lunes, 3 de agosto de 2020

El plástico que va a los océanos, se triplicará en veinte años

El plástico que va a los océanos, se triplicará en veinte años

por Adán Salgado Andrade

 

El plástico ya puede considerarse otro elemento. Es tanta su desmedida producción, que invade todo, sea basura plástica, como botellas, o microplásticos, resultantes de la degradación de tal basura o de las fibras que produce el desgaste de millones de prendas sintéticas, cada que se meten a la lavadora. Por ello, ya hasta en lugares “prístinos”, como bosques, selvas, glaciares y los polos, existe ese dañino material (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/los-contaminantes-microplasticos-ya.html).

No conformes las empresas que lo producen, como las petroleras o empresas embotelladoras, como Coca-Cola, sin el mínimo de conciencia ecológica ninguna de las anteriores, pretenden aumentar todavía más la producción de plástico (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/las-contaminantes-petroleras-y-coca.html).

Y esa continua, creciente producción de plástico, multiplicará la basura resultante, sobre todo, la que va a dar al mar, que se triplicará en veinte años, como informa un artículo de The Guardian, titulado “La basura plástica que entra a los océanos, se triplicará en veinte años”, firmado por Fiona Harvey (ver: https://www.theguardian.com/environment/2020/jul/23/plastic-waste-entering-oceans-triple-20-years-research).

Acompañan el artículo, dramáticas fotografías. Una de ellas, de un hombre recogiendo botellas plásticas de un basurero. Otra, muestra cientos de kilogramos de desechos, invadiendo una playa de la ciudad de Panamá. En ésta, buitres vuelan por allí, quizá teniendo que cambiar su dieta a “carroña” plástica, a falta de animales o humanos muertos, en descomposición. Muy tristes ambas imágenes.

Aquí, lo podemos ver, pues los parques y áreas verdes de la ciudad, son sinónimo de tiraderos, llenos de basura, de entre la que abundan plásticos, como botellas, ropa sintética, bolsas… denotando la falta de conciencia ecológica de la mayor parte de la gente. ¿Será que la pandemia, es una forma de purificación del planeta, para deshacerse de algunos millones de depredadores seres humanos?

En fin, un estudio, en el que se basa el artículo, muestra que, aunque se hagan esfuerzos por reducir la fabricación de plástico y aumentar su reciclaje, “será apenas un mordisco en el tsunami de desperdicio producido”.

De acuerdo con tal estudio, aunque se hagan drásticos cortes “al flujo de plásticos que llegan a los océanos, a través de medidas tales como restringir la venta y uso de materiales plásticos, imponiendo alternativas (plásticos biodegradables, por ejemplo) y otras importantes disposiciones, la basura se reducirá a poco menos de la mitad de los niveles actuales”. Es decir, estamos ante una cínica situación, en donde, en lugar de que se prohibiera la producción de plástico totalmente, seguirá, pues así conviene a los intereses de las plastificadoras. Los negocios seguirán, casi como si nada.

Y se irán al mar, y contando, los once millones de toneladas de basura plástica, que cada año, llegan allí, conservadoramente hablando.

El estudio indica que, si sigue sin freno la producción actual, “la cantidad de basura plástica que contamine los océanos, se incrementará a 29 millones de toneladas al año, para el 2040, el equivalente a cubrir con 50 kg de esa basura cada metro de las costas del planeta”. ¡Imaginen, ya no habrá playas prístinas, pues el plástico flotará y las invadirá, como sucede, incluso, con islas desiertas, antes consideradas paradisiacas.

Lo poco que se hace, apenas si reducirá el volumen de basura en 7% para el 2040, si es que realmente se hace. Pero, como dije, los negocios deben de ser business as usual. Sale más barato para empresas contaminadoras, como Coca-Cola, comprar envases nuevos, no reciclados.

Y el plástico que se va al mar, se queda ahí para siempre, formando islas de plástico, siendo ingerido por especies marinas, como delfines, ballenas, tortugas, tiburones y otras.

Además, se degrada, hasta convertirse en los mencionados microplásticos, los cuales, también son ingeridos por microanimales, como el plancton, que forma el inicio de las cadenas alimenticias. (ver: https://www.youtube.com/watch?v=2oQeXhURTgY).

