jueves, 27 de octubre de 2022

Crece la acción de una bacteria comedora de carne por el calentamiento global

 

Crece la acción de una bacteria comedora de carne por el calentamiento global

Por Adán Salgado Andrade

 

El calentamiento global está provocando que patógenos puedan esparcirse a zonas que antes, eran impensables, pues se trataba de sitios fríos. No sólo eso, sino que al derretirse los glaciares y los polos, pudieran surgir dormidos gérmenes que podrían desatar la siguiente pandemia (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/10/la-siguiente-pandemia-podria-provenir.html).

Hongos microscópicos infecciosos, como el que provoca la fiebre del valle, en California, también se están extendiendo geográficamente, gracias al citado calentamiento (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/09/la-fiebre-del-valle-ocasionada-por-un.html).

Y van surgiendo más y más gérmenes que se benefician de las altas temperaturas. Otro de ellos es una bacteria comedora de la piel, como expone el artículo del portal Wired, titulado “Después de las inundaciones, viene la bacteria comedora de carne”, firmado por Meghan Herbst, quien agrega que “el huracán Ian, desparramó una mortal vibrio bacteria a su paso. Tal bacteria, será una creciente amenaza al hacerse el planeta más caliente y húmedo” (ver: https://www.wired.com/story/hurricane-ian-flood-flesh-eating-bacteria-vibrio/).

Una microfotografía de varias letales bacterias, inicia el artículo. Varias veces aumentadas, se asemejan a gusanos morados, que no parecieran implicar un peligro hasta mortal. Pero lo son.

Dice Herbst que “en septiembre, el huracán Ian, golpeó la zona suroeste de Florida, trayendo consigo una tormenta que levantó la marea 4 metros, en el pueblo costero de Fort Myers. Agua caliente, salobre, inundó casas y negocios, así como drenajes, sistemas de bombeo de aguas negras y fosas sépticas. Mientras los vientos torrenciales y la lluvia, mezclaron todo junto en un gran lodazal, una criatura microscópica muy adaptable, se afincaba, una bacteria comedora de carne llamada Vibrio vulnificus. Veintiocho personas se infectaron con esa bacteria, la que rápidamente puede degradar las células, drenar hierro de la sangre y llevar a la falla de múltiples órganos. Siete de los infectados, murieron. James Williams, un especialista medioambiental del Departamento de Salud de Florida, dice que ‘Cuando usted se encuentra en un ambiente tropical, con agua estancada que está muy contaminada, con desechos y cuantas otras cosas se estén cocinando con el intenso sol, es el perfecto coctel para que se desarrolle esa bacteria’”.

Y aunque las infecciones bajaron cuando las aguas cedieron, muchos científicos creen que el V. vulnificus y sus cepas, que incluyen otras once vibrio especies dañinas a los humanos, estarían en aumento, pues el cambio climático está alterando la distribución marina. Por ejemplo, al elevarse los niveles del mar, más tierra será cubierta por aguas, cada vez más calientes y saladas que, como señalé, benefician a la mencionada bacteria. Como los océanos se calientan, esas bacterias se están desplazando incluso más al norte, a sitios en donde antes reinaba el frío. “Esas bacterias también son halofílicas, o sea, que se dan muy bien en agua algo salada, como las aguas que inundaron vastas zonas, luego del huracán Ian”.

Se calcula que hay más de 100 especies conocidas de bacterias vibrio “y una fracción, provoca daños al ser humano, como la Vulnificus o la V. cholerae, que provoca el cólera. En Estados Unidos (EU), la EPA (agencia para la protección ambiental), calcula que para el año 2090 (si es que llegamos a ese año), las enfermedades ocasionadas por vibrio bacterias, se podrían incrementar de 50 a 100 por ciento”.

Y eso, nada más en EU. En el resto del planeta, las infecciones también se incrementarán proporcionalmente, aunadas a tantos otros patógenos, a los que les beneficiará mucho un mundo más caliente.

