La nueva “normalidad” climática y social
Por Adán Salgado Andrade
Los fuertes, brutales
cambios que el capitalismo salvaje está produciendo día a día en todo el
planeta están creando una nueva “normalidad” climática, que se manifiesta en
muy graves formas.
Por ejemplo, el
calentamiento global, debido al efecto de los millones de toneladas que se
producen, día a día, de gases efecto invernadero, como el CO2 o el
metano, es ya irreversible, habiendo aumentado la temperatura del planeta en
más de un grado. Y para el 2030, se estima que quizá llegue a 1.5º C o más,
algo que se tenía previsto para el 2040, cuando menos.
Y nada se está haciendo
para aminorar los devastadores efectos que está ocasionando un clima más
caluroso en todo el planeta, como los deshielos de polos y glaciares,
prolongadas sequías, lluvias torrenciales, huracanes y tornados muy intensos.
Eso se está revisando
por científicos de varios países, en lo que se conoce como la Cumbre Climática
COP25, que en diciembre del 2019, presentó un desalentador informe, debido,
sobre todo, a que, a pesar del reciente acuerdo de París, ningún país,
prácticamente, está tomando las medidas a las que se comprometieron,
principalmente en cuanto a la reducción sustancial de emisiones de gases
contaminantes.
El portal informativo
sobre ciencia ZME Science, publicó recientemente un artículo al respecto,
firmado por Fermin Koop, en el que se señalan todos los problemas que la falta
de acción para reducir la contaminación y depredación ambiental ocasionan al
planeta y hasta a la salud humana (ver: https://www.zmescience.com/science/extreme-weather-is-the-new-normal-among-other-depressing-climate-projections/).
Justamente señala Koop
que al no cumplirse los compromisos aceptados en el Acuerdo de París – del que
Estados Unidos, el mayor contaminador mundial, se salió –, citando al informe
del COP25, “el cambio climático está sucediendo mucho más rápido y más fuerte
de lo que esperábamos. Todos estamos bajo amenaza si esto continúa. Debemos de
actuar ahora y no podemos perder más tiempo”, fue la declaración urgente de
Patricia Espinoza, titular del Cambio Climático de la ONU.
Y enumera Koop las
circunstancias por las cuales se evidencia que nada se está haciendo para
disminuir la contaminación global de todo lo que la produce.
Señala que aunque
algunos países están tratando de usar más energías renovables, de todos modos
se siguen usando, al alza, energías fósiles, como el carbón o el petróleo. Ya,
las depredadoras petroleras, anunciaron que van a producir más plástico, para
compensar la disminución de consumo de gasolinas que dejará el mayor uso de
autos eléctricos. Antes, están sus intereses, que permitir que sus ganancias
bajen, no importa que ahoguen al planeta con plásticos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/01/las-contaminantes-petroleras-y-coca.html).
Pero, de todos modos,
el uso masivo de autos eléctricos conducirá a otra catástrofe ambiental, debido
a que la extracción del litio, necesario para las baterías, requiere el empleo
intensivo de agua potable para su procesamiento, la que queda contaminada
permanentemente. Se necesitan 1,893 litros de agua para procesar tan solo un
kilogramo de litio. Con eso, quizá disminuyan las emisiones contaminantes de
los autos de combustión, pero se generarán otros graves problemas ambientales
(ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/03/la-explotacion-de-litio-otro-desastre.html).
Por el calentamiento
global, se está acelerando el ya mencionado derretimiento de polos y glaciares.
En el verano del 2019, Groenlandia perdió nada menos que 600 mil millones de
toneladas de hielo, lo que hizo que subiera el nivel del mar en todo el planeta
2.2 milímetros (ver: https://www.zmescience.com/science/greenland-lost-600-billion-tons-of-ice-last-summer-satellite-data-shows/).
Parece poco, pero sólo
consideren la masa oceánica de agua de todos los océanos y es una considerable
influencia. Y cuando todas las áreas congeladas se derritan, el nivel del mar
podría subir hasta siete metros. Zonas costeras serán ya inhabitables.
Además, ya se están
rompiendo records de calor, sobre todo en ciudades, en las cuales, el efecto
isla de calor, que lo captura por tanto asfalto y concreto, empeora las altas
temperaturas. Tales sitios sólo siguen activos gracias al aire acondicionado,
el que, de todos modos, es redundante y empeora el problema, pues produce mucho
calor para funcionar, además del brutal consumo de electricidad que requiere el
enfriamiento del aire. Ciudades como Phoenix, en Arizona, Estados Unidos,
incrementan su temperatura por las noches en uno o dos grados, debido al masivo
uso del aire acondicionado (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/10/el-toxico-y-mortal-calentamiento-global.html).
