martes, 1 de junio de 2021

La logística capitalista se afectó durante la pandemia

 

La logística capitalista se afectó durante la pandemia

por Adán Salgado Andrade

 

El mundo está ligado y determinado por la producción de mercancías, su distribución y consumo. Cuando alguno de estos factores falla, se generan problemas. Por ejemplo, cuando se afecta el consumo, que es la causa más frecuente de problemas, se originan las crisis, porque no todos los artículos sobreproducidos se adquieren, pues superan al consumo real.

Si hay problemas de distribución, entonces, las mercancías no desplazadas, serán una pérdida, pues habrán perdido la oportunidad – si es que la tuvieron – de ser consumidas. Un ejemplo de esto, son todas las cosas que están varadas en el carguero Ever Given, el que encalló en el Canal de Suez hace unos meses. Por las cuestiones legales, de que los propietarios deben de pagar multas, sigue ese barco detenido y las miles de mercancías que se hallan en él – electrónicos, partes de autos, alimentos, entre  muchas otras –, no podrán distribuirse. Quizá algunas ya, cuando se libere, no sirvan más o se hayan echado a perder, si eran alimentos congelados (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/04/los-sobrecargados-barcos-mercantes.html).

El otro problema, es la fabricación de cosas. La llamada división internacional del trabajo, que es la que ha dividido distintas funciones de fabricación entre los países de todo el mundo, está ligada muy cronométricamente entre sí. Si una parte de un auto, por ejemplo, una computadora, que se fabrique en Japón, no se entrega a tiempo, eso ocasionará un grave problema, pues la fabricación de vehículos de una automotriz, Ford, digamos, no podrá continuar, a falta de esa pieza.

Y es que durante los meses más crudos de la pandemia, el consumo de casi todo, disminuyó drásticamente. Por eso, muchas empresas decidieron disminuir al mínimo la producción, con el problema actual de que, en el resurgimiento, no están rindiendo a lo que deberían.

De hecho, la escases de chips de todo tipo, debido a la pandemia, ha ocasionado que no sólo las automotrices, sino otras empresas, como fabricantes de computadoras o consolas de videojuegos, estén paradas o trabajando muy lentamente (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/04/la-escasez-de-chips-ha-detenido.html).

Pero no sólo ha sucedido las escasez con los chips, sino que muchos procesos de fabricación han sido afectados, como expone el artículo de Bloomberg, titulado “La economía mundial está, de repente, escasa de todo”, firmado por Brendan Murray, Enda Curran y Kim Chipman (ver: https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-05-17/inflation-rate-2021-and-shortages-companies-panic-buying-as-supplies-run-short).

Dicen los reporteros que esta situación “no es eficiente, ni normal, pues la repentina demanda de empresas supera las cadenas de distribución”.

“Hace un año, debido a la pandemia, eran los consumidores los que estaban realizando compras de pánico. Hoy, en el repunte, son las empresas las que, furiosamente, están tratando de almacenar”.

Eso, porque, al final de este pandémico ciclo, en efecto, muchos consumidores que no pudieron comprar, por ejemplo, una computadora, un celular, ropa… por distintos factores – falta de empleo, preferencia de comprar sólo lo necesario, ante un incierto futuro, porque prefirieron esperar –, ahora, lo harán. Y serán millones, superando las existencias de las empresas que esperaron a mejores tiempos para fabricar sus respectivas mercancías. “Fabricantes de colchones, de autos, de papel aluminio, entre otros, están adquiriendo más material del que necesitan, para que puedan satisfacer la creciente demanda y no quedarse a medio camino. Ese frenesí está llevando al colapso a las cadenas que los surten. Falta de insumos, problemas de transporte y subida de precios, están cerca de niveles tan altos, como nunca se habían visto antes, lo que lleva a pensar que una economía tan sobrecargada, podría disparar la inflación”.

Y sería una consecuencia de un alza tan súbita de la demanda, el incremento de los precios, pues eso implica que quienes surten tales materiales o mercancías, deben de gastar más en trasporte, almacenamiento, gastos de producción y comercialización. Imaginen que ustedes venden tortas, cien diarias, pero, de repente, sube la demanda a quinientas diarias, porque ya llegó más gente a vivir por allí, donde tienen su negocio. Gastarán más en comprar el pan, los ingredientes, en el gas para hacerlas, en almacenar lo necesario, en contratar quizá un empleado, así que, dentro de la lógica de la ganancia capitalista, no podrían darlas al mismo precio, pues sus costos para producir las cuatrocientas adicionales, se incrementan. Eso está, justo, sucediendo con la súbita demanda, de la que hablan los periodistas.