Como señalé, en sitios antes fríos en todas las épocas del año, ya se han dado infecciones por vibrio bacterias. Como en Escandinavia, citado por Herbst, “en donde, en el 2014, se dio un brote, que infectó a casi 90 personas que vivían a no más de 160 kilómetros del Ártico. La culpable fue una persistente oleada de calor, la que ocasionó temperaturas que alcanzaron niveles nunca antes experimentados en esa región”.

Como señala Dayle Daines, microbióloga de la Universidad de Virginia, citada por Herbst, “si usted tiene una corriente de agua y una onda de calor, usted puede tener vibrio bacterias. Y hasta ir a la playa es riesgoso”.

Las inundaciones incrementan el contacto de la gente con la bacteria, por lo que se incrementa el riesgo, al tener que caminar entre tanta agua estancada, mezclada con aguas negras, basura y otras cosas. Además, como hay otras bacterias, muchas resistentes a los antibióticos, “las vibrio bacterias intercambian material genético, adquiriendo las características de aquéllos patógenos con los que se cruzan”.

Como puede verse, todo eso está llevando a crear súper bacterias, súper hongos, súper virus… que cada vez serán más difíciles de combatir con los medios que tenemos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/12/la-fortalecedora-evolucion-de-bacterias.html).

Daines señala que por la inundación dejada por el huracán, la gente tuvo que caminar entre aguas estancadas, contaminadas, saladas y calientes y si tenían alguna escoriación o herida “por allí puede infectar la V. vulnificus. Su ciclo reproductivo completo es de sólo veinte minutos, lo que toma desprevenida a la víctima, que cuando ve la zona infectada, roja y con algo de pus, piensa que es leve. Pero es tiempo de ir al doctor, antes de que se agrave”.

La bacteria es hábil para evadir nuestras defensas pues forma una biopelícula, una mezcla de azúcares, proteínas y grasas, que la protegen. O también vive en microorganismos que tampoco pueden matarla. Cuando entra en la piel, comienza un proceso de necrosis, llamado fasciitis, debido al cual, “las células rápidamente se degradan y mueren. Se forman zonas moradas. Al mismo tiempo, es capaz de atacar los glóbulos rojos, despojándolos del hierro. Y en poco tiempo, puede generar una sepsis, o sea, una infección generalizada en todo el cuerpo. El promedio de mortandad es de un 35 por ciento. Pero en organismos más sensibles, como en gente con problemas inmunológicos, ese porcentaje puede ascender a 50 por ciento”.

A diferencia del cólera, que afecta principalmente a regiones pobres del planeta, el V. vulnificus está afectando a gente de todas las condiciones, en todo el mundo. Y también puede transmitirse por comida contaminada, como mariscos (eso lleva a pensar que cada vez es más peligroso comer pescados y/o mariscos, pues cada vez están más contaminados por tantos gérmenes, además de los microplásticos).

Y sólo pueden combatirse con antibióticos “y eso, si no son resistentes a ellos. Un estudio aisló esas bacterias de ostiones contaminados y halló que 50 por ciento de ellas eran resistentes a dos o más antibióticos”.

Por ello es que Daines recomienda tener cuidado con la comida, sobre todo, la marina, no comerla cruda, no beber agua contaminada, hacer caso a los reportes públicos que adviertan sobre alimentos contaminados y usar sandalias, al caminar por la playa, “para evitar cortadas en las plantas de los pies y que por allí pueda introducirse”.

Como ya señalé, esas bacterias y otros patógenos se multiplicarán, debido al calentamiento global. “Serán muy comunes en épocas venideras y será inevitable”, dice Herbst.

Señala Daines que “esas bacterias, solo tratan de sobrevivir, como nosotros hacemos. Y nosotros somos parte de su menú de sobrevivencia”.

En efecto, hemos ya saqueado y depredado tanto al pobre planeta, consumido masivamente sus recursos, que ya está buscando que también, nosotros, sirvamos de alimento.

Y si morimos y desapareceos por millones, ni modo.

Es lo justo.

 

Contacto: studillac@hotmail.com