Crece la basura electrónica
Por Adán Salgado Andrade
La sobreproducción ocasionada por el capitalismo salvaje, entre otras graves consecuencias, ocasiona mucha basura de todo tipo. Una de ellas, los plásticos, como se degradan en microplásticos, ya andan por todo el planeta, hasta en sitios prístinos (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2020/06/los-contaminantes-microplasticos-ya.html).
Otro tipo de basura que está incrementándose mucho, es la electrónica (e-waste), generada por la tendencia a hacer que las cosas electrónicas cada vez duren menos, como celulares, computadoras, laptops, impresoras, tablets, refrigeradores… o que se obsolezcan muy pronto (por ejemplo, haciendo nuevos softwares que los celulares o laptops ya no soporten), lo que se logra con lo que se denomina obsolescencia programada (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2011/10/la-obsolescencia-programada-el.html).
Pues ese tipo de basura está creciendo, justo por las dos causas que mencioné: una menor “vida útil” y que cada vez se reciclan menos los productos desechados.
El artículo del portal Wired, titulado “La basura electrónica mundial ha llegado a un punto crítico”, firmado por Matt Simon, expone tal grave situación, anotando como subtítulo que “un nuevo reporte de la ONU, indica que la humanidad está generando 62,142 millones de kilogramos de TVs, celulares y otros desperdicios electrónicos por año y reciclando menos de la cuarta parte de toda esa basura”.
Una foto de varios celulares con la pantalla rota, abre el artículo, de una situación que cada vez es más grave, pues se deben de tirar porque es muy difícil y caro repararlos. Por eso es que en varios países europeos y en Estados Unidos, muchos estados están aprobando leyes “del derecho a reparar”, con tal de que la gente pueda, en efecto, arreglar tantas cosas que dejan de utilizar por algún pequeño desperfecto que las deja inútiles, pero que podrían repararse (ver: https://www.wired.com/story/oregon-right-to-repair-law/)
Sólo imaginen ¡62,142 millones de kilogramos! de basura electrónica generada anualmente. Es una barbaridad. Y si sólo se recicla la cuarta parte, estamos llenando de esos desperdicios grandes áreas del mundo, que sólo se están empleando como tiraderos, quitándoles su utilidad como zonas habitacionales o, mejor, agrícolas, pues están ocupadas por millones de celulares, pantallas, impresoras, refrigeradores, ventiladores… cuantos desechados dispositivos imaginen.
Dice Simon que “cualquier dispositivo puede convertirse en basura, sea un refrigerador, un celular, una computadora, una pantalla, ya sea porque se haya mojado, caído, haya tenido un corto… y no sea posible repararlo. Es lo que se llama ‘equipo eléctrico y electrónico’, EEE, que se enchufe o que tenga una batería. Se está saliendo de control”.
Y lo vemos con mucho de lo que compramos, una impresora, por ejemplo, que no dura mucho y pronto se avería. La “garantía”, prácticamente es inexistente y se ampara con muchas cláusulas que no cubren varias partes y/o desperfectos.
Y, claro, como señala Simon, los habitantes de países “ricos” poseen, en promedio, 109 EEE per cápita, en tanto que los de los pobres, sólo cuatro. “Y en el 2022, se produjeron 62,142 millones de kilogramos de basura electrónica, más de 7.7 kilogramos por persona, en todo el mundo, reciclándose menos de un cuarto”.
Y eso es también dinero, pues tantos desperdicios equivalen a $62,000 millones de dólares de materiales que podrían recuperarse cada año, “como hierro, cobre y oro, que llegan a los tiraderos”.
Muestra Simon una gráfica en donde se ve la gran cantidad de EEE que se produce, la gran cantidad de basura electrónica que se genera y lo poco que se recicla.
Simon cita a Kees Baldé, científico de la ONU, autor del reporte, quien, alarmado, indica que “la velocidad con la que crece el EEE es mayor que la velocidad con la que reciclamos la basura electrónica. Consumimos demasiado y nos deshacemos demasiado pronto de lo que adquirimos. Compramos cosas muy baratas que quizá ni necesitemos, además de que no están hechas para repararse”.
Es lo que comento arriba, que muchas son baratijas, chinas, sobre todo, que duran poco y no están hechas para repararse. Y, para empeorar las cosas, ni siquiera se reciclan. ¡Estamos convirtiendo al planeta en un enorme basurero de todo!
Tendrían que incrementarse aceleradamente los porcentajes en que reciclamos, para abatir tanto desperdicio.
Muestra unos diagramas circulares Simon, que señalan todo lo que podría recuperarse si incrementáramos el reciclaje. Por ejemplo, de puro fierro, unos 24 mil millones de kilogramos, mdkg, por año. De aluminio, 4,000 mdkg; 2,000 mdkg de cobre; 520 mdkg de níquel; 280 mdkg de zinc; 70 mdkg de plomo; hojalata, 44 mdkg; cobalto, 34 mdkg; antimonio, 28 mdkg; plata, 1,200,000 kg; oro, 270,000 kg y otros metales.
Por otro lado, como los EEE van variando año con año, una lavadora de una misma marca, por ejemplo, tiene otros componentes, pues contiene más sensores “y también, la forman compuestos peligrosos, como mercurio, el que cada año genera, solamente por sí mismo, 56,700 kg”.
Además, como reciclar sale caro, se usan métodos, la mayoría, muy rudimentarios y contaminantes. En países africanos como Ghana, se queman a la intemperie y se recogen los restos metálicos que quedan de lo que se incinera, produciéndose gases sumamente tóxicos.
Otra gráfica muestra lo que podría reutilizarse si se incrementara el reciclaje, “pero para que eso se hiciera, tendría que garantizarse a los recicladores una ganancia mínima, que en este sistema en donde todo es negocio, no está garantizado”.
Sin embargo, en lo que se debe de insistir es en que las cosas duren más y que, si se descomponen, puedan repararse. En eso está la clave para que se produzca menos basura electrónica y de todo tipo.
Pero es pedirle al capitalismo que cambie su lógica, pues un capitalismo que no sobreproduzca y no genere demasiada basura, no es capitalismo.
Así que, como vamos, pronto más montañas de basura nos van a rodear.
Contacto: studillac@hotmail.com