sábado, 28 de noviembre de 2020

Los racistas supremacistas, fortalecieron su violencia, gracias a Trump

 

Los racistas supremacistas, fortalecieron su violencia, gracias a Trump

por Adán Salgado Andrade

 

El supremacismo racial está apoyado en el aberrante concepto de que la raza blanca, es superior a cualquier otra raza. Históricamente, se ha ido reforzando con acciones como la de Adolf Hitler (1889-1945), quien propagó el concepto de que la raza aria “era la mejor”, impuesto por el nazismo, que fue su método para alienar y manipular a millones de alemanes, quienes creían, firmemente, que eran superiores a cualquiera. Tan enajenados estaban, que aceptaron que Hitler iniciara un aventurerismo militar, que dejó más de 50 millones de muertos y cuantiosos daños materiales, además del tortuoso recuerdo del extremo, al que puede llegar la crueldad humana, como la que se ejerció en los abominables “laboratorios” de experimentación, que había en los campos de concentración, masivas cárceles, en donde los “sujetos de estudio” eran desafortunados seres humanos de todas edades, sexo y condición social (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/06/el-tercer-reich-el-gran-negocio-de.html).

En Estados Unidos (EU), se estableció la superioridad racial, desde que ese aberrante país, permitió la esclavitud. Como los ladrones territoriales (mal llamados colonizadores), que llegaron a apoderarse de las tierras de los nativos originarios, no querían esforzarse físicamente, se valieron de africanos para que sus tierras produjeran, que sus casas, pudieran ser construidas, y sus fortunas, se iniciaran y crecieran (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2014/05/estados-unidos-y-el-aberrante-legado-de.html).

Pero, para esos esclavistas, los esclavos eran peor que bestias de carga, sólo trabajadores, quienes carecían de derechos. Y si los mataban, por “cualquier falta”, no había ningún problema, porque, además, era sus “dueños”.

Pero cuando se dio la guerra de secesión, el sur esclavista, a lo que más temió, era a que se acabara con su “cotidiano estilo de vida”, de que sus “amados esclavos”, no lo fueran más y se convirtieran en ciudadanos.

Fue lo que más predicaron “líderes” de los esclavistas, del “peligro” de perder su derecho a tener esclavos, algo “inadmisible”. Por ejemplo, el esclavista de Carolina del Sur, Langdon Cheves (1776-1857), quien estaba a favor de la separación de los estados esclavistas del resto de la Unión, advertía que “la abolición es diez veces más peligrosa que los impuestos que nos pretenden aplicar. Del esclavismo, depende no sólo nuestra prosperidad, sino todas las bendiciones bajo el cielo, de las que gozamos. Todo el sureste, moriría si se va la esclavitud, ruinas ennegrecidas quedarían, y restos de la raza africana, vagando entre ellas, y toda la desesperación y la desesperanza”. Por eso, Cheves, pugnaba por la independencia (ver: https://us5.campaign-archive.com/?e=fa90d7d342&u=6557fc90400ccd10e100a13f4&id=2679890e49).

De sus palabras, se desprende que lo que más le dolía era que africanos caminaran libremente entre las ruinas de los, antes, prósperos estados sureños.

La racista novela “Lo que el viento se llevó”, de la escritora supremacista Margaret Mitchell (1900-1949), es una oda al “gran estilo de vida de los propietarios de plantaciones y esclavos”, a los que presentaba como “muy agradecidos” de trabajar para sus amos, a quienes sumisamente obedecían en todo. Y cuando se da la guerra civil, encomia la resistencia de los sureños a perder su estilo de vida, en la figura de Scarlett O’Hara, y hasta glorifica las hazañas racistas de los “heroicos ciudadanos” que formaron a la nefasta, violenta organización racista Ku Klux Klan, en la persona de Rhett Butler, para asesinar a los “negros” libertos que “cometían toda clase de atrocidades”. Esas “atrocidades”, eran paranoias de Mitchell, quien creció muy cerca de un barrio de afroestadounidenses, a quienes temía por tanto rumor que se había soltado contra ellos, con tal de que los prejuicios raciales que justificaran golpearlos y hasta matarlos, siguieran presentes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/07/lo-que-el-viento-se-llevo-o-los.html).

Los derrotados sureños, aceptaron la paz, a cambio de la segregación, “blancos, con blancos, negros, con negros”. Y eso lo garantizaron las llamadas leyes Jim Crow, promulgadas a fines de los 1800’s y principios de los 1900’s. Hasta 1965, esas absurdas leyes, fueron suprimidas, gracias a fuertes luchas por parte de líderes afroestadounidenses, como los pastores Malcom X (1925-1965) o Martin Luther King (1929-1969), ambos, asesinados por locos henchidos de odio racial.

