Contrario a las disminuciones de contaminantes, proyecto petrolero en Alaska
Por Adán Salgado Andrade
Estados Unidos (EU), se ha comprometido a bajar a la mitad sus emisiones contaminantes para el año 2030 (ver: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/04/22/fact-sheet-president-biden-sets-2030-greenhouse-gas-pollution-reduction-target-aimed-at-creating-good-paying-union-jobs-and-securing-u-s-leadership-on-clean-energy-technologies/).
Es un plan demasiado ambicioso, más, cuando se están tomando acciones que, para nada, indican que las industrias contaminantes estadounidenses, como la petrolera, realmente busquen contribuir a tal reducción. Hay varias “bombas de carbón”, unas 195, que son yacimientos petroleros, que muchas empresas, sobre todo de EU, seguirán explotando. Cada una de esas “bombas de carbón” emitirá ¡mil millones de toneladas de CO2, durante el tiempo que dure su explotación! (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/05/las-petroleras-siguen-con-sus-planes-de.html).
Y entre tales yacimientos, está uno que recientemente Joe Biden aprobó para su explotación, en contradicción con los “objetivos fijados” para el 2030, nada menos que en Alaska, en una zona prístina de ese sitio, justificando que “traerá desarrollo a la región”.
Esa artera acción, la comenta el artículo de Associated Press, titulado “El proyecto petrolero de Alaska, añade otra preocupación climática”, firmado por Matthew Brown y Becky Bohrer (ver: https://apnews.com/article/oil-climate-biden-alaska-willow-conocophillips-26d8195fec58bb0469ddf46df60a020a).
Una foto aérea del proyecto, llamado Willow, desarrollado por la petrolera ConocoPhillips, abre el trabajo. “Ese proyecto, produciría 180,000 barriles diarios de crudo y emitiría unos 263 millones de toneladas de CO2 durante el tiempo de explotación, treinta años, de los 199 pozos que ya se están perforando”.
Es contradictorio con los objetivos de reducir contaminantes, pero, no, con los de seguir haciendo buenos negocios, con un creciente empleo de las energías fósiles, a pesar de que ya el IPCC (Panel internacional sobre el cambio climático, por sus siglas en inglés), estableció desde el 2021, que de las reservas petroleras actuales, un 60 por ciento deben de permanecer ya sin explotarse, si se desea limitar el calentamiento global a 1.5º C de aquí al 2050.
Pero es claro que ese objetivo, no se logrará, pues primero están los negocios, el business as usual, que sobre todo EU siempre busca.
Además, con el creciente gasto y desperdicio energético, las llamadas energías “verdes” (solar, eólica, oleaje, termal), no son, ni siquiera, apenas suficientes (cuando mucho, en Alemania, que es el país más “verde”, llegan a veinte por ciento, y eso, en verano). En lugar de ahorrar electricidad, por ejemplo, la irrupción de los autos eléctricos, requerirá mucho más generación eléctrica, aunada a la que ya, de por sí, requieren tantos dispositivos electrónicos que usamos, sumando el creciente empleo del internet y de la “recreación” a través de éste, como el streaming. Incluso, la adopción de la llamada Inteligencia Artificial en las máquinas de búsqueda (como Google o Microsoft), requerirá un mayor gasto energético. Los “avances tecnológicos” generarán más y más gasto y desperdicio energético (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/02/la-inteligencia-artificial-incrementara.html).
Por ello fue que Biden no dudó en aprobar ese contaminante proyecto, hecho, como dije, en una zona prístina, justificando, además del “desarrollo económico”, que era un proyecto que ya “existía” y era una “presión dejada por anteriores administraciones”.
Así que el 13 de marzo del 2023, se aprobó, formalmente, que la petrolera comience a perforar contaminantes pozos que, muy pronto, estarán ocasionando daños ambientales a la zona, a pesar de que digan que lo harán “cuidadosamente”, pues tales proyectos son intrínsecamente contaminantes.
Citan los reporteros las declaraciones de Rob Jackson, científico climático de la Universidad de Stanford, quien dice lo que ya había comentado arriba, que ya es tiempo de “dejar gas y crudo en el subsuelo, sobre todo, cuando se están explotando en tierras muy frágiles”.
La secretaria del interior, Deb Haaland, señaló que “se redujo el proyecto original, con menos pozos”. Pero los expertos señalan que tal reducción apenas si disminuiría un 8 por ciento, cuando mucho, las emisiones contaminantes.
Pero lo irónico es que legisladores de Alaska, de ambos partidos, apoyan el proyecto, “pues las entradas de la industria petrolera impulsan el desarrollo económico y ayudan a comunidades remotas a crecer”.
No dudo que mucha gente de ese estado, dé la bienvenida al contaminante proyecto, pues anteponen su bienestar económico. Y es entendible, sobre todo, si siempre han vivido con muchas carencias. Sin embargo, el costo será mayúsculo, no sólo para ellos, sino para todo el medio ambiente planetario.
Pero hay comunidades que viven cerca de las costas, como las representadas por el The Sovereign Iñupiat for a Living Arctic (Grupo Soberano Iñupiat para un Ártico Viviente), que se oponen, indicando que los legisladores “ignoraron el hecho de que cada tonelada de gases efecto invernadero, contribuiría al derretimiento del hielo marino, lo que pone en peligro a osos polares y pueblos de Alaska”.
En efecto, ya muchas comunidades, cercanas a Alaska, como los inuit, están experimentando una subida permanente del nivel del mar en varias playas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/09/los-inuit-de-canada-ya-son-afectados.html).
Como comento arriba, ya se está diciendo que debe de reducirse la demanda energética, no buscar más y más fuentes, para incrementar demanda y desperdicio. El experto energético Jim Krane, citado por los reporteros, lo señala claramente: “los políticos, deberían de centrarse en reducir la demanda”.
Y se habla mucho de los autos eléctricos, los cuáles, por sí mismos, no son la panacea para reducir la contaminación (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-autos-electricos-no-son-la-panacea.html).
Pero, de todos modos, señalan los reporteros, son todavía muy pocos los usados globalmente, “lo que apenas reduciría 2.7 millones de barriles diarios, de los 100 millones que se emplearán para el 2030, que es menos del 3 por ciento”.
“Y que se señale que el proyecto Willow apenas produciría un 0.1 por ciento de las emisiones contaminantes de EU, es una pobre justificación, pues es como decir que es muy poco y que no importa”, señala Jackson.
Tiene razón, pues es como que alguien diga que si tira su basura en la calle, no importará. Pero si es la misma idea de un millón de personas, al final, serán miles de toneladas de basura que se estarán desechando en la calle. La solución sería que nadie tirara ya basura.
Porque así como se autorizó el proyecto Willow, puede hacerse con otros.
De hecho, Biden ha dicho que se “rentarán o venderán” explotaciones ya existentes de crudo y de gas en el Golfo de México. Vaya forma de lavarse las manos, pues no las explotarían empresas estadounidenses, sino las extranjeras que se “animaran” a rentarlas o comprarlas.
Así, bajo ese absurdo, EU diría que ya no está contaminando “directamente”.
No cabe duda que sólo es darle vuelta al asunto, para seguir haciendo buenos negocios, si no con la explotación directa de pozos, con su venta.
Mientras tanto, esa zona prístina, ya se va a explotar. No importa si las emanaciones contribuirán a derretir el hielo que exista allí.
Más importante es que siga el “desarrollo económico”, a costa de la continua degradación y destrucción planetaria.
Contacto: studillac@hotmail.com