viernes, 19 de agosto de 2022

La agresiva competencia automotriz en EEUU, desapareció muchas marcas en el siglo veinte

 

La agresiva competencia automotriz en EEUU, desapareció muchas marcas en el siglo veinte

Por Adán Salgado Andrade

 

El capitalismo salvaje es un sistema económico que se autodestruye a sí mismo. Miles de empresas de todo tipo y giro, han desaparecido ante la brutal competencia y sólo unas pocas de las iniciadoras de una determinada actividad, han logrado permanecer en el mercado (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2022/04/el-capitalismo-salvaje-se-autodestruye.html).

En particular, el sector automotriz estadounidense, es el que ha visto miles de empresas fundadas y desaparecidas, algunas, al poco tiempo de formadas y otras, que lograron resistir varias décadas, hasta que no pudieron más. Se calcula que ha habido, desde los inicios de la fabricación de automóviles, más de 2,000 marcas, las que sucumbieron ante las llamadas Big Three (ver: https://arstechnica.com/cars/2021/10/9-past-mistakes-offer-lessons-for-todays-hot-new-automakers/).

Las que lograron mantenerse por varios años, fueron la Hudson Motor Car Company, la Nash Motors Company, la Studebaker Corporation y la American Motors Corporation. Otras, fueron demasiado pequeñas para competir y duraron pocos años o hasta meses. El documental Great Cars: Orphan Cars (Grandes autos huérfanos), muestra la exhibición que se hace de autos como Edsel, Corvair, Hudson, Studebaker, Hupmobile, Crosley, Maxwell, y otras desaparecidas marcas, “que son consideradas huérfanas. Cada verano, a las afueras de Ypsilanti, Michigan, un grupo de amantes de autos, se reúnen para una exhibición que ha sido llamada excéntrica, absurda o sólo chistosa. Este apasionado grupo de fanáticos de autos, llega con una colección de autos fantasmas, que han cuidado por varios años. Estos autos brillaron en su momento y luego, murieron. Muchos de estos ‘autos huérfanos’, tenían diseños inusuales y muy buenas cualidades mecánicas. Fueron creados por gente que deseaba salir de lo común, pero fracasaron. Sin embargo, hay personas dedicadas, que aprecian estas marcas y han convertido a estos subvalorados autos en ganadores del show. Es un homenaje a los caídos, que a todos intriga” (ver: https://www.youtube.com/watch?v=iTaoJAVh2fg).

El documental combina imágenes de los autos que se presentan en la exhibición, cuyos orgullosos dueños, describen sus cualidades técnicas, junto con metraje de los años en que esos vehículos, muchos realmente excepcionales en su rendimiento, llegaron a brillar por un tiempo y a ser bastante demandados.

Por ejemplo, la Hudson Motor Car Company, fue una empresa que surgió en 1909 y existió hasta 1954, cuando se fusionó con Nash-Kelvinator (Kelvinator, fue una empresa que hacía electrodomésticos, que previamente se había fusionado con Nash Motors Company, con tal de unir fuerzas), para formar American Motors Corporation (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Hudson_Motor_Car_Company).

En el minuto 7:21, se ve la ceremonia en que la aviadora Amelia Earhart (nacida en 1897, desaparecida en 1937 y declarada fallecida en 1939), bautizó, el 21 de julio de 1932,  al Essex Terraplane, un excelente, rápido y muy aguantador auto de Hudson. La chica, rompe una botella de champaña contra el radiador del auto. Luego, en el minuto 7:35, se ve en acción a ese vehículo, circulando velozmente por sobre dunas y piedras, una dura prueba que mostraba lo bien hecho y aguantador que era. Por algunos años, pudo mantenerse la empresa hasta que, como dije, tuvo que fusionarse con Nash-Kelvinator.

En el minuto 13:26, se muestra el intento que hizo la Nash Motors por conquistar el mercado, con un pequeño auto, el Metropolitan, con tal de satisfacer la demanda por autos pequeños que muchos estadounidenses exigían. La empresa, fue fundada en 1916. En 1937, fue adquirida por Kelvinator, para tenerla como su división automotriz. Era común, y sigue siendo, que, con tal de sobrevivir, las empresas traten de diversificarse e innovar. Por ello, estas dos empresas tan disímbolas, se fusionaron (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2007/11/el-outsourcing-en-r.html).

Luego, se fusionaron con Hudson Motor Car Company, en 1954. La marca continuó hasta 1957 (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Nash_Motors).

El Metropolitan, como dije, fue la respuesta de Nash para un sector que comenzaba a interesarse en autos europeos pequeños, como VW, Fiat, Renault o Citroën, que ya, luego de la segunda guerra mundial, cuando Europa se había reconstruido, comenzaron de nuevo a producirse.

En el minuto 12:21, se muestra uno de los modelos de Studebaker, cuyo lema era “Distintos en diseño”, pues la empresa, trató de salir de lo convencional,  partir de revolucionarios diseños que, ciertamente, se diferenciaban del resto de los autos. Esta empresa era muy antigua, pues fue fundada en 1852 y consolidada en 1868, como la Studebaker Brothers Manufacturing Company, fabricando diligencias. Ciertamente, fue evolucionando, pues si sólo se hubiera quedado haciendo esos vehículos jalados por caballos, habría sucumbido mucho antes. De todos modos, no lo logró. Todavía hizo el intento de sobrevivir, fusionándose en 1954, con la Packard Motor Car Company, pero fue infructuoso. Ni su muy avanzado modelo, el Avanti, pudo salvarla de la quiebra, por falta de ventas. En 1966, trató de seguir como una marca independiente, pero en 1967, se fusionó con Wagner Electric, y luego con la Worthington Corporation, en ese mismo año, hasta que fueron adquiridas por McGraw-Edison, empresa que fabricaba equipos eléctricos. Y hasta allí llegó Studebaker (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Studebaker).

