La parásita, corrupta casa real inglesa
Por Adán Salgado Andrade
Sólo por publicaciones honestas, se puede uno enterar de los amañados acuerdos que las mafias en el poder de distintos países, imponen para el beneficio de los grupos fácticos en el mando.
El diario inglés The Guardian, es una de tales publicaciones.
Aprovechando el cambio del poder que se hizo en Inglaterra por el fallecimiento de Elizabeth II (1926-2022), está haciendo importantes investigaciones sobre cómo la familia “real” inglesa, obtiene cuantiosos ingresos, además del subsidio público que ese resabio de la era feudal recibe, y que nunca ha querido declarar su origen pues, dicen, es “secreto privado”, como el de cualquier ciudadano. Pero como declaran los reporteros que han estado investigando, no es posible que sigan diciendo eso, figuras públicas tan importantes como todos esos parásitos cortesanos que, finalmente, sirven a su gente, no son meros individuos sin atribuciones gubernamentales. “Si hasta en Estados Unidos, se sabe cuánto ganan los presidentes o cuáles son sus gastos en servicios de seguridad, no es posible que en Inglaterra, se siga pretextando el ‘secreto privado’ para no proporcionar tales gastos”, afirman aquéllos.
Dos recientes artículos comentan sobre los turbios negocios que han generado la riqueza de la casa “real” y sobre el acomodaticio manejo de las “leyes” para seguirse garantizando sus privilegios, sin ser perturbados.
Una de las publicaciones es la titulada “Revelado: la casa real recibió más de mil millones de libras esterlinas de controvertidas propiedades”, firmado por Rob Evans, Felicity Lawrence y David Pegg, quienes inician diciendo que “una investigación revela que los ingresos que recibían de sus ducados el rey Carlos y la fallecida reina, crecieron dieciséis veces durante el reinado de Elizabeth II” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/ng-interactive/2023/apr/05/revealed-royals-took-more-than-1bn-income-from-controversial-estates-king-charles-queen-duchies-cornwall-lancaster).
Muy convenientemente se ilustra ese robo legalizado – que no llegan los reporteros a llamarlo de ese modo, pero que, por la explicación que dan, eso se concluye –, con una composición fotográfica de la corona real, posando sobre decenas de billetes, simbolizando los millones de libras que gana la corona, todo eso, sobre los ducados, que son tierras “pertenecientes” a la “casa real”, llamados así, “ducados”, en donde tienen incontables negocios, desde agroindustrias, hasta departamentos, clubes, castillos medievales turísticos, hoteles… y otros más. Las ganancias que obtienen de todos esos negocios, ni las declaran, no pagan impuestos y, lo mejor, no están obligados a decir en qué las gastan, excepto en lo de siempre, que en sus gastos personales, pago de empleados, de mantenimiento, establos, obras de caridad… “lo que siempre dicen, pero nunca comprueban y no hay forma de obligarlos a hacerlo”.
También tienen construcciones de lujo en Londres, tiendas, inversiones, “pero nada declaran, ni pagan impuestos”.
Al haber fallecido la reina, el rey Carlos III, heredó esos ducados, como dicta la “tradición”. Dicha “tradición”, procede desde la Edad Media, del año 1265, cuando Henry III (1207-127), confiscó tierras de señores feudales que organizaron una revolución para limitar sus poderes. Desde entonces, a pesar de tratarse de una arcaica acción, el ducado de Cornwall y el de Lancaster, formados por múltiples propiedades, tierras, negocios de todo tipo, “son heredados al descendiente masculino de la corona”. Por ello, pertenecen ya a Carlos III, el hijo de Elizabeth, quien ya tiene hecho el testamento para su hijo Williams (es el hermano del controvertido Harry, quien se casó con la “plebeya” Meghan Markle, actriz estadounidense, por lo cual, desheredaron a Harry).
Ese ducado, como señalé, les ha dado a ganar varios millones de libras durante años. Pero esos parásitos insisten en que todo es “legal” y que no tienen que dar cuentas a nadie, pues son asuntos “reales” que ya vienen de “tradiciones”.
Como han sido tan herméticos en revelar en lo que gastan, todo se ha sabido de filtraciones de informaciones. Una de ellas, que la fallecida reina usó 9 millones de libras para “arreglar” la demanda por violación hecha contra el “príncipe” Andrew por Virginia Giuffre, “con tal de proteger a la familia real de un mayor daño a su ya cuestionada reputación” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2022/feb/15/prince-andrew-and-virginia-giuffre-reach-settlement-in-principle).
Vean nada más la poca calidad de esos nefastos parásitos “reales”, que hasta su “mami”, les debe de resolver sus problemas de juniors. ¡Para vomitarse!.
Se muestra una gráfica de cómo fueron incrementando sus gastos desde 1952, que ascendió al poder Elizabeth II, hasta el 2022. El ducado de Cornwall, ha dejado £612,608,642 libras, en tanto que el de Lancaster, £603,623,223 libras, y todo han sido los ingresos que no está obligada a declarar la familia “real”. Es decir, alrededor de 1,216 millones de libras esterlinas.
En comparación un trabajador promedio inglés, habría percibido apenas £1.436 millones de libras durante el mismo lapso. Véanse los contrastes, de ese trabajador, dejando su vida en una fábrica, y esos parásitos, frívolos, “cuyas actividades no están del todo aclaradas, fuera de asistencia a reuniones públicas y protocolarias”.
Aclaran los reporteros que hasta en eso, “hay hermetismo y no están claras las actividades de la casa real”.
No se la pasan de ser socialités, la figura fina de porcelana del país, digamos, su distintivo de rancia, pasada realeza.
