Mineros de bitcoins revivieron contaminante carboeléctrica
Por Adán Salgado Andrade
Las criptomonedas, fueron creadas para garantizar la existencia de un medio de cambio libre, sin restricciones de bancos o administraciones centrales. La primera creada fue el bitcoin, Supuestamente, es obra de un programador japonés, Satoshi Nakamoto, pero muchos investigadores y expertos afirman que ni siquiera existe esa persona, y lo han adjudicado a otros.
Haya sido Nakamoto o no, el creador, el 3 de enero del 2009, vio la luz el primer bitcoin, cuyo inicial valor era de $0.30 centavos de dólar (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Bitcoin#Creation).
Pero trece años después, esa criptomoneda – y otras que han ido surgiendo –, lejos de convertirse en la “moneda de los libertarios”, es acaparada por especuladores y los mineros que la producen. No sólo eso, sino que sirve para especular y su precio ha llegado a niveles escandalosos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/02/la-elitista-criptoespeculacion.html).
Al momento de escribir estas líneas, su valor es de $38,387. 67 dólares, muy abajo del inflado de $68,789.63 dólares que ha llegado a alcanzar, por la pura y simple especulación. Eso prueba que no es una inversión “segura”, como muchos sitios aseguran, con tal de que ingenuos inviertan en ellos. Sólo perderán su dinero, la mayor parte de las veces, y los únicos que ganan son los administradores de tales sitios, por las “comisiones” que les cobran, sin realmente interesarles si tales ingenuos ganen o no.
Tampoco son tan seguros, pues en el 2021, hackers norcoreanos, robaron 400 millones de dólares, equivalentes en criptomonedas. Como no es un valor que esté guardado en un solo sitio, como en una bodega de un banco, por ejemplo, sino en servidores y computadoras, es bastante rastreable y robable, por lo mismo (ver: https://www.wired.com/story/north-korea-cryptocurrency-theft-ethereum/).
Pero, además, el minado del criptomonedas, es sumamente contaminante pues tantos cientos de miles de computadoras, necesarias para resolver cada vez más complicados algoritmos – usados para dar cuenta de nuevas transacciones y legitimarlas –, gastan electricidad en exceso. Es tanta la electricidad usada, que equivale a la de un país como Lituania, Eslovenia o Etiopía, pues sus emisiones de CO2 anuales son del orden de 17.29 millones de toneladas, por la cantidad de combustibles fósiles, como petróleo o carbón, requeridos para producir la enorme cantidad de electricidad que requiere tanto trabajo computacional (ver: https://www.zmescience.com/science/emissions-bitcoin-country-17112019/).
Como quiera que sea, sigue siendo, a pesar de tantos inconvenientes, sobre todo, el ambiental, un fuerte atractivo para empresas que cuentan con la costosa infraestructura computacional requerida para minar actualmente los bitcoins. Es tan cara, que hasta vivales han robado esos caros equipos, con tal de ahorrarse los costos de la infraestructura para el minado (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/12/el-robo-de-computadoras-para-minar-al.html).
Como el año pasado, China asestó un fuerte golpe a los mineros de bitcoins, con tal de controlar hasta a esa “libertaria” moneda – su autoritaria mafia en el poder, no quiere arriesgarse a perderlo, por eso no permite la circulación de una moneda creada libremente – los mineros que hacían sus operaciones allí, han tenido que emigrar (ver: https://www.reuters.com/world/china/china-central-bank-vows-crackdown-cryptocurrency-trading-2021-09-24/).
Y varios de ellos, estadounidenses, retornaron a Estados Unidos (EU), con tal de seguir minando sus contaminantes bitcoins. Y para hacerlo, echaron a andar viejas generadoras de electricidad, que funcionan con carbón, a pesar de que ese contaminante energético fósil, ha sido responsable, junto con el petróleo, de producir tantos miles de millones de toneladas der CO2, que durante tantos años, se han ido a la atmósfera y contribuido a calentar aceleradamente al planeta. Tanto calentamiento, es ya irreversible y los daños se ven, con tantos súper huracanes, mega sequías, mega incendios forestales, derretimiento de glaciares y polos, subida del nivel del mar y lugares que por tan altas temperaturas, en pocos años, serán inhabitables (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/08/la-crisis-climatica-es-irreversible-y.html).