La mencionada Packard Motor Car Company, fue fundada en 1899 y produjo sus últimos autos en 1958, luego de que, infructuosamente, se fusionó momentáneamente con Studebaker, con tal de sobrevivir. “Era una marca que hacía autos lujosos de gran calidad. Poseer un Packard, era símbolo de prestigio y los ejemplares que sobreviven, se hallan en museos, shows y colecciones de autos” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Packard).

En el minuto 16:32, se muestra a George W. Romney (1907-1995), quien fue el nuevo CEO de la recién formada American Motors Corporation, como dije, de la fusión de Hudson y Nash. La apuesta de la empresa fue el Rambler, auto compacto que tuvo mediano éxito. AMC, logró sobrevivir hasta 1987, cuando fue totalmente adquirida por Chrysler, “a la que sólo interesó el Jeep de AMC, muy demandado desde entonces” (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/American_Motors_Corporation#1985_and_the_final_buyout).

De hecho, AMC, tuvo un gran desarrollo en México, en la empresa conocida como Vehículos Automotores Mexicanos, VAM, que hasta desarrolló modelos nacionales, como el Lerma, que tuvo moderada demanda. Pero también desapareció, al desaparecer AMC (ver: https://es.wikipedia.org/wiki/VAM).

Como bien explica el documental, todas esas marcas, aprovecharon el vacío en la oferta que las Big Three, Ford  Motor Company, General Motors y Chrysler Corporation, dejaron luego del término de la segunda guerra. Como se habían estado dedicado a fabricar armamento, la reconversión industrial para volver a manufacturar autos, no les fue tan sencilla. Nash, Hudson y Studebaker, aprovecharon ese lapso para hacer su presencia en el muy competido mercado automotriz estadounidense, en el cual, nada era seguro, mucho menos, si no se tenía suficiente capital. Y a pesar de que hicieron grandes aportes – copiados rápidamente por la competencia –, fueron muriendo lentamente.

Si un modelo que se hubiera desarrollado por unos años, no tenía éxito, para las empresas pequeñas, era casi mortal, por todo el dinero invertido en investigación y desarrollo. Lo que no sucedía, por ejemplo, para Ford, cuando sacaba a la venta modelos que fracasaban, como el famoso Edsel, cuyo extraño diseño, no llamó la atención de la gente y tuvo que ser suspendida su producción, luego de tres años, y es considerado “uno de los mayores fracasos en la historia de Ford” (ver: https://simple.wikipedia.org/wiki/Edsel).

Se menciona también el Tucker 48, un muy revolucionario auto que fue creado en 1948 por John Preston Tucker (1903-1956), el cual incorporó un motor giratorio trasero, frenos de disco, vidrios inastillables y otros adelantos, que superaban, por mucho, a los convencionales diseños, incluso, de las Big Three. Pero éstas, lo aplastaron, acusándolo falsamente de fraude y obligándolo a cerrar su planta. De los 50 autos que se lograron construir, todavía se conservan unos 45, de lo bien hechos que están.

La cinta Tucker: The man and His Dream, de 1988, estelarizada por Jeff Bridges y dirigida por Francis Ford Coppola, es un buen recuento de la infamia cometida por los Big Three contra Tucker. Muy recomendable cinta (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Tucker:_The_Man_and_His_Dream).

En el minuto 6:29 del documental, se muestra a Jack Miller, un hombre que debe de tener más de 70 años, a bordo de un Hudson convertible impecable, probablemente de 1949. El padre de Miller, narra él, era propietario de una pequeña agencia de esos autos. Todavía existe, convertida ahora en el Ypsilanti Automotive Heritage Museum, administrado por Miller. “Era un negocio familiar y mi padre, vendía unos cuantos modelos al mes. Y la he conservado. Todavía vendemos partes de Hudson y algunos modelos que son restaurados”, comenta, visiblemente orgulloso. “Es la única agencia de Hudson que sigue en pie”, agrega. Como dije, es más un museo que una agencia. Fue Miller, quien tuvo la idea de hacer cada año ese show de autos “huérfanos”.

Otros modelos son mostrados, no precisamente de marcas estadounidenses, como el Isetta, un auto italiano, que se fabricó en varios países, como Argentina, España, Bélgica, Francia, Brasil, Alemania e Inglaterra. Era un micro auto, al que se accedía por una puerta delantera, la que también tenía ensamblado el volante, como soporte. Luego, fue construido por la marca alemana BMW, en 1955. Muy económico de combustible, rindiendo hasta 100 kilómetros por litro, hecho para los tiempos de la posguerra, cuando todo escaseaba, sobre todo, combustibles (ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Isetta).

El documental concluye diciendo que mientras haya tanto entusiasmo por mantener esos autos de desaparecidas marcas, el show continuará, para deleite de las personas que nunca, en su vida, han visto autos ya tan escasos y extraños, en sus diseños.

Los Big Three, ya no son tan supremos, como en las décadas pasadas. Han ido sucumbiendo a la competencia europea y japonesa, que ofrecen autos mucho mejores que los estadounidenses.

Quizá, también, pronto desaparezcan y en unos años, sólo se vean sus modelos en shows y se conozca de ellas, por los libros de historia.

 

Contacto: studillac@hotmail.com