jueves, 21 de enero de 2021

Hambruna en Etiopía por guerra entre mafias en el poder

 

Hambruna en Etiopía por guerra entre mafias en el poder

Por Adán Salgado Andrade

 

 En Etiopía, dos facciones en el poder están en guerra. Las dos dicen que son el “gobierno legítimo”, y por eso, pelean entre sí.

Una, es la del actual mandamás, el señor Abiy Ahmed Ali, primer ministro de Etiopía. Por haber terminado con el largo conflicto territorial histórico con Eritrea, le concedieron el Premio Nobel de la Paz en el año 2019. Absurdo premio, pues en estos momentos, promueve la guerra como única “solución”.

El otro grupo, es el TPLF (Tigray People Liberation Front), el frente muy armado, que domina al estado de Tigray, al norte de Etiopía.

Las dos facciones están enfrentándose entre sí, con todo. Y, quien está padeciendo las consecuencias, es la población civil de Tigray. Miles de habitantes, están huyendo al Sudán o a Eritrea, con tal de no morir entre las balas cruzadas de los beligerantes (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/11/guerra-en-etiopia-por-conflicto-entre.html).

Pero ya sea en los campos para refugiados o en Tigray, se está generando una catástrofe humana, pues al carecer de alimentos, mucha gente está al borde de morir, por falta de ellos.

Es lo que expone el artículo de Associated Press titulado “ ‘Urgente necesidad extrema’: hambruna se cierne en el estado etíope de Tigray”, firmado por Cara Anna (ver: https://apnews.com/article/ethiopia-united-nations-kenya-ef0b6b2db2994d4c3042cf19f3d92a2a).

Abre el artículo una foto de un carretón, jalado por una mula, transportando bultos de granos, para paliar el hambre de algunos. Otra foto aérea, muestra que bodegas del Programa Mundial de la ONU, han sido destruidas, una infamia, pues los alimentos son esenciales.

Pero eso hacen las facciones en guerra, destruir alimentos, para forzar a la población a huir o al bando contrario a rendirse.

“Desde refugiados famélicos, hasta siembras incendiándose, que estaban por cosecharse, la hambruna amenaza a los sobrevivientes, tras más de dos meses de guerra en la región etíope de Tigray”, inicia Anna.

Los pocos trabajadores humanitarios que han podido llegar a la región, “describen niños debilitados, muriendo de diarrea, por beber agua contaminada de ríos. Las tiendas fueron saqueadas o vaciadas hace semanas. Un funcionario local dijo, en una junta sostenida el primero de enero, entre el gobierno y grupos de ayuda, que gente hambrienta había pedido que, por lo menos, le dieran ‘un pan’ “.

Dice Anna que “más de 4.5 millones de personas, casi toda la población de la región, necesitan urgentemente comida, pues de lo contrario, varios pueden morir, fue lo comentado en dicha reunión”.

Cita a Mari Carmen Vinoles, jefa de la unidad de emergencia de Médicos sin Fronteras, quien clama que “Es urgente, no sé cómo decirlo, que se incremente la respuesta humanitaria, pues la gente se está muriendo todos los días, mientras estamos hablando”.

“Pero zonas de guerra, resistencia de algunos funcionarios y gran destrucción, obstaculizan el masivo esfuerzo para repartir comida. Para enviar raciones de 15 kilogramos a 4.5 millones de personas, se requerirían más de 2,000 camiones, se dijo en la junta, pero algunos de los que ofrecen alimentos, lo harían a pie”.

“Y por la guerra, no es muy seguro incursionar en zonas aisladas, por los ataques”, señala Anna

Ya Etiopía había sufrido hambruna en los 1980’s, pero gracias a un rápido crecimiento económico, esos tiempos habían quedado atrás. Pero ahora, con los facciosos, ese “milagro” está olvidado y, de nuevo, el hambre pende sobre millones de etíopes.

“Ya, de por sí, Tigray tenía problemas con una plaga de langosta, cuando la guerra inició. Miles de personas han sido asesinadas por el conflicto. Más de 50,000 se han ido a Sudán, en donde un doctor dijo que los que están llegando, muestran síntomas de inanición. Otros, se refugian en terrenos áridos. Una mujer que dejó Tigray recientemente, describió que la gente duerme en cuevas y que algunos, llevaron su ganado, sus chivos y el grano que pudieron cosechar”, agrega Anna.

No cabe duda que los facciosos, sólo están pensando en ganar, no les importa el daño y drama humano que están ocasionando. La gente, perderá sus casas, sus cosechas, sus cosas, todo por un maldito pleito entre esas mafias.

“Hospitales y otros centros de salud, han sido destruidos, y son cruciales para tratar la desnutrición. En los mercados, no hay comida para vender o está muy limitada, declara la ONU”, señala Anna.

Y a pesar de que Ahmed Ali dijo en noviembre que había ganado la guerra, “los ataques continúan”.

Y con ello, destrucción y huida de la gente, pues se calcula que más de dos millones han sido desplazados.

Como se ve, la actual pandemia, es un problema menor, comparado con lo que la gente está sufriendo.

Me pregunto si los mafiosos que controlan Tigray podrían, de ganar, controlar un territorio sin gente y destruido. Pero así de estúpida es la guerra.

Y nadie en el “gobierno” de Ahmed Ali, comenta nada. Todos guardan un frío silencio, sabedores de las barbaridades que están cometiendo.

Los que se refugian en Eritrea, de todos modos, no cuentan con comida, pues no está llegando suficiente ayuda. Ya “diez por ciento de niños, muestran signos de desnutrición”.

Encima, como comento arriba, almacenes de comida de la ONU, fueron destruidos, con lo que no es posible, tampoco, almacenar suficientes alimentos.

Y aumentan las víctimas. “En los pueblos de Adigrat, Adwa y Axum, el nivel de muertes de civiles es extremadamente alto, como hemos constado en los sitios en donde hemos podido llegar”, declara a Anna Vinoles. “Están en guerra y no hay atención de la salud. Falta agua y deben de beber del río. En Adigrat, donde trabajo, hay 140,000 personas que toman agua contaminada de allí, y eso les ocasiona problemas severos de salud. Y caminas diez kilómetros adelante y todo es un total desastre”.

Otro trabajador humanitario dice que si ya, de por sí, hacía dos meses mucha gente sufría hambre porque las cosechas no se dieron adecuadamente, por la sequía, “ahora, imagínate, deben de estar peor”.

“La red de sistemas para alertar contra las hambrunas, una entidad manejada por Estados Unidos, señala que partes de Tigray central y oriental, están ya en fase 4, un paso antes de la hambruna”

John Shumlansky, el representante de Servicios Católicos Humanitarios, dice que los siguientes meses, son críticos. “Hemos distribuido a unas 70,000 personas, raciones de alimentos para tres meses, pero no basta. Si no podemos acceder a esas regiones, mucha gente va a morir de hambre”, advierte.

Le preguntó Anna si pensaba que los combatientes usaban el hambre como arma. “No creo del gobierno etíope, pero de los de Tigray, no lo sé, aunque no creo que éstos tengan comida”.

Puede ser que Ahmed Ali esté obstaculizando el reparto de comida, para que sus enemigos no la tengan.

Y si es así, ¡vaya infamia del Premio Nobel de la Paz 2019!

Es capaz de matar a la población civil de hambre, para acabar con sus armados enemigos.

Pero ambas facciones han de decir “¡hasta la victoria, aunque matemos o nos maten de hambre!”.

Así de estúpida, brutal e infame es la guerra, la “solución” preferida del “racional” ser humano.

 

Contacto: studillac@hotmail.com