Bien, pues, a pesar de tantos años transcurridos, en que afroestadounidenses y estadounidenses “blancos”, han compartido un solo país, ni el odio racial, ni el supremacismo, han amainado. Al contrario, el saliente, nefasto Donald Trump, ha agitado mucho más la violencia racial y a los papanatas supremacistas, quienes se sienten “envalentonados” por todas las acciones y discursos que su red neck líder, ha hecho, para fortalecerlos, con las cuales, hasta elogia sus violentos comportamientos, y ni censura los crímenes de afroestadounidenses cometidos por varios de ellos, como cuando Kyle Rittenhouse, adolescente de 17 años, alienado de la retórica supremacista, asesinó a tres afroestadounidenses, que se manifestaban contra la brutalidad policial, en una marcha BLM (Black Lives Matter) (ver: https://www.chicagotribune.com/columns/eric-zorn/ct-column-rittenhouse-kenosha-self-defense-zorn-20200903-susvsg45yndn7pb67l42ywnzn4-story.html).

 Y, al haber perdido su nefasto líder la reelección, esos grupos de peligrosos enajenados armados, vestidos con uniformes militares, son un potencial peligro que, en el peor de los casos, podría dar inicio a una guerra civil en ese país que, desde hace tiempo, está ya muy dividido.

La inminente violencia que pueden ejercer esas hordas de alienados, la expone el artículo de la publicación tecnológica Wired, titulado ¿Qué pasará con la ultraderecha después de Trump?, firmado por Emma Grey Ellis, que es un análisis de lo que podría suceder, si esas violentas masas se desbordan (ver: https://www.wired.com/story/right-post-trump/).

Como subtítulo, Grey anota que “Al aproximarse la ascensión del presidente-electo Biden, los expertos vigilan de cerca a los grupos de extremistas”, pues, como señalé, no están dispuestos a seguir viviendo en un país que no ha “reimpuesto las Jim Crow Laws”.

Abre el artículo, una foto de varios de esos alienados, frente a una iglesia. Apertrechados con sus metralletas, rifles, cargadores, gorras, orejeras, con tapabocas algunos, luciendo una prepotente actitud, indicando que están preparados para la batalla final, para echar del país a cuanto sucio negro, latino, asiático, árabe… ose seguirlo invadiendo. Así, como hacen, cuando se ponen a, literalmente, cazar ilegales en la frontera, sean mexicanos, centroamericanos o cualquier otra “escoria” que se atreva a invadir a su “adorado país” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2017/03/los-enajenados-y-racistas-cazailegales.html).

Comienza Grey mencionando la marcha en la que miles se manifestaron en contra del triunfo de Biden, alegando, como ha seguido haciendo Trump, que se había cometido un “gran fraude”. Acudieron grupos como Oath Keepers, Proud Boys, 3 Percenters y otros supremacistas extremos, quienes han incrementado su discurso de odio contra cualquier otra raza “inferior”, sobre todo, la negra. Lucen símbolos nazis y su otro “gran líder espiritual” es el mencionado Adolf Hitler, en el que se apoyan estos neonazis, para extender también su odio racial hacia los judíos.

Señala Grey que la retórica racista de Trump, los ha retroalimentado. Por ejemplo, el que Trump diga que la violencia, no la han provocado sus esbirros supremacistas, sino las manifestaciones BLM, o que diga que los “antifa” (apócope de antifascistas), son “escoria”, refiriéndose a los grupos que apoyan las marchas BLM y están en contra de la violencia racial, “enciende y fortalece más a esos extremistas”.

Como a Cesar Altieri Sayoc, quien envió supuestas cartas explosivas (que, por fortuna, no funcionaron), contra demócratas que criticaban a su líder Trump (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/el-enajenado-fan-de-trump-que-envio.html).

Algunos sheriffs “incluso, han recurrido a grupos como Proud Boys, para contrarrestar marchas en favor de Biden. Y Trump, ha sido reacio en condenar las acciones de sus Proud Boys, con lo que los estimula a seguir con la violencia”.

Por el apoyo implícito de Trump a sus “muchachos”, trece individuos planearon el secuestro de la gobernadora demócrata de Michigan, la señora Gretchen Whitmer, para obligara a que abdicara. Esos alienados, pertenecían a un grupo que se hacía llamar los Wolverine Watchmen (Los Wolverines vigilantes, ¡vaya marvelesca originalidad!). Afortunadamente, su hollywoodesco plan, fue descubierto por el FBI y nada sucedió (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Gretchen_Whitmer_kidnapping_plot).