Pero nada de eso importa a los mezquinos criptomineros, más interesados en seguir produciendo bitcoins, con tal de ganar buen dinero, al meterlos en circulación y especular con ellos.
Son varias plantas, como expone el artículo de The Guardian, titulado “Mineros de bitcoin, revivieron una planta eléctrica de carbón que estaba por cerrar, con lo que las emisiones de CO2 incrementaron”, firmado por Oliver Milman, quien agrega que “los críticos dicen que el enorme consumo de electricidad, necesario para sostener las criptomonedas, está empeorando la crisis climática y ahora amenaza a que haya una resurrección parcial del carbón en EU” (ver: https://www.theguardian.com/technology/2022/feb/18/bitcoin-miners-revive-fossil-fuel-plant-co2-emissions-soared).
La criptominera que inició eso es Marathon, la que llegó a Montana, y se estableció al lado de una vieja planta carboeléctrica, la Hardin, que debía de haber cerrado desde el 2018. Esta planta, apenas si operó 46 días en el 2020, pero desde que llegó Marathon y estableció un convenio con sus operadores, opera al cien por ciento. Ambientalistas como Anne Hedges, que confiaba en el cierre de esa contaminante planta, ahora ve sus esperanzas frustradas.
“La empresa construyó un centro en 20 acres (81,000 m2) a un lado de la planta y está equipada con más de 30,000 unidades Antminer S19, una computadora especializada en minar bitcoins. Tal sed de energía, es común en el criptominado. Globalmente, consume más electricidad que Noruega, un país de 5.3 millones de habitantes”.
Da Milman otro punto de comparación de tanta electricidad consumida, como la de Noruega, un país que consume 122,200 millones de kilowatts-hora al año (ver: https://www.worlddata.info/europe/norway/energy-consumption.php).
Así que los operadores de la carboeléctrica, muy felices, han incrementado sus días operativos, hasta 250. Y eso ha incrementado, igualmente, sus emisiones anuales de CO2 5000% más de lo que emitía cuando estaba por cerrar.
Ofrece Milman una gráfica en donde se observa cómo han incrementado las emisiones, de unos 50,000 kilogramos a inicios del 2020, a unos 500,000, en el 2021.
La mencionada Hedges, se dice aterrorizada por la súbita subida de la contaminación de la planta. “Esto, no es para ayudar a viejas señoras a que operen sus calentadores para que no se congelen, sino para enriquecer a una elite, mientras destruyen nuestro clima. Si a usted, realmente, le preocupara el cambio climático, nada tendría que hacer con las criptomonedas, son un desastre para el clima”.
Y es una tendencia que se está dando en varias partes de EU, revivir carboeléctricas “zombis”, pues habiendo casi sido cerradas, las han puesto a operar nuevamente. En Nueva York, en el 2020, se puso a operar una, propiedad del grupo Greenidge Generation, cuyo propietario, está orgulloso de que su vieja planta “esté contribuyendo un poco con el futuro mundial digital”.
También en Pensilvania y en Kentucky, carboeléctricas ya trabajan a toda su capacidad para que criptomineras hagan bitcoins.
La justificación es que se “generan empleos locales, además de que no se usa la electricidad necesaria para hogares y negocios. Pero los críticos dicen que esa tendencia, sólo está empeorando la crisis climática, pues se está volviendo a usar el carbón como energético en EU”.
Sí, pues se suponía que bajo Joe Biden, el actual mafioso en el poder, EU estaría en transición de energías fósiles a energías renovables – solares, eólicas, hidroeléctricas –, para ser “neutral” en CO2 en el 2050 (ver: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/04/22/fact-sheet-president-biden-sets-2030-greenhouse-gas-pollution-reduction-target-aimed-at-creating-good-paying-union-jobs-and-securing-u-s-leadership-on-clean-energy-technologies/).