“Cobre, hierro, acero, café, maíz, trigo, soya, madera, semiconductores, plástico (hasta este contaminante material) y cartón para empacar, todos están escasos. Eso lo dicen personas como Tom Linebarger, jefe y ejecutivo del fabricante de generadores Cummins Inc., quien afirma que los clientes ‘están comprando todo, pues predicen que habrá una gran demanda’. Y se piensa que esto durará hasta el 2022”, citan los reporteros.

Los alimentos, en efecto, están encareciéndose mucho, tanto por el incremento de la demanda, así como por factores como sequías, menor rendimiento de tierras, desastres naturales y otras cosas (ver: http://www.fao.org/news/story/en/item/1393083/icode/).

Y es que una súbita demanda, como la que se está dando, puede llevar a que las cosas se “normalicen” hasta pasado un año o más, pues no es tan sencillo fabricar, por ejemplo, un chip computacional, si no se tienen, para comenzar, las materias primas esenciales, como las tabletas de silicio, capacitores, circuitos, soldadura, maquinaria muy especializada, que no puede acelerarse, de repente, y así.

Por lo que la recuperación de la fabricación y la consecuente oferta, son graduales. La fabricación de un barco o de un avión, requiere años para hacerlos. Por eso, cuando las aerolíneas realizan pedidos de nuevos aviones, lo hacen con dos o tres años de anticipación. Igualmente sucede eso con los barcos, más ahora que “al incrementarse los pedidos, se debe de incrementar la capacidad de transporte”, se señala en el artículo.

Por ejemplo, en cuanto al transporte, “la larga flota europea de camiones Girteka Logistics, señala que han tenido problemas para satisfacer la demanda. La Monster Beverage Corp., de Corona, California, tiene problemas para envasar sus bebidas, por falta de aluminio. La empresa de Hong Kong, MOMAX Technology Ltd., fabricante de electrónicos para el hogar, está retrasando el lanzamiento de un nuevo producto, por la escasez de semiconductores”.

Otras situaciones, además de la pandemia, han ocasionado problemas en las cadenas de suministro, como el mencionado encallamiento del Ever Given, la larga sequía, que afecta a varios países, la inusual helada que azotó a Texas, parando la producción de petroquímicos en febrero. También, el hackeo que se hizo de Colonial Pipeline, la surtidora de gasolina a medio Estados Unidos, que elevó los precios a más de tres dólares por galón. Y, por último, el incremento exponencial de la pandemia en la India, que amenaza a sus puertos. Todo eso se ha sumado a la crisis que ya existía por la emergencia sanitaria mundial.

Hay un indicador económico en Estados Unidos, el Logistics Managers’ Index, que mide los costos de transportación, almacenamiento e inventarios, factores principales en los que descansa la producción de mercancías, y está “en su segundo más alto nivel desde el 2016”.

Y es que para todas las empresas, esos factores, son primordiales. Volviendo al ejemplo de las tortas, que les menciono arriba, tendrían siempre que estar viendo cuántos ingredientes tienen, como la mayonesa, los chiles, el jamón, el queso, entre otros, que serían sus inventarios. Los tendrían que guardar, unos en alacenas, otros, en refrigeradores, lo que sería su almacenamiento. Y tendrían que pagar por el transporte. Evidentemente, todo eso se incrementaría, si de repente deben de hacer las quinientas tortas a diario. Repito, serían costos extras. Piensen en que si no tienen espacio suficiente para almacenar, tendrían que comprar más alacenas o refrigeradores. Se incrementarían sus gastos de luz, por éstos. Sus inventarios subirían, al tener más productos para hacer las tortas, pero gastarían más para adquirirlos. Y el costo del transporte, también subiría, pues a diario tendrían que comprar 500 teleras, más los otros ingredientes. Quizá tendrían que usar más de un vehículo para transportarlas o por ser cinco veces más cantidad, el transportista les cobraría extra.

