Los destructivos barcos dragadores chinos
por Adán Salgado Andrade
El planeta está siendo depredado, destruido y contaminado a niveles muy acelerados. Estamos resintiendo efectos catastróficos, que se auguraban para el año 2100, en muchos casos, como los mega incendios forestales, que ya serán cosa cotidiana cada año, con los destructivos, permanentes efectos que ocasionan (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/09/la-era-de-los-mega-incendios-forestales.html).
El mar, está siendo plagado por basura, contaminación y acidificación, debida al calentamiento global, sin precedentes. Los microplásticos, ya están por todos los mares, además de toda tierra firme, incluso “virgen” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/08/el-plastico-que-va-los-oceanos-se.html).
Los derrames petroleros, los químicos, las aguas negras que se vierten en el mar, todo tipo de basura, además de los mencionados plásticos, están acabando con el poder de regeneración de aquél. Hay zonas muertas, en donde ni las algas rojas, muy ponzoñosas, crecen. Eso, por los bajos niveles de oxigenación, hipoxia, que se tienen en esas zonas (ver: https://oceanservice.noaa.gov/facts/deadzone.html).
No conformes con eso, las destructivas acciones del capitalismo salvaje, el nefasto sistema económico que nos sigue dominando e imponiendo, entre otras cosas, el híper consumo, han agregado más estresantes situaciones a los océanos del sufrido planeta.
Una de ellas, es la minería marina, que se está haciendo ya, veladamente, para explotar los fondos marinos, ricos en minerales, los que están escaseando en tierra firme, por la sobreexplotación que se hace en las minas terrestres, las que se están agotando, incluso, las megaminas, que rinden sólo unos cuantos gramos de metales, como el oro, al día (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/05/los-destructivos-irreversibles-efectos.html).
Esa minería, emplea máquinas dragadoras, que taladran el fondo marino, cercano en donde hay fuentes de agua hirviente, fumarolas, pues es allí, en donde se alojan mayoritariamente los minerales buscados. Lo hacen, sin importar la vida marina que allí se encuentre. Al taladrar, se genera polvo en demasía, lo que produce una especie de niebla marina, muy dañina para todas las especies acuáticas. Piensen, por ejemplo, que se saturen las branquias de los peces, o el sistema respiratorio de pulpos, de calamares o de las ballenas, las que se alimentan tomando grandes bocados de agua, que, luego, procesan en su intestino, para aprovechar plancton y otros animales.
Pero no importando nada de eso, como dije, ya se lleva a cabo esa destructiva minería marina (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2010/05/mineria-marina-el-nuevo-desastre.html).
El otro peligro, que ya ha causado un daño mayor, y que se realiza desde hace años, es el dragado del mar, sobre todo, cercano a las costas. El país líder en esa destructiva actividad es, no sorprende, China, que, últimamente, emprende mega proyectos de infraestructura, sin importarle los daños que ocasione al medio ambiente mundial, no sólo al suyo. China es el país en donde las ciudades o los ríos más contaminados del planeta están. Pareciera que quisiera extender ese poco meritorio sitio a todo el planeta (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/01/el-sobrevalorado-y-anarquico.html).
Es de lo que habla el artículo titulado “A bordo de los gigantes barcos dragadores que China está usando para rediseñar al mundo”, firmado por Vince Beiser, del Massachusetts Institute of Technology Review (ver: https://getpocket.com/explore/item/aboard-the-giant-sand-sucking-ships-that-china-uses-to-reshape-the-world).
Con el subtítulo “Barcos masivos, cantidades exorbitantes de arena y un apetito por el expansionismo en el Mar del Sur de China, es la receta para hacerse de tierra, como nunca antes”, el texto, expone la aberrante acción de hacerse de nuevas “tierras”, en medio del mar, en donde antes había sólo agua, mediante rellenos de tierra extraída de los fondos marinos, masivamente, sin que se tengan criterios ecológicos, del impacto ambiental, que toda esa extracción, tendrá en el ecosistema marino.
