La era de los mega incendios forestales
Por Adán Salgado Andrade
El arrollador cambio climático, provocado por la depredación y contaminación ambiental, inducida por el capitalismo salvaje, irracional sistema económico que nos domina, a pesar de su anárquica forma de operar, está incrementando la temperatura global y, en consecuencia, sequías y resequedad (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2018/10/el-irreversible-y-catastrofico.html).
Tal calentamiento, está provocando un acelerado derretimiento de polos y glaciares, que está dando lugar a que los bosques que se hallan en las partes que solían ser las más frías y congeladas, permanentemente, como en Siberia, ahora ya también se incendien y sean incontrolables (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/05/el-artico-ya-presenta-temperaturas-de.html).
Lo mismo sucede con los bosques y las selvas de todo el planeta, los que han llegado a un punto tal de resequedad, por las largas y frecuentes sequías, que cualquier factor puede encenderlos y provocar enormes, incontrolables incendios, como los que azotaron a Australia el año pasado (ver: https://www.bbc.com/news/world-australia-50951043).
Los incendios duran hasta meses, pues la resequedad, combinada con altísimas temperaturas y fuertes vientos, los avivan, se crea una especie de medio ambiente infernal, que se retroalimenta por los anteriores factores. Incluso, da lugar a los tornados de fuego (firenados), que son terribles fenómenos que acarrean fuego, en lugar de agua, y expanden, todavía más, los intensos y extensos incendios forestales (ver: https://globalnews.ca/news/7281329/firenado-2020-california-wildfire/).
Como señalé, lugares en los que eran raros los incendios, por tanta humedad o hielo, ahora, son muy vulnerables a ser destruidos por las llamas, como en la selva amazónica de Brasil, cuyos incendios del 2019, fueron alentados por el fascista Bolsonaro, para que los cientos de miles de hectáreas destruidas de, antes, frondosas selva, fueran ocupados por zacatales, con tal de que los ganaderos tengan alimento para sus miles de cabezas de ganado, pues, de esa forma, Bolsonaro pretende expandir la producción de carne bovina, para incrementar su exportación, aun a costa de destruir al pulmón planetario, que produce un quinto del oxígeno que respiramos (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2019/09/los-criminales-provocados-incendios-de.html).
Y los incendios de este año en esa selva, serán, se prevé, mayores que los del 2019 (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/07/incendios-en-la-amazonia-brasilena-de.html).
California ya resiente los mega incendios, como el que casi destruyó el poblado de Paradise, en el 2018, por un incontrolable fuego que dejó miles de construcciones destruidas y decenas de muertos (ver: https://earther.gizmodo.com/what-happens-after-an-entire-town-burns-to-the-ground-1830441990).
Y en estos momentos, de nuevo, California está experimentando severos incendios, comparables, incluso, a los mencionados de Australia, que superan, incluso, a los de años anteriores. Infames descuidos – como la estúpida costumbre de usar pirotecnia, para anunciar cumpleaños – y tormentas eléctricas, los han ocasionado.
Es lo que comenta el artículo del portal informativo digital Gizmodo, titulado “El mayor incendio forestal en la historia de California, está sucediendo justo ahora”, firmado por Andrew Couts. Las fotos y videos que acompañan al artículo, sobrecogen, porque pareciera que estuviésemos entrando al infierno, si es que existe ese religioso mito. Y, si no, pues nos puede dar idea de lo que es. Una de las fotos, tomada durante la noche, muestra todo el sitio iluminado de naranja, por la intensidad de las largas llamas, que están consumiendo lo que queda de árboles, como si todo fuera una enorme fogata. Una patrulla policiaca, destaca, al frente de la escena, con un policía al lado, contemplando, impotente, cómo esa parte de bosque es devorado por las dantescas lenguas de fuego. Más al frente, se ve a otro policía que también mira tal terrible visión, sin nada que pueda hacerse, más que atestiguar cómo se van acabando, en horas, bosques que fueron formados durante varias décadas. La destrucción es, prácticamente, irreversible.
Como ya hasta tienen nombres, de tantos que son, el August Complex “comenzó como 37 fuegos separados, que iniciaron en el Bosque Nacional Mendocino, durante una tormenta eléctrica que se dio el 17 de agosto. Y mientras el tamaño de ese incendio supera los récords, se localiza principalmente en áreas remotas y ha quemado apenas 26 estructuras, y abarca 471,000 acres (1,906 km2)”, señala Couts, aunque remarca que el más destructivo ha sido hasta ahora el Camp Fire, que fue el que redujo a cenizas al mencionado poblado de Paradise.
De acuerdo con el Departamento de California de Protección Forestal Contra Fuego (Cal Fire), “seis de los 20 mayores incendios forestales en la historia de California, han tenido lugar en este año. Los fuegos han sido alimentados por una serie de ondas de calor, que han roto previos récords, debidas al calentamiento global. Eso hace que la catástrofe que se está produciendo, sea un vivo y terrible recordatorio del costo que el cambio climático está teniendo y continuará ejerciendo en los ecosistemas y la humanidad – incluso, si drásticamente, de inmediato, cambiáramos todo, con tal de reducir las emisiones que calientan el ambiente”.
