La producción de camarones hindúes para EEUU, está neoesclavizando a millones de mujeres
Por Adán Salgado Andrade
Las desperdiciadoras, consumistas costumbres occidentales, han provocado que la producción de alimentos haya subido demasiado, incrementando la cantidad con que se cultivan, aunque no necesariamente cómo se consumen. La forma tan masiva en que se exhiben en los supermercados, como Walmart, induce a un sobreconsumo que lleva a que la gente compre de más y eso no significa que se coma todo lo que adquiera. De hecho, son malas costumbres como esa, las que han llevado al incremento de compra de alimentos, simple glotonería, más no que haya un balance en su consumo (ver: https://www.weforum.org/agenda/2015/05/food-how-much-does-the-world-need/).
Y eso, lo que está ocasionando, es una mayor contaminación planetaria y depredación, pues el rendimiento de las tierras es decreciente, así que cada vez se emplean más bosques y selvas para agricultura, así como costas para la acuacultura, actividad que resulta sumamente contaminante e ineficiente, como sucede con las granjas de salmón, que muchos animales mueren debido a las condiciones de insalubridad prevalecientes en esas granjas (ver: https://adansalgadoandrade.blogspot.com/2021/02/la-contaminante-y-cara-produccion-del.html).
Está sucediendo lo mismo con el cultivo de camarón, que países como India lo han incrementado, justamente porque los consumidores estadounidenses lo ven como una delicia que puede prepararse de muchas formas, a manera de snack. Y eso, está ocasionando deterioro del medio ambiente, además de una nueva explotación laboral, por la que cientos de miles de mujeres se emplean en una explotadora, insalubre actividad, que no les deja más de tres dólares diarios.
Es lo que expone el artículo de Associated Press, titulado “AP encuentra terribles condiciones en la industria camaronera hindú que un reporte llama ‘peligrosas y abusivas’”, firmado por Martha Mendoza, Mahesh Kumar y Piyush Nagpal (ver: https://apnews.com/article/india-shrimp-seafood-industry-labor-abuses-us-imports-e5b51878eafbb6e28977710b191eb7de).
Las fotos que abren el artículo, no podían ser más contrastantes. En una, la típica charola de hule espuma, muy elegante, de supermercado, mostrando la presentación que anima al consumidor a adquirirla, con tal de preparar alguna “deliciosa” receta a base de camarones, los que no se ofrecen baratos. La otra, muestra unas rugosas ásperas manos, de una mujer mayor, que se dedica a pelar camarones en condiciones deplorables, insalubres, durante todo el día, sin ni siquiera un par de guantes, pues están muy por encima de su salario de, cuando mucho, tres dólares por día, durante más de diez horas por jornada, “y que lo hacemos porque no hay nada qué hacer y no nos queda de otra”, dice una de ellas, Erugula Baby, de 51 años llorando, explicando que se endeudó pues su hijo estaba enfermo del hígado. “Obtuve varios préstamos, pero mi hijo al final, se murió. Y tengo que trabajar para pagar apenas los intereses de las deudas, ayudar a mi nuera y a mis nietos. ¡Es una situación terrible, pero debo de hacerlo!”, dice, en medio del llanto. Recibe menos de tres dólares por día, dos menos que el mínimo en India, pero como son labores irreguladas la mayoría, mujeres como ella, tienen que soportarlas. Y gracias a su labor, los consumidores, sólo tienen que retirar el plástico que envuelva los paquetes y cocinarlos, nada más.
Estados Unidos, EU, importa el 40 por ciento de los camarones que consume, de la India, algo así como unos $2,000 millones de dólares (mdd) anualmente, por lo que es un boom para empresas hindúes, que contratan mujeres pobres para explotarlas al máximo, muchas, con varios años encima.