Como ahora se han incrementado las ventas por línea, “las empresas mantienen bodegas en donde se pueda, con tal de surtir lo antes posible el producto pedido y, además, que se encuentre en existencia”. Y es que las ventas en línea, se han vuelto el ideal de este sistema de consumo compulsivo. Basta pedirlas apretando un botón en el portal correspondiente, pagar y ¡listo!, esperar cómodamente en nuestros domicilios a que lleguen (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/12/hacia-la-sociedad-consumista-perfecta.html).

Muchas empresas, con tal de que la gente siga demandando sus productos, pueden optar por mantener los precios, “pero van a aumentar tanto que, si no trasladan ese incremento de costos a los clientes, muchos verán poca o ninguna ganancia”. Es claro, que lo harán por muy poco tiempo, pues la mayoría opta por incrementar los precios, confiando en que la gente seguirá comprándolos. Y quizá su confianza esté bien fundada, pues, como señalo antes, la inesperada demanda, por tener el celular nuevo, el nuevo pantalón, la nueva pantalla, la nueva laptop, el nuevo auto… pasará por alto el incremento de los precios. Además, si la gente tiene repentinos ingresos extras, el consumo compulsivo es una lógica reacción dentro de este sistema, el que sistemáticamente lo promueve, como una forma de “lograr la felicidad” (ver: https://www.monografias.com/trabajos7/crisis/crisis.shtml).

Como habrá demanda de todo, desde colchones, autos, laptops, celulares y otras cosas, materiales como cobre, sílice, plástico, petróleo y muchos otros, subirán. Pero la citada necesidad de consumir ¡a la de ya!, dejará de lado esos incrementos y adquirirán las personas lo que se le ofrezca, lo necesiten realmente o no.

Como China es la maquiladora de Estados Unidos – ambos países están íntimamente ligados, a pesar de que sus respectivas mafias en el poder se muestren enojadas una con otra –, al estar subiendo la demanda de los estadounidenses, suben los pedidos de las maquiladoras que las empresas estadounidenses tienen en aquél país. “Hay miles de contenedores en los puertos desde Oakland a Los Ángeles, esperando a ser descargados, que provienen de China y eso, presionará más el incremento de los costos”. Claro, pues descargarlos, cargarlos a los camiones o trenes y llevarlos a sus destinos, será más caro.

La mencionada escasez de chips computacionales, “no sólo afecta a los autos, sino a muchas empresas, pues ahora, los semiconductores se aplican en casi todo”. Sería lo malo de la revolución digital, que, al haber tal escasez, se afectan varias industrias. “Tan importantes son, que Surcorea planea gastar $450,000 millones de dólares, en la siguiente década, para construir la mayor infraestructura para fabricar chips”. Así de importantes se han vuelto esos componentes, pues casi todo los usa. Una computadora, un horno de microondas, un celular o un aparato médico, empelan sensores, que no son otra cosa más que chips.

Y las empresas cargueras, tanto en tierra, como en mar, trabajan a lo máximo, como es el caso de A.P: Moller-Maersk A/S, “el transportador de contenedores número uno del mundo, cuyos administradores ven una muy ligera baja de sus cargamentos para el resto del año”.

Y ya no se diga las empresas empacadoras. “Para la compañía inglesa, con sede en Londres, DS Smith Plc, los desafíos vienen de muchos lados. Durante la pandemia, los clientes de compras en línea se incrementaron muchísimo, elevando la demanda de sus cajas ePack y otros materiales para empacar, en un  700%. Además, subió a 243 dólares la tonelada de la fibra reciclada, que la empresa emplea para hacer sus empaques, lo cual es un costo significativo para una compañía que compra entre 4 y 5 millones de toneladas al año de esa fibra reciclada, como señala Miles Roberts, gerente de esa empresa, quien no ve que las compras en línea sean algo pasajero, pues ‘llegaron para quedarse’ “.

Ya mencioné que es una tendencia al alza, en efecto, comprar en línea, incluso, antes de la pandemia, algo muy conveniente para incrementar el consumo compulsivo.

Y todos temen que los altos costos les coman las ganancias, pero siempre podrán pasárselos a los clientes, los que estarán ávidos de comprar lo que sea, más cuando la pandemia, por fin, termine.

Muy gustosa, toda le gente, podrá, nuevamente, hallar la felicidad en el consumo compulsivo y masivo de todo.

Y el capitalismo salvaje estará, otra vez, feliz, recuperando todo lo que perdió durante la pandemia.

Así que “benditas pandemias”, celebrará ese destructivo, depredador sistema económico.

 

Contacto: studillac@hotmail.com