Me han dicho españoles, quienes también tienen a una familia real parasitando en su país, que han pugnado por desaparecer ese monumento a un arcaico pasado que se niega a morir, pero que no tiene tampoco funciones reales, fuera de presumir de que todavía hay “familia real”.
Y se ha tratado en Inglaterra de acabar con ese anacrónico privilegio, tanto parlamentarios, así como primeros ministros, pero siempre perdura el, hasta mafioso, poder de la “realeza”.
Esa “realeza” le cuesta al erario, o sea, a los impuestos de los ingleses, actualmente £86 millones de libras al año. En tanto que hay millones de pobres que deben viven en condiciones de miseria. Muchos, han terminado en la calle, a falta de empleo (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/09/riqueza-y-pobreza-en-inglaterra.html).
Si ya es, de por sí, mucho dinero, no se conforman los “reales” y deben de seguir con sus muy lucrativos negocios “personales”.
Justamente para manejar todo ese dinero que obtienen de sus “tierritas y negocitos extras”, es que han mantenido un hermetismo, justificado en que es un secreto “privado” y que si se difundiera, “pondría en peligro a los miembros de la casa real”.
Además, han sido racistas, y nunca colocaron en puestos clave a gente “migrante de color, excepto para los servicios de mantenimiento y limpieza”.
Eso, lo denuncia el diario en otro artículo, titulado “Cómo la familia real británica, esconde su fortuna del escrutinio público”, firmado por David Pegg y Paul Lewis, quienes analizan los cuestionables y hasta ilegales medios que los “reales” usan para no exponer su riqueza (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2023/apr/05/how-the-british-royal-family-hides-its-wealth-from-public-scrutiny).
Narran cómo les ponen demasiados obstáculos para averiguar el origen de sus ingresos “no declarados, ni tasados con impuestos y, mucho menos, en qué exactamente gastan todo el oneroso subsidio federal, así como lo que obtienen de sus ducados”.
“Preguntas como ¿cuánto dinero costará la coronación del rey Carlos III al público?, ¿cuánto pagará ese rey de impuestos de su ingreso personal?, ¿cuántas bodas han atendido los ‘trabajadores reales’ como el Duque de Gloucester o el de Kent, durante los pasados cinco años?, ¿cuánto les pagaron por hacerlo?, ¿cuánta renta pagan la princesa Beatriz y Eugenia, que no son empleadas reales, por vivir en los palacios reales?, son preguntas que The Guardian ha hecho al Palacio de Buckingham, para las cuales ha recibido respuestas como ‘pregunten a alguien más’, ‘busquen por ustedes mismos’ o simplemente ‘no tienen el derecho a saberlo’. Pero diferimos. Y aunque las ceremonias para honrar a la fallecida reina fueron fastuosas, celebrando de que no se metía en política, o que llevó un gran reinado, nadie mencionó que cuidó mucho los secretos familiares, lo que ha privado a los ingleses hasta de la información más básica sobre la monarquía”.
Dicen en el palacio que los archivos “son públicos, pero cuando uno solicita revisarlos, les pretextan que pertenecen a los Windsors”.
Por decreto judicial, sus componendas son “secretas”, nadie tiene autorización a verlas, sino hasta después de 90 años, “y cuando se piden, resulta que son propiedad privada”.
Hasta a la BBC han censurado, cuando se han atrevido algunos de sus conductores a cuestionar sus sucias prácticas.
Por eso “The Guardian ha iniciado su investigación sobre el Costo de la Corona, pues ni siquiera informan sobre lo que gastan en seguridad, con el pretexto de que eso ‘dañaría a la familia real’, siendo que presidentes como los de Estados Unidos o Francia, sí lo hacen”.
En México, López Obrador, desde el inicio, dijo cuánto ganaría, y ha sido muy abierto en informar lo que gasta en su guardia personal, que se redujo de 20 a 15 personas, ganando cada uno, un promedio de $45,960 pesos al mes, lo que hace un gasto total de $800,000 pesos mensuales (ver: https://politica.expansion.mx/presidencia/2020/08/18/ayudantia-de-amlo-cuesta-800-000-mensuales-en-sueldos-al-erario).
Lo que hasta ahora han podido averiguar los reporteros de The Guardian es gracias a que han levantado demandas exigiendo el derecho a la Libertad de Información, pero con muchos obstáculos. Por ejemplo, trató la “realeza” de ocultar una serie de cartas enviadas por Carlos III entre el 2006 y el 2009, en que sugería al ministro de salud que se “experimentara”, con el dinero de la gente, claro, con medicinas “alternativas” o al ministro de vivienda, que su fundación caritativa (la del rey) propusiera diseños para “mejores casas”. Los llamaron los “memorándums de la araña negra”, pues Carlos se estaba entrometiendo en cosas que no eran de su incumbencia. “Y a pesar de que gastó la casa real £400,000 para mantener secretos esos memorándums, ganó el derecho a la información invocado por The Guardian” (ver: https://www.theguardian.com/uk-news/2015/jun/04/black-spider-memos-second-batch-of-prince-charless-letters-released).
A pesar de ese hermetismo, The Guardian y otras organizaciones, se han propuesto romperlo, “pues no es rudeza, no es descortesía, es importante, puesto que la forma en que somos gobernados, importa, y la forma en que nuestra constitución trabaja, es importante”, como ha dicho David Dimbleby, comentarista de la BBC, citado por los reporteros, quien también afirma que el “ducado de Cornwall, debería de pagar impuestos”.
En fin, es de esperarse que, siendo Inglaterra un supuesto país “democrático”, se acaben con los privilegios de los parásitos “reales”.
Por todo ello, en verdad, cabría preguntarse, ¿qué esperan los ingleses para deshacerse de esa parásita “familia real”?
Contacto: studillac@hotmail.com