No es China el único país que hace eso. Estados Unidos también construye barcos dragadores, como el Ellis Island “un barco gigante, con la dragadora más grande, jamás hecha antes, en Estados Unidos, que puede escarbar 30 toneladas, con sus dientes de acero, los que excavan el fondo arenoso marino. Está conectada a dos tubos de 90 centímetros de diámetro, que succionan el material, y lo colocan en la cubierta del barco. Dicho barco, mide 132 metros. Y le toma varias horas llenarse con el material acuoso. Mediante varias tuberías, una vez lleno, la arena acuosa viaja, para colocarse en una isla o en donde se necesite realizar un relleno”, dice Beiser. Eso lo hicieron para reconstruir Ship Island.
Fue un trabajo de un año. Tanta arena se dragó, que podría haber cubierto al Ellis Island bajo 50 metros de ella, un total de ¡5.4 millones de metros cúbicos! “El costo total de reconstruir Ship Island fue de 350 millones de dólares.
En México, se ha usado para reconstruir playas en Cancún, por ejemplo, lugar en que la erosión provocada por el mar, el incremento del nivel de las aguas y huracanes, han desaparecido varios kilómetros de playa. Un artificial, costoso, destructivo sistema, para reponer lo que, por la acción humana, ha ido desapareciendo.
Eso se hace porque, con el calentamiento global, los huracanes son más frecuentes y más intensos. Su destructiva acción (que nosotros mismos hemos provocado, como señalé), levanta miles de kilómetros de arena de las playas y de otros sitios, rellenándolos con agua. Estados Unidos, el principal negacionista del cambio climático, ha sufrido mucho, últimamente, la acción de varios intensos huracanes, y las playas son convertidas en lugares lagunosos, en donde es necesario realizar tal acción de relleno. No me parece muy apropiada, pero para el turismo es vital, con tal que los playistas tengan su acostumbrado lugar de asueto allí, junto al mar.
Sin embargo, “comparado con lo que China está haciendo, es una gota en el océano”, dice Beiser.
“Para China, no sólo es importante para levantar barreras protectoras contra los mares que elevan su nivel o crear ‘nuevas tierras’. Pero para el presidente Xi Jinping, es una herramienta geopolítica importante. Hoy, más que nunca, las dragadoras, tienen el poder de crear tierra, en donde nada había, alterando las formas de las costas y los contornos de países. Ninguna nación ha usado este poder más celosamente que China”.
No es sorpresivo, pues es un país que viola, frecuentemente, todo tipo de tratados, con tal de asegurar su anárquico “crecimiento” económico y su poder político. Por ejemplo, no le importa afectar la vida marina, sobrepescando. Posee 17,000 barcos pesqueros, que invaden, incluso, áreas protegidas, como la de las Islas Galápagos, consideradas un área protegida mundial. Entre julio y agosto de este año, se vieron varios pesqueros chinos en dicha área, extrayendo, con grandes redes, el equivalente a 73,000 horas de pesca, o sea, miles de toneladas, lo que fue constatado por una ONG, y que un 99% de las embarcaciones que ilegalmente pescan en esa área, son chinas y que habitualmente lo hacen allí, sin importarles que hagan peligrar el equilibrio de esa frágil zona (https://www.zmescience.com/science/chinese-vessels-galapagos-052353/).
Así que, como dije, no sorprende que, desde hace años, China haya emprendido el dragado del mar, para “extender” o “construir” nuevas tierras que, claro, serán de su total dominio.
Eso lo hizo, inicialmente, adquiriendo barcos dragadores de Japón, Bélgica u Holanda. Pero ya construye sus propios dragadores, unos 200 a la fecha, y ahora esa actividad, el dragado, ha superado con creces a la de otros países. O sea, China es un “gigante” en el arte de seguir desgarrando y destruyendo las entrañas marinas. ¡Vaya mérito!