Por otro lado, el
deshielo de los glaciares dejará sin agua dulce a millones de personas que
dependen de ellos para surtirse del vital líquido. No sólo eso, sino que la
biodiversidad está también afectándose. “Esto está conduciendo a una reducción de
la biodiversidad y un creciente número de especies se extinguen cada año. El
calentamiento global de entre 1 y 2 grados Celsius, podría conducir a pérdidas
de la biodiversidad entre 14% y 99% en tierra, arrecifes de coral y peces”.
La biodiversidad es la
que nos permite vivir. Insectos tan útiles como las abejas, imprescindibles en
la polinización, se están acabando. Y sólo es un ejemplo. Miles de especies
animales y vegetales, importantes también, como se señala, se están perdiendo.
Lo peor es que ignoramos los efectos que su desaparición tendrá en el medio
ambiente y en nuestra existencia (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/03/la-perdida-de-biodiversidad-la-perdida.html).
Otra consecuencia del
calentamiento global es hacia las selvas y bosques, los que están siendo muy
afectados. La selva amazónica de Brasil, por ejemplo, está siendo diezmada por
criminales acciones humanas – alentadas por el actual fascista que comanda a
ese país, Jair Bolsonaro –, que incendian a propósito miles de hectáreas, para
que, en lugar de grandes árboles y toda la biodiversidad selvática, sólo queden
pastizales para el ganado y, así, aumentar la producción de carne vacuna “para
alentar el progreso” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/los-criminales-provocados-incendios-de.html).
Pero, además, las
largas sequías están acabando con selvas y bosques, pues llega el momento en
que los árboles, por muy profundas que tengan sus raíces, no hallan agua, pues
hasta la subterránea se está agotando, y comienzan a morir. Los bosques saludables absorben un
tercio de los gases efecto invernadero, pero, al morir, al contrario, producen
más de aquéllos gases. Para agravar más las cosas, la resequedad de los bosques
y selvas, los predispone a incendios, los que cada vez son más intensos y
destructivos. Los ocurridos a fines del 2019 y principios del 2020 en Australia,
han sido considerados como los más devastadores de la historia reciente, pues
fueron tan intensos que duraron meses sin poderse controlar. Tan intensos que,
incluso, rebasaron todos los modelos matemáticos que consideraban que algo así
ocurriría hasta el año 2100. Y sus terribles efectos acabaron con millones de
plantas y animales, muchos de los cuales estarían ya extintos (ver: https://www.wired.com/story/australias-bushfires/).
Los incendios
forestales de Australia han sido de los más intensos últimamente, pero en
Estados Unidos, Canadá, Alaska y Rusia, también los ha habido, todos debidos a
las prolongadas sequías. En Estados Unidos, en el 2018, un intenso incendio
forestal acabó con la localidad de Paradise, en California, dejando varios
muertos y fuertes daños materiales. Ya no es seguro ni “alternativo” vivir en
medio de un bosque (ver: https://earther.gizmodo.com/what-happens-after-an-entire-town-burns-to-the-ground-1830441990).
También señala el
reporte que la seguridad alimentaria peligra, pues al haber menos lluvias, las
cosechas escasearán, por mucho que se fertilicen las tierras agrícolas. Sobre
todo en países en donde las tierras son de temporal, como en México, un buen
ejemplo de la disminución alimentaria, pues una buena parte de los campesinos
mexicanos dependen de las lluvias. Como éstas disminuyen o se atrasan cada año,
las cosechas, de frijol, por ejemplo, son magras. El año pasado se desplomó su
producción 42%, por el retraso de lluvias (ver: https://www.jornada.com.mx/ultimas/mundial/2019/09/09/se-desploma-42-la-siembra-de-frijol-en-mexico-debido-a-la-sequia-9439.html).
No sólo las sequías
reducen las cosechas, sino que “un creciente aumento de los gases efecto
invernadero reducirían la calidad nutricional de las cosechas de cereales. Los
rendimientos agrícolas se están ya reduciendo debido al cambio climático, sobre
todo en los trópicos, así como la cantidad de peces en el mar”.
En efecto, la acidez
marina, producida por el calentamiento marino, está afectando la vida marina.
Los océanos absorben el 90% de las emisiones contaminantes y eso afecta a
peces, corales y otras especies (ver: https://www.theguardian.com/environment/2020/jan/13/ocean-temperatures-hit-record-high-as-rate-of-heating-accelerates).