Aunque aquí, cabe aclarar, que eso de ser “neutral en carbón”, es una trampa, pues las empresas pueden seguir contaminando con ese calentador gas, a cambio de que creen mecanismos para “capturarlo” de la atmósfera o que compren “bonos de carbón” a empresas que no produzcan, que sean emisoras negativas de CO2 – es decir, que capturen mucho más de lo que produzcan o que no produzcan nada, pero que lo capturen. Ninguna tecnología, a la fecha, podrá capturar las crecientes emisiones de miles de millones de toneladas de CO2 producidas cada año. Sólo será un buen negocio que seguirá, de todos modos, contaminando y calentando al planeta (ver: https://theconversation.com/climate-scientists-concept-of-net-zero-is-a-dangerous-trap-157368).
Así que la criptominería, está opacando tanto esfuerzo por emitir menos gases contaminantes. Señala Milman a Bejamin Jones, especialista en economía de los recursos naturales de la Universidad de Nuevo México, quien dice que “el aumento del uso de energía fósiles, para producir electricidad para el criptominado, está imponiendo severos costos a la sociedad”.
Hasta los partidarios de las criptomonedas, están en contra de que se empleen energías fósiles para minarlas. Pero Marathon, con tal de mostrarse como “preocupada”, está firmando un convenio en Texas, para “disponer de electricidad de una granja eólica”.
Agrega más comparaciones Milman, para mostrar cuánta energía se gasta en criptominar. “La electricidad usada, equivale al 0.5% del consumo mundial. Con la que se gasta cada sesenta segundos, sería suficiente para electrificar a un hogar promedio durante 17 años, en tanto que la electricidad anual, podría alimentar todas las cafeteras eléctricas para calentar té, en Inglaterra, durante 28 años”.
Pero los criptomineros se defienden. Uno de ellos, Fred Thiel, director de Marathon, dice que se gasta más en mover las mercancías por todo el mundo y que, incluso, las lavadoras de EU gastan más electricidad que el bitcoin “y que producirlo es, por tanto, insignificante”. Quién sabe de dónde saque sus cifras. Y es muy posible, pero si ya hay tanta contaminación y lo saben, entonces, ¿es moral, agregar otro estresante factor, que está empeorando cada vez más y más a la crisis climática?
Además, dice que como ninguna empresa les quería ofrecer electricidad para su contaminante actividad, “nos vimos obligados a revivir a las carboeléctricas. Pero esperamos que pronto, sólo usemos energías renovables”.
Dice Jones, el profesor universitario, que “está por verse si, en efecto, las criptomineras, cambian a energías renovables, pero, por el momento, sólo se ve que cada vez incrementarán su consumo energético”.
Es que no se trata de cambiar a energías “limpias”, pues todo proceso de transformación, implica combustión. Véanlo, por ejemplo, al preparar los alimentos, requerimos del contaminante gas LP o de la electricidad que alimentará las estufas, para cocinarlos.
Y esa combustión, es contaminante. Así que aunque se usen energías “limpias”, seguirá dándose, produciendo calor y gases contaminantes.
La criptominería, contribuirá a esos procesos, pues al incrementar sus centros de criptominado, adquirirá más computadoras – fabricadas con procesos de combustión –, electricidad – igualmente –, más trabajadores – los que usarán sus autos o transporte para desplazarse, los que también se obtienen por métodos que emplean combustión – y otros factores.
Por eso, como señalo arriba, aunque se diga que se “capturará carbón” o se usarán energías “limpias”, no se revertirá el daño climático ya hecho, ni el consecuente calentamiento global.
Pero para ejecutivos como Fred Thiel, es lo de menos. Lo importante es seguir minando bitcoins, aunque el planeta se vaya al infierno.
Contacto: studillac@hotmail.com