Si esos microanimales básicos ya tienen plástico en sus organismos, nosotros, también. De hecho, se calcula que ingerimos, de varias fuentes, una cantidad de microplásticos equivalentes al de una tarjeta de crédito.

Insisten los científicos que se debe de incrementar el reciclaje y hacer leyes que hagan obligatoria la disminución en el empleo del plástico como material de fabricación. Pero, pareciera que se le dijera a las industrias que hagan más y más cosas plásticas. La cantidad de ese material, en todo, tiende a incrementarse. En artículos como autos, los plásticos, van aumentando en la carrocería, interiores, piezas eléctricas, engranes… y estoy seguro que si sus motores se pudieran hacer de plástico, las automotrices procederían a hacerlo.

Señala Harvey que, si se implementaran medidas eficaces para reducir la producción de plástico, “se requeriría una inversión de unos $150,000 millones de dólares (mdd) globalmente, durante los próximos cinco años, pero eso daría ahorros por $70,000 mdd, comparados con los $670,000 mdd que les costaría a los gobiernos el ineficiente manejo del desperdicio plástico de aquí al 2040, además de que se cortarían las emisiones de gases efecto invernadero, asociadas con el plástico, en una cuarta parte y se crearían 700,000 empleos, asociados a tales actividades”.

El estudio fue encabezado por el Pew Charitable Trusts, cuyo director, Simon Ready, dice que “todas las iniciativas, hasta ahora, hacen poca diferencia. No hay una bala de plata, no hay una simple solución que pueda ser aplicada, se requieren muchas. Usted necesita innovación y los sistemas cambian”. Sí, porque estamos tan familiarizados con el plástico, que casi todo está hecho de ese material, que hasta, para muchos, podría ser una especie de “violación” a sus derechos humanos, el que se suspendiera definitivamente la producción de plástico, empezando por las plastificadoras.

Por ejemplo, la recolección del plástico, como los envases de todo tipo, no se hace mediante instituciones gubernamentales o empresas privadas, sino que depende, en un 60%, de recolectores individuales (los aquí llamados pepenadores), que son mal pagados, así, como lo que recolectan. Es una miseria lo que pagan por el kilogramo del llamado PET, en México, dependiendo del estado, que puede ir de los tres a los cinco pesos. Para que botellas aplastadas completen un kilogramo, se requieren de docenas. Pero, aun así, lo hacen, pues es su medio de sobrevivencia. Dice Ready que “su contribución para prevenir la polución plástica del océano, no se reconoce y se mal paga”. Como señalé, no hay empresas privadas o públicas que se interesen por esa despreciada actividad. Hay que ver cómo esas personas, husmean entre la basura buscando botellas todo el día, para, al final, cuando las venden, obtengan unos cuantos pesos.

Señala Harvey que “si se intervinieran eficientemente los sistemas del manejo de desperdicios del planeta, se lograrían ahorros de un 18%, comparados con los deficientes servicios actuales, pero tendrían que ser realizados por empresas privadas, las que incluirían todos sus costos”. En efecto, el reciclaje de basura es buen negocio. Por ejemplo, en Europa, hay muchas empresas privadas que reciclan papel y es ya una excelente lucrativa actividad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/el-papel-mas-ecologico-y-reciclable-que.html).

El mencionado estudio, no consideró la basura plástica extra que está dejando la pandemia, tomando como justificación que todo debe de ser desechable para “evitar contagios”. Pero, en efecto, ha incrementado hasta en un 50% los desechos plásticos, como los tapabocas, fabricados con telas sintéticas plásticas, que hasta andan flotando en el mar. De qué sirve que se tomen medidas profilácticas para evitar contagios, si se están tirando por millones esos enseres “sanitarios”.

Y como ese estudio, seguramente habrá otros y se seguirán haciendo, todos mostrando que debe de reducirse o anularse la dañina y depredadora producción de plásticos.

Pero el capitalismo salvaje no entiende. Se predice que rebasarán en el 2050 los plásticos, en volumen, a todas las especies marinas. “Lo que ha de ser, será”, dice el proverbio japonés.

Que así sea, dice el capitalismo salvaje.

 

Contacto: studillac@hotmail.com