Dice Beiser que, de acuerdo con el grupo de investigación holandés Deltares, “desde 1985, los humanos han agregado 13,564 kilómetros cuadrados de tierra artificial a las costas mundiales (eso sería un cuadrado de unos 117 kilómetros por lado). China ha sido uno de las mayores contribuyentes y sigue siéndolo. Sólo en el 2015, China agregó el equivalente a dos Manhattans de ‘bienes raíces’. En años recientes, construyó dos islas artificiales para edificar un puente de 55 kilómetros, que conecta Hong Kong con Macao y la China continental, y fue inaugurado en octubre del 2018, siendo el mayor puente del mundo, que cruza el mar. Eso, lo hizo la empresa CCCC Dredging, la mayor del mundo. Como comparación, en el 2017, la mayor dragadora estadounidense, Great Lakes and Dock, obtuvo ingresos por $600 millones de dólares, en tanto que CCCC Dredging, se embolsó $7000 millones de dólares”. Sí, se percibe el gigantismo al que tiende China. Quizá quiera hacerlo comparable con su enorme población, 1,394 millones de habitantes, la mayor del planeta.
Aunque no es nuevo expandir tierras, como señala Beiser, pues ya, desde el siglo 11, lo hacían los holandeses. Y Manhattan, cuando tuvo como gobernador a Peter Stuyvesant (1592-1672), expandió la isla “con la tierra que salió de construir edificios y canales”. Pero se hacía a muy pequeña escala.
Y el principio básico, no ha variado, pues, luego de que se escarba, el resultante material, es succionado por tuberías. Muchos han sido los sitios en el mundo que se han expandido gracias a los rellenos, que han “ganado” área al mar. Hong Kong y Japón, han hecho aeropuertos, sobre tierra construida en el mar. Dubái, también ha hecho crecer su territorio, de tal artificial manera. Y son “terrenos de lujo”. ¡Absurdo!
Como la arena suelta, es cada vez más escasa, en el fondo marino, se usan las mencionadas excavadoras, cada vez más potentes, o sea, más destructivas, en su capacidad para demoler el fondo marino rocoso, pulverizarlo y lanzarlo por las tuberías. Inconcebible tan masiva destrucción.
CCCC Dredging, ya hace trabajos por todo el mundo, mostrando la influencia que China quiere tener, quizá como una especie de Estados Unidos asiático, con las mismas mezquinas intenciones, “conquistar” el planeta, para lograr su supremacía política y económica. Xi Jinping, ya es todo un dictador, dicho por sus mismos funcionarios, que desea perpetuarse en el poder y seguir con el expansionismo chino (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/08/el-dictador-chino-xi-jinping.html).
Por lo pronto, con la pandemia, ya logró China su acariciado “expansionismo mundial”.
Y, apoderándose ilegalmente, de una parte de las Islas Spratly, a la que no tenía derecho, ha “construido” dos islas artificiales más, para albergar, no casas o fábricas, sino nada menos que bases militares, las que están perfectamente pertrechadas, con distintas clases de armas y equipo militar. Sale a relucir, siempre, el poderío militar, como única forma de imponerse, un país, sobre los otros, además de que las armas son un gran, muy lucrativo negocio (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/12/ferias-de-armas-exhibicion-de-fuerza-de.html).
Otro lugar en donde China ha levantado islas artificiales, igualmente, para establecer bases militares, es en los alrededores de las Islas Paracelso, en donde ya construyó aeropuertos y baterías antiaéreas.
Eso, tiene tan preocupado a Estados Unidos, que, frecuentemente, bombarderos B-52, realizan recorridos sobre el área, a los que China responde con aterrizajes de sus propios bombarderos de largo alcance. Como ven, son los niños traviesos, jugando a las guerritas con sus “juguetitos”. ¡Vaya manera de manifestar el “avance de la civilización”, con armas, cada vez más mortíferas!
Ya, en septiembre del 2018, hubo rozaduras entre el Lanzhou, un destructor chino, y el USS Decatur, destructor estadounidense. Éste barco, andaba navegando cerca de las nuevas islas artificiales militares chinas y, por tal motivo, fue enfrentado por el chino. Por poco, se colisionan y salían destruidos los destructores. Eso, da idea de las tensiones militares que suceden día a día, de las que ni nos enteramos, y que pueden llevar a un destructivo conflicto nuclear, en el que no habría ganadores, sino que todos, fuera por la detonación inmediata o por la nube radioactiva generada, moriríamos.