Los más afectados, por
tanto cambio, serán los pobres del mundo, los más de dos mil millones que viven
con un dólar o menos al día. El cambio climático obligará a millones de
personas en el planeta a cambiar su lugar de residencia, serán los refugiados climáticos
(ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/01/los-refugiados-climaticos.html).
Pero eso sólo podrán
hacerlo quienes tengan los medios. Los que no, tendrán que adaptarse a vivir,
por ejemplo, en zonas que se inunden cada año, bosques que se incendien, áreas
que sufran largas sequías… lo más seguro es que millones morirán, ante la
indolencia del resto de sus individualistas congéneres, enfocados a resolver
sus propios problemas (y, por desgracia, con el individualismo que se está
reforzando aún más en estos tiempos de pandemia, será, el egoísmo, una actitud
que se enraizará más, como veremos adelante).
El reporte concluye
que, aunque hay varios sectores sociales que protestan frecuentemente, por la
falta efectiva de medidas que reduzcan la contaminación y calentamiento global,
poco se hace. Un buen ejemplo es el de la joven activista sueca Greta Thunberg,
quien, por más discursos y acciones que ha dado en varios foros
internacionales, no pasan sus protestas de ser aplaudidas por los asistentes,
pero nada de reales compromisos ha logrado.
Así que, siendo
mediocres, tendremos que “acostumbrarnos” a la “nueva normalidad”, pues son más
importantes los “negocios acostumbrados” (business
as usual), que la salud ambiental y humana.
Y llego a la segunda
cuestión del artículo, la “normalidad social”. La actual pandemia que se
desarrolla por estos días (marzo del 2020), debida a la muy rápida diseminación
del virus Covid-19, ha mostrado lo frágiles que somos antes eventos tan
inesperados como ese, que ocasionan emergencias de salud que no serán fáciles
de controlar, hasta que sea creada una vacuna o medicamento realmente efectivo
para detener o curar dicho mal.
Pero antes, hay que
señalar que la aparición de ese virus, es una consecuencia más del anárquico
funcionamiento del capitalismo salvaje, que está arrasando con el planeta,
invadiendo espacios exclusivos de especies animales y vegetales silvestres, ya
de por sí estresados por el calentamiento global. No sólo eso, sino que por
ingerir especies animales “salvajes”, patógenos propios de ellas, han ido
saltando al organismo humano y algunos de ellos han hallado ideales condiciones
para desarrollar males, como el SIDA o el actual mal respiratorio. Científicos
chinos vaticinaban hace más de un año que la ingesta humana de murciélagos, por
ejemplo, ocasionaría que un virus que en esos mamíferos es inerme, provocaría una pandemia como la actual, al desarrollar su
potencial patogenidad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/03/cientificos-chinos-previeron-hace-un.html).
En fin, eso ha servido
para que países como China, de por sí autoritarios, estén aprovechando la
pandemia para imponer patrones de control social distópicos, en donde se
justifica cualquier nivel de autoridad para “controlar”, en este caso, la
pandemia.
El escritor chino Ma
Jian (Qingdao, 1953) es perseguido político por sus ideas en contra de la
autocracia china. Sus libros están prohibidos en China, justo por sus críticas
ante la cerrazón de ese autoritario país.
En un artículo
reciente, publicado por The Guardian,
señala todas las veces que la mafia china en el poder, ha tratado de ocultar
protestas o problemas sociales con el simple empleo de la fuerza bruta (ver: https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/feb/26/the-reaction-to-the-outbreak-has-revealed-the-unreceonstructed-despotism-of-the-chinese-state).
Represiones como la de
Tiananmen, durante la cual cientos de los manifestantes fueron asesinados “en
nombre de la revolución”, muestran hasta qué nivel tal mafia puede actuar, con
tal de mantener controlada a la gente. Más recientemente, se está tratando de
controlar a la población de Uigures, quienes son musulmanes, encerrándolos en
campos de concentración para “reeducarlos” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/01/los-muy-temibles-centros-de-reeducacion.html).
Enfatiza Ma Jian que el
problema se agravó precisamente porque el régimen autoritario de Xi Jinping
trató de ocultarlo desde el principio. Se refiere al Partido Comunista como “un
malévolo patógeno que ha infectado a los chinos desde 1949. Pero bajo el
mandato de Xi, se ha mutado en su más siniestra forma, dejando que el
capitalismo crezca rapazmente, mientras reafirma un control leninista. La
promesa de riqueza y gloria nacional, ha cegado a muchos chinos, quienes no ven
las cadenas que ciñen sus pies y el alambre de púas que cerca lejanos campos de
concentración”.
