jueves, 3 de febrero de 2022

El extremo calor oceánico es ya un grave problema

 

El extremo calor oceánico es ya un grave problema

Por Adán Salgado Andrade

Hemos usado a los océanos como basureros de todo tipo, en donde tiramos plásticos, petróleo, sustancias radioactivas, aguas residuales, tanto domésticas, como industriales, naufragios y cuántas más infamias arrojamos allí (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/12/naufragios-de-barcos-cargueros-mas.html).

Pero también se están calentando y aceleradamente. Han absorbido, y lo siguen haciendo, el 90 por ciento del calentamiento global que hemos ocasionado por tanta depredación y contaminación ambiental. Y problemas que, se creía, sucederían en varias décadas adelante, ya están presentándose, como extinción de especies, desaparición de corales, escasez de alimento, zonas muertas y otros problemas, como expone Matt Simon en el artículo “Calor extremo en los océanos, ya se salió de control”, agregando que “más de la mitad de los océanos, ahora sufren temperaturas, antes consideradas extremas, amenazando infinidad de especies, modos de vida y el aire que respiramos (ver: https://www.wired.com/story/extreme-heat-in-the-oceans-is-out-of-control/).

Menciona lo dicho antes, que el mar ha absorbido el 90 por ciento del calentamiento global ocasionado, y así como sufrimos oleadas de infernal calor en tierra, también el mar las está experimentando”.

Eso se sabe gracias a que investigadores del acuario de la Monterey Bay, han logrado determinar las temperaturas del mar desde 1870 hasta 1919 y “una vez que conocieron las históricas altas temperaturas para cada mes, en distintas partes del océano, tuvieron una base de comparación en cuanto a extremos de temperatura marinos, antes de que se diera a gran escala el cambio climático. En el siglo 19, sólo 2 por ciento del océano, sufría tales extremos. Entonces, compararon estos datos, con las lecturas tomadas en los mismos sitios, entre 1920 al 2019. Sus resultados muestran  que para el año 2014, la mitad de la superficie oceánica, estaba arrastrando temperaturas consideradas extremas, excediendo los récords más altos registrados. Para el 2019, esa cifra era del 57%. En 150 años, lo que se consideraba como oleadas de calor extremo, ahora ya son normales”.

Ahí está, que lo que antes era “anormal”, se va normalizando. Eso, debido a la capacidad del ser humano de acostumbrarse a todo, mientras no sea mortal. Nos estamos acostumbrando a calores extremos, a desaparición de especies animales y vegetales, a enormes basureros, a aire casi irrespirable, a agua casi tóxica, a pandemias… y quizá sea por ello que estamos llegando a un nivel de indolencia nunca antes visto, en donde, millones de habitantes del planeta, ni reaccionan ya a tantos graves problemas que nuestra “civilización” está ocasionando. Estamos muertos en vida.

Esos “picos” de calor, dice Simon, no son parejos, pues en muchos sitios, la venida, por ejemplo, del invierno, los puede bajar, “así que mientras la mitad de la superficie oceánica estaba experimentando extremos de calor, el Atlántico Sur, ya había cruzado ese límite en 1998”.

El ecologista Kyle Van Houtan, dice que lo que han investigado es que, ahora, los extremos son la norma. “Antes, eran temperaturas extremas raras. Ahora, ya son cotidianas, lo cual es sobrecogedor, por los efectos que está teniendo y seguirá ocasionando”.

Claro, si ahora con esos extremos están muriendo especies, como los corales, o extinguiéndose, como muchos peces y mamíferos marinos, imaginen qué será cuando casi todo esté muy caliente.

De acuerdo con la Scripps Institution of Oceanography, de la Universidad de San Diego, “la temperatura promedio del mar es de unos 20º C, pero varia, de más de 30º C en regiones tropicales calurosas, a menos de 0º C en altas latitudes. Los efectos del calentamiento global, han ocasionado que la temperatura de la superficie marina, se haya incrementado un grado centígrado en los últimos cien años. El fondo marino, se calienta menos, alrededor de 0.01º C por década por cada 1,000 metros de profundidad (ver: https://scripps.ucsd.edu/news/voyager-how-long-until-ocean-temperature-goes-few-more-degrees).

Así que, para nosotros, el agua marina, estaría fría o tibia, no parecería mucho el aumento promedio de un grado centígrado, pero para muchas especies resulta mortal, acostumbradas a una estabilidad en la temperatura de su medio ambiente marino. Si en una pecera, colocan en agua tibia a peces, no tardarán en morir, pues 30º C, que sería agua tibia, son mortales.

