viernes, 15 de septiembre de 2023

Cada vez hay más zonas muertas en el mar, por falta de oxígeno

 

Cada vez hay más zonas muertas en el mar, por falta de oxígeno

Por Adán Salgado Andrade

 

El mar cada vez está más afectado, por el calentamiento, que está aumentando su acidez, y por tanta basura, de todo tipo, derrames petroleros y radioactivos, además de la gran cantidad de contaminantes que acarrean las aguas sanitarias y las de riego, que contienen fertilizantes en gran cantidad y que son descargadas todos los días en aquél (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/02/el-extremo-calor-oceanico-es-ya-un.html).

Esas descargas, llenas de tantos fertilizantes y aguas negras, están dejando a muchas áreas, sobre todo, costeras, sin oxígeno, lo que afecta o hasta mata a especies marinas, justo como sucede con los cangrejos.

El artículo publicado por el portal digital Hakai Magazine, titulado “Pescando cangrejos en un mar asfixiante”, firmado por Julia Rosen (quien ganó un premio por esta pieza), expone esa creciente problemática. “Cuando los océanos están escasos de oxígeno, puede ser devastador para los cangrejos y para los pescadores que dependen de ellos. Nuevas herramientas podrían ayudar a los cangrejeros a evitar zonas muertas”, nos introduce Rosen en su trabajo (ver: https://hakaimagazine.com/features/catching-crabs-in-a-suffocating-sea/).

Una foto de los cangrejos que son tan valiosos para los que los pescan, abre el artículo. Los venden vivos en veinte dólares cada uno, así que una buena pesca diaria, deja miles de dólares a los cangrejeros, siempre que no los hallen muertos.

La forma en que los capturan es mediante “trampas” que los atraen, las que dejan marcadas con boyas, a lo largo de las costas, en este caso, de Oregón, estado ubicado en la costa occidente de Estados Unidos.

Menciona Rosen a David Bailey, un cangrejero que está muy preocupado porque cada vez hay menos cangrejos, con los que él subsiste. Han hallado las jaulas en las que los deben de capturar vivos, con cangrejos moribundos o muertos, debido a la falta de oxígeno. Su barco, el Morningstar II, es con el que pesca todos los días, “pues la demanda de cangrejos nunca para”, declara. A diario reza porque haya muchos cangrejos capturados. “Oh, mar, tú eres tan grande y mi bote, tan pequeño”, hay un letrero en la cabina de su viejo bote, construido en 1967. No sólo mueren los cangrejos, sino que también se saturan de ácido domoico, provocado por algas invasivas. “Un exceso de ese ácido en los cangrejos, los hace no aptos para ser ingeridos”, dice Rosen.

El océano ha perdido 2 por ciento de oxígeno globalmente durante los pasados 50 años, por tanto calentamiento y acidez, y hay zonas en donde es cero. “Aguas normales, contienen ocho miligramos de oxígeno por litro, pero cuando comienzan a perderlo, desciende a dos o hasta cero, lo que se conoce como hipoxia, que es mortal para especies como los cangrejos”.

Un video muestra a cangrejos atrapados en una jaula. Inicialmente, el agua está clara y rebozan de vida, todos moviéndose, tratando de escapar, encimándose unos sobre los otros, pero pasados unos días, a medida que esa zona marina costera se va quedando sin oxígeno, se van quedando quietos, hasta que mueren.

Justamente para evitar eso, es que el investigador Francis Chan de la Universidad de Oregón – quien en el 2002, descubrió que la falta de oxígeno en el agua, mataba a los cangrejos –, ha ideado unos sensores que pueden introducirse a las trampas de los cangrejos, para detectar los niveles de oxigeno de esas aguas. “Unas 500 zonas costeras en todo el mundo, han experimentado hipoxia, por las aguas calientes y contaminación en demasía de nutrientes”, dice Rosen. Chan ha colocado unos 38 sistemas de medición en ocho embarcaciones, para muestrear distintas zonas costeras y ayudar a los cangrejeros a que eviten zonas con poco oxígeno o muertas. Además, también para determinar el daño que ocasiona la hipoxia a otras especies, como al atún, que está disminuyendo de tamaño, si es que no muere antes. Sólo subsisten especies como algas o urticantes medusas en esas aguas.

De esa forma, pueden anticiparse los cangrejeros, como Bailey, para no pescar en zonas casi sin oxígeno.

De hecho, para el experimento, Bailey se prestó. Rosen lo acompañó en el viaje en donde Chan colocó previamente sensores en las trampas.

“Fuimos viajando por varios kilómetros, David, esperanzado en que las lecturas positivas de los sensores, de que había suficiente oxígeno, dieran buena pesca. Guiándose por las lecturas de días previos, colocó sus trampas, identificadas por boyas, esperanzado. Las semanas previas, varias de las trampas, recogieron cangrejos muertos, que se deben de desechar o de poco tamaño, que no son aceptados por los compradores y que también se regresan al mar (también regresan a las hembras, a las que distinguen por sus abdómenes que tienen forma de celdas de colmenas). Cuando nos acercamos a la primera boya, la extraen sus ayudantes, ansiosos. Y para su gran deleite, como la zona no padece escases de oxígeno, la trampa sale rebosante de saludables y grandes cangrejos. De toda la recolección, sacaron ese día 430 cangrejos, que pesaron alrededor de 400 kilogramos, que venderán vivos a veinte dólares la pieza”.

Eso le rendirá a Bailey $8,600 dólares, que le permitirán pagar salarios de sus ayudantes, además de su ingreso. “Por hoy, tuvimos suerte”, dice al final de la jornada.

Quizá sea por muy poco tiempo la suerte. Se estima que para el año 2100, tres cuartas partes de los océanos estarán afectadas por bajos niveles de oxígeno.

Para entonces, de seguir existiendo los humanos, como especie en el planeta, los océanos, por tanta infame depredación, calentamiento y contaminación, ya no serán nuestra fuente principal de alimentos, como lo son actualmente.

Estarán ocupados por zonas muertas, habitadas por bacterias que generen mortales toxinas.

Y no creo que hagamos caldo de bacterias, así, como el de camarones o paella de bacterias, como la que se hace con cangrejos.

Así que seguimos aceleradamente destruyendo las condiciones que nos permiten existir en el planeta.

 

Contacto: studillac@hotmail.com