Amazon y sus esfuerzos por robotizarse y prescindir lo más que pueda de humanos
Por Adán Salgado Andrade
Amazon es una empresa que se distingue por sobrexplotar a sus trabajadores, incluso a riesgo de su salud, como sucedió durante los primeros meses de la pandemia, cuando varios fallecieron, contagiados por el covid, dado que no les proporcionó equipo de seguridad adecuado para evitar las infecciones (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/04/negligencia-de-amazon-con-sus.html).
Es tan mezquina que cuando un trabajador falleció el 27 de diciembre del 2022, en una bodega de Nueva York, los cínicos, nefastos gerentes de tal bodega, lo taparon con cartones, con tal de que los demás empleados no se dieran cuenta y siguieran trabajando como si nada. Esa acción irritó tanto a los trabajadores, que hasta organizaron una marcha, en donde clamaron que “¡Somos humanos, no robots!” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/02/en-instalacion-de-amazon-ocultaron.html).
Quizá justamente porque Amazon prefiera tener casi a puros robots trabajando, si no es que en la totalidad, está acelerando su carrera para fabricarlos y ponerlos a trabajar en casi todas las tareas que hasta ahora realizan personas.
El artículo del portal Wired, titulado “Los nuevos robots de Amazon están iniciando una revolución de la automatización”, firmado por Will Knight, justo revisa esa situación. “Una ola de avanzadas máquinas, llega a las instalaciones de la compañía, gracias a mejor Inteligencia Artificial y a robots muy inteligentes con los cuales trabajar, con o sin humanos”, inicia Knight su trabajo (ver: https://www.wired.com/story/amazons-new-robots-automation-revolution/).
El artículo abre con un video de un robot bautizado como Proteus, una especie de base rodante que hasta tiene “ojos” y “boca”, capaz de cargar contenedores del tamaño de maletas grandes, llenos de mercancías. “Cuando los ojos toman forma de corazones y la boca sonríe, es que está contento”, dice Sophie Li, la diseñadora, citada por Knight. “Y eso puede animar a los trabajadores humanos”, piensa ella. Dice Knight que “quizá no sea mala idea poner una cara sonriente en un robot, sobre todo, si va a interaccionar con personas”.
Otro es un brazo, bautizado como Sparrow, que tiene ventosas al final, para localizar y sostener objetos que se tienen que enviar, de acuerdo a los pedidos.
Es que ha crecido tanto el comercio en línea que Amazon, que se encarga de más de la mitad de esas ventas tan sólo en Estados Unidos, necesita la eficiencia de robots que no protesten. Su comercio ha crecido entre el 2010 y el 2020 de $32,000 millones de dólares (mdd) a $386,000 mdd, más de diez veces. “Por ello, cada vez son más necesarios los robots, para incrementar la productividad que no podría hacerse sólo con personas”, dice Knight.
Recientemente, uno de mis estudiantes me platicó que trabajó en una bodega de Amazon y, en efecto, muchas veces no pueden ni comer, por tantos pedidos que deben de localizar y enviar, subiendo y bajando escaleras toda la jornada.
Amazon ha tratado tanto de automatizar la producción, que “tres cuartas partes de los productos que comercializa, desde los más usuales, hasta los más impensables, son manipulados en alguna fase por un robot. Los 750,000 robots móviles, distribuidos en más de los 300 centros de entrega en todo el mundo, deben su origen a los primeros, muy rudimentarios, llamados Kiva, que se dirigían por rutas establecidas, pero que fallaban mucho”. Hay 1.3 millones de trabajadores, así que los robots equivalen al 57.7 por ciento de los humanos. ¡Vaya si quiere Jeff Bezos, el dueño de esa explotadora empresa, robotizarla!
Los intentos de crear sindicatos han sido poco afortunados, pues Amazon hace todo lo posible por evitar que se formen. El único que se ha fundado, en Staten Island, una zona de Nueva York, ha tenido una serie de problemas y, sobre todo, apatía de los trabajadores, lo que podría llevarlo incluso a su desaparición (ver: https://www.nytimes.com/2023/03/21/business/amazon-labor-union.html).
En cuanto a sus intentos de seguirse robotizando, hay otro brazo robótico llamado Cardinal, que tiene ventosas, parecido a los que arman autos, que usa visión de IA para identificar mercancías y tomarlas de una banda. Todavía está en proceso de pruebas
Sin embargo, hay muchas tareas que todavía no pueden hacer los robots, como localizar “unas pinzas para depilar, envolverlas y catalogarlas para su envío. Si esta tarea es muy sencilla para una persona, para un robot es todavía un enorme desafío”.
O como los “recogedores” que son personas que deben de recoger la mercancía que deja caer un robot llamado Hercules. “Un trabajador armado con una Tablet y un bastón, tipo como los de golf, tiene que recoger cosas que varios de esos robots dejan caer – digamos que por “error” – y entregarlas para que sean colocadas de nuevo en sus sitios”.
No parecen, pues, todavía muy seguros esos robots, si hasta tiran cosas.
Hay muchos otros robots que están en experimentación, pues le urge a Amazon crear más modelos que vayan sustituyendo las labores humanas. Por ejemplo, Pegasus, un robot sobre ruedas que tiene una banda superior, para transportar mercancías y vaciarlas por conductos que llegan a las bahías de carga. Otro es el Xanthus, que recoge y transporta cajas vacías para almacenar mercancías a donde se necesiten. Robin es un largo brazo mecánico que carga paquetes de bandas sin fin a los mencionados Pegasus. “Los mil robots Robin que tiene Amazon, tan sólo en el 2023, manipularon mil millones de paquetes, o sea un millón cada uno”. Claro, eso no podría hacerlo un humano.
Y en su carrera por robotizar lo más posible sus instalaciones, Amazon ya hasta tiene su propia fábrica de robots, en Reading, Massachusetts. La creó desde que en el 2012, adquirió Kiva Systems. Allí, está el Amazon Robotics, un laboratorio en donde se hacen las investigaciones para crear nuevos diseños “que puedan competir en habilidades con las personas”. Incluso, Amazon ha lanzado concursos “invitando a investigadores a diseñar robots que pudieran recoger todo tipo de objetos de sus estantes”.
Sobre todo, la competencia estaría en que los robots pueden soportar largas jornadas, sin protestar y sin hacer huelgas. Eso es lo que busca en realidad, y acelerar la entrega de productos, para aplastar a la competencia y casi monopolizar el comercio en línea.
Y claro que habrá muchos despidos, pues los robots harán las tareas de los humanos, “aunque habrá varias que sean tan específicas, que, de todos modos, no podrán ser sustituidas con máquinas”. Pero el pretexto de la robotización es que creará empleos nuevos, justo como, por ejemplo, los obreros que hagan robots o que incremente el número de repartidores al incrementar el número de ventas.
De todos modos, es una de las grandes contradicciones del capitalismo salvaje, emplear cada vez menos gente, pues si eso sucede, ¿quién comprará si cada vez va a haber menos personas empleadas?
Pero en eso no piensa Bezos. Sólo en aumentar la productividad, las ventas, para seguir siendo uno de los más ricos del planeta.
Y si sus trabajadores son despedidos y se mueren de hambre, ni hablar. Es la ley capitalista salvaje del más fuerte.
Contacto: studillac@hotmail.com