo, pues el daño que hace la megaminería al medio ambiente es irreversible y brutal (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
Y citan los nefastos ataques que Lourdes Melgar (de filiación priísta, quien fuera subsecretaria de Pemex durante el nefasto sexenio de Peña Nieto – 2012 a 2018 –, cuando se hizo la privatización justamente de Pemex, y que actualmente forma parte de Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales) escribió en un informe para el Brookings Institution, de Washington, diciendo que "las actuales políticas de energía de México promueven el uso de combustibles fósiles, minan el mercado de electricidad y frenan el despliegue de energías renovables".
Eso, por supuesto, no es verdad, pues hay varios proyectos, justo como las granjas eólicas, (construidas la mayoría por la española Iberdrola, no por el mencionado espíritu “ecologista”, sino como negocio) o las hidroeléctricas (muchas de las cuales que se dejaron de usar durante el también nefasto sexenio de Felipe Calderón – 2006 al 2012 –, para que Iberdrola pudiera hacer sus negocios eólicos). Y lo de “minar el mercado de electricidad”, lo hace AMLO porque el Estado debe de mantener la rectoría de la generación eléctrica que, como un derecho humano que es, no debe de estar sujeta a la especulación e intereses mezquinos de los productores privados (los prianisperredistas han defendido “como perros” – como dijera el citado López Portillo – los intentos de volver a hacer pública total o parcialmente la generación eléctrica. Por ello, mejor optó AMLO por adquirir la mayoría de las eoeléctricas de Iberdrola).
Pero no se trata más que de simples ataques, de personas como Melgar, ligados a los intereses que han sido afectados por la políticas del incremento de la soberanía que ha tratado de implementar AMLO, como cualquier país que se considere soberano, haría (EU mismo, defiende mucho sus intereses y los de sus empresarios y agricultores. Lo está haciendo, por ejemplo, al tratar de que México siga comprando, por la fuerza, el cancerígeno maíz transgénico, pues, según él, así lo establecen los “tratados comerciales”).
El citado Smith Ramos critica que “vamos a gastar hasta unos 20 mil millones de dólares en una refinería en Tabasco, cerca de 10 mil millones en el Tren Maya en el sureste, proyectos que no necesariamente van a dar los resultados que se desean”.
En cuanto a la refinería, se está construyendo para dejar de importar caras gasolinas, sobre todo de EU. En julio del 2022, importábamos 459.2 barriles diarios de combustibles y actualmente, 375.8, una disminución del 18 por ciento. Tan sólo de EU, importamos $20,513 millones de dólares (mdd) anuales de combustibles. De China, $8,821 mdd. Y de muchos otros, como Japón, Alemania, Taiwán, Brasil… ¡hasta de Siria importamos combustibles! (ver: https://tradingeconomics.com/mexico/imports-of-petroleum-gasoline).
Obviamente la disminución de las importaciones se ha debido a que se han restaurado las refinerías que ya teníamos y lo que producirá la nueva. De convertirnos en autosuficientes en la producción de gasolinas, como desea AMLO, se les caería el negocio a todos los países que nos las venden, EU a la cabeza, que es el que más nos exporta combustibles. Y eso prevé AMLO que sea a finales del 2024.
Así que es bastante extraño que justo cuando estamos a punto de lograr la autosuficiencia en combustibles, ahora EU, sus empresas y “expertos”, digan que debemos de adoptar energías “verdes” cuanto antes.
No es, como dije, por la “conciencia ecológica”, sino que hay que buscar otras formas para forzar a México a que consuma masivamente de nuevo. Si no son gasolinas, serán autos eléctricos, baterías, paneles solares, granjas de viento, de oleaje… cosas que, como dije, por nuestro nivel industrial, tendríamos que seguir dependiendo y adquiriendo de países como EU, Francia, Alemania, Inglaterra, entre otros “adelantados”.
En cuanto al Tren Maya, AMLO lo ve como una forma de desarrollo turístico, quizá no muy adecuada ambientalmente hablando. Pero es lo que muchos países, incluso EU, hacen, tratar de promover sus “atractivos naturales” para atraer a turistas y generar más divisas.
Así que es hipócrita lo que dice Smith Ramos.
Para rematar, el mencionado profesor Gallagher dice que “ no sólo son las empresas estadunidenses las que se preocupan por la energía limpia. A lo largo de los próximos 30 años, el mundo entero va a penalizar a los combustibles fósiles y a promover inversión e incentivos para fuentes de energía renovable, como parte del compromiso de gobiernos, inversionistas y organizaciones internacionales que buscan cumplir con el Acuerdo de París sobre cambio climático”.
