martes, 19 de octubre de 2021

La crisis energética mundial provocada por la pandemia

 

La crisis energética mundial provocada por la pandemia

Por Adán Salgado Andrade

 

La pandemia, que aún sigue, ha ocasionado muchos otros problemas, además del de salud. Uno de ellos, la severa crisis económica, pues a nivel mundial, negocios, empresas y trabajadores, redujeron sus actividades o cerraron – algunos negocios o empresas que quebraron –, dejando sin empleo a millones de personas en el mundo.

En Estados Unidos, gente de la clase media, que siempre había estado bien o sin fuertes problemas económicos, debió de acudir a bancos de comida, con tal de recibir alimentos, para contar, al menos, con ellos, pues perdieron sus empleos millones. Y, según recientes testimonios de un amigo que se fue a vivir allá, esos bancos de comida, siguen funcionando, pues sigue habiendo “inseguridad alimentaria” en el supuesto país “más poderoso del planeta” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/10/inseguridad-alimentaria-en-estados.html).

En México, también la pandemia ha provocado una crisis económica, aunada a la que, de por sí, ya existía. Cientos de familias perdieron sus fuentes de trabajo, lo que las llevó a quedarse sin casa, incapaces de seguir pagando renta o el crédito, a no comer, a no curarse y otras graves carencias (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/03/la-pandemia-y-sus-estragos-economicos.html).

Otro rubro que ya está afectado por la emergencia sanitaria, es la producción de alimentos, los que, tanto por la falta de trabajadores, disminución de la demanda, sequías o huracanes, se han visto afectados (ver: https://academic.oup.com/fqs/article/4/4/167/5896496).

Muchos sectores industriales, también tienen problemas, por la baja demanda. Por ejemplo, los chips computacionales, que actualmente se aplican en casi todas las cosas (autos, electrodomésticos, computadoras, maquinaria industrial, maquinaria agrícola, celulares, barcos, aviones, armas…), han estado muy escasos. Fábricas de autos, han cerrado parcialmente sus actividades o han rediseñado sus vehículos, para que usen menos chips (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/04/la-escasez-de-chips-ha-detenido.html).

Igualmente, la producción energética, se ha visto afectada, pues por factores como la baja demanda durante las peores fases de la pandemia, el que no se hallan repuesto los inventarios, la falta de trabajadores y que, de repente, se está dando una “recuperación” de la economía a nivel mundial, están ocasionando una escasez que, de acuerdo con algunos expertos, podría extenderse todo el año entrante. Es lo que expone el artículo de la agencia Associated Press, titulado “Una escasez energética, pega a la recuperación económica mundial al acercarse el invierno”, firmado por David McHugh, Colleen Barry, Joe McDonald y Tatiana Pollastri (ver: https://apnews.com/article/coronavirus-pandemic-lifestyle-business-russia-health-70b97e36da53f62eba588b44f2b394bc).

Una foto inicial, muestra vapor saliendo de torres enfriadoras empleadas en una planta carboeléctrica china, o sea, que funciona con carbón. Como China ha tenido muchos apagones, tanto en sus industrias, como domésticos, ha recurrido, de nuevo, al carbón, y dice que, a pesar de haber afirmado que dejaría de construir nuevas plantas eléctricas de carbón, optó por seguirlo haciendo para “resolver” su crisis eléctrica (ver: https://www.theguardian.com/environment/2021/oct/12/china-coal-fired-plants-uk-cop26-climate-summit-global-phase-out).

Eso, contribuirá a seguir aumentando el CO2 arrojado a la atmósfera y a seguir calentando al planeta. Y las peores estimaciones, que nos calentaremos 4º C más, es muy probable que se cumplan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/08/la-crisis-climatica-es-irreversible-y.html).

Dicen los reporteros que “los cortes de poder están apagando luces y cerrando fábricas en China. Los pobres en Brasil, deben elegir entre comer o pagar electricidad. Los granjeros alemanes que cultivan maíz y trigo, no encuentran fertilizante, que se fabrica usando gas natural. Y hay temores en Europa de que tendrá que racionarse la electricidad, si viene un frío invierno. El planeta está atrapado en una escasez energética, en donde falta gas natural, petróleo y otros combustibles, los que mantienen la economía global funcionando y las luces y el calor en nuestros hogares. Ya que se acerca el invierno, eso significa pagos más altos, productos más caros y una creciente preocupación de cómo consumidores de energía como Europa o China se recuperarán de la pandemia dejada por el Covid-19”.