Grandes extensiones de manglares y de campos de arroz, se están reconvirtiendo en granjas de camarones, no sólo contaminando, sino produciendo hedores, debido a toda la descomposición que produce la crianza de camarones, por tanta materia orgánica que se pudre. “Nos hemos quejado con las autoridades, pero no nos hacen caso”, dice un hombre que vive cerca de unas de esas granjas. Unos, están arrepentidos de haber permitido la entrada de esas granjas, pero nadie les resuelve nada.
Como la demanda por platillos con camarón en EU está subiendo, desde cocteles, paella y otros, se incrementa la producción en India y los problemas de explotación laboral, ambientales y de depredación. Pero al consumidor estadounidense, nada de eso le afecta o ni siquiera conoce los problemas que está provocando su glotonería camaronera.
Como siempre, supuestamente, empresas como Walmart “deploran las condiciones insalubres de trabajo y prometen que investigarán los hallazgos de AP”, aseguraron a las reporteras, pero mientras haya dinero de por medio, seguramente esas prácticas seguirán, pues valen más las ganancias, que la salud de las trabajadoras.
Pradeep Sivaraman, Secretario de la Autoridad de Productos Marinos de Exportación de la India viajó recientemente a EU, para tratar asuntos de los camarones. Dijo que “India está comprometida para surtir camarones de calidad a EU”, pero rehusó contestar preguntas sobre la explotación laboral que se está dando en las granjas de camarones.
Lo dicho, eluden las “autoridades” responder sobre la explotación laboral. Prefieren seguir de serviles, surtiéndoles de camarones de primera, hechos con condiciones de tercera, a los finos consumidores estadounidenses.
Otra trabajadora es Penupothula Ratnam, de unos 40 años, qien afirma que “padezco de dolor de espalda, pero hago esto porque aquí no hay trabajo”. También cuenta entre llantos su testimonio.
Todas se ve que viven una existencia muy triste, llena de penas, humillaciones, malos tratos… ¡pero lo hacen por pura necesidad! Es la que lleva, la necesidad, a soportar esas condiciones laborales, ¡en pleno siglo veintiuno!
Además de que no les pagan ni el mínimo, por estar trabajando en condiciones de insalubridad (con agua sucia), se les provocan infecciones, que combinadas con el hielo, les matan nervios o miembros, “por lo que a veces, tengo que amputar”, como dice a las reporteras la doctora Sushumitha Meda, quien trabaja en el hospital de la ciudad de Kakinada. “Con unos guantes de tres dólares, se podrían proteger mejor las manos”, dice la doctora, algo prohibitivo para los miserables salarios, que ni siquiera las empacadoras les quieren proporcionar, pues así son de mezquinas. “Muchas, hasta se mueren por abortos provocados por el esfuerzo”, agrega la doctora.
Otro problema es que se usan muchos antibióticos, con tal de que los camarones estén “libres de infecciones”, lo que incrementa la resistencia antibacterial. Y eso afectaría a los consumidores,
Las empresas dicen que vigilan que no haya explotación, “pero se han visto vehículos de algunas en empresas que no cumplen con los protocolos, como sucedió con un camión de Nekkanti, quien afirmó que lo había alquilado a otra empresa, pero niegan sus acciones, más en los hechos, hacen cosas que están en contra de su supuesta ética”.
Por otro lado, los consumidores estadounidenses, dicen las reporteras, preferirían consumir camarón de EU, “Pero no sería suficiente, pues con el promedio de 2.5 kilogramos que consume en promedio cada uno, no sería posible satisfacer la demanda”. Aunque el pescador y autor Paul Greenberg, dice que él ve un futuro en donde el camarón no será ni capturado, ni criado en granjas, “sino criado en un laboratorio”: Falta ver si eso se hace realidad o no se trate de otro engaño más, que todavía sea más contaminante y depredador.
Por lo pronto, con tal de que los estadounidenses – y los europeos, de paso –, sigan preparando “delicias” con camarones, millones de mujeres en la India, seguirán siendo explotadas, sus manos maltratadas, infectadas, amputadas o hasta muriendo.
Es la ley del capitalismo salvaje.
Contacto: studillac@hotmail.com