En efecto, China ha
abrazado un irracional crecimiento económico, a costa de un férreo control
poblacional y una brutal devastación de sus recursos. Y, como señala Ma Jian,
la gente está deslumbrada con ese irracional crecimiento, pero no ve que sus
voluntades están “esclavizadas” (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2013/09/china-autoritarismo-capitalismo-salvaje.html).
Refiere Ma Jian el ya
conocido caso del oftalmólogo Li Wenliang, fallecido a causa del Covid-19,
quien desde el 30 de diciembre del 2019, reportó entre sus conocidos y
familiares, por WeChat – el Facebook chino –, sobre siete personas infectadas,
que presentaban síntomas similares al virus del Sars (la influenza aviar, que
provocó otra epidemia en el 2009), pero que sólo se ganó que policías lo fueran
a intimidar y a amenazar, de que si no se callaba, lo pondrían en la cárcel.
Su muerte, algunas
semanas después, logró que la gente lo tome como un héroe y que sea bandera de
lucha para que varios activistas estén tratando de que haya algún tipo de
apertura ante ese cerrado y autoritario sistema, como Yaqiu Wang, luchadora por
los derechos humanos quien afirma que “no importa qué tan limitados los
recursos gubernamentales estén, pero silenciar las críticas, siempre será la prioridad
Número Uno del Partido Comunista Chino” (ver: https://www.hrw.org/about/people/yaqiu-wang).
El no haber hecho caso
a la advertencia de Li Wenliang, provocó que el contagio se acelerara. Se
habría reducido la infección en un 95%, de haber actuado a tiempo (ver: https://www.zmescience.com/medicine/china-coronavirus-coverup-05253/).
En otro artículo,
publicado por Wired, firmado por Alex Gladstein, se discute que en países
dictatoriales, justo como China, Irán o Norcorea, el ocultar los problemas,
llevó a que la diseminación del Covid-19 fuera mucho más severa, no sólo en
esos países, sino globalmente, como ya se está viendo (ver: https://www.wired.com/story/opinion-dictatorships-are-making-the-coronavirus-outbreak-worse/).
Claro que ya, a estas
alturas, ni en los países “democráticos”, digamos, como Italia, se ha podido
controlar debidamente la emergencia médica, lo que está llevando a adoptar
medidas extremas, como la reclusión obligatoria de las personas en sus casas,
paralizando todo tipo de actividades, tal como se hizo en China.
La periodista china Lily
Kuo, corresponsal del diario The Guardian
en China, comenta en un podcast, cómo las draconianas medidas chinas para
contener la pandemia se aplicaron, al extremo de sentenciar con seis meses de cárcel
a las personas que la policía sorprendiera en la calle, incluso cuando éstas
ofrecieran razones de peso para hacerlo (ver: https://www.theguardian.com/news/audio/2020/mar/27/what-can-we-learn-from-chinas-handling-of-coronavirus-podcast).
Y siguiendo los pasos chinos,
se está imponiendo el concepto de “sana distancia”, según el cual, no se puede
interactuar entre la gente como siempre ha sido, con cordialidad, saludándose,
abrazándose, besándose, además de que, en casos extremos, se les recluye en sus
casas obligatoriamente. Dice Kuo que las “autoridades” chinas se congratulan de
ver que sus criticadas prácticas se están usando ya en muchos países “democráticos”,
como Inglaterra, Italia o España.
En un mundo cada vez
más hostil, cuando el tejido social está severamente dañado, acciones como esas,
aun en nombre de la “salud”, lo descompondrán todavía más.
Hay reportes de que ese
forzado aislamiento está incrementando la violencia familiar, de sociópatas que
se dicen los “jefes de familia” que golpean o hasta asesinan a sus esposas o
hijos. Han crecido las quejas de violencia intrafamiliar y hasta se han
reportado asesinatos, como el de un hombre que asesinó en Valencia, España, a
su esposa, frente a los hijos de ambos (ver: https://www.theguardian.com/society/2020/mar/28/lockdowns-world-rise-domestic-violence).
Si la “sana distancia”
conduce a un individualismo atroz, seremos muy funcionales a un sistema que se
empeña en eso, en individualizarnos, en hacernos egoístas, autómatas-consumidores,
para evitar la unión, la que da la fuerza social.
Muy ideal y oportuno,
pues la aparición del Covid-19 está justificando medidas aislacionistas. Como señalé,
en España o Italia, la policía refuerza las cuarentenas, siendo muy difícil que
las personas salgan, ni siquiera para comprar alimentos o medicinas.