Obviamente, eso, la reducción drástica, no se hará. Si, por ejemplo, la presente pandemia, en un inicio, redujo considerablemente las emisiones contaminantes de varios países, como las de China, ahora, ya regresaron a sus niveles previos o hasta los han superado (ver: https://www.weforum.org/agenda/2020/07/pollution-co2-economy-china/).
Se considera que la actual temporada de incendios en California, es la peor en muchos años y que, las siguientes, irán empeorando, con incendios más intensos, extensos y destructivos. Y también los hay en “Oregón y Washington, con fuegos abarcando más de 470,000 acres (1,902 km2), en el primero, y más de 480,000 (1,942 km2) en el segundo estado”. Eso significa que se generalizan los incendios en Estados Unidos con cada temporada incendiaria.
Debido a eso, los llamados “refugiados climáticos”, las personas que emigran a otros sitios, pues en donde viven ya es inhabitable, se incrementarán. En el mencionado poblado de Paradise, de las 36,000 personas que lo habitaban, 90% no han retornado. Y, con sus casas convertidas en carbonizadas ruinas, rodeadas de quemados árboles, que ya no reverdecerán, ya no será el paraíso que era antes (ver: https://earther.gizmodo.com/standing-in-the-rubble-of-paradise-life-after-the-camp-1839223033).
Los actuales incendios de california, han dejado, al menos, 41 víctimas. Pero los que no han muerto, han perdido sus casas. Y ya no regresarán, como refiere el artículo de la agencia AP, titulado “Diez muertos en un masivo incendio forestal en California del Norte”, firmado por Adam Beam y Brian Melley (ver: https://apnews.com/5953b47cee59d3fb38d0cb0605bba783).
Sólo hay que ponerse en sus pantalones, perder, por un mega incendio, sus hogares, muchos de los cuales, les llevaron años de construcción. Si antes, vivir en medio del bosque, era hasta romántico, ahora es un potencial peligro, pues pueden ser despertados por un incendio que ronde sus hogares, a algunos metros de distancia. En las condiciones actuales de calentamiento global, ya no es romántico vivir en medio de un bosque.
Eso obligará a mucha gente a repensar su lugar de residencia. No estamos exentos, ya, de experimentar problemas, de todo tipo, en donde sea que habitemos, pero algunos sitios serán más problemáticos y vulnerables que otros. Viviendo en una mega ciudad, como la de México, tenemos problemas generados por terremotos, contaminación, delincuencia, mal transporte público, efecto isla de calor, falta de agua, de drenaje, sobrepoblación… ¡y muchos más¡ Y, muy pronto, no será habitable, como muchas otras ciudades.
Es decir, que, con problemas distintos, muchos sitios del planeta, irán dejando de ser habitables.
Pero, como he referido, los bosques serán o ya son, hostiles a la población humana.
Como se han ido invadiendo hábitats naturales, ésa, también, es la consecuencia. Incendios forestales, enfermedades ocasionadas por población animal que habita tales sitios, sequías, deforestación… se han debido a esa sistemática invasión de lugares que no son aptos, para que gente habite allí. Y es el costo que están pagando muchos.
“Más de 2,000 casas y otros edificios, se han carbonizado por tantos fuegos, ocasionados por tormentas eléctricas, conocidos ya como North Complex, que se localizan a 200 kilómetros de distancia al noreste de San Francisco”, señalan Beam y Melley.
Han sido evacuadas 20,000 personas y unos 14,000 bomberos, tratan de controlar los mega incendios, pero son tan intensos, que varios de ellos, han debido huir de esas zonas, pues aquéllos, avanzan, incontenibles.
Evacuados como Douglas Johnsrude, quien empacó sus cosas y a sus ocho perros y huyó de su comunidad, Feather Falls, dice que “asume que su casa rodante se quemó y que sería la segunda vez que pierde su hogar en un incendio. Heredó la casa de su madre, tras la muerte de ella, pero fue destruida en un incendio del 2017”, señala el artículo. Johnsrude declara que “La razón por la que no reconstruí fue porque sabía que iba a suceder de nuevo. Y, ¿adivinen qué? Sucedió otra vez. Viendo el humo y las flamas y todo lo demás, es irreal. Es como un apocalipsis o algo así”.
Pues sí, sólo así podría caracterizarse tal destrucción, de apocalíptica, del fin del mundo, que ya estamos viviendo ahora.
Jessica Fallon acudió, con sus dos hijos, a buscar a sus abuelos, quienes están como desaparecidos, pues vivían en una de las áreas afectadas por los incendios.
Dice que ha estado preguntando en todos los hospitales y refugios, para ver si los encuentra “Ando de aquí para allá. Tengo mucha ansiedad. Realmente me preocupan mis abuelos. Ojalá estén por allí, sentados en agua, esperando a ser rescatados”.
Sí, todos sufrimos ya de ansiedad, viviendo en un mundo cada vez más contaminado, depredado, incendiado.
Y es nuestra maldita obra, finalmente.
Así que, si no existe el infierno en el más allá, no se preocupen, ya lo tenemos aquí mismo.
Contacto: studillac@hotmail.com