Un marine, Aaron Bushnell, dio su vida por la causa palestina
Por Adán Salgado Andrade
Hay noticias que impactan profundamente, pues se dan en un contexto totalmente fuera de lo que estamos acostumbrados a escuchar.
Y esa fue la nota que publicó Associated Press el 25 de febrero del presente año (2024), sobre una extrema protesta de un joven marine de la Fuerza Aérea de Los Estados Unidos, quien se manifestó en contra del genocidio cometido por los judíos en Gaza, reclamando que “no voy a ser cómplice en el genocidio”.
Aaron Bushnell, como se llamaba el joven soldado, de veinticinco años, fue caminando hacia la embajada de Israel, en Washington, el domingo 25, antes de la una de la tarde. Se paró enfrente de la entrada, se roció un líquido que portaba en un envase, probablemente gasolina, y ¡se prendió fuego!, mientras gritaba “¡Liberen a Palestina!”, varias veces (ver: https://apnews.com/article/israel-us-embassy-man-fire-air-force-f730a09009ce56d818f87a8f4dcc6ca7).
Todo eso lo transmitió por su celular, en vivo, por la red de streaming Twitch. El video duró muy poco en la plataforma, tanto por lo dramático y perturbador, así como por la censura, pues que un soldado activo estadounidense, se haya inmolado en protesta por el genocidio palestino, es surrealista, inimaginable. Estamos acostumbrados a ver que los militares estadounidenses, son disciplinados, patriotas, anteponiendo a su país y a sus principios por todo sobre lo demás, asesinando incluso a inocentes, si fuera necesario.
Es por ello que, como señalé, la noticia es extraordinaria.
El video que Bushnell transmitió (como fue en vivo, estuvo en la red algún tiempo), casi de inmediato fue removido. Pero gracias a que hay hackers buenos, fue subido a WhatsApp y se fue divulgando, hasta que me llegó una copia (editado, por fortuna, como comento más adelante, en donde se observan los segundos previos de Bushnell a su inmolación).
Al verlo, Bushnell parecería, como dije, el clásico soldador blanco, con su uniforme, disciplinado, de corte militar, y dispuesto a sacrificarse por su país. Pero no es así. El video trae una transcripción al español y dice lo siguiente, mientras aquél va caminando: “Mi nombre es Aaron Bushnell. Soy miembro en servicio activo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y ya no seré cómplice del genocidio. Estoy a punto de participar en un acto extremo de protesta, pero en comparación con lo que la gente ha estado experimentando en Palestina, en manos de sus colonizadores, no es nada extremo. Esto es lo que nuestra clase dominante ha decidido que será normal”. Enseguida, ese extremo, extraordinario héroe, deja el teléfono en algún sitio, para que siga grabando, se vacía el envase conteniendo gasolina, seguramente, y se prende fuego, al tiempo que grita varias veces ¡Palestina libre!, ¡Palestina libre!, ¡Palestina libre!
Es en esa parte que se agradece la edición, pues quien rescató ese video, le colocó un filtro, con tal de que no fuera tan gráfico.
Se escuchan unas voces de gente gritando que “¡El hombre está en llamas!” y “¡Ponte en el suelo!”, con tal de que se salvara. Pero está claro que no era la intención de Bushnell, quien permanece de pie en todo momento, hasta que las llamas lo hacen caer, seguramente agonizante, y todavía alcanza a gritar una vez más “¡Palestina libre!”.
Se ve la estúpida incompetencia de un policía que se acerca, apuntándole con un arma, mientras otro hombre, el primero que se acercó, le grita “¡No necesitamos armas, necesitamos un extinguidor!”.
El video dura 3 minutos con 12 segundos, pero la carga de dramatismo, de descarnada elocuencia, de admirar la entereza con la que Bushnell se inmoló, es la que se quedará, si no toda la vida, sí, por mucho tiempo.
La noticia casi pasó desapercibida y no se le ha hecho mucha publicidad, seguramente para que a los judíos asesinos no se les critique más de lo que han hecho.
Ahora, su genocidio ocasionó que ese valiente hombre, se haya inmolado por esa desmedida violencia.
Lo que señaló Bushnell de que haría algo extremo, “pero en comparación con lo que la gente ha estado experimentando en Palestina, en manos de sus colonizadores, no es nada extremo”, es testimonio de que estaba muy bien informado sobre ese infame conflicto.
Y no supo el gran Bushnell lo que sucedió el 29 de febrero, cuando tropas israelíes asesinaron a más de cien hambrientos palestinos que corrían para recibir ayuda alimentaria. Los asesinos militares pensaron que los “atacarían” (ver: https://www.jornada.com.mx/2024/03/01/mundo/019n1mun).
Lo peor es que Estados Unidos, esbirro y cómplice de Israel, detuvo la condena del Consejo de Seguridad de la ONU a las tropas judías por “carecer de evidencias suficientes que respalden que esos militares son culpables”. Más atroz no puede ser esa nefasta, criminal actitud de Estados Unidos.
Y cuando agregó Bushnell que “Esto es lo que nuestra clase dominante ha decidido que será normal”, es muy cierto, pues Biden y Netanyahu, cómplices asesinos de ese conflicto, lo están normalizando, que la gente se acostumbre al asesinato de miles de palestinos, con tal de que el negocio de la guerra y el expansionismo territorial judío, continúen (de hecho, ya anuncio Israel que construirá 3,300 nuevas casas de asentamientos judíos, como “escarmiento” a un ataque de tres palestinos en un asentamiento judío en Cisjordania. Ver: https://apnews.com/article/israel-settlements-hamas-gaza-war-netanyahu-smotrich-1d2306d55c24c8559b630d9f20db30e2).
Así que todo encaja muy bien, que incluso se haya sabido de que Hamas atacaría, con meses de anticipación, pero que no se haya realizado ninguna acción (De hecho, se habla de que Hamas fue auspiciado por el propio Israel. Yasser Arafat (1929-2004) se refería a esa organización, que hacía contrapeso a su Organización Para la Liberación de Palestina, como “la criatura de Israel”. Ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/10/el-drama-palestino-bajo-el-yugo-judio.html).
No olvidemos, pues, el nombre del gran Aaron Bushnell, quien dramáticamente diera su vida por los palestinos.
Aunque la prensa mediática tratará de ocultar y desaparecer su odisea, que quede en nuestros corazones su gran acto de profundo valor.
¡Muy bien por ti, Aaron Bushnell!
Contacto: studillac@hotmail.com