Y no es lejano pensar
que cosas así se impongan de nuevo,
imprevistamente, por cualquier motivo, siempre justificando que es “por el bien
social”.
En China, comenta Kuo,
ya será permanente el uso de una app en los celulares, llamada Health code, código de salud, que tendrá
tres colores, verde, amarillo y rojo, concernientes al "estado de salud”
del usuario. El verde, significará que está totalmente sano y puede hacer sus
actividades normales, hasta viajar. El amarillo, que está bajo sospecha de
portar el Covid-19 u otros males y puede ordenársele que se recluya en su casa.
El rojo, es alto peligro, pues está infectado del Covid-19 y debe de estar encerrado
en su casa obligatoriamente. Pero
dice Kuo que los colores son caprichosos, cambian, y casi siempre es amarillo o
rojo lo que impera. La gente piensa que hay algo más allá de sólo monitorear la
salud en esa app, pero se resignan a su existencia, pues si cuestionan su
implementación, son “enemigos del pueblo”. El escritor chino Yu Hua se refiere
a eso en su libro “China en diez palabras”, a que el régimen “comunista” considera
a los activistas o disidentes políticos no como perseguidos por sus ideas, sino
como vulgares delincuentes que se oponen a “la revolución”, y merecen ser
tratados como lo peor, ejecutándolos incluso. Se comprende, entonces, que nada
objeten la mayoría de los chinos.
Sin embargo, sigue diciendo
Kuo, entre la gente se han desarrollado conductas que tratan de fomentar más
las relaciones, al menos entre familias, como salir todos juntos al cine o al
parque, lo que antes no se hacía o muy poco.
Sí, sería una muy buena
consecuencia de tanto autoritarismo, que al menos entre las familias se fomente
la “unión”, no entre la sociedad toda, pues de todos modos, millones de
familias aisladas, muy unidas y formando
su propio mundo, no son de peligro. Y todo gracias a la emergencia, la que
justificó el “tratamiento de shock”, cuando lo único que funciona es un brutal “tratamiento
de raíz”
Como señala la
periodista Naomi Klein en su libro The Shock
Doctrine, en el que plantea la tesis de que “en todo el mundo, la
instauración de brutales medidas económicas y de control social que sólo han
favorecido, y continúan favoreciendo, al capitalismo salvaje, se ha facilitado
cuando concurren eventos tan catastróficos y graves, que son capaces de poner
en ‘shock’ a todo el sistema y que, en consecuencia, merecen un tratamiento de ‘shock’
acorde a la ‘dramática’ situación”, justo como lo que ahora vivimos. Sí hasta la
“violencia de Estado” se permitirá (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2009/03/la-muy-oportuna-descomposicion-del.html).
Lo ideal, en esta
situación, sería que todos los hombres y mujeres que habitamos este depredado
planeta, desde los que están en los cargos del poder, hasta los que vivimos
subordinados a ellos, aprendiéramos la amarga lección, que tomáramos conciencia
de que esta pandemia es una consecuencia de nuestras irresponsables,
retrógradas, destructivas, egoístas… acciones.
Que la Naturaleza nos
está advirtiendo que o corregimos el rumbo, o la “normalidad climática”
descrita antes, será el futuro.
Pero para el oportunista
capitalismo salvaje y los poderes fácticos que lo respaldan, sólo será una
buena oportunidad más de hacer muy buenos negocios – una vacuna “milagrosa” que
acabara con el mal ya, para la farmacéutica que la creara, significaría súper
ganancias – y de justificar más represión social de la que ya sufrimos.
Llegará el día en que
nos impongan vacunarnos contra todo, para “estar saludables” y seguir
trabajando, obedeciendo, consumiendo cuanta mierda nos vendan y pagando cuanto
impuesto nos inventen.
Dice Kuo que en China
ya se dio la orden de regresar a trabajar “cuanto antes”, echando a andar a las
fábricas y oficinas a todo lo que den, para “superar la debacle económica lo
antes posible”. A pesar de que científicos advierten que podría darse una nueva
ola de contagios, mucho peor que la “ya superada”. O sea que, por imposición de
la mafia en el poder, el Covid-19 en China está muerto.
Así que, muy a
conveniencia, la nueva “normalidad social” o nos paralizará por completo o nos
pondrá a trabajar a todo lo que demos.
Muy oportuna, pues, la
presente pandemia, aderezada de miedo y terror extras, para que funcione mejor.
Contacto: studillac@hotmail.com