Muestra Simon unos mapas, desde 1980, hasta el 2019, en donde se ve cómo se han ido calentando los océanos. En el de 1980 a 1989, las zonas marinas más calientes, estaban en los mares del sur de África y Australia, cerca de la Antártica. En cambio, en el del 2010 a 2019, prácticamente las altas temperaturas están en todas partes, excepto en el Pacífico sur. “Es problemático, pues esas áreas corresponden a las de los arrecifes, los que en la pasada década se han estado blanqueando”, dice Van Houtan. Eso se debe a que las aguas calientes, estresan a los corales, los que liberan a las algas fotosintéticas, que son las que les ayudan a producir energía  y a colorearlos. “Sin energía, los arrecifes mueren, lo que lleva al colapso total de la barrera de arrecifes”.

Eso acelera la desaparición de miles de especies, que dependen de la salud de los corales para existir. Es una cadena. No sólo eso, sino que los vientos que ayudan a agitar los océanos, están afectados por tal aumento de temperatura. Por lo mismo, no remueven, como deberían, a los nutrientes de los fondos marinos, de los que se alimenta el fitoplancton, el cual alimenta al zooplancton, del que, a su vez, se alimentan peces, los que nutren a animales marinos y a aves. “Y si ese fitoplancton se pierde por el extremo calor, entonces se rompe la cadena alimenticia”, comenta Simon.

Otra gráfica muestra cómo es en países pobres, más cercanos al Ecuador, en que los extremos de calor marino se dan, como en las Maldivas, el sitio en donde están las aguas marinas más calientes, lo que ya es “normal”. En cambio, en Perú, es en donde todavía no hay tantos extremos, pues se ubica en el Pacífico Sur.

“Eso no quiere que esa parte de los océanos, no se esté calentando. Sí lo está haciendo, pero es un área que ha variado mucho históricamente”, explica Van Houtan. Eso se debe a que, como en esas partes, el océano es más profundo, tiene la capacidad de, digamos, disolver más a la temperatura extrema.

De hecho, en donde el agua marina se está calentando más, es en las zonas tropicales, en donde es menos profunda, hasta somera. Si han ido a playas en donde el agua es poco profunda, hasta se siente “calientita”. Sí, disfrutable para nosotros, pero, no, para las pobres especies marinas que estarían cocinándose. De hecho, especies como langostas, salmones, atunes y muchas otras, han emigrado a mayores latitudes, más cerca del Ártico, en busca de aguas frías, así que los pescadores que viven de tales especies, deben de viajar más y más lejos para atraparlas. “Pero las que no pueden moverse, como corales o esponjas, inevitablemente, desaparecerán”.

Por otro lado, el calentamiento marino, ocasiona expansión del agua oceánica. Dice Simon que “una mitad de la elevación del nivel del mar, es ocasionada por el derretimiento de los hielos de glaciares y polos, en  tanto que la otra mitad, se debe al calentamiento, pues el agua caliente se expande”.

No sólo eso, sino que la mitad del oxígeno del que disponemos, lo producen los océanos. Dice Houtan que “puede decirse que el océano es el corazón de nuestro sistema climático y que ese océano, es absolutamente crítico para sostener la vida humana en este planeta”.

Pero ni así, entiende el capitalismo salvaje la necesidad de respetar a los océanos. Tan es así, que ya varios países han autorizado que pronto se inicie la infame minería marina. Esta nueva forma de depredación marina, horadará el fondo marino, con potentes, destructivas máquinas, para minar metales como oro, plata u otros. En el proceso, se generarán miles de toneladas de smog marino, por el material molido, que irán a bloquear los bronquios de peces y otras especies, además de cubrir fatalmente sus cuerpos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/10/la-depredadora-destructiva-mineria.html).

China, el segundo país más contaminante y depredador, draga fondos marinos para construir “islas artificiales”, sin que le importe todo el daño que también el dragado de tanta arena del fondo marino, ocasiona. Igualmente, provoca destrucción de tal fondo y agua muy turbia, por tanto material pétreo molido y extraído que, también, es mortal para todo tipo de fauna y vegetación marinas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/los-destructivos-barcos-dragadores.html).

Pero ni se inmutan. Siguen dragando y las que quieren minar el mar, se frotan las manos del negociazo que se les viene.

He ahí otra infamia más, la afectación global de los mares.

Lo bueno es que con todo eso que nosotros mismos estamos ocasionando, potenciamos nuestra desaparición.

Seguramente, la Tierra estará mejor sin nosotros.

 

Contacto: studillac@hotmail.com