Otra sustancial falacia, pues, como ya mencioné, las petroleras, sobre todo de EU, siguen explorando yacimientos petroleros para continuar con sus grandes negocios, inmutables. Y hace poco, Biden, que se siente muy “ecológico”, autorizó la explotación de un yacimiento, nada menos que en una zona natural de Alaska, que será también otra bomba de carbón, por tanto CO2 que generará (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/03/contrario-las-disminuciones-de.html).
Agrega Gallagher que es “inviable” que se quede el petróleo mexicano sin explotar, “pero no puede depender en diez años, a lo mucho, de tal crudo”.
Repito, es una hipocresía, pues no tenemos el nivel industrial, tecnológico, ni económico aún, para hacer una transición total a energías “verdes”. Ni EU, quien ha declarado, según planes de Biden, que para el año 2030, va a bajar a la mitad sus emisiones contaminantes. Y eso que está en la “delantera” en esas tecnologías (ver: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/04/22/fact-sheet-president-biden-sets-2030-greenhouse-gas-pollution-reduction-target-aimed-at-creating-good-paying-union-jobs-and-securing-u-s-leadership-on-clean-energy-technologies/).
Y si tanto interés tiene EU en que nos hagamos “verdes”, que subsidie esa transición. No lo haría pues sería costoso. Sólo piensen en sustituir los alrededor de 51 millones de vehículos de combustión interna que hay en México (ver: https://www.statista.com/statistics/698065/vehicles-in-operation-in-mexico/).
A un promedio de $30,000 dólares cada uno, serían $1,530,000,000,000 dólares (1.53 billones de dólares), que rebasaría el PIB mexicano del 2021, que fue de 1.273 billones de dólares (recuerden que un billón en el sistema decimal, es un millón de millones de dólares, es decir, un uno con doce ceros). Inviable, pero vean el gran negociazo que sería para las automotrices de EU vendernos tantos autos.
Y ni se diga si quisiera EU electrificar con paneles solares los hogares de los aproximadamente 35 millones de familias que hay en México (ver: https://www.gob.mx/conapo/articulos/la-composicion-de-las-familias-y-hogares-mexicanos-se-ha-transformado-en-las-recientes-decadas-como-resultado-de-cambios-demograficos?idiom=es).
Actualmente, costaría alrededor de $50,000 pesos instalar paneles solares en una casa de consumo promedio, unos $2,700 dólares (ver: http://www.tecnoligente.com/cuanto-cuesta-instalar-paneles-solares-en-una-casa-en-mexico/).
A eso debe de agregarse, además, el costo de las baterías que deben de usarse para almacenar la electricidad generada por tales paneles, las que son caras. Según Forbes, un sistema de almacenamiento de baterías está entre $7,000 y $14,000 dólares (ver: https://www.forbes.com/home-improvement/solar/what-is-a-solar-battery/).
Supongamos un promedio de $10,500 dólares. Es decir, para electrificar un hogar mexicano, se necesitarían unos $13,200 dólares (unos 250 mil pesos, razón por la cual es inalcanzable para la mayoría de los hogares mexicanos electrificarse con paneles solares). Muy buen negocio para las empresas que se están dedicando a eso.
Para electrificar a los 35 millones de hogares, se requerirían $462,000 millones de dólares, un 36 por ciento del referido PIB mexicano del 2021.
Así que si EU, con toda su buena fe, quisiera subsidiarnos, no vendernos, la transición a las energías “verdes”, requeriría $1,992,000,000,000 (1.992 billones de dólares), un 8.54 por ciento de su PIB del 2021.
Lo manejé en términos del PIB para que se vea las altísimas inversiones que se requerirían para hacer “verde” a México. Y eso tendría que hacerse con todos los países pobres, justo como México, si es que EU y Europa, los promotores principales de la conciencia “ecológica” (léase nuevos buenos negocios para impulsar el consumismo), y que más han depredado y contaminado al planeta, desean, realmente, mejorar el medio ambiente mundial.
Pero las “ayudas” que destinan EU y Europa para esa transición, apenas son de decenas de millones de dólares. Completamente insuficientes, como pueden apreciar del análisis numérico anterior.
Así que, como ven, no se trata más que de otro plan para seguir controlando neocolonialmente a México (y al resto de los países excolonizados, que son la mayoría), usándolo como zona maquiladora barata, y para impulsar un nuevo consumismo, disfrazado de “conciencia ecológica”.
¡Una hipocresía más del capitalismo salvaje dominante!
Contacto: studillac@hotmail.com