Dice Noam Chomsky, ese gran pensador social estadounidense, que además de un colapso ambiental y creciente autoritarismo, el tercer latente elemento que nos destruirá, es un conflicto termonuclear. Tiene toda la razón, como vimos antes (ver: https://www.jornada.com.mx/2020/09/19/mundo/028n1mun).
Hay más de 19,000 bombas nucleares, de las cuales, hay 4,200 “activas”, o sea, listas para ser puestas en operación y que desplieguen un infernal Armagedón (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2012/07/el-mortifero-legado-nuclear.html).
Los altos mandos militares estadounidenses, reconocen que ya es muy tarde para que Estados Unidos controlara y deshiciera el poder que China ha logrado con sus islas artificiales, en el Mar del Sur de China.
Por otro lado, el daño ambiental, ha sido mayúsculo. La construcción de islas artificiales en el área de las Islas Spratly, destruyó arrecifes y vida marina permanentemente, dadas las montañas de arena que, infamemente, mezquinamente, China acumuló allí, para hacer las mencionadas islas, lo que el biólogo marino John McManus, de la Universidad de Miami, ha llamado “la más rápida acción de destrucción permanente de un arrecife de coral en la historia de la humanidad”.
Por eso, es que en la mayoría de los países, el dragado, sólo se emplea para rellenar áreas erosionadas, como playas, por el permanente daño al ecosistema marino, sobre todo, a arrecifes y todo tipo de vida marina, que se ocasiona. Aunque, como dije, el daño se causa desde que se excava el fondo marino.
Pero a China, tal daño, la tiene sin cuidado y continuará su infame, destructiva, mezquina acción de “ganar tierra” al mar. “La construcción de islas, como ha mostrado China, es uno de los más importantes proyectos. Hoy, el poder geopolítico, lo tiene no sólo el que controle todo un territorio, sino el que pueda hacer más”, concluye Beiser.
Pudiera parecer así, pero ni China, ni Estados Unidos, ni el resto de los países, se ponen a pensar en todo el daño que están ocasionando con esas estupideces, daño que se nos está revirtiendo, con temperaturas ascendentes, sequías, poderosos huracanes, incendios forestales, hambrunas, pandemias, galopante pobreza, disminución de recursos naturales, erosión de tierras, crecimiento de desiertos, envenenamiento de aire, mar, tierra… y otras graves consecuencias.
Por ejemplo, por las ascendentes temperaturas, los glaciares y los polos terrestres se están calentando de dos a cuatro veces, más rápidamente, que el resto del planeta, y ya se han dado temperaturas de 26º C, en sitios en que el hielo y bajas temperaturas eran permanentes todo el tiempo. Algo inimaginable (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/05/el-artico-ya-presenta-temperaturas-de.html).
Ese prematuro derretimiento – se tenía pensado que sucedería, por lo menos, en el 2050 –, hará que los niveles del mar, se eleven, al menos, cuarenta centímetros, en el 2100, si es que llegamos a ese apocalíptico año (ver: https://www.zmescience.com/science/melting-ice-sheets-could-add-40cm-to-global-sea-level-rise/).
Así que, al ir ascendiendo el nivel del mar, las “islas” artificiales chinas o las barreras que usan otros países, para evitar que el agua marina se les meta, serán rebasadas. Por más arena que se excave del fondo marino, llegará el momento en que el agua, de nuevo, reclame su territorio y todo lo inunde.
Y no sólo eso. Habrá efectos adversos insospechados, que se irán presentando, conforme el nivel destructivo y contaminador avance.
Será una gran lección, que el planeta asestará a todos los hombres, que se las dan de “dioses”, queriendo desafiar sus naturales leyes.
Habrá que agradecer, que muy pocos de los que ahora habitamos este sufrido planeta, llegarán al 2100, para ver ese Apocalipsis.
Contacto: studillac@hotmail.com