Dudo que algo hubiera sucedido, pues, generalmente, ese tipo de “planes” son tan absurdos, inspirados por tramas hollywoodescas, plagados de errores, que siempre fracasan.

No ha sido así, cuando se trata de sujetos solitarios, como el asesino de Martin Luther King, el psicópata James Earl Ray (1928-1998), quien, alienado por las campañas presidenciales, que promovió el segregacionista gobernador de Alabama, George Wallace (1919-1998), planeó el asesinato de King (https://en.wikipedia.org/wiki/James_Earl_Ray).

Wallace decía que, de ganar la presidencia, buscaría reimponer el segregacionismo. Una frase favorita de sus nefastos discursos de odio racial implícito, era que “yo estoy por el segregacionismo ahora, el segregacionismo mañana y el segregacionismo por siempre”. Da una idea de la bajeza moral de este tipo, esa frase (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/George_Wallace).   

Hay un paralelismo en la manipulación que hacía Wallace con sus discursos de odio y la táctica de Trump, quien calificó como violentas a las manifestaciones BLM y a los grupos antifa. Su sitio favorito para difundir todas sus mentiras, mensajes de odio y otras bajezas, ha sido Twitter, plataforma que, en cierto momento, ha tenido ya cuidado de suprimir sus mensajes más cáusticos, sobre todo, los que ha estado lanzando luego de su derrota (Facebook, también ha sido acusada de promover la violencia racial, al permitir la libre expresión de grupos supremacistas. Ver: https://www.theguardian.com/technology/2019/nov/21/facebook-white-nationalists-ban-vdare-red-ice).

Aunque algunos expertos, se admiran de que todavía las cosas estén tan “tranquilas”, como Cynthia Miller-Idriss, una investigadora de la American University, quien estudia extremismo. “Pero muchos de esos tipos, están esperando sólo una señal”, dice.

La historiadora Kahtleen Belew, afirma que una vez que esos grupos extremistas, se dan cuenta que la política del momento, no satisface sus intereses, es cuando explotan violentamente. Dice Grey que “eso sucedió en 1983, cuando los supremacistas blancos, se dieron cuenta de que Ronald Reagan no iba a restaurar la ley Jim Crow”.

Sí, seguramente estarían muy felices, si Trump hubiera reimplantado el segregacionismo.

Cuando Barack Obama estuvo en la presidencia, esos supremacistas se sintieron profundamente afectados de que un “negro” fuera su presidente. Fue cuando, todavía más, se pronunciaron violentamente aquéllos, “llegando a niveles muy altos entre el 2008 y el 2009”.

Por eso, cuando Trump, un tipo racista, supremacista (aunque no tan abiertamente), como ellos, ganó la presidencia, se alegraron de que, por fin, uno de sus iguales, fuera su supremo mandatario.

Por su tolerancia, se han estado armando todavía más y los crímenes de odio, han “incrementado, sobre todo, en el 2019”.

Incluso, la brutalidad policial, de “policías” blancos, sometiendo y asesinando a negros, por cualquier pretexto, por mínimo que sea, se ha incrementado bastante, sin que haya afectado eso a Trump (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/racismo-y-brutalidad-policial-en.html).

Tanto temor tienen los afroestadounidenses por sus vidas, cuando son detenidos por la policía o atacados y asesinados por supremacistas, que, ellos mismos, ejerciendo su derecho a portar armas, han estado comprándolas a niveles nunca antes vistos, con tal de estar “a la par” de locos blancos armados (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-afroestadounidenses-compran-mas.html).  

Grey, cita a Shannon Reid, quien asegura que no es tanto la figura de Trump, la que ha dado alas a los supremacistas, sino, más bien, su tolerancia hacia ellos, gracias a la que se han ido pertrechando. “No ha sido como un Steve Bannon o Stephen Miller, políticos de ultraderecha, quienes realmente buscan un etnoestado blanco. Trump, es sólo un síntoma, no la causa”.

En efecto, el que se haya elegido, en primer lugar, a un tipo ignorante, que sigue sus impulsos, no sus ideas, racista, tramposo, machista, violento, explosivo y velado supremacista, es indicación de hasta a donde están los supremacistas dispuestos a llegar, con tal de que su poder se vea.

Y son tan peligrosos ya, que “en septiembre, el Departamento de seguridad Doméstica, declaró que los supremacistas blancos, son la ‘más persistente y letal’ amenaza a la seguridad interna de EU, más que cualquier otra amenaza de algún grupo terrorista extranjero o cualquier grupo de izquierda”, señala Grey.

Y, aunque muchos de ellos no vayan a marchas, dice la historiadora Belew, “eso no significa que no estén planeando el siguiente atentado con bomba”.

En efecto, ha sido la violencia doméstica, de las más letales, como cuando Timothy McVeigh (1968-2001), ex militar condecorado, buscando venganza por el asesinato del falso profeta David Koresh (1959-1993), por parte del FBI, voló el 19 de abril de 1995, con una bomba, hecha por él, conteniendo fertilizante y diésel, un edificio federal, el Alfred P. Murrah, que dejó 168 muertos y 684 heridos. Hasta antes de los sospechosos derribamientos de las torres gemelas, el 11 de septiembre de 2001, fue el más letal de todos los atentados terroristas cometidos en EU (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Timothy_McVeigh).

Miller-Idriss dice que, además, “este es un problema mundial, pues los grupos extremistas, se comunican entre sí y como las causas de ese extremismo, no han sido bien estudiadas, el problema crecerá”.

En efecto, ahí está el ataque a mezquitas árabes en Nueva Zelanda, cometido el 15 de marzo del 2019, por Brenton Harrison Tarrant, australiano, descrito como un “supremacista blanco”, que dejó 51 fallecidos y 40 heridos. “El ataque estuvo ligado con un incremento en el supremacismo blanco y el extremismo de la ultraderecha, que se ha observado desde el 2015, condenado por políticos y líderes mundiales.” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Christchurch_mosque_shootings).

Hay decenas de testimonios de familias estadounidenses, preocupadas porque sus hijos forman parte de grupos supremacistas, que los han contactado por las redes, como FB (ver: https://www.bbc.com/news/world-us-canada-49363958).

Pero, como dice Miller-Idriss, debe de estudiarse la causa de porqué tantos jóvenes y adolescentes, son tan vulnerables y caen víctimas de esos discursos de odio. Dice Grey que “El problema de EU con el extremismo de ultraderecha, va mucho más a fondo que sólo los eventos del 2020 y la forma más fácil de sacar a la gente de ese agujero digital del conejo, es que nunca se les deje ir tan lejos, para comenzar”.

En efecto, muchos padres se dan cuenta, muy tarde, de que sus hijos ya están lo suficientemente enajenados, como para ir a una manifestación, convocada por supremacistas, “para ir a matar negros”.

“A las madres, les damos consejos de cómo disuadir a un chico que aparezca en una clase de zoom, con un símbolo nazi a sus espaldas, de que no lo haga, de que eso no está bien, no de que lo ataquen, pues más se empecinará en hacerlo”, dice Miller-Idriss.

Hay algo, muy deleznablemente atractivo, que lleva a gente al extremo de, en efecto, matar a personas de “razas inferiores”, como el mencionado adolescente Kyle Rittenhouse, feliz, porque había asesinado a tres afroestadounidenses con su AK-47.

O cuando otro violento enajenado, Patrick Crusius, de 21 años, asesinó en una tienda de Walmart, el 3 de agosto de 2019, en El Paso, Texas, a 23 latinos, influenciado por un manifiesto antiinmigrante colocado en el sitio 8chan” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/2019_El_Paso_shooting).

De hecho, de ese portal, 8chan, se habían apoderado supremacistas, para promover discursos de odio y hasta matanzas, como la perpetrada por Crusius (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/08/cuando-la-libertad-de-expresarse-se.html).

Si no se les enseña a las jóvenes generaciones tolerancia racial, amor por la vida, compasión por el desvalido, practicar la igualdad, amor por la Naturaleza, proteger al medio ambiente… y sólo los siguen bombardeando con la idea de que lo material da la felicidad, que hay que practicar el individualismo, que hay que hacerse millonario antes de los 30 años, que las mujeres sólo deben de estar en casa y saciar sus deseos sexuales, el supremacismo, fácilmente, penetrará sus vulnerables y manipulables mentes.

No es posible, por ejemplo, que padres estadounidenses, enseñen a sus hijos a matar animales, en lugar de amarlos y respetarlos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/11/estadounidenses-solicitan-mas-licencias.html).

 

Y, como bien señala Miller-Idriss, el problema es mundial, pues la descomposición del tejido social impera en todas partes, prevaleciendo las actitudes materialistas y egoístas, en una buena parte de las jóvenes generaciones, más interesadas en tener un buen auto, una buena casa, buena ropa… “valores” impuestos por el capitalismo salvaje, el cual ha dictado que eso proporciona “prestigio social”.

Si los mencionados verdaderos valores, de tolerancia, amor, compasión, igualdad… no los practicamos todos los humanos, vamos directo a matarnos entre todos.

Imperará el supremacismo, no sólo racial, sino el egoísta.

 

Contacto: studillac@hotmail.com