Los ataques de los supremacistas judíos en Cisjordania son tolerados por la mafia en el poder
Por Adán Salgado Andrade
La violencia de los supremacistas judíos se perpetra desde hace décadas y es tolerada por las “autoridades”, que hasta defienden a los atacantes de palestinos inocentes, a los que hostigan con tal de que desalojen las tierras que legítimamente les pertenecen desde hace décadas (ver: http://adansalgadoandrade.blogspot.com/2023/03/los-palestinos-son-atacados.html).
Varios testimonios demuestran la violencia con la que actúan los supremacistas, como la que ofrece Zak Witus, activista que ha presenciado, de primera mano, cómo atacan esos enajenados, que recientemente fueron sancionados por sus actos vandálicos. Los gobiernos de Estados Unidos, Inglaterra y Francia sancionaron a Yinon Levi y Ely Federman por sus constantes ataques en el área rural de Masafer Yatta, en Cisjordania, en donde los residentes palestinos basan su economía en pastoreo y agricultura.
“Alrededor de la villa de Zanuta atestigüé a Levi, Federman y sus cómplices repetidamente atacar a pastores palestinos y sus rebaños. En la villa de Susiya filmé a Levi y los otros ilegalmente construir un camino hacia un asentamiento ilegal de colonos en tierra privada palestina. Otro video muestra a Levi operando un buldócer, amontonando varias pilas de tierra en un camino para bloquear la única salida y entrada de la villa” (ver: https://www.theguardian.com/commentisfree/2024/mar/04/israel-settler-violence-sanctions).
Señala Witus que otros testigos han filmado al pastor alemán de Federman atacar a un residente palestino del área, mordiendo su brazo y su abdomen (varios testigos señalan constantes ataques de ese perro) “mientras otros colonos judíos apuntan armas a observadores palestinos”.
Es decir, por lo que narra Witus, actúan esos salvajes con total impunidad y hasta protegidos por las “autoridades”. Los palestinos están totalmente desprotegidos ¡en sus propias tierras!
Dice Witus que hasta son protegidos los atacantes, que nada hacen policía o soldados y que menos del 3% son castigados. “Más del 90% de los casos son cerrados sin castigo. O sea, los palestinos están indefensos ante tanta violencia.
Dice Witus que Levi, aunque no es tan violento, es un organizador y que su compañía de excavación e infraestructura ha sido contratada por las “autoridades” para realizar órdenes de demolición contra estructuras palestinas. Obviamente todo eso ha alimentado el rencor palestino hacia Israel, por eso se comprende el ataque de Hamas el 7 de octubre pasado. Quien no lo vea así, está miope, pues es un agraviante, esa violencia, que ha alimentado mucho el rencor palestino.
Y si antes realizaban ataques contra palestinos, desde la guerra se han vuelto más audaces, incursionando en las noches para destruir tuberías, tanques de agua, sistemas eléctricos y hasta entrando a casas de palestinos para golpearlos. En resumen, anarquía total por parte de los supremacistas judíos, quienes actúan impunemente.
El 27 de octubre fueron advertidos 250 palestinos que si no dejaban sus casas, serían asesinados, así que lo tuvieron que hacer, con riesgo de sus vidas y ninguna autoridad los protege. Como ven, nada de eso es motivo de queja. El gobierno de Netanyahu actúa con total impunidad. Y de eso no dice absolutamente nada.
Pero el problema es que el actual gobierno de derecha, encabezado por Netanyahu, como señalé, tolera a esos extremistas, entre los que se encuentran Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir y no aplica absolutamente ninguna sanción cuando cometen sus ataques. Al contrario, los alienta. De hecho, luego de los ataques del 7 de octubre Ben-Gvir explícitamente ordenó a oficiales policíacos que no ejercieran la ley contra violencia judía nacionalista. “El ejército judío reclutó y armó a miles de colonos, dotándolos de armas, uniformes y la protección del Estado”.
Esa violencia ha logrado desplazar a 198 hogares palestinos, equivalentes a unas 1,208 personas, 586 niños entre ellas. Y no es la única vez, señala Witus, pues es una violencia que se ha dado desde 1967, “como una forma de control judío extremo hacia los palestinos”.
Es violencia tolerada por el sistema y practicada por los colonos, quienes emplean tácticas vigilantes para acelerar los mismos objetivos.
Todos están de acuerdo en que fue correcto aplicar las sanciones, pero que también deben de ser sufridas por líderes como Smotrich y Ben-Gvir, pero fallan en ser impuestas sobre las estructuras que militar, económica y legalmente dominan a los palestinos en Cisjordania, ya que son el punto nodal del dominio judío.
Emine Sinmaz y Quique Kierszenbaum, dan más testimonios de palestinos de Cisjordania. Como el de Abu Awad de 28 años, quien recuerda la vez en que colonos entraron a punta de pistola a su casa para amenazarlos con que debían de irse. Justamente identificó a Ely Federman y Yinon Levy, de la Meitarim Farm, como los agresores, que los echaron de la villa de Widada en las colinas de Hebrón.
La familia de Azam Nawajeh, de 62 años, también ha sido amenazada y echada de sus tierras por medio de las armas. Además de que Levy los ha atacado con un buldócer destruyendo cisternas y tuberías. No pueden llevar a pastar a sus rebaños con regularidad “y desde el 7 de 0octubre del 2023, los ataques se han agudizado”, sostiene Nawajeh, además de que han destruido olivos y dañado muros y terrazas agrícolas.
Son tan violentos los supremacistas, que hasta atacan a los militares que tratan de defender a los palestinos. Actúan anárquicamente. Nawajeh dice que está bien que los sancionen, pero que “Israel debe de tomar acción. Todos los días sucede algo. Ayer no nos dejaron que nuestros rebaños pastaran en nuestras tierras privadas. Y nos envían drones para amenazarnos. No es vida lo que padecemos, pues siempre nos amenazan con que nos van a matar”.
Fares Hassam de 57 años, fue otro palestino que, junto con 250 más, decidieron, en conjunto abandonar el pueblo de Zanuta, pues ya no podían con tanta amenaza,
Reprimiendo las lágrimas, Hassam describe cómo son atacados, amenazados, destruidas sus cisternas, sus casas. “Vienen de día, de noche, no nos dejan alimentar nuestro ganado. Nos aterrorizaron. No lo podíamos aguantar más”.
Mousa Qatash es otro palestino que ha vivido la violencia de los supremacistas. El 20 de abril del 2020 fue atacado, “quedando desmayado luego de la agresión que lo dejó con raspadas, dientes quebrados, un disco zafado y ligamentos rotos”, en sus propias tierras.
“Alrededor de 490,000 judíos duermen en asentamientos que son considerados ilegales ante la ley internacional. El grupo de derechos humanos judío Yesh Din señala que el 2023 ha sido el más “violento año de ataques de supremacistas contra palestinos”.
Como siempre, los sancionados dicen que son calumnias, pero hasta una organización de veteranos militares está de acuerdo con las sanciones, diciendo que debería de haber docenas si no es que cientos de colonos violentos sancionados”.
Por suerte que siempre hay gente consciente. Gracias a ellos, los sufridos palestinos tienen una segunda oportunidad.
Contacto: studillac@hotmail.com