En efecto, la “recuperación económica”, si es que así se le puede llamar a este periodo, que aún cursa con una pandemia, está, entre otras cosas, elevando los costos de producción, pues, al haber un brinco de la demanda, obviamente, se encarecen los costos. Piensen en el restaurantero que apenas si hacía veinte comidas al día, durante el encierro y que, de repente, porque la gente ya esté regresando a trabajar o a sus actividades usuales, que ahora prepare cien. Todo lo que emplea, subirá, más costo de lo que compre, más transporte para sus insumos, más gasolina, más trabajadores. Así que tendrá que dar más caras sus comidas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/06/la-logistica-capitalista-se-afecto.html).

Sucede lo mismo, a nivel internacional, pero además de que los costos suben, no siempre se contará con las cosas que se requieren. Es, precisamente, lo que mencionan los reporteros, que como los energéticos se emplean para todo, transporte, fabricación de máquinas, de alimentos, producción de electricidad, agricultura, ganadería… ¡todo depende de las energías, las que, mayoritariamente, siguen siendo fósiles!.

Citan que, como no hubo suficiente viento en la pasada temporada, las granjas eólicas europeas, “no produjeron suficiente electricidad”. Y aquí, aprovecho para comentar que a pesar de que, supuestamente, las energías verdes se han desarrollado mucho, tienen muchos inconvenientes. Si no hay suficiente sol, como en invierno, los paneles solares, generan menos electricidad. Y si no hay suficiente viento, las granjas eólicas, tampoco lo hacen (ver: https://www.wired.com/story/the-grid-isnt-ready-for-the-renewable-revolution/).

Y, en mi opinión, ante las crecientes demandas energéticas, por mucho que se ahorre energía, harán imposible que sólo se empleen energías verdes. Seguirán usándose las fósiles. Como dice el profesor Vaclav Smil, “de nada sirve hacer autos más eficientes energéticamente hablando, si ahora se fabrican muchos más millones que en los años 1950’s, cuando eran más desperdiciadores los autos, pero eran muchos millones menos” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/01/vaclav-smil-y-la-ciencia-consciente.html).

Se nota la dependencia que todavía tiene Europa del gas natural “y que el 90% del que consume, lo importa de Rusia. Ha subido ese energético cinco veces más, desde el comienzo del 2021, lo que ha encarecido muchísimo la electricidad, a unos 19 euros por megawatt-hora”. De hecho, en España, tanto por la corrupción de las generadoras de electricidad, así como por el alto costo del gas natural, ha subido muchísimo el costo de ese imprescindible servicio (ver: https://elpais.com/economia/2021-09-19/como-afecta-en-mi-factura-de-la-luz-la-subida-del-precio-del-megavatio-hora.html).

Y la producción alimenticia, como ya señalé, también se está encareciendo. “La cadena de producción alimenticia italiana, ha sido duramente golpeada, con los precios del metano que subirán hasta seis veces y eso encarecerá el costo de deshidratar los granos. Eso, eventualmente, podría subir el costo del pan y la pasta en los supermercados, pero los productos cárnicos y lácteos, son más vulnerables, puesto que los productores de carne y leche, serán forzados a pagar más por el grano que usan para alimentar a sus animales, costos que pasarán a los consumidores”.

Como se ve, en efecto, el consumidor final, sufrido y estoico, es el que paga todas las alzas. Los productores, con tal de no perder, nos pasan sus crecientes costos. Pero, nosotros, no podemos incrementar nuestros mermados salarios.

En México, también se está resintiendo el costo de la “recuperación”, pues alimentos básicos como tortillas, pan, granos, vegetales, han ido subiendo, no sólo porque no sean de “temporada”, sino, aunque lo sean, están incrementando sus costos. Nuestro problema es que ni siquiera en granos básicos, como producción de maíz, somos autosuficientes y han ido creciendo las importaciones de ese vital grano, del que México, es su origen (ver: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/10/07/economia/mexico-rompe-record-en-importaciones-de-los-granos-basicos/).

Es que todo se relaciona en este mundo tan globalizado. Y si, por ejemplo, en Estados Unidos hay una fuerte sequía en California, en donde se produce maíz, como México lo importa, por no producir suficiente, lo compraremos más caro, pues allá se está escaseando. Independientemente de que en México, los problemas del campo son históricos y estructurales, la realidad es que cada vez se producen menos alimentos en aquél, debido a sequías, desertificación de tierras, combinada con un cada vez más bajo rendimiento, emigración de campesinos a las ciudades o a Estados Unidos y así (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2007/12/apertura-total-del-agro-mexicano-al-tlc.html).

Por ello, precios de petróleo y gas natural, por esta emergencia mundial, están incrementándose mucho. “El precio del barril de petróleo estadounidense es de 85 dólares, mientras la marca de referencia, el Brent, es de unos 85 dólares. Por ello, la OPEP, ha actuado con cautela y no ha querido subir los recortes impuestos durante la pandemia, cuando el precio del barril de petróleo, hasta llegó a negativos”.

En efecto, durante la pandemia, era tanto el petróleo producido que no se vendía, que hasta se debía de pagar por almacenarlo (ver: https://globalriskinsights.com/2020/05/making-history-coronavirus-and-negative-oil-prices/).

Al no haber fertilizantes, que se producen con amonio, “las siembras rendirán menos, como señala el granjero alemán Hermann Greif. Además, los tractores, funcionan con diésel. Si paran, tampoco habrá cosechas. En Italia, el costo de la electricidad para procesar maíz y trigo, para convertirlos en harinas, para alimentar al ganado, se ha incrementado 600%”, anotan los reporteros.

Además, ya que se ha anunciado que se espera un invierno más frío – producto del calentamiento global, aunque parezca increíble, pues el deshielo de polos y glaciares, produce frío excesivo, que es conducido por vientos a Europa y a Estados Unidos –, la gente empleará más electricidad para sus calentadores. Una buena amiga que vive en Macedonia del Norte, me dice que ahora está pegando un invierno adelantado y muy crudo, con temperaturas de hasta menos once grados centígrados. Su cuenta de electricidad mensual es de 150 euros ($3,532 pesos) en estos días, cuando que, en verano, paga no más de 50 euros ($1,178 pesos), o sea, tres veces menos, una considerable diferencia.

Como es Rusia la que, principalmente, surte a Europa de gas natural, “podría imponer ciertas condiciones para hacerlo”. Sí, podría pedir que le autoricen a construir un nuevo gasoducto, el Nord Stream 2, “al que Europa ha objetado muchas coas, entre ellas, que no es ecológico”.

Muchas fábricas en China, han debido de cerrar, por falta de electricidad o han disminuido su producción. No sólo está usando más carbón, “sino que sus importaciones de gas natural se han disparado, como también ha sucedido con Japón, Surcorea y Taiwán. “Eso, igualmente, ha contribuido a subir considerablemente los precios mundiales de ese energético”.

Es lo que pasa en Brasil, en donde, por los altos precios de la electricidad, los más pobres, siempre, los más afectados en toda esta escasez, deben decidir entre comer o pagar su factura de luz. “La compañía de luz, me está cobre y cobre, pero les digo que no tengo dinero, que si les pago, no tendré para darle de comer a mis hijos y nietos. Si quieren cortármela, que lo hagan, ya no me importa”, citan los reporteros a Rosa Benta, una mujer de 67 años, que es la única que puede mantener a sus hijos y nietos, los que, en este momento, están desempleados. “No sé qué va a pasar con nuestras vidas”, agrega.

Sí, es claro que, con tantos y muy graves problemas ambientales, energéticos, económicos, sanitarios, de pobreza y otros, cortesía del capitalismo salvaje, el futuro global de la humanidad es cada vez más incierto y obscuro.

 

Contacto